lunes, 4 de octubre de 2010

La suerte

La respetada y muy querible Ana C. publica hoy una entrada en la que señala que si se compara en % de PBI a qué se asignó el gasto público en 2001 y en 2008, nos encontraremos con que no hay una gran diferencia entre el "peor año" de la democracia y el "mejor" (es muy irónica Ana C.).


Yo no voy a discutir esos conceptos porque la verdad es que no estoy a la altura de poder hacerlo. Pero sí me voy a detener en un punto que surge de la argumentación, y que se reitera muy a menudo cuando se habla del gobierno de De La Rúa y se lo compara con el fragmento kirchnerista. Me refiero a la invocación al contexto internacional, que suele mostrar a los Kirchner como presidentes con suerte y a De La Rúa como un pobre desgraciado al que le tocó bailar con la más fea (en sentido metafórico, por supuesto; no creo que doña Inés lo dejara bailar, ni siquiera con la más fea).


La verdad es que al contexto hay que ayudarlo. Y De La Rúa lo ayudó. Fue él quien decidió apostar al tipo de cambio fijo. Prefirió mantener tasas de interés altas, mantener la paridad cambiaria y apostar a la deflación. Fue él quien dispuso armar una mesa de saldos con las reservas del Banco Central (bien baratitas) y financiar el negocio tomando deuda externa.
Yo entiendo lo del precio de la soja y la menor liquidez a escala internacional, pero ese contexto (al igual que el contexto favorable que les tocó a los Kirchner) son las condiciones desde las cuales se puede diponer qué hacer para sacarle jugo, o para aminorar los impactos. Y De La Rúa hizo todo lo contrario (y se demostró claramante cuando una simple flotación de la moneda revirtió copernicanamente el ciclo). No le restemos méritos a De La Rúa, que los tuvo. No se dejó llevar por el contexto. Él vio la tormenta y cual Ringo Bonavena, pero sin gracia, le dijo a Cavallo: "metete en el medio".

1 comentario:

Anónimo dijo...

No se de donde sacás que es muy respetada Ana C. Claramente sus posteos son lo peor del blog Finanzas Públicas. Específicamente en el que hacés referencia, los datos que aporta claramente contradicen su argumento, una variación de decimas porcentuales con un PBI que cuadruplica al de referencia es una enorme cantidad de dinero. Retuerce argumentos diciendo cosas como que los subsidios a transporte publico no son redistribución (claro, todos sabemos que los deciles mas altos utilizan el transporte público)