domingo, 31 de julio de 2011

Guerra de monedas y rol latinoamericano


Clarín publica hoy una columna de Felipe de la Balze: ¿Qué futuro le puede esperar al dólar?

Hace (el autor) un recorrido rápido por las monedas mundiales más importantes (en tanto mayor confianza generan) que pueden postularse como "competidoras" del dólar en la coyuntura actual, en que ésta última empieza a mostrar debilidad, lo cual le quita de a poco las virtudes que la convierten en unidad de cambio y reserva de valor a nivel mundial.

El uso de la palabra "competidoras" es sintomático porque le da centralidad a las ventajas que obtiene un país que logra instalar su moneda como moneda mundial.
De la Balze es explícito en este punto: menciona el "señoraje" (por ser el emisor de moneda), la emisión de deuda a menor tasa y el ahorro del costo de cambio (no necesitan los estadounidenses comprar y vender divisas para comerciar con agentes de otros lugares del mundo). Los servicios financieros brindados en casi todas partes del mundo por entidades estadounidenses son una fuente de ingresos importante para su economía.

En ese recorrido, en el que va punteando ventajas y desventajas de otras monedas en el mundo para darle competencia al dólar, termina De la Balze previendo un futuro de multipolaridad, en que otras monedas ganarán terreno en el comercio y en el ahorro mundial, pero sin eliminar al dólar todavía.

Pero, si bien no es algo que dependa enteramente de sus decisiones ¿cómo es que EEUU convalida que esto ocurra, parcialmente, mientras que China no avanza de manera más decidida a absorber las ventajas que ofrece ser el emisor de la moneda de reserva mundial, unidad de cambio aceptada, aparte, en el comercio internacional?

Una de las claves está dada por algo que señala Jorge Castro en su nota en el mismo diario: la productividad norteamericana es fuertemente superior a la china.
Así y todo, ha sufrido (EEUU) una pérdida de competitividad, que le ha provocado sobreendeudamiento, pérdida de empleo y esporádicamente (y en conjunción con otros factores) recesión.
La causa principal: la excesiva valuación de su moneda.

Es por ello que las decisiones anti-recesivas que toma la FED conllevan automáticamente una devaluación del dólar.

Por su parte, el diferencial de productividad señalado por Castro, anticipa que la economía china, y sus sectores productivos no podrían tolerar una revaluación demasiado fuerte de su moneda (el banco central chino se resiste a esta revaluación del yuan, que es lo que le aconsejan los organismos multilaterales y el propio EEUU).
Por ende, más allá de los motivos que podríamos llamar estructurales, la propia actitud china conspira contra el avance en la instalación del yuan como moneda de cambio y reserva mundial.

De la Balze termina diciendo:
"La clave está en la capacidad de los EE.UU. para equilibrar sus cuentas públicas y fortalecer su competitividad internacional."


Por tratarse de "la clave" es bastante diifusa. Porque EEUU está actuando en conocimiento de la situación. Pero lo que previsiblemente le está costando es conjugar el equilibrio de las cuentas fiscales y el fortalecimiento de su competitividad. Son hoy, cuestiones casi incompatibles.
Y en tanto sigan haciendo prevalecer la segunda (cuestión lógica teniendo en cuenta su prolongada recesión y su alto desempleo) el debilitamiento del dólar continuará.


En definitiva, estamos en plena guerra de monedas, entre un país que quiere abandonar las posiciones ventajosas de ser la máxima potencia mundial, y otro que no quiere todavía asumir su reemplazo.


En los márgenes, los latinoamericanos observamos la necesidad de plantar bandera propia en la futura y previsible multipolaridad monetaria. En principio, abandonando la ultradependencia del dólar. En eso está la UNASUR, en reunión urgente convocada por... Santos.
Cuestión difícil y no exenta de costos, pero que hay que decidir, antes que otros lo decidan por uno.

sábado, 30 de julio de 2011

Algunos efectos de la posible cesación de pagos yanqui

¿Qué significa que EEUU puede entrar en default? ¿Que no va a pagar sus deudas? Y, en la práctica ¿qué implica eso?

Bueno, la cuestión es que lo que viene haciendo Estados Unidos es monetizar sus déficits fiscales. La FED emite una especie de títulos de deuda, de promesas de pago, que le permiten al estado afrontar sus obligaciones, en fin, funcionar.
Esas promesas de pago no son otra cosa que unos billetes de color verde, que no devengan interés, y que se los conoce mundialmente con el nombre de dólares.

Los ávidos demandantes de estos billetes, quienes los usan como reserva de valor o como unidad de cambio (para pagar por compras y ventas) son quienes, con su actitud fiduciaria (teniend le fe a la FED y su promesa de pago)  indirectamente le están prestando plata a los estadounidenses para que pueda seguir funcionado su Estado, primariamente, y su sociedad pueda seguir consumiendo (consume en cuotas muy importantes, artículos producidos en muchos países del mundo, que para producirlos además, se compran bienes en otros países del mundo, lo cual genera una cadena de interdependencias lubricadas con la circulación del billetito verde, promesa de pago de la FED).

