miércoles, 11 de mayo de 2011

El hallazgo del petroleo


Ayer hubo un anuncio de descubrimiento de un yacimiento petrolífero en Neuquén.

Antes que nada: La reciente venta de acciones por parte de Repsol para que los Eskenazi adquirieran un paquete de 10%  y llegaran de esa forma a tener el 25% del total, fue una venta dirigida. Es decir, Repsol acordó directamente con los Eskenazi las condiciones de la operación. Distinto a si hubiera hecho una venta pública.
Como un descubrimiento como el anunciado no ocurre de un día para el otro, y es probable que desde hace varios meses se estuviera manejando información sobre el tema internamente, es dable pensar que la venta se realizó en un marco de acuerdo entre las partes, que ya incluía al menos la previsión de que el yacimiento estuviera.
Por lo cual quedaría desestimada la invalidación según la cual podría haberse ocultado el hallazgo para no subir el precio de las acciones antes de la operación, etc.

Superado este escollo, a los admiradores de las suspicacias les queda el terreno marginal de no creer en el anuncio, al que podrán aferrarse "libremente" con el fanatismo de la "fe ciega".

Ahora bien, ¿qué tan importante es el descubrimiento?
En cuanto a volumen:
-en términos absolutos, 150 millones de barriles no son gran cosa. Argentina no se convierte en potencia petrolera. Ni siquiera tiene garantizado el autoabastecimiento para los próximos años (a partir de que los pozos estén operativos), que depende de muchos otros factores que se haría muy largo enumerar. Pero, digamos, las cantidades no son abrumadoras, ni mucho menos.

-en términos relativos, sin embargo, se trata del hallazgo más importante de los últimos 20 años.
Entonces, con un esquema de intervención estatal sobre los precios y con precios desacoplados de los internacionales, se obtuvieron en los hechos los mismos resultados cuantitativamente hablando, que en el período (90-01) dominado por la estructuración de un mercado en el que se dejara operar sin intervención a las señales de precio, con precios altos en términos internacionales, y con las condiciones óptimas, según los especialistas, para que los inversores privados desarrollaran sus actividades, que redundarían, gracias al marco de previsibilidad necesario, en un crecimiento de la actividad acorde a las necesidades de la Argentina.
El "verso Montamat", digamos, se enfrenta a un obstáculo real con nivel de dificultad elevado.

Por otro lado, están las condiciones del suelo, que influyen decisivamente.
Si no hay petroleo, no hay. Por más que te gastes fortunas en exploración. Y el suelo argentino, para la extracción de tipo convencional parece estar agotado, o casi.

Y aquí entramos en la que sería la máxima importancia del hallazgo.
Su "no convencionalidad".
El petroleo encontrado, igual que el gas anunciado ya en diciembre, se extrae con mecanismos distintos de los que se venían utilizando en Argentina.
O sea, se incorpora una nueva tecnología, y como resultado de la exploración se halla producto cuya extracción requiere el uso de una tecnología novedosa en el país.
Cambian las perspectivas, entonces (y por allí pueda explicarse mejor por qué empresas chinas invierten en compañías que operan en la patagonia). Por supuesto, este producto, para que su producción sea rentable, requiere de ciertas condiciones de mercado (principalmente precios). Esto hace que no vaya a incorporarse mágicamente a las cantidades producidas, sino que probablemente de a poco se le irá dando destino en el marco del programa Petroleo Plus, para consumos específicos o exportación . Pero en el corto plazo el hallazgo alcanza solamente para modificar la situación patrimonial de la compañía YPF.

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