jueves, 27 de diciembre de 2012

El salario no es ganancia


Dice Ismael Bermúdez en Clarín que la mitad de los trabajadores urbanos gana menos de $3000 por mes. Los datos surgen de la EPH elaborada por el INDEC, del tercer trimestre de 2012.
Se habla de un total de personas ocupadas (suma de personas en relación de dependencia en blanco o negro, profesionales monotributistas, cuentapropistas, patrones) de 16 millones. Según las proyecciones, son 8 millones los que estarían debajo de los 3000 pesos de ingreso mensual. Algo menos de un tercio, casi 5 millones, ganarían una cifra menor a los 2000 pesos.

Al leer esta estadística no se puede perder de vista la dispersión territorial. No es lo mismo cobrar tres mil pesos en Buenos Aires que en Palpalá. Puede haber, a paridad de poder adquisitivo, una pequeña corrección de las proporciones. O sea, si en lugar de medir los ingresos en pesos, lo medimos en canasta de productos, es posible que haya una sutil diferencia en el porcentaje de 50% de trabajadores que ganan menos que el equivalente en productos a 3 mil pesos en la CABA. Lo cual, igualmente, no modificaría el diagnóstico.

La cuestión se complejiza además si evaluamos que una parte de esos 8 millones de personas forma parte de grupos familiares en los cuales su ingreso es secundario. Aún así, un 30% de las familias (si la alquimia estadística no falla) tendría ingresos inferiores a los $3700.

Digamos, ese panorama salarial no se correlaciona directamente con una situación de pobreza, tal se podría inferir de un primer acercamiento.
Pero esto no quita que no se le deba prestar atención. Entre estos 8 millones hay un millón de subocupados, y aparte un 1 millón 600 mil desempleados.

Confiamos en el análisis de la EPH hecho por Ismael Bermúdez, y comparamos con otras noticias.

Los bancarios hacen paro hoy porque a pocas horas de cerrar sus paritarias no pudieron convencer a los bancos de que les den a sus empleados $1800 adicionales, a cuenta de futuros aumentos (prolongando las conversaciones en paritarias). Los bancos ofrecían, creo, 1200.

Este número (los 1800) no es arbitrario. Equivale a un 25% del salario inicial de un trabajador bancario, dicho por su representante gremial. Si el cálculo es correcto, el salario inicial de un trabajador bancario ronda los 7200 pesos, y se iría a 9000 de concretarse el aumento anhelado por el sindicato. En la escala, no es difícil deducir la existencia de salarios fabulosamente dignos.

Queda expresado así, claramente, que la Argentina tiene un problema grave de dispersión salarial, que es a su vez, un problema de competitividad.
La brecha va desde los menos de 2 mil que deschava la EPH a los 20 o 30 mil de las actividades más competitivas, o productivas, o con mayor poder de negociación para hacerse pagar parte o la totalidad del sueldo por el estado (perdón, pero es así).

Uno de los argumentos de los trabajadores bancarios al exigir mayores esfuerzos de los bancos es que las entidades obtuvieron una rentabilidad de 41% en el año (no me consta, pero confío plenamente en quienes lo expresan de esa forma).

Voy a pelearme (a ponerme antipático para) con las visiones simplistas que usan la palabra "trabajadores" como concepto genérico, mientras circunscriben su aplicación a un sector en particular, y peor aún, descontextualizándolo del resto.


En determinados contextos, los aumentos salariales basados en la rentabilidad sectorial y por ende divorciados de lo que ocurre en otros sectores, potencian la brecha de rentabilidad entre sectores.
Quiero decir: si un sector estratégico es más competitivo que el resto de la economía, y por ende la rentabilidad de sus empresarios es mayor al promedio, y si esos excedentes son disputados por los trabajadores del sector, el diferencial de rentabilidad sectorial no desaparece, sino que se potencia al trasladar (los empresarios del sector) los costos a precios que otros sectores no pueden dejar de convalidar a menos que prefieran dejar de existir, cosa que de todos modos ocurrirá en algunos casos.. Es triste decirlo así, pero es la realidad.
La brecha extraordinaria de rentabilidad sectorial debe ser apropiada colectivamente (es mi visión de las cosas) para alcanzar un desarrollo armónico y parejo de las fuerzas productivas. No sectorialmente.
Los bancos tienen una rentabilidad extraordinaria del 41% que afecta al total desempeño de la economía, y que genera distorsiones sobre otros precios y sobre la cual habría que intervenir para apropiar colectivamente los excedentes.