Lo que discute hoy EEUU es la restricción de esa fuente que parecía inagotable de papel pintado verde (cuyo valor es, como el de todas las monedas desde 1973, fiduciario, es decir, sostenido por sus demandantes y la confianza que le tengan). De confirmarse la decisión de restringir la emisión, se provocaría una especie de revolución.

Hay dos corrientes que se manifestarían, que en un principio podrían parecer de fuerza contraria.
La de las autoridades monetarias nacionales que se encontrarían sentadas arriba de una montaña de papeles pronto inservibles, pero que a su vez son la única garantía que tienen sobre el cumplimiento de sus obligaciones, por lo cual pretenderían, supongo, ir cambiándolas por algo a futuro más valioso.

La de los particulares (ahorristas, comerciantes) que ante la hipotética escasez del billete podrían agudizar su demanda, presionando a una paradójica suba de su cotización.

El problema estaría en el medio en que se efectuarían los pagos de bienes comerciados, y cuyo comercio es imposible de detener: alimentos y energía.
En nuestro caso, básicamente, cómo cobraríamos la soja que le vendemos a China.
No sería una mala opción recibir yuanes (o reales en el comercio con Brasil), y que los bancos centrales arbitraran la demanda de dólares de los particulares, vendiendo billetes pintados de verde (y abasteciendo la demanda) y atesorando moneda más fuerte (reales y yuanes, principalmente). Acá sí: el que apuesta al dólar, pierde. Y se jode por boludo.

Lo paradójico es que hace poco lo "operaron" a Strauss Kahn por pensar en una salida ordenada del orden por el cual EEUU usfructúa los beneficios del arbitrio monetario. De tener, digamos, la fábrica de guita mundial.

Y los mismos tipos, hoy, amagan tomar decisiones que tendrían los mismos efectos de largo plazo, pero sin orden en el proceso, provocando un verdadero shock, algo parecido al caos.
Primará, suponemos, la razón, y el fin del dólar como reserva de valor y unidad de cambio se consensuará entre las autoridades monetarias de todas las naciones, y no se decidirá de golpe, con actitudes espasmódicas e irracionales, de tipos que parece que no piensan en las consecuencias que sus acciones tendrían.

viernes, 29 de julio de 2011

El impuesto a los pobres

A raíz de una charla con Luciano y Gonzalo FK, anoche, volvemos a pegar un posteo viejo.


Una idea mía, fija, es intentar desentrañar cómo un proceso inflacionario como el actual se complementa con un círculo virtuoso firme de generación de empleo y consumo.





De alguna manera, la frase del título pasó a ser una descripción cabal del fenómeno inflacionario.

Antes que nada, por qué "impuesto".

Bueno, podemos suponer que se debe a que en un contexto inflacionario moderado el Estado tiene la posibilidad de diferir la actualización de sus obligaciones, mientras que lo que recauda por impuestos indirectos (al consumo) se actualiza inmediatamente que se van modificando (al alza) los precios. El desfasaje temporal le significa al estado el usufructo de un diferencial apreciable.
Justamente lo contrario, acotemos también, de lo que se conoce como efecto Olivera-Tanzi.

En otro sentido, puede aludirse a una práctica emparentada con el señoreaje. Surgida del monopolio de la emisión monetaria del que dispone el banco central. Hace falta reconocer causas monetarias y fiscales (conjuntas) en el aumento de precios para avalar esta idea.
Pero funcionaría así: el banco central emite plata para darle al Estado, que de ese modo cubre obligaciones que superaban lo recaudado por impuestos. Esa plata emitida por el banco central, al comenzar a circular va convalidando aumentos de precios. El contribuyente, paga indirectamente, con inflación, el financiamiento al estado.
En Argentina, los adelantos transitorios y las transferencias de utilidades que el banco central le realiza periódicamente al Tesoro podrían encuadrarse como instrumentos de este tipo. Suponiendo (repito) que avalemos la idea de inflación por emisión monetaria.

Ahora, aceptado esto, ¿por qué a los pobres?
Bueno, es sencillo: la inflación perjudica, más que a nadie, a los más pobres.

Ahora, pensándolo bien, la extracción de plusvalía, el régimen de acumulación de capital, el entorno jurídico que garantiza la propiedad privada incluso de los factores de producción (medios de producción, tierra, fuerza de trabajo), el marco legal en el que se asienta que el dinero sea la única mercancía que devenga interés como piedra fundamental de la renta financiera, la financiación del Estado mediante impuestos indirectos, la libre disponibilidad de las utilidades empresarias (para remesar a países de origen en algunos casos); en fin, cada una de las cosas que forman parte del sistema económico en el que nos desempeñamos, como "anomalías" o como "norma", perjudican en mayor medida a los pobres. Por eso es que, justamente, son pobres. Como resultado de un proceso histórico que excede en mucho a la aceleración coyuntural de la inflación.

Entonces, sin perjuicio de que la inflación restrinja el poder de compra de los ingresos más bajos (así se mide la pobreza), me parece que no se puede decir que sea un impuesto a los pobres.

Es, más precisamente, un impuesto al ahorro.
En el siguiente sentido: en un contexto inflacionario lo primero que desciende es la propensión marginal a ahorrar. Billete que llega a las manos de cualquier persona, se convierte automáticamente en un bien, a los efectos de resguardar su poder de compra, inclusive adelantando consumo.
Y este aumento en la propensión marginal al consumo amplía los márgenes de crecimiento de la economía, empleando mayores recursos, a veces no en actividades "de calidad" (en el sentido de la capacitación requerida que repercute en más altos salarios). Pero actividades, empleos, al fin.

