Como sabemos, la variación de las reservas del BCRA es una especie de resultado final del registro de todos los ingresos y egresos de divisas al país.
En lo que va de 2011 las reservas del Banco Central disminuyeron unos 450 millones de dólares. Esta situación podría mantenerse en la segunda parte del año, y aún hasta profundizarse.
Hay un dato insoslayable: como parte de su política cambiaria, el Central compró en lo que va de 2011 5.600 millones de dólares. Entonces, la caída de reservas indica que se produjo, como contrapartida de ese y otros ingresos de divisas, un egreso importante.
Las vías de ingreso de divisas son, básicamente:
-Exportaciones.
-Remesas desde el exterior (de empresas o particulares)
-Inversiones (productivas o financieras)
-Créditos tomados en el exterior: del sector privado, por particulares o empresas; del sector público: por el estado nacional o los provinciales y municipales, etc.
Los egresos se producen principalmente por:
-Importaciones
-Remesas al exterior
-Formaciones de capital en el exterior (inversiones)
-Pagos de deuda (pública o privada)
Para cada una de las vías de salida de divisas, el Gobierno tomó en este año decisiones interventoras, de manera tal que podemos deducir que si el tema no es preocupante, tampoco pasa desapercibido.
Vamos a centrarnos en una de las vías de egreso (y eventualmente ingreso) de divisas: la deuda pública.
En el resultado de 2011 será absolutamente influyente la decisión del Gobierno de pagar los vencimientos de deuda con reservas. Cerca de 10.000 millones de dólares, en total, de los que ya se abonaron unos 5.000.
Cabe aclarar que no todo ese monto se termina computando como egreso de divisas, ya que parte de lo cobrado por los acreedores es reinvertido en el país. Igualmente, la caída proyectada de las reservas para este año (si es que termina confirmándose), no se hubiese concretado de haberse decidido refinanciar parte de los vencimientos, por ejemplo.
Para el año 2012 se proyecta otra situación. Vencen unos 5.000 millones de dólares de intereses, y unos 8.000 millones de dólares de capital. 13.000 millones de dólares aproximadamente, en total.
Sin embargo, de ese monto, unos 2.000 millones en intereses, y unos 3.000 millones en capital está en poder de agencias nacionales, lo cual ofrece la posibilidad de refinanciar automáticamente (en principio, los vencimientos de capital, pero aún cuando se liquiden los intereses, siempre con la certeza de que no será plata que salga del país).
De los 8.000 millones restantes, 3.000 son intereses (que hay que pagarlos sí o sí para que no se capitalicen) y 5.000 son vencimientos de capital. Más de la mitad, en manos de acreedores privados, y el resto en organismos multi o bilaterales.
De manera que salvo que se consiga estabilizar el saldo comercial positivo (exportaciones - importaciones) que viene bajando, o se consiga cerrar algunas de las canillas de salida de divisas (remesas, "inversiones", lo que se conoce como fuga), pagar con recursos genuinos el total de los vencimientos terminaría con una casi segura pérdida de reservas.
No hay una situación desesperante por la cual resulte imperioso evitar que así sea, pero la situación obliga a pensar variantes, alternativas.
Hoy por hoy, parte (chica) de los ingresos de divisas al país se produce por la toma de deuda de provincias y municipios. Una variante sería que el Estado Nacional, tal vez, se sume a este esfuerzo cuasi fiscal.
Opciones, a despuntar con el paso de los meses. Con la "fortuna" de que ninguna implica un shock. De que podemos pensar tranquilos, sin temores a ninguna crisis. Un verdadero logro, teniendo en cuenta la historia argentina de los últimos 30 años.
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