Pero el planteo de que los bancarios deben cobrar más porque los bancos ganan más, desconectando al sector de su influencia sobre el resto de la economía y (cómo no) sobre los salarios de los otros trabajadores de otros sectores, es de alguna manera convalidar los diferenciales de competitividad que hacen que la Argentina tenga brechas salariales inmensas, que impiden por otro lado ensanchar el aparato productivo para absorber más mano de obra desempleada, y bloquean la posibilidad de desarrollar empleo calificado e inclusivo para con los sectores de la población que todavía no tuvieron acceso al "privilegio".

Vamos a decirlo con petulancia pseudo-técnica: el nivel de competitividad cambiaria (para el cual es sustancial el nivel salarial formal) converge, sin intervención, a la altura necesaria para las actividades más competitivas, dejando fuera de ruta a las menos competitivas. Es así el mercado.

Las discusiones salariales, en un contexto de elevada brecha entre los salarios más altos y los más bajos, y una alta nominalidad en el sector formal (25% anual para arriba) que alimenta y engorda esa brecha, deberían tender a alinearse en un esquema que también regule la rentabilidad empresaria en los distintos sectores. No es fácil, pero...

Este es el motivo (rudimentario) de que no haya actualización razonable del mínimo no imponible de ganancias (y modificación en las escalas): disciplinar la puja por el aumento nominal del salario.

Y cerramos con una chicana.
Si el salario no es ganancia, tampoco debería plantearse como participación de la renta empresaria.

sábado, 22 de diciembre de 2012

Los saqueos de "la abundancia"

Según la teoría del valor, con esto podemos comer 3 meses

La pobreza, pero principalmente el componente de la misma relativo a la riqueza, que se expresa a través de la desigualdad, es la condición básica y necesaria para que existan desbordes sociales como los de estos días.

"Se roban LCDs", gritaban algunos, burguesamente indignados.
No es inclinación natural y única del pobre tener hambre. Y por lo tanto el deseo del "pobre" no queda delimitado al ámbito de lo nutricional. No podemos esperar que en una situación de saqueo el mismo se ejerza solamente sobre los artículos que incluye el INDEC en la conformación de la canasta básica alimentaria, y suponer que solo así se demostraría que el que roba lo hace "por necesidad".

Del otro lado, también hay "justificadores" de pensamiento fantasioso y muy aburguesado.
Dice Nicolás Salvatore:
Si un tipo, o una familia, se roba un plasma, ello no significa que no sea pobre, que no tenga hambre, o que no haya ido allí por necesidad. Ocurre que, desde la época de Ricardo y Marx hasta nuestros días, existe una relación de valor entre diferentes mercancías, por la cual con un plasma (revendido) morfan un par de meses. Y dos meses de morfi no entran en un changuito, entendés? Son pobres, y tienen hambre, no quiere decir que sean boludos. Son cosas diferentes. Sería bueno que lo sepas. 
Es hasta gracioso el planteo. Por lo ingenuamente lineal. Imaginarse a un "pobre", vendiendo el LCD y guardando la plata en una lata para ir comprándose de a poco los alimentos que no le entran todos juntos en el changuito es una de las imágenes más ridículas de las que seríamos capaces.

Eso pasa porque Salvatore no puede evadirse de su formación profesional, según la cual todos los agentes son racionales. Y actuar racionalmente significa reproducir la escala de valores que la cosmovisión de las clases dominantes considera más apropiada para las clases subalternas. 
Según la cual lo primordial es garantizar el alimento presente, primero propio y después del grupo familiar.
Más adelante garantizar el alimento futuro.
Y recién después avanzar hacia consumos más sofisticados, propios de un estrato social superior.

Un esquema de pensamiento que está muy alejado de la realidad. Los pobres quieren alimentos como cualquier persona de clase media o alta. No se fijan mucho en los valores nutricionales de los mismos sino más en el hecho de que les gusten, (por lo cual si saquean papas fritas Pringles no significa que no sean pobres "porque si lo fueran robarían sólo polenta"). Y también quieren zapatillas de marca, plasma, play esteiyon, y todas las mismas cosas que quieren en líneas generales las personas de cualquier estrato social. Y ese deseo no los convierte en más o menos pobres.