Suele pensarse además que los ingresos fijos (salarios) sufren fuertemente la devaluación en un contexto inflacionario. Y que esto es corregido por las indexaciones, pero de manera tardía, lo cual también acumula márgenes aprovechables por el capital en detrimento del salario. Y es cierto.

Pero dentro del universo de asalariados los que más lo sufren son los empleados informales, en negro, porque no hay convenio que los proteja o les reintegre el poder de compra perdido. También es cierto.

Pero hay que agregar un matiz: el mercado de trabajo no es estático, ni en la franja formal ni en la de informalidad. La economía, para absorber la mano de obra de quienes se van incorporando a la población económicamente activa por cuestiones generacionales simplemente, debe crear una cantidad importante de puestos de trabajo, de forma continua.
Esos nuevos puestos de trabajo (formales e informales) no son ocupados necesariamente por los que se incorporan al mercado laboral, sino que se desarrolla una dinámica en la cual los asalariados van cambiando sus puestos, rotando. En el sector informal la rotación suele ser mucho mayor. Los empleos en el sector formal son más estables.
Y esta rotación va mitigando los efectos de la inflación en la informalidad. Porque los asalariados informales, en un contexto de crecimiento y de fuerte actividad, van cambiando de empleo periódicamente, en general a empleos mejores.
Entonces, el verdadero motor que hace funcionar el esquema es el círculo virtuoso "más consumo-más empleo".
Mientras la inflación no rompa esa relación virtuosa (cosa que puede empezar a hacer en algún momento, y por lo tanto hay que evaluarlo constantemente) los efectos nocivos de la inflación en las capas más bajas de la  sociedad estarán parcialmente mitigados. No eliminados, pero sí matizados. Mucho más que con una inflación baja a costa de enfriar mucho la economía.
Por eso, hay que pensar bien qué hacer.

jueves, 28 de julio de 2011

El futbol: metropolitanos e "interior"


El quilombo tinelliano en el que me metí con el post anterior me instó a repensar estos temas del fútbol y su "federalización".

Antes que nada: las comillas en términos como "federal", "federalización", etc. responde a que no son del todo exactos si nos ponemos rigurosos. Son cómodos. Y entendibles. Lo que alcanza, entonces, para que los usemos sin perder tiempo en buscar términos más adecuados.

Es cierto que hay varios equipos de provincias que no estaban afiliados a AFA originalmente, que participan hoy en sus campeonatos con chance de llegar a la Primera división. Esto hace que el futbol argentino hoy sea más "federal" que nunca probablemente. Que Godoy Cruz de mendoza pelee el campeonato de primera división es un emergente de esto. Muy saludable.

Sin embargo, el futbol argentino adolece todavía de un centralismo portuario demasiado exacerbado.

La primera aclaración. Me resisto a incluir entre los equipos del interior a los rosarinos y los santafesinos (de Santa Fe capital). Tanto ellos como los equipos de Campana, Luján, Junín y La Plata están directamente afiliados AFA desde los inicios de la institución, o casi.

La mejorada y más representativa estructura actual del fútbol argentino, sin embargo, no deja de tener un fuerte sesgo a la desigualdad.

Tenemos un futbol metropolitano que invita a participar un poco a esa entidad forzada llamada “interior” a través de un grupo de representantes que compiten en desigualdad de condiciones. El futbol metropolitano, entonces, lejos de confluir con el futbol representativo de todo el resto del país oficia de dueño.

El centralismo portuario nos impide, a veces, ver que las estructuras vigentes no son producto de un orden natural, sino de una construcción histórica no exenta de luchas.  Con ganadores y perdedores.

Así, y aunque valoremos ciertos avances de apertura, la verdad es que todavía el futbol sigue teniendo su sede y su razón de ser en Buenos Aires. El "interior" es sólo un convidado, al que la manija portuaria le abre la puerta para que se asome, con representantes aleatorios, y permanezca mientras pueda. Con cupos estrictos, además, que subrepresentan a 23 provincias, sumando entre todas menos representantes que los que suma el área metropolitana (aún incluyendo en el cálculo a Central, Newell´s, Colón y Unión entre los del "interior")

Los méritos deportivos de estos equipos provincianos incluyen los resultantes de imponerse a unas condiciones geográficas que los obligan a viajar sensiblemente más que sus colegas metropolitanos.

Desde ya, estas cuestiones no son exclusivas del futbol, sino que el mismo las heredó, seguramente, de otros ámbitos razonablemente predominantes.

Nos merecemos, sin embargo, discutirlas, darle vueltas argumentativas a nuestros preconceptos, pensar que mientras desde la CABA nos parece que el país ya está construido, en algunos lugares se encuentra todavía en construcción. Esperando ser incluidos en la fiesta. Que no es de todos.

miércoles, 27 de julio de 2011

Los cambios en el fútbol


Ya se anunció un proyecto de reforma del fútbol. Fue aprobado casi unánimemente. A pesar de que, después, algunos dirigentes intentaron justificarse diciendo que no estaban de acuerdo, pero que no habían tenido margen. Con el subsidio a duplicarse, las declaraciones principistas se vuelven ridículas. Votaron a favor de la guita. Punto.

