miércoles, 29 de junio de 2011

La "izquierda democrática", esa que cosecha elogios en todas las asociaciones empresarias y grupos económicos de capital concentrado.


Ayer se presentó la fórmula presidencial que encabeza Binner.
Estuvo presente Solanas, quien sin embargo armó otra fórmula, en la que puso a su amiga Alcira Argumedo, que se animó al papelón que Solanas evitó pasar bajando su candidatura para refugiarse en la Ciudad.

Seguramente la voz de los asesores de campaña de Pino habrá convencido al candidato a intendente de que su "estrategia" nacional no había caído bien en su cada vez más exiguo electorado.
La aparición en el acto de Binner intente ser, tal vez, un remedo de su decisión anterior.

Según Ámbito, el candidato a presidente dijo esto:
Al revés de lo que ocurrió en la historia política reciente de nuestro país no hubo ninguna llamada de Hermes para que acomoden a tal o al otro (durante el cierre de listas).
Pensará un desprevenido que el armado de las listas surgió de una elección interna.
Pero no. No hicieron internas. Se sentaron unos tipos con papel y una lapicera y empezaron a barajar nombres. En ese contexto, la "virtud" de Binner sería, entonces, que dejó que la lista la armaran a dedo...pero no él, sino otros.

Uno entiende, por supuesto que una fuerza política intente destacar sus virtudes y fortalezas, acentuando esas fortalezas a través de su discurso. En este caso, parecen haber elegido el "civilizado consenso", a diferencia de la "rosca" a la que condescienden las demás fuerzas políticas. Sin haber hecho internas, quieren capitalizar una supuesta transparencia en la elección de los candidatos. Elegidos a dedo, igual que en las demás fuerzas.

Contrariamente, con ello, Binner consigue hacerle creer a algunos de sus interlocutores que es alguien bastante peor de lo que es en realidad.
Porque, si un candidato a presidente no tiene la motivación de querer conducir el armado de las listas (de una coalición de varios partidos, encima) e influir en las mismas, ya que de allí saldrán los nombres que conformarán los bloques legislativos que deberán defender sus iniciativas en caso de que se imponga en la elección presidencial (tal como suponemos que debería ser su voluntad) entonces no merece que se lo tome muy en serio. Ni a él, ni a la coalición que "encabeza", ni a su candidatura.

La hipotética prescindencia en el armado de listas, en todo caso, responderá a la voluntad de renovar bancas en los nombres de quienes ya las tienen. Es decir, prolongar los kioskos legislativos de los partidos que conforman la coalición.
Con este gesto, queda visible que no hay ninguna voluntad de que el acuerdo de fuerzas trascienda la mera contienda electoral próxima (perdida de antemano, según se reconoce en la misma estrategia de armado de listas).
Binner es el dirigente del frente que más mide a nivel nacional. De él se cuelgan entonces, los socialistas en Santa Fé, los radicales del GEN en Buenos Aires, los juecistas y libres del sur en Córdoba, y Lozano en Capital. Se agencian las bancas, y así tiran por otros 4 años.

No hay "escándalo" (a diferencia de lo que pasa en otros partidos, principalmente el FPV). Es legítimo que lo hagan. Pero las cosas como son. Sin verso. Por una vez en la vida.