La existencia de bolsones de pobreza no está en discusión. La conflictividad social que provoca la desigualdad en el acceso a lo material no está en discusión. No necesitamos de un saqueo para saber si hay pobres o no. Los hay. Y en tanto los hay, las condiciones básicas para que se den actos de "subversión" al orden jurídico establecido están presentes, porque ese orden jurídico es el que determina la desigualdad en el acceso a lo material.

Ahora bien, la identificación pobreza=saqueo, que algunos hacen creyéndose por eso más cercanos al sentir de las clases populares (qué manera de abusar en el lenguaje de las categorías sociológicas cargadas de generalizaciones y prejuicios, pido perdón), es otro ejemplo de distanciamiento de la realidad. Creo que nadie, en ningún barrio popular, podría sostener esta defensa cerrada de los saqueadores, amparados en la necesidad, sin ser repudiados por la amplia mayoría de los vecinos.

El saqueo es una herramienta de la marginalidad. Y la marginalidad como grupo social tiene contacto con la pobreza pero no se identifican. Son como dos conjuntos con intersección. Parte de sendos conjuntos permanecen sin tocarse.

Pero seguramente habrá gente que, con mayores necesidades sin cubrir, no habrá participado de los saqueos de los que sí participaron dirigentes camioneros como el  que está detenido en Campana, que no debe tener un ingreso menor a los 10 mil pesos mensuales.
Los análisis lineales suelen ser los más simples, los más falsos.

Uno no es fanático de las teorías conspirativas, pero hay por lo menos dos elementos a tener en cuenta que sugieren esa línea.
Primero, Moyano salió demasiado temprano a hablar de la "espontaneidad" de los saqueos. Me parece que más que el grado de participación de Moyano en la organización, lo que quedó claro es que tuvo la primera intención de parecer el organizador. De instalar la idea de que si no te llevás bien con Moyano se te hace difícil gobernar. Es la lógica del apriete que viene ejerciendo en el campo de la política con mucha transparencia desde aquel exhorto suizo, y que evidentemente no sabe cambiar porque no conoce otra forma. Su destino es inexorable. Quedó pegado a estos hechos, deslegitimados totalmente a nivel social, por voluntad propia, más allá de que se victimice. En realidad es víctima. Del personaje que él mismo eligió crearse.

El segundo: después del 2001, hasta los supermercadistas se dieron cuenta que cierto asistencialismo preventivo era necesario para mantener las condiciones de posibilidad de la reproducción de su capital.
Paso muy seguido por el Coto de Constitución. Es un clásico de todos los diciembres que se acerque alguna organización social con muchas mujeres con chicos chiquitos a pedir bolsas de comida, que el supermercado ya tiene preparadas con anticipación y que reparte con celeridad.
Diría que es uno de los grandes aprendizajes que les quedaron incluso a los intendentes, que buscan evitar de cualquier forma el caos en su territorio, y que son capaces de extender redes asistenciales de todo tipo para evitar los conflictos graves. Nunca hubo, desde que tengo uso de razón, una permeabilidad mayor a resolver el conflicto social por las buenas. Hasta de parte de los más insensibles de los actores: los empresarios.
No es casual que los saqueos sean a cara tapada. Y no es (este comentario) una sobreactuación de la criminalización al estilo Berni o Casal. No hay una legitimación generalizada de los mismos, porque en su mayoría la sociedad no percibe una situación de necesidad insalvable por otras vías más ordenadas, digamosles.

Inevitablemente una sucesión de saqueos es un hecho político. En esas condiciones, más todavía. Y un hecho político no se produce si un actor político no lo lleva a cabo.



domingo, 16 de diciembre de 2012

Las obligaciones negociables de YPF (2)

La expectativa en YPF era superar los 100 millones de pesos, y en el rango de optimismo entraba la idea de llegar a los 150 millones. Los "expertos", en cambio, sostenían que ese último número era difícil de alcanzar. Por supuesto, si YPF declamaba como hipótesis de máxima llegar a 150 millones, las conclusiones de los analistas debían encontrar el punto medio. O casi. "Arduamente superarían los 100 millones", supongamos, es una salida muy compatible con los datos duros que ofrecía el análisis más repleto posible de algoritmos, curvas y polínómicas de todo tipo.

