domingo, 3 de octubre de 2010

Junta Nacional de Granos


En las últimas semanas se volvió a hablar del tema. Que genera desacuerdos entre las conducciones de las distintas representaciones corporativas de los empresarios agrícolas. Y que provoca infundadas algarabías en algunos sectores cercanos al oficialismo.
Aparentemente, la FAA baraja un proyecto. CRA y SRA no quieren ni escuchar hablar del tema. El asunto, sin embargo, pasa por definir qué aportes podría hacerle una JNG a la organización de un negocio, cuya importancia es vital para el desenvolvimiento de la economía argentina, interfiera esto o no con aspiraciones de tipo político.


En principio hay que decir que el mercado suele tener algunas virtudes como "disciplinador" y organizador de negocios. Esperar que no todo quede "regulado" (o desregulado) por el funcionamiento del mismo, no debería implicar que desconociéramos cuáles son las condiciones en las que nos movemos.
Una institución estatal, pensada como reguladora, no debería perder de vista que cualquier "ahogo" sobre la organización dispuesta por el mercado requiere que se establezcan pautas racionales que reemplacen eficientemente una institución por otra.
Dicho de manera menos complicada: el establecimiento de una Junta Nacional de Granos no debe aceptarse sin discusión. Pensar para qué, con qué objetivos, y no dejarse llevar por la nostalgia. Reponer la JNG no equivale a recuperar la juventud perdida.


Una institución de este tipo podría colaborar en la definición del famoso "precio sostén". Un precio mínimo que las exportadoras deberían pagarles a los productores. El fin es evitar abusos monopsónicos de parte de las grandes empresas exportadoras. Al mismo tiempo regularía los márgenes de ganancias de estas empresas, para que estas no sean "extraordinarias". El mecanismo podría ejecutarse haciendo que la JNG actuara como un competidor más de las exportadoras, o aún como intermediario entre los productores y aquellas, comprando cosechas y vendiéndolas a los que exportan, o exportándolas directamente.


El precio neto que recibe el exportador está regulado, actualmente, por las retenciones (si no hubiera retenciones, el precio lo fijarían los valores de comercialización internacionales; es decir: se puede operar para bajar el precio neto que cobra el exportador pero no para subirlo). Esto significaría que en el caso de que la JNG decidiera mantener un precio sostén para productores mayor al que las exportadoras estuvieran en condiciones de pagar (o tuvieran ganas de pagar), sería la JNG la que debería "bancar" la diferencia. O sea, si el criterio es crear una Junta de estas características, se estaría creando una entidad encargada de distribuir subsidios indirectos a los productores.
Por otra parte, las retenciones perderían una de sus "propiedades": la de fijar el precio interno de las materias primas. Esa "propiedad" sería absorbida por la JNG. O sea, se modificaría el mecanismo (no el criterio, esto es: precio regulado). Una JNG de este tipo no eliminaría el conflicto potencial por la renta. El choque de intereses entre quienes comercializan materias primas, quienes les agregan valor a las mismas, quienes acopian y exportan, existiría igual. La Junta mediaría en ese campo, en el que se pondrían en juego cuestiones como renta, márgenes de ganancia de las distintas facciones del capital, fondos del estado disponibles para subsidios, y la capacidad por definir un perfil productivo de país distinto al que sugerirían los "precios internacionales".


El motivo por el cual CRA y SRA se resisten a la aplicación de políticas como éstas habría que buscarlo por el lado de que consideran conveniente que sea el mercado el disciplinador de los actores del negocio. La idea es que el achicamiento de los márgenes de las exportadoras puede propiciar una organización de la producción y comercialización de productos agrícolas que limite por igual el crecimiento y la concentración (dos fenómenos que en el capitalismo suelen ocurrir de manera simultánea).


Una institución de este tipo, sin embargo, dejaría al margen la discusión sobre el total de la renta del sector, y su influencia sobre la definición del perfil productivo del país.

7 comentarios:

Luis Quijote dijo...

Esta nota estará citada como Textos relacionados: en
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Mariano T. dijo...

El problema de Buzzi es ver un Estado benévolo, cuando los productores sabemos que a lo máximo que podemos aspirar es un estado neutral.
Qué es "regular" el mercado? Para el estado que incluye un Moreno en sus filas, es que cuanto más barato venda el productor, mejor. Para un estado K, es cuanto más plata pueda extraer, mejor.
Una JNG monopólica, mera intermediaria entre el productor y los exportadores, solo sería un instrumento de opresión.
Una JNG como una empresa testigo, que compre y exporte, y que compre más cuando los exportadores aumentan arbitrariamente sus márgenes sería aceptable. Pero soy mu escéptico sobre la competitividad de un organismo que arranca de cero frente a jugadores globales, que ofrecen muchas más garantías a un importador privado (desde principios de los 90, ya no hay Estados que compren).
Y lo del precio sostén es una utopía. En los 70 y 80 se tiraba un precio en pesos 9 meses antes, que siempre a causa de la inflación era superado por el mercado. El estado jamás pondría un peso si le toca perder con un precio sostén.
Ya Buzzi esta perdiendo legitimidad en sus bases cuando confía en una segmentación a cargo del estado (lo estamos viendo con el trigo, el estado nunca la pone).
Lo mío no es filosófico, es práctico. No veo como una JNG puede prevenir la concentración, o el mercado abierto favorecerla. Eso se logra solo con diferenciación de políticas.

Mariano T. dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Enrique Pazo dijo...

Mariano T.

En una fábrica de bulones -por ejemplo-, el precio de venta es la sumatoria de los costos de materia prima, gastos de elaboración y distribución, prorrateo de gastos fijos y margen de utilidad.

Si se trata de un monopolio, el precio se fija arbitrariamente, con el consiguiente perjuicio para el consumidor.

La suya es una visión donde preponderan los intereses personales, por sobre los de la comunidad, ¿no le parece?

La SRA y la CRAno operan para el bienestar general.
El gobierno debe mediar obligadamente, pues para eso fue electo.

Nadie es la Patria. Todos lo somos.

Mariano T. dijo...

A que monopolio se refiere? No entiendo bien su punto.

Mariano T. dijo...

En cuanto a la fábrica de bulones, el precio de venta es el máximo al cual pueden colocar su mercadería. La variable es el beneficio, que va a depender del precio. Si la competencia baja el precio, lo tendrá que bajar aunque su beneficio se jibarice.

Mariano T. dijo...

En cuanto a la fábrica de bulones, el precio de venta es el máximo al cual pueden colocar su mercadería. La variable es el beneficio, que va a depender del precio. Si la competencia baja el precio, lo tendrá que bajar aunque su beneficio se jibarice.