Cherquis Bialo lo dijo muy claramente. La reforma está inspirada en la necesidad del que "pone la torta". La televisión.
Que cuando era del "monopolio" hacía desastres con el fútbol. Las decisiones se tomaban por intereses comerciales más que por conveniencias deportivas. En fin...
Duro golpe para los fundamentos nostálgicos de la épica del amor a la camiseta y sus sucedaneos.

El Estado (para el cual no todo debe funcionar como un negocio, supuestamente) pone la torta e impone condiciones. Quiero televisar a los clubes de más convocatoria.
La ganancia no es económica. La televisación del fútbol, dijimos, es un subsidio a los clubes. Se pone plata que no se recupera.
El rédito es político. No hablo de votos. La televisación del fútbol profesional en manos del estado pone en juego la lógica del servicio público.
Un razonamiento sencillo: si voy a poner la guita para la televisación del fútbol quiero que el beneficio llegue a la mayor cantidad posible de personas.
Ante eso, el límite en el cual lo deportivo (de elite, profesional) se ve perjudicado, se torna difuso.
Lo que prima es el rédito. Material o simbólico. Las leyes de la contabilidad se pueden aplicar tranquilamente al conteo de beneficiarios del servicio público. En la columna de los débitos, queda la guita gastada.

Respecto del campeonato propuesto:
Las resistencias evidenciadas, de parte de la prensa, el público, los protagonistas, son las esperables ante cualquier reestructuración.
Como criterio, me parece interesante corregir una desviación. Que la categoría "federal" fuera la segunda y no la primera estaba mal. La intervención para corregir ese aspecto es saludable.
Faltaría, para mi gusto, regionalizar, para garantizar accesos parejos a la máxima categoría de equipos de distintas zonas del país. Y no uno "metropolitano" y otro "del interior". Ir hacia una apertura mayor. Un "metroplitano", un "norteño", uno "del centro" y uno "patagónico".

Y lógicamente, con el correr del tiempo, tender a una depuración, para que sean menos los equipos participantes (38 equipos es un poco engorroso).
Ahora, tanto que nos gusta copiar "modelos" (escuché por ahí elogios a la estructura de campeonatos de Brasil!!!!) tendremos que reconocer que en otros deportes en que se abrió la participación de equipos del interior en la máxima categoría los saldos fueron positivos a todo nivel: deportivo, comercial, profesional, laboral.

Los réditos para Tucumán, Entre Ríos, Mendoza, Jujuy, Chubut, Corrientes, serán palpables a la brevedad.

Bueno, escucho argumentos en contra del nuevo torneo. No niego que los haya. Seguramente muy valiosos.
Pero hasta ahora lo que más escuché fueron descalificaciones por la "forma" o los "motivos" operados, del estilo "lo hicieron para salvar a River", cosa que me parece básicamente falsa, o porque "vienen las elecciones", y demás.

Espero comentarios. Gracias.

martes, 26 de julio de 2011

Echen a Batista


La entendible bronca desatada por una derrota deportiva, prolongada en el tiempo, puede generar reacciones irracionales.

Rumania, el 10 de agosto, inaugura un estadio. La idea era hacerlo en un amistoso en que la selección rumana enfrentara a la argentina. No será posible.
Porque Argentina ya no tiene técnico. Y los dirigentes consideraron (después de echar al DT) que ese partido no debía hacerse. Hay que devolver la plata que se cobró por adelantado. Y Rumania postergará la innauguración de su estadio. O la hará igual, con su selección enfrentando a otro rival. Problema rumano. A indemnizar por Argentina.

Ese tipo de partidos, por otro lado, son el único elemento preparatorio con que cuenta un DT de selección. Digamos, ya que está de moda poner de ejemplo a "los exitosos", que ningún país deja de organizarlos. Y todos los técnicos los usan para reunir a los jugadores, hablar con ellos, y sacar algunas conclusiones. A futuro.

Que se imponga la lógica resultadista en una competencia como la Copa América es aceptable. Digerible.
Pero que se la traslade a los partidos amistosos ya es un abuso.

Respecto de Batista: si bien los resultados no fueron buenos, y el equipo no rindió de acuerdo a las sobrevaluadas expectativas argentinas, podía visualizarse la posibilidad de crecer a futuro. Mejorar. Para clasificar al Mundial.
Clasificar. Porque vamos a tener que sacarnos esa costumbre de pensar en salir campeones antes de clasificar. La vida es dura, a veces.

Había conclusiones para sacar.
Messi rinde mejor en la derecha que de 9, que es Higuaín. Agüero puede jugar de wing izquierdo. Tevez no.
Di María de mediocampista, en lugar de los famosos "tres cincos". Gago o Banega pueden rendir de 8. El arquero ya está. Zabaleta puede ser el 4.
Faltaba ordenar el triángulo defensivo del 5 y los centrales. Y jugar juntos para mejorar colectivamente.

Ahora, se empieza de cero. Un DT con una idea distinta y con los tiempos que apremian.
La duda pasa por saber cuántos partidos le van a dar al nuevo DT. La suspensión del amistoso en Rumania es un indicio. Prohibido perder, parece ser el mensaje.

