Durante varios años el oficialismo llevó a cabo una defensa cerrada del tipo de cambio alto. Con él se podría conseguir la competitividad necesaria para un sector importante de la industria que necesitaba abaratarse "artificialmente" y diferenciarse por precio con sus competidores extranjeros.
Desde la oposición, sobre todo desde sus cuadros técnicos, partidarios y apartidarios, se decía que el Central tenía que dejar flotar el tipo de cambio libremente. Que su intervención para mantenerlo alto no iba a poder impedir que hubiera apreciación. La misma iba a ocurrir, de todos modos, por la vía de la inflación. Entonces, para evitar los trastornos de expectativas que provoca una inflación alta, lo mejor era dejar que el tipo de cambio flotara. Así con fuerte ingreso de divisas, el precio del dólar iba a bajar, los precios argentinos iban a ser más caros en dólares directamente, sin la variación nominal y paulatina que va provocando la inflación. Después de todo, decían, la pérdida de competitividad no era algo tan grave, y encima la competitividad no podía depender solamente del nivel del tipo de cambio.
El Gobierno decidió otra cosa. El Central intervino en el mercado cambiario comprando dólares, incrementando sus reservas fuertemente, para que el dólar siguiera estando caro. Los precios en pesos, así, serían baratos en dólares. Pero resulta que la apreciación se presentó igual. Una inflación alta en pesos, por encima de la variación nominal del tipo de cambio, con el tiempo fue encareciendo la moneda argentina. Entonces, el Gobierno modificó su discurso.
Primero, con algo que es muy cierto. El tipo de cambio no hay que medirlo solamente en relación al dólar, porque el dólar se ha depreciado en relación a algunas monedas de países que son muy relevantes para el comercio exterior argentino. El tipo de cambio multilateral (medido con otras monedas) es más alto y más competitivo que si lo medimos solamente en relación al dólar.
Pero aparte el Ministerio de la Producción empezó a decir (y actuar en consecuencia) que el tipo de cambio no podía ser la única garantía de la competitividad, porque esa competitividad era de corto plazo. Que había margen para operar en cuestiones microeconómicas que generaran mejoras "genuinas" de la productividad. Esas mejoras volverían más competitiva a la producción nacional.
Si esto era curioso, más curioso es ver cómo los mismos que pedían apreciación cambiaria hace unos años hoy opinan que Argentina puede tener problemas de competitividad por tener un tipo de cambio que tiende a la sobrevaluación. Hoy, que avizoran un futuro (hipotético) de sobrevaluación del peso, parece que sí: la pérdida de competitividad por motivos cambiarios es un problema que traerá grandes complicaciones para la Argentina.
Lo digo principalmente porque escuché a Jorge Macri, referente del PRO, partido identificado con el liberalismo en materia económica (Melconián, Srodek, etc.) decir que si Brasil devalúa un 10% nos saca del mercado. Entonces, pregunto: la influencia del nivel cambiario en la competitividad, ¿es decisiva o no?
5 comentarios:
Qué jodido este tema.
Aquí hay un párrafo que parece contradictorio:
"El tipo de cambio no hay que medirlo solamente en relación al dólar, porque el dólar se ha depreciado en relación a algunas monedas de países que son muy relevantes para el comercio exterior argentino. El tipo de cambio multilateral (medido con otras monedas) es más alto y más competitivo que si lo medimos solamente en relación al dólar"
Si el dólar se depreció, como es que el peso tiene más peso con monedas más apreciadas en relación al dólar?
El tema es;
Si Brasil anda bárbaro con una moneda súper apreciada, no tenemos que andar de una vez, aunque sea de a poco ese camino? O esto sería un autoatentado como dice Macri que -claro- por otro lado pide apreciar.
Es demasiado para mi...
Unfor: el dolar se depreció. O sea, ahora el peso, en relación al dolar vale un poco más. Pero en relación a las otras monedas, no (o sea, el tipo de cambio multilateral sigue siendo alto).
Un abrazo.
Mariano; podemos pasar en limpio.
Disculpame, pero ésta cuestión me tiene como un dolor de cabeza.
La inflación nos está jodiendo. Porqué no apreciamos más? Fijate el Real y como marcha la industria en Brasil.
Se está esperando arreglar el tema de la deuda? Se están esperando más y mejores inversiones?
Acá los industriales se van moviendo mejor con la microeconomía? O también esperan una apreciación?
Mientras tanto?
Si me podés ayudar con ésto, me harías un gran favor.
En los blogs de economías te dan respuestas que parecen ecuaciones abreviadas. No lo puedo entender
Un abrazo.
No sé si te puedo ayudar, Unfor.
A mí me parece que la cuestión de Brasil es una cosa, y la nuestra otra distinta.
Digo, dejar apreciar la moneda acá tendría consecuencias más visibles que las que tiene en Brasil con la industria.
Y después está la cuestión del consumo. Hay que convencer a mucha gente de que se acabó.
La inflación es jodida, pero las políticas anti-inflacionarias son jodidísimas.
Un abrazo.
Veremos como siguen las cosas.
Un abrazo, Mariano.
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