Pero la realidad suele ser cruel con las especulaciones científicas. La suscripción final superó largamente los 300 millones de pesos. 323 millones. A través de unos 10 mil suscriptores, de los cuales el 50% suscribió por menos de 5 lucas.
Hablamos de las obligaciones negociables que ofertó YPF durante la semana que pasó.

Hay un dato muy importante, que surge de todo este proceso. La demanda. Es decir, más allá de las posibilidades de financiamiento para YPF que seguramente darán cierta módica satisfacción a los directores y gerentes de la compañía, el dato más relevante es que existe un stock de ahorro potencial, en manos de personas con audacia suficiente como para experimentar con productos más complejos que la tradicional compra de dólares.

Desde este blog hablamos varias veces de que las inyecciones de pesos al mercado ya no estaban mostrándose tan fácilmente canalizables al consumo. Los controles a la importación, sobre todo en el rubro automotriz (la caída del acuerdo ahora reconfigurado con México), la prohibición de facto de comprar dólares para atesoramiento, y el efecto en el mercado inmobiliario de la retracción de los agentes especulativos, no hacía más que agregar presión, tapando vías de escape de pesos excedentes. El alza de precios y las subas de tasas de interés fueron una consecuencia directa y otra indirecta de este fenómeno.

La experiencia YPF brinda una nueva perspectiva a todo este esquema, que se alinea también con la reforma del mercado de capitales.
Persistirán factores culturales que solamente el largo plazo terminará por disipar al menos en cuanto a lo más significativo. En cuanto a esto sería interesante poder saber cuál es la edad promedio de los suscriptores de las obligaciones negociables de YPF. Y su distribución geográfica.

Un interesante planteo para hacer respecto de esto sería cómo encontrar la forma de canalizar el ahorro de los habitantes de distintas regiones del país hacia actividades productivas de interés comunitario regional, reconfigurando un sistema financiero que se encuentra hoy hiper centralizado en el puerto de Buenos Aires (con ramificaciones en otros pocos puertos o ciudades satélites). Porque la importancia del puerto hoy no radica tanto en la centralización de la actividad comercial con el exterior, sino más que nada en el entramado de financiación del comercio exterior, para el cual se capta desde las "cities" el ahorro proveniente de todo el país. El médico catamarqueño y el abogado misionero son piezas, no digamos fundamentales pero sí presentes en el esquema de pre-financiación de las exportaciones de Cargill (algunas de las cuales se triangulan vía Uruguay, ese país ejemplar que tiene un presidente pobre).

Para terminar, uno de los puntos a ver es el de la hipotética suba de tasas de interés que podría propiciar la participación indirecta del estado (a través de una empresa que controla, como YPF) en la captación de fondos en el mercado doméstico. Mi opinión es que esta suba de tasas de interés es un fenómeno inevitable en tanto crece la oferta de dinero pero ésta no se canaliza ni hacia la demanda de bienes ni hacia el ahorro formal. La aparición de productos alternativos que incentiven el ahorro interno, al mismo tiempo que se encuentran tapadas las vías para la formación de activos externos (o sea, la fuga) propiciaría un proceso de suba de tasas de interés más moderado que el que se daría con potenciales ahorristas sin saber para donde llevar la guita. Un proceso más sano, podríamos decir.
Que sin ser perfecto propone la instalación de algunas condiciones con las cuales operar en virtud de conseguir algún efecto virtuoso.

Hay varios reacomodamientos que nos dan a pensar que están instalándose justamente las condiciones como para operar con márgenes apreciables en una reducción de la inflación.

Sería óptimo poder avanzar en un moderado (pero más firme que el interrumpido del año anterior) replanteo de los subsidios. Una boleta bimestral de luz de 45 pesos en un barrio de clase media de la ciudad de Buenos Aires es inadmisible, por más bajo que sea el consumo.