Igual, no hay que desesperarse.
La suerte, que es caprichosa, puede llegar a cruzar el Río de la Plata. Ahí se nos solucionarían varios problemas. Y algunos incontinentes, que toman decisiones precoces, que se deciden encima, podrán decir que fue gracias a ellos.

lunes, 25 de julio de 2011

Un humilde (?) análisis (??) sobre Santa Fe


Los resultados de Santa Fe con boleta única fuerzan la aparición de los nostálgicos de la sábana.
Las estructuras partidarias se fragmentan transversalmente. Con correlato institucional.

El "gran ganador" de la elección fue Miguel Del Sel, que estuvo a un paso de alcanzar la gobernación.
(Por un error de timing y por el magro margen, el resultado no le sirvió a Binner de "gran lanzamiento" de su candidatura presidencial; apenas tibio).

Sin embargo, la fuerza que llevaba como candidato al "gran ganador" se quedó sin nada. Ni un municipio (o casi), poco en diputados, nada (o casi) en senadores.
Un ya clásico resultado en que la figura carismática no consigue trasladar el arrastre de su imagen a sus correligionarios. Exacerbado, esta vez, por las virtudes de la boleta única. Que disecciona con precisión quirúrgica  el caudal de votos. Y le pone nombre a cada sobrecito. Mecanismo más cómodo para el collage, que el clásico (y condenado) corte de boleta.

El Gobernador, aparte, contará con una cámara de diputados manejada por una fuerza opositora. Que, pese a la mala performance de Rossi, su candidato a gobernador, se queda con 28 de los 50 asientos que se elegían. La derrota del kirchnerismo, con estos guarismos, lo deja mal parado a Rossi. Quien no va a poder sacarse el cartel del "gran perdedor". Bielsa (María Eugenia) ganó.

La incógnita, ahora, será ver cómo puede capitalizar el PRO la performance de Del Sel. Ya que no tiene referencia nacional. Y encima, no aparenta (Del Sel) tener una gran vocación como para apostar a dar un salto en 4 años. Digamos, no se lo ve quedándose en la provincia a hacer política. Lo cual, de confirmarse, deschavaría un poco que tampoco tenía una gran vocación para gobernar. Un excelente candidato (por carisma, por arrastre) pero que termina por dificultarle el panorama futuro a los mismos que benefició en la elección.

domingo, 24 de julio de 2011

Amy

Murió Amy Winehouse.
No faltará quien diga que era algo previsible. Que vivió "una vida de excesos". De fiesta, de droga, de descontrol

A mí me gusta pensar, en cambio, que era una piba atormentada.
Que murió ayer, de manera acorde a la vida de mierda que tuvo. O a la forma de mierda en que decidió afrontar la vida que le tocó.
Que no supo nunca elaborar las culpas de no haber sido quien hubiese preferido ser, hasta manifestarlo con la brutalidad del autoflagelo.
Que no supo nunca hacerse querer como le hubiese gustado que la quisieran; y que no supo nunca pedir eso: que la quisieran, tal vez porque sabía que es al pedo.

No sé si es verdad, pero a mí me gusta esa historia. Después de todo, no podemos hacer mucho más que inventarnos estas mitologías.

Un humilde homenaje para esta piba que sufrió más que lo que vivió.
Antes de que previsiblemente todos la olvidemos.

jueves, 21 de julio de 2011

La fórmula de la felicidad




Luciano Cohan y Gustavo Tavosnaska respondieron a las consultas del programa JPV, del Canal 26.
Sobre inflación, en el eje recalentamiento-enfriamiento de la economía.

Casi terminando el informe, Luciano Cohan dice algo muy interesante: "(...) llevando la demanda a los valores que la propia actividad productiva puede sostener".

En ese punto radica todo el problema de la macroeconomía argentina actual. El único inconveniente.

La economía argentina crece. A valores muy altos. Chinos. "Argentina juega a que es China", dice Luciano muy sutilmente.

Entonces: crecemos mucho, lo cual es muy bueno en muchos aspectos. Pero, dilapidamos una parte de esas ventajas  por culpa principalmente de la inflación, que es casi una consecuencia lógica de nuestra obstinación por mantener alto nuestro crecimiento. Ese es el meollo del famoso "recalentamiento".

Y si bien el saldo sigue siendo positivo, no lo es tanto. Y es insustentable. Dicen

Entonces, se plantea la opción.

Para crecer mejor, no más pero mejor (sin inflación), habría que postergar consumo. Suspender consumo de hoy, en pos del crecimiento del mañana. 10 añitos.

Digamos, algo sencillito.
Decirle al tipo que cobra $2.500 por mes que es necesario postergar consumo actual con el fin de colocar la demanda en niveles que la propia actividad productiva puede sostener, para darle sustentabilidad al crecimiento en el largo plazo.

Lo cual implica, tal vez, que se quede sin trabajo.
Es que la Oferta de Largo Plazo, nuestra frontera de producción, ha dictaminado que su consumo actual (y el de sus hijos) sobra.

miércoles, 20 de julio de 2011

Algunas cosas sobre la coparticipación, y su "puntualidad"


La forma en que se distribuyen los recursos fiscales entre los estados nacional y provinciales es motivo de polémica. Siempre.

