sábado, 29 de enero de 2011

Medio ambiente

El discurso medioambientalista, adoptado por la "nueva izquierda", que se caracteriza por ser bastante amigable con los capitales concentrados y los intereses imperiales, es un discurso que a algunos (pocos) no se nos muestra convincente.

El primer "malestar" que provoca, quizás, es el de revelarse como verdad de facto, sin mediar justificación más o menos racional. Quiero decir: al "defensor del medio ambiente" se le exige menor contenido argumental que al que se le opone. Injustamente, creo.

O tal vez el "malestar" sea provocado porque encastra demasiado bien (el discurso ambientalista) con la reproducción del régimen de división internacional del trabajo (y de la distribución de la renta que este genera).
El "cuidado del medio ambiente" termina siendo, a veces, el argumento que necesitan algunos para justificar (sin explicitarlo) que los pobres se dediquen a las actividades que los empobrecen y no disputen la renta a los ricos (que tanto contaminaron el medio ambiente en su enriquecimiento que ahora necesitan que alguien lo cuide por ellos).

Todo esto no debe, empero, negar la existencia del problema. Ni desoír argumentos que se contradicen con los anteriormente expuestos. Ya que muchas veces las actividades señaladas como contaminantes, sin complementación de cadenas productivas que agreguen valor, pueden convertirse también en garantía de que se mantendrá el status quo que vincula poblaciones ricas con poblaciones pobres.

Por eso, nos parecería apropiado aprovechar la coyuntura de tener un excelente cuadro político como Secretario de Ambiente para dotar a la disciplina de un discurso nuevo. Que no niegue la problemática, pero que tampoco se someta al "medioambientalismo" livianito, establishment-friendly.


Ese discurso no puede estar desligado de las políticas desplegadas en materia de producción (desarrollo productivo) y ciencia y tecnología. Políticas que, a su vez (todos sabemos), se deben  mantener en línea directa con las áreas sobre las que tienen injerencia el Ministerio de Trabajo y de Economía.

Un medioambientalismo de derecha, si se quiere. Pero de derecha pejotista, que no suele ser tan amigable con el establisment imperial.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Prepararse para una pol.de Med.Amb.un poco más seria,peruca si quieren,pero hay q empezar a dar respuestas con el reciclaje domiciliario aunque más no sea. Rodolfo

Comandante Cansado dijo...

Me gustó.