Y además está la chance de que el haber mantenido fijo el mínimo no imponible de ganancias provea alguna novedad auspiciosa (dentro de lo malo que pudo haber sido para bastantes) de cara a los próximos meses.
En el próximo post una humilde formulación de posibles "políticas de ingresos" con vistas a reacomodar algunos precios desacomodados.


miércoles, 12 de diciembre de 2012

Las obligaciones negociables de YPF

YPF hace un ensayo de lo que se viene: la apertura del mercado de capitales a ahorristas más chicos. La idea es ofrecer alternativas atractivas para ahorristas de bajos montos, que sirvan como sucedáneos de los plazos fijos o el atesoramiento de dólares o la especulación en fideicomisos para construcción, comprando "desde pozo", y que brinden a su vez el beneficio social de propiciar una reconducción de los stocks de ahorro hacia emprendimientos de tipo productivo o estratégico, como sería el caso del desarrollo en la explotación de gas no convencional.

O sea, vincular el ahorro con las actividades económicas de interés general, creando vías de financiamiento más eficientes para las empresas, y a su vez más efectivas para la idea del ahorrista: resguardar su plata.

El problema que se presenta en esta experimentación es el de la intermediación, que es el problema de todo sistema financiero. Las operaciones que vinculan una punta y otra del contrato son complejas desde lo operativo y lo administrativo, y entonces aparecen instancias de intermediación que absorben parte de la guita.

Veamos el tema con cierto nivel de detalle.
YPF lanza sus Obligaciones negociables. Son papeles que en la práctica funcionan, para el ahorrista, casi como un plazo fijo (salvo que se necesite vender anticipadamente, pero los descuentos son sustanciosos). Vencen en un año, el capital se amortiza íntegro al final (es decir, el capital invertido que puede ser mil pesos se devuelve completo la última fecha después de transcurridos los 365 días), y pagan interés fijo de 19% anual, pero que se liquida en cuotas fijas mensuales.
Digamos: pongo mil pesos. Cobro 15,80 por mes, durante un año, y ahí me devuelven los mil pesos iniciales.

Entonces, un ahorrista puede querer prestarle su plata a YPF con la promesa de que se la devolverá pasado un año, más un interés mayor al que paga un plazo fijo. ¿Cómo tiene que hacer?
Necesita contactarse con un intermediario. Un banco, que se encarga de la colocación de las obligaciones, con cupos, al que YPF le paga por sus servicios. Son 8 los bancos contratados para esta operación. Entre ellos Nación, Provincia, Galicia, BBVA, Santander.

El ahorrista necesita tener:
1. una cuenta en alguno de esos bancos. Una caja de ahorro, que puede ser la cuenta sueldo, sobre la cual el beneficiario no paga mantenimiento. Si no tenés caja de ahorro, tenés que abrir una, y en ese caso sí se pagaría mantenimiento. En esta cuenta se hacen los créditos y débitos de la operación. Por ejemplo, los intereses se cobran a través de esta caja de ahorro. .
2. una cuenta custodia. El banco abre una cuenta en Caja de valores S.A. donde quedan en custodia los papeles (las obligaciones negociables) hasta el día del vencimiento. Esta cuenta custodia también tiene un costo. Depende del banco que se lo transfiera al cliente o no. Por lo general, si bien el costo de mantención es proporcional al valor depositado hay un costo fijo mínimo, lo cual actúa de modo regresivo.: el que menos deposita (hasta cierto monto)  termina pagando una proporción mayor.

Veamos cómo funciona este en algunos de los bancos:
Galicia
Cuenta custodia: 0.04% mensual comisión custodia sobre valor inversión o un mínimo de $3+IVA x mes.
Comisión sobre renta sobre intereses: 1.25% o un mínimo de $8+IVA x mes.
Comisión sobre amortización: 0.35% o un mínimo de $8+IVA anual.

Calculando una operación por 5 mil pesos, tendríamos que en concepto de intereses se recibirían 950 pesos en el año, pero entre comisiones y mantenimiento habría que pagar unos 300 pesos. Con lo cual quedarían limpios unos 650 pesos de renta.
Tasa efectiva anual: alrededor de 13% (menos que un plazo fijo)

Santander Río
Cuenta custodia: 0.12% trimestral comisión custodia sobre valor inversión o un mínimo de $12+IVA x trimestre.
Comisión sobre intereses: 0.90% o un mínimo de $15+IVA x mes.
Comisión sobre amortización: monto fijo de $10+IVA al final.