Sin embargo, hay una idea subyacente a cualquiera de estas discusiones que consiste en creer que el estado nacional puede atrasarse con los envíos de fondos de coparticipación.Esta idea es falsa.

La ley 23548 de coparticipación federal de recursos fiscales es muy clara en este aspecto. El artículo 6 dice lo siguiente:

El Banco de la Nación Argentina transferirá automáticamente a cada provincia y al
Fondo de Aportes del Tesoro Nacional a las Provincias, el monto de recaudación que les corresponda, de acuerdo a los porcentajes establecidos en la presente Ley.
Y así se hace. Desde la cuenta en el Banco Nación se realiza la transferencia automática de la plata que va entrando en distintos conceptos, de acuerdo a lo estipulado por ley para coparticipación.

Del mismo modo funciona la distribución del Fondo Solidario Federal.
Creado en 2009, por el Decreto 206, ese fondo se constituye con el 30% de lo recaudado por retenciones a la soja y sus derivados. O sea, la distribución primaria es 70 para el Tesoro nacional, 30 para las provincias.
Sobre ese 30% se hace la distribución secundaria entre las provincias  según los porcentajes que a cada una le toque de acuerdo a la ley 25570 del año 2002, que modificó el artículo 4º de la ley 23.548.

La confusión, sin embargo, está dada por el hecho de que hay otros recursos distribuidos por Nación hacia las provincias.
Los que surgen de los acuerdos previsionales, mediante los cuales ANSeS cubre los déficit de las cajas previsionales provinciales (de algunas provincias, otras directamente acordaron que la caja previsional fuera absorbida por ANSeS), por ejemplo. O los de fondos fiduciarios para obras públicas. Los FoNaVi, de vivienda, los FEDEI, de energía eléctrica, o Vialidad, para rutas. También están los recursos surgidos de la ley 24049, de transferencia de servicios educativos. O la transferencia de los servicios de salud. O partes de lo recaudado por algunos impuestos que tienen un régimen especial de redistribución (como el IVA, o Ganancias, o el impuesto a las transferencias de inmuebles o a los premios de juegos de sorteo, etc. ).
Esos recursos, de aplicación específica o no, (y otros) se transfieren desde la cuenta única del Tesoro nacional a la entidad que los administra y desde allí van a las cuentas provinciales. De modo, que en esos casos sí puede producirse alguna mora, o incluso un incumplimiento.

Pero no en los fondos coparticipados, que constituyen la parte sustancial de lo que el Estado nacional transfiere a las provincias, y en algunos casos, la parte más importante, por amplio margen, de los presupuestos provinciales.

domingo, 17 de julio de 2011

Más sobre la elección porteña

Estoy absolutamente shockeado por la noticia que acabo de recibir: Un niño casi muere aplastado por una puerta de hierro apoyada en el sector de juego de chicos en el Parque Chacabuco.


La noticia la recogemos del blog El otro campo. Se incluyen detalles del hecho, una carta de la madre del chico accidentado y fotos esclarecedoras.


No descubrimos nada si decimos que las buenas relaciones comerciales de Macri con algunos sectores de prensa importantes de la ciudad de buenos aires, que se apoyan en licitaciones dolarizadas con precios sobrevaluados y de difícil justificación, que son (esos sectores de prensa) los que de alguna manera "manejan la batuta" informativa al menos en lo que se refiere a base de sustento de la información socialmente distribuida en las campañas políticas, influyen de manera decisiva en que la noticia no sea conocida por los votantes, en general.


Pero, este conocimiento (el de la "cobertura informativa" del que goza la gestión de Macri) puede servir solamente para discusiones microclimáticas. Es una realidad, sobre la que se opera inevitablemente. Ya está dado así, y sobre ese terreno se desarrolló la campaña electoral.


Puede servir además como reproche a cuáles fueron los errores cometidos en el abordaje de la misma.
En el desprecio por la "desideologización" radica una de las puntas del fracaso. 
Nadie quiso saltar baches, ni mostrar veredas rotas, ni que la falta de poda de árboles casi mata a una nena. Se despreció lo local, lo cotidiano, en la campaña de una elección de intendente.


Decir que Macri es "fascista", por ejemplo, (aparte de que es mentira), no sirve absolutamente para nada en términos electorales. Al contrario.


Cada vez que se le crea una imagen mitológica de "mano dura", de "mata pobres", de "guardián del orden", se le hace un favor. 
Porque se lo convierte en un ícono de derecha, que en la práctica no sabe sustentar. 


Porque arruga cuando le critican las "taser", porque crea una policía impotente, porque no sabe desalojar un asentamiento, porque no puede mudar la villa 31, ni vencer la resistencia de los "vecinos de Palermo" para favorecer el proyecto comercial de su ex-socio De Narváez en el predio de la sociedad rural, ni sacar el Borda, el Moyano y el Tobar García para hacer un emprendimiento inmobiliario, ni bajar los contratos del estado, ni torcerle el brazo a los Municipales, ni nada.

Un supuesto violador serial que no consigue que se le erecte el miembro.


