Cada uno ejerce el recuerdo del modo que quiere o puede.
Yo prefiero acordarme de aquella jornada en Mar del Plata, en la que en medio de una conferencia conjunta Néstor anunciaba que el encuentro con Bush había sido respetuoso, pero que eso no implicaba que no se hubieran dicho cosas duras.
Aquella vez Néstor se plantó y le dijo a Bush en la cara que las cosas en Argentina habían cambiado y que no iba a permitir que nos patotearan para imponernos el ALCA.
En un país en que hasta hacía poco y por mucho tiempo los burócratas del FMI eran recibidos con honores y el presidente de los EEUU era tratado no con respeto sino con sumisión, ese gesto fue revolucionario.
A quienes crecimos con Menem y De La Rúa, Néstor nos enseñó algo que no conocíamos: sentir orgullo de tener Presidente.
Ya nunca más las cosas vuelven a ser como eran para quien siente eso alguna vez.
Para siempre Néstor, gracias por todo.
4 comentarios:
Alguien dijo ayer que Nestor nos levantó la autoestima. Tu anecdota me hizo acordar cuando vino Clinton y Carlos Saul le acercó dos gauchitos rubios de ojos celestes y Clinton se rió asombrado como diciendo "que bizarro este chabón, me trae niños suizos vestidos con atuendos autoctonos". En ese instante mi autoestima como argentino estaba por el suelo.
Pero después vino Nestor.
y si, ese fue su gran merito: cuestionar lo que era incuestionable o que fue incuestionable desde el regreso de la democracia.
No es el unico caso. Plantarse ante los reclamos de tarifas de 2003/4, o la renegociacion de la deuda en durisimos terminos para el inversor.
El que no puede ver los aportes de Nestor tiene un problemita, sin dudas.
Para compartir con todos, hoy me mandaron el poema Elegía de Miguel Hernández, que bien podría haber sido escrito para Néstor en este momento. Serrat le puso música hace años y es un tema que emociona hasta las lágrimas. Quiero compartirlo con uds.
http://www.jmserrat.com/index.php/index.php?searchword=elegia&option=com_muscol&search=songs&view=search&Itemid=
"ELEGIA" de Miguel Hernandez (de mi para Nestor Kirchner)
Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.
Alimentando lluvias, caracolas
y órganos mi dolor sin instrumento,
a las desalentadas amapolas
daré tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado
que por doler me duele hasta el aliento.
Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.
No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.
Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos.
Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.
No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.
En mis manos levanto una tormenta
de piedras, rayos y hachas estridentes
sedienta de catástrofes y hambrienta.
Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte a parte
a dentelladas secas y calientes.
Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte.
Volverás a mi huerto y a mi higuera:
por los altos andamios de las flores
pajareará tu alma colmenera
de angelicales ceras y labores.
Volverás al arrullo de las rejas
de los enamorados labradores.
Alegrarás la sombra de mis cejas,
y tu sangre se irá a cada lado
disputando tu novia y las abejas.
Tu corazón, ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas
mi avariciosa voz de enamorado.
A las ladas almas de las rosas
del almendro de nata te requiero,
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.
Totalmente de acuerdo con lo del orgullo por la investidura. Hoy me miran como bicho raro por mi estado entristecido, pero a mí me da más lástima que no pueda entenderse ese sentimiento.
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