En el mismo ejemplo del caso anterior, la cuenta da más o menos lo mismo.
Tasa efectiva anual: alrededor de 13% (menos que un plazo fijo)

Banco Nación:
Cuenta custodia: Bonificado.
Comisión sobre renta sobre intereses: No cobran
Comisión sobre amortización: No cobran

Tasa efectiva anual: 19% (salvo que haya que pagar mantenimiento de caja de ahorro)

Por supuesto, que si un ahorrista experimentado ya paga cuenta custodia por otras inversiones (bonos, acciones), esos gastos resultan menos significativos.
De esto se desprende que la función de intermediación de los bancos es decisiva a la hora de acercar a los ahorristas pequeños o con bajo nivel de información, a este tipo de operaciones, que cuando las comisiones y los gastos son altos y los montos invertidos bajos, resultan menos rentables que un plazo fijo.
La opción que ofrece el Banco Nación, en cambio, es altamente atractiva para ahorristas de bajos montos.

No sé si la CNV podrá regular esto a partir de la reforma del mercado de capitales por el texto de la ley recientemente aprobada, pero los bancos como intermediarios juegan un papel fundamental en el éxito o no de estas experimentaciones.

jueves, 6 de diciembre de 2012

Juicio político a Alak


Los políticos más responsables en cuanto a defensa del funcionamiento de las instituciones de la república piden el juicio político a Alak. Por su "embestida" contra el fuero civil y comercial federal. Sin antecedentes "en 29 años de democracia".

Los partidos políticos ya tienen su coto judicial asignado. Es el contencioso administrativo. Las roscas se ejercen ahí.

Pero este es un territorio ajeno. Así lo consagra indirectamente nuestra sagrada constitución nacional, y directamente ciertos pactos tácitos heredados, establecidos entre los distintos polos de poder. Pactos tácitos y normas de rango constitucional o menor que garantizan el tan famoso "equilibrio de poderes". Que es algo bastante más denso que la pavada esa esquemática de los tres poderes (ejecutivo, legislativo, judicial).

Pero Alak (el gobierno) transgrede ese equilibrio. Pone en cuestión que con esos pactos quede saldada toda disputa. No tiene buena prensa la jugada que le tocó en suerte a Alak. Pero es revolucionaria. En el terreno de lo real. No en el semiótico, que parece ser el que más importa. Que opinen los wichis y los mapuches, y que Vila no tenga a su hija de testaferro.

El pecado de Alak (al que insisto, le tocó en suerte este rol poco glamoroso) es  no respetar la preponderancia empresarial en el fuero civil y comercial. Fuero reservado a empleados, socios, amantes, esposos, amigos, rivales en los torneos de crocket, vecinos de cantri, padres de los compañeritos de colegio de los hijos y favorecidos por los viajes "all inclusive" de los grandes empresarios y las grandes empresas.

Hay cierta lógica por la cual esto funciona así. Es el fuero donde se dirimen los diferendos que afectan a las empresas. Y en el cual se garantiza como premisa básica el cumplimiento ordenado de un régimen de propiedad del capital, plasmado en las leyes previstas para tal faena.

Los profesionales que asumen como jueces obtienen tal condecoración en honor a sus frondosos curriculum. Por lo general, en representación de grandes corporaciones, que es lo que da status. El desarrollo de esta actividad profesional brinda la posibilidad de establecer vínculos profesionales, laborales, afectivos. Que pesan a la hora de avanzar en los lugares. Las redes de relacionamiento de este cuerpo cerrado, reservado, de personas van desde trabajar juntos en un juicio resonante, hacer algún negocio gracias al tráfico de influencias o la misma visión e impronta emprendedora, hasta casarse entre ellos, o con sus hermanas, o con los amantes de algún otro. Lo que pasa en cualquier lado donde hay mucha gente disputando guita y poder.

No los convierte eso en un grupo homogéneo. Hay internas. Las grandes empresas litigan entre sí, se disputan los mismos botines, se reparten los mismos resabios de un desfalco.
Y protegen, por supuesto, los principios básicos del régimen de propiedad que les garantiza gozar de este margen de operación. Que les da derecho a hacer lobby y traficar influencias para la conformación del fuero civil y comercial, donde se juega, bajo el manto impostor del principio de "igualdad ante la ley" la protección a las estructuras de la desigualdad en el reparto del producto social, el acceso a bienes, la propiedad y uso presente y futuro de ellos, y todos los privilegios que se derivan de ese orden de cosas.