Conserva, sin embargo, cierta aura que ayuda a identificarlo como guardián del orden, prestada por un discurso opositor que se empeña en señalarlo como fascista. Cosa que, repito, no es. No sé si porque no quiere. La realidad contundente es que no puede.


En ese "no puede" se debió colocar el énfasis, y no tanto, tal vez, en lo que (supuestamente) "quiere ser".
Es tarde para llorar, pero no para replantear posturas.

jueves, 14 de julio de 2011

Sos bienvenido


La elección porteña desató, a esta altura, una ola de histeria.
La gran performance de Macri es innegable. A nivel local.

Después,. los análisis que intentan trasladar estos resultados al escenario nacional, son casi ridículos.
Macri va a ser intendente durante 4 años más. Con la mira puesta (y esta vez de manera impostergable) en su futuro presidencial.
Los intendentes porteños, por cierta tara que sobreestima la influencia de los noticieros televisivos en el acontecer político, siempre tienden a creerse con ventajas para encarar su destino presidencial. Por la pavada esa de la "caja de resonancia" famosa. Que si resuena es para sugerirle al país que vote distinto que los porteños.

En el caso de Macri, decíamos, ese supuesto destino presidenciable ya se hace impostergable. Y declarado a viva voz. Y prometido a sus seguidores y a las legítimas ambiciones de los dirigentes del partido. Algunos un poco subestimados en el análisis mediático, de importancia si no pareja bastante cercana a la de Durán Barba.

Pero hay un condimento extra. Macri, el PRO, es casi un partido vecinalista con algunos avatares menores en algunas provincias. Y no tiene para estas elecciones presidenciales, las de 2011, una referencia nacional.
Su victoria lo pone entonces en el centro de la escena.
Es el dirigente con el que cualquier candidato quiere sacarse la foto. Todos lo querrán sumar a su campaña.

Ahora, la cortedad de visión de los analistas hace que nadie repare en las conveniencias de Macri, y en la legítima intención que puede tener de usufructuar, sin compartir con nadie, su capital político.
¿De qué le serviría a Macri trabajar para transferir su caudal de votos porteños a otro candidato presidencial?
Que en el caso de ganar (con el aporte de Macri) se convertirá en competidor de Macri para el 2015 (la única que no tendría reelección en ese turno es Cristina).

Si Durán Barba razona de esta forma, es probable que aconseje a Macri no jugarse demasiado. Hacer silencio tampoco, pero no poner el empeño que pondría como si se jugara algo propio. Después de todo, las peleas con Cristina ya las conoce, y en esa tónica, al menos en la CABA no le fue del todo mal. ¿Para qué abrirle la puerta al "bueno por conocer", si con el "malo conocido" no te va tan mal?

Claro, todas estas especulaciones tienen una influencia electoral limitada. Porque Macri no puede decidir él, por sus votantes.
En general, en la ciudad predomina un clima adverso al gobierno nacional, y puede que eso se transforme en una tendencia polarizadora en su contra para octubre, o aún agosto. En algunos barrios del norte y del centro de la ciudad esto es más evidente. Aunque no de forma exclusiva.

En definitiva, la única conclusión posible hasta ahora, es que la suerte electoral de Cristina este año  no estará ni estuvo nunca atada al resultado de la elección porteña. Local. Y que la influencia de esa elección, a nivel nacional, es limitada. Como lo fue desde que tales elecciones existen. Tan limitada que suele casi ni sentirse.

martes, 12 de julio de 2011

Relatos


El admirable Luciano (Desierto de ideas) analiza con su estilo particular algunas incidencias relacionadas con las elecciones porteñas.
Y toca lateralmente un tema que otros amigos ya trataron. Por ejemplo, Omar.

Es el de la inseguridad. Tema en que, como se sabe, las fuerzas con pretensiones progresistas andan flojas.
Concuerdo totalmente con esta apreciación. Incluso, creo que muchas veces el pretendido progresismo se pone a una injustificada defensiva con el asunto. Y termina de algún modo defendiendo (sin intención) la no-sanción de las violaciones de la ley. O al menos así resulta percibido y comprendido su discurso.

Pero el punto que quiero tratar no es ese.
Yo quisiera discutir con mi amigo Luciano sobre otra cosa.

El macrismo, en este aspecto (seguridad), tampoco puede mostrar pergaminos de ejecutor.
El ejemplo es justamente el que Luciano señala: la creación de la Policía Metropolitana.
Cuya incidencia real, física, en la vida de los porteños (así, en general, dejando de lado por un rato los casos puntuales, excepcionales, de "Cacho" y "María") oscila entre mínima y nula.

La creación de la Metropolitana le dio al macrismo, no la posibilidad de mostrarse ejecutivo, sino que aportó decisivamente en la justificación de un "relato". Que se impuso sobre otro con holgura.
Ayudado, aunque a algunos les parezca incomprensible (a mí, para nada) por el "escándalo" de las escuchas. Delito sospechado, gravísimo para las jerarquías judiciales y políticas. Que a la mayoría de los vecinos, los que votan mayoritariamente, les importa nada. Y les sirvió para confirmar, en muchos casos, que "a Macri no lo dejan".
Si es "verdad" o no, importa poco en este aspecto. El relato quedó configurado. Inevitablemente vencedor.

