Insiste Duhalde. Con el circo de lanzar candidaturas que prolijamente "baja" después, para planear el nuevo relanzamiento. Cada uno menos creíble que el anterior.
Pero como nadie puede suponer que el hombre sea tonto y no sepa lo que todos los demás, espectadores apenas, vemos tan claramente, es que creemos en que esconde alguna carta (probablemente imaginaria).
Macri, mientras tanto, en profusión de colores y bailes, que no pudieron ocultar sin embargo el espíritu de fracaso reinante, hizo un llamado a la épica (de cotillón) de ir "a pelear" (de nuevo) por la ciudad. No consigue entusiasmar a su tropa, que soñaba desde hace tiempo con el desafío de la presidencia, pero al menos lleva adelante el experimento duranbarbiano según el cual hacerse el estúpido rinde electoralmente bien. Lo dilucidaremos, parcialmente, en junio.
Mientras tanto, Binner sigue jugando el rol de superhéroe progresista. Y le dice a Alfonsín que no le gusta el acuerdo con De Narváez.
Cada vez con menos entusiasmo. Discilplinado por la necesidad de mantener unido en Santa Fe el frente electoral, marcha Binner a aceptar en público pero sin anuncios, la alianza con el PRO. Dejando convenientemente de lado el perfil progresista (decididamente inmerecido, además).
Y como si todo esto fuera poco, el anuncio de Macri de que el PRO tendrá una referencia nacional volvió a disparar operaciones.
Asís, dice que se fragua en las sombras la fórmula Lavagna-Massa. Lavagna, virtualmente retirado como dirigente político (que nunca fue), no puede ser otra cosa que una bomba de humo de Asís (materia en la que se especializa el autor y único persistente elogiador de "Flores robadas en los jardines de Quilmes").
El que se lanza a ocupar el espacio (aunque casi con seguridad termine reculando hacia una alianza con el radicalismo) es Solá.
Y, entonces, vuelven a abrirse paso las especulaciones sobre Reutemann. El temido Lole. Promocionado por su esposa. Y mangueado públicamente por su ex, que le tiende una extorsión 2.0 desde su blog. El Lole, parece, (aunque según los que lo conocen no es una virtud por la que se destaque) paga convenientemente. Aunque con atrasos esporádicos, que hacen que la señora Bobbio hable cada vez un poquiito más.
No estaría mal que el ex-subcampeón de fórmula 1 se animara, sin embargo, a pelear las primarias con Cristina, el 14 de agosto, al menos para justificar la reforma electoral, que de ser por los caciques de la "lucha contra el bipartidismo" resultaría inocua.
Hasta ahora, los únicos que le han hecho honor a la reforma (aunque tal vez todavía no se dieron cuenta), son los troskos, a los cuales hubo que sancionarles una ley para que presentaran una sola lista testimonial, y no 3.
Pensando en algunos de ellos (sobre todo el primero), Gadel canta As de catón:
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