Es entonces casi como una derivación lógica que en ese fuero se establezca la línea de resistencia legalizada ante cualquier aventura política que se quiera "pasar de la raya". Con garantía constitucional: la estricta división de poderes, en la que al judicial le tocó el rango vitalicio como garantía de independencia.

Esa constitución sagrada que Dios nos dio, y que para que no se la reforme hay que juntar un millón de firmas. Nos juntamos este fin de semana, en todas las plazas del país. No a la reforma, Cristina. No pasarán.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Multiplicar las voces

Pamela no ligó ni una FM

Sabbatella explica, cada vez que puede y se lo propone, los detalles acerca de los mecanismos empleados para el proceso de desinversión según lo que dice la Ley de medios.

De este modo, puso énfasis hace poco en los planes de adecuación que presentan los grupos de medios, que quedan sujetos después a revisión y aprobación de Afsca. Esto hay que remarcarlo: que se presente un plan de adecuación no implica que la adecuación se haga tal y como se la expone en el plan. Es una propuesta empresarial, que la autoridad de aplicación estatal tiene que evaluar y aprobar para que se empiece a llevar a cabo en esos términos, que pueden ser observados, revisados, corregidos.

En este sentido, Sabbatella tuvo algunas definiciones polémicas cuando de algún modo le hizo un guiño al plan de adecuación presentado por el Grupo Uno (Vila-Manzano) que incluía, aparte de la separación de sociedades y la conformación de nuevos grupos, la inclusión entre ellos de uno cuya propietaria sería Barbarita Vila, la hija de Daniel.
Desde el Afsca, y a través de su presidente nada menos, parece no cuestionarse tal política desinversora por parte del Grupo, y hasta aparentemente se la legitimó.
Es la consagración de la temida figura del testaferro. Legitimada por la aprobación casi segura de los planes de adecuación que se esgrimen como modelo a seguir por otros grupos.

El ítem es, por supuesto, polémico.
Por un lado, porque certifica el reconocimiento de que mediante testaferros se pueden urdir redes indescifrables, difíciles de desentrañar, y al mismo tiempo legales. Esto puede sugerir que entonces no sea el bloqueo a estas prácticas una prioridad.

Independientemente de los nombres que hacen a la constitución accionaria de las empresas, y más allá de que dichos nombres emparenten sanguíneamente o no, hay también un margen para influir sobre la conformación de sociedades separadas, como un paso de avance en cuanto a la relación del capital con las entidades estatales.
La composición accionaria de las empresas, y la titularidad de dichas acciones , no solamente en el ámbito de los medios de comunicación, ha reconfigurado financieramente la propiedad del capital. La propiedad de los bienes de una empresa y los derechos de cobro de utilidades tienden a dispersarse, a desconcentrarse, a volcarse en varios accionistas, en tanto esto promueve la captación de ahorros que sirve como mecanismo de ampliación de capital con financiación eficiente.

Por el lado contrario, muchas veces la concentración se activa desde el campo operativo, fusionando unidades, abaratando costos (laborales), difuminando estados contables, propiciando flujos financieros intra-empresariales y tributando menos.

Entonces,más allá de los testaferros las nuevas unidades presentarán balances por separado, tributarán por separado, firmarán contrato con sus empleados por separado (y esto es un dato importante).

Esta modificación en la organización empresarial, así como la posibilidad de fiscalizar desde Afsca las tenencias accionarias, sus pases de manos y además propiciar el bloqueo a maniobras de multiplicación de tenedores hacia el extranjero (como en el caso The Old Fund, por ejemplo) con fines de ocultar los vínculos de propiedad tras el secreto paradisíaco de algún enclave financiero británico, son de todos modos (más allá del aval al testaferro) cambios importantes en los regímenes de propiedad y en la forma en que se establecen limitaciones a los mismos, que tienen a mi modo de ver una densidad mucho mayor a la del declamado objetivo de "multiplicar las voces", que en este caso, entre Daniel, Alfredo y Barbarita Vila estarían desbaratando un poco, con anuencia del Afsca.