"Al país lo dañan los privilegios", dice Clarín que dijo Bergoglio.
Y es en gran parte cierto. Privilegios que usufructúan corporaciones y gerentes, líderes, dirigentes, de variadas organizaciones: políticas, sindicales, empresariales, religiosas, no-gubernamentales, judiciales.
Todo lo que se haga por modificar esas estructuras injustas, con un criterio redistributivo, será bienvenido. Será saludado todo lo que se haga por compensar al menos las diferencias de un sistema cuyas estructuras se basan, justamente, en la diferencia.
Mejores tiempos los que nos tocan vivir, en los que por lo menos sentimos pudor de preferir un sistema cuya optimización se basa en criterios que exacerban las diferencias e incentivan los privilegios.
Este blog (es bien sabido), dentro del microclima de la blogósfera K, se encuentra bastante por debajo de la media en cuanto a niveles de anticlericalismo. No tenemos nada especial contra Bergoglio ni menos aún contra la Iglesia católica, a la que le reconocemos grandes virtudes organizativas, muchas de las cuales colaboran con el sostén de una paz social, que de alguna manera sería imposible de sostener mientras pervivan injusticias que no hemos sabido corregir en estos años.
Pero no podemos conicidir con el estatuto que Clarín le da a los dichos de Bergoglio. Porque Bergoglio no tiene la estatura necesaria para marcarle la cancha a la dirigencia política, justamente en materia de privilegios. Porque mentar lo dañino de mantener estructuras de privilegios exigiría una autocrítica de origen, al menos como forma de manifestar prudencia frente a un tema que no es exclusivo de ninguna dirigencia ni de ningún liderazgo en particular.
No deja de ser una buena noticia que justamente desde los sectores privilegiados se insista en la necesidad de corregir la injusticia. Podemos pedir un salto cualitativo entonces: pasar de lo declarativo a los hechos. Hay agenda. Los invitamos a todos a discutirla. Pero no en el Coloquio de IDEA, sitio hostil si los hay, a cualquier iniciativa que intente subvertir las estructuras de privilegios.
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