domingo, 24 de octubre de 2010

La parte "de atrás" del requiem


La no represión del conflicto social era una realidad, una bandera, una justificación de la que nos sentíamos orgullosos. Y no la supimos defender. Ya no la vamos a poder usar con la misma significación de antes. Por lo menos, debemos refundarla.

Veo comentarios de militantes troskistas en otros blogs y me da algo de bronca, porque el respeto por la situación hace que no se les pueda decir un montón de cosas, para las cuales, digamos, no es el momento. Pero me revuelve las entrañas, por ejemplo, que sus dirigentes sobreactúen la queja  porque la policía no los cuidó!!!!! ¿Desde cuando una organización clasista y revolucionaria exige a las instituciones del estado burgués que la proteja, mientras busca la mejor forma de destruir el sistema capitalista, con democracia e instituciones burguesas incluidas? Es una chicana intolerable en cualquier otro contexto.
No tienen derecho (los troskistas) a usar una consigna emanada de la convicción que tenemos quienes pensamos que la democracia burguesa es un ámbito adecuado (el más adecuado realmente existente, aunque con miles de defectos) para la resolución de conflictos. No pueden (ellos), en virtud de la honestidad intelectual, pasar la factura de la ineficacia del estado burgués. Porque ellos están justamente, para forzar las contradicciones del Estado burgués, no para pedir su tutela.¿Cómo, el Partido Obrero, va a pedir más Estado (burgués)?
Que le dejen la hipocresía a los radicales, que saben hacer abuso de ella.

Mi reproche es justamente a los límites de nuestra construcción. A nuestra ineficacia.
Nos reprocho (a ese colectivo políticamente identificado con la etiqueta kirchnerista, del que me siento parte) no haber sabido defender esa justificación, esa razón de ser de muchas de nuestras acciones. Haber fracasado en el cuidado de uno de los que eran nuestros más valiosos elementos. Que no es el deber de proteger las acciones revolucionarias del troskismo, sino evitar las muertes. Resolver los conflictos sin muertes.

Después, el troskismo puede hacer lo que quiera con el asesinato de su militante. Incluso, usarlo políticamente. Hasta les reconozco ese derecho.
Sé también, que si no matan no es por convicción sino por carencia de fuerzas necesarias. Y también sé que a tipos que piensan como yo, nos odian como a un enemigo más.
No es recíproco. Yo no odio a "los troscos". Me gusta que "nos matemos" discutiendo. Pero solamente discutiendo.

4 comentarios:

Silvia Cecilia dijo...

me encanto tu desarrollo del pensamiento. El cual comparto. Como decís habría tanto más para escribir pero son momentos de respeto a un compañero y su familia. Te diría que el resto es de palo. Saludos. Silvia

Mariano dijo...

Te agradezco Silvia.
Un abrazo

il Postino dijo...

El crimen de Ferreyra no sólo debe convocarnos a perfeccionar el ecosistema sindical y político-laboral para que los conflictos internos no se diriman con muertos.

El crimen de Fuentealba y el de Ferreyra también nos muestra que cuando se lleva un conflicto a ciertos extremos, la racionalidad se lastima en todos lados, y los factores imponderables se vuelven cada vez mas peligrosos.

Algo de eso señana Brienza hoy, con mucho cuidado en esta nota: http://tiempo.elargentino.com/notas/para-que-no-haya-mas-marianos

Anónimo dijo...

impecable