Macri disfrazó 200 tipos de policía y los sacó a dar vueltas en algunos pocos barrios, en patrulleros rimbombantes de luminosidad. Para la gran mayoría de los porteños, en cambio, la Metropolitana es apenas un spot televisivo. Y una promesa, tal vez.

Paralelamente logró complementar esta estrategia de marketing, con la idea de que tales señores carecían de poder de policía. Que estaban simplemente para dar "sensación de seguridad", sin poder actuar.
No pueden desalojar el Indoamericano, una vez desalojado no pueden evitar que se les vuelvan a meter.
No pueden, porque el poder está en otro lado.

Fue eficaz, el "relato", a la hora de patear la impotencia propia al campo de la falta de voluntad ajena. Que más que falta de voluntad es, en realidad, desorientación.

Y aprovechó, para darse forma definitiva, del rol ficticio que sus propios detractores le asignaron: ser "facho".
Ahí está el que haría justicia con los delincuentes, el "duro". Al que no lo dejan.

En este tema, el ejecutor, el que resuelve los problemas, no está.
Está el que intenta conservar la potestad, sin poder atinar a darse cuenta para qué la quiere.
Y el que denuncia la situación. Y se sigue mostrando como la promesa futura de orden. Más por la comunicación ajena que por los esfuerzos propios.

En esta guerra de denunciantes (el que denuncia al "facho" y el que denuncia al "que no quiere y no lo deja"), ganó el que montó el relato más eficaz. El que le acertó a las necesidades psicoanalíticas de los porteños: explicarnos por qué no se puede.

A duras penas, descentralización (el federalismo lo discutimos en otro momento)

El federalismo y las discusiones sobre él se convierten en un problema complejo.

Principalmente por la (in)definición de los términos usados.

Así, uno escucha cómo excelentes ingenieros piensan que federalizar algo es dárselo a una o varias provincias para que lo manejen de forma autónoma. Lo contrario, por ejemplo, al proceso de federalización de la Ciudad de Buenos Aires. Que justamente cuando se autonomizó se desfederalizó.

Del mismo modo, en nombre del federalismo algunos distritos pudientes reclaman al estado federal que no les sustraiga renta generada por sus propios recursos naturales, y económicos. Consideran que "federal" es aquella organización política en la que cada distrito usufructúa lo que genera. Sin realizar aportes incómodos para compensar las diferencias estructurales.

Y así podríamos seguir con la serie de contradicciones y paradojas derivadas de estas discusiones.

Mi posición en el post anterior no intentaba ser tan pretenciosa. Apenas, señalar que el Estado Nacional, federal, tal como lo conocemos nosotros, sin cambios estructurales ni sustanciales, podía provocar modificaciones severas con la simple decisión de expandir el desarrollo de sus funciones operativas. Descentralizarlas.

Pero, en algunos casos, el porteñocentrismo está tan arraigado, que mencionar la posibilidad de trasladar el Conicet a San Juan o La Rioja (aunque lo siga administrando el Estado nacional, o sea, nada del otro mundo) provoca reacciones apenadas por la pobre gente que se verá obligada a mudarse por trabajo.
Todo esto dicho, claro, desde una ciudad cuya mitad de la población (por ser conservadores en el cálculo) surge de migraciones internas.

En fin. Menos mal que me contuve de plantear la locura de mudar la sede del poder judicial a Mercedes, por ejemplo (100 km de la CABA). Es mucho más racional, en cambio, instalar barrios de lujo en Luján, Pilar o Tigre (50 km de la CABA), para que viva la gente que trabaja en Puerto Madero.

lunes, 11 de julio de 2011

La CABA y los recursos


El post de Ezequiel Meler, y de forma más general, la elección porteña y las explicaciones de su resultado, pueden servir de puntapié inicial para discutir algunas cuestiones que ciertamente trascienden la especulación política electoral.

Uno de los puntos que amagó con convertirse en eje de campaña fue el de los recursos que dispone la ciudad de Buenos Aires.
Su presupuesto se basta prácticamente de manera íntegra con la recaudación genuina del estado distrital.
Mediante ingresos brutos (que es un impuesto indirecto, al consumo), patentes, inmobiliario, sellos y demás en las transacciones de bienes muebles e inmuebles, multas, cánones.
Aparte de eso recibe una suma bastante baja porcentualmente de coparticipación federal (un 2%).

En términos políticos, esta situación convierte a la CABA en verdaderamente autónoma. Su gobierno no depende de recursos provistos por el Estado nacional para funcionar.
Igualmente, es necesario aclarar lo que a veces es confuso en los análisis: la coparticipación no es una transferencia discrecional de recursos. Se hace en proporciones fijadas por ley, y existe un sistema de cuentas nacionales, provinciales y municipales, que realiza la transferencia automática de los recursos de acuerdo a cómo van ingresando a la cuenta del Tesoro Nacional.

Un primer corolario de esto podría ser que el Estado federal recauda en la CABA mucho más de lo que le transfiere por coparticipación.

Ocurre que poner énfasis en ese aspecto es desconocer cuál es el verdadero inicio de la cadena.

En realidad, un Estado distrital recibe de coparticipación indefectiblemente menos de lo que aporta. Porque más de la mitad de los recursos recaudados son para hacer funcionar al Estado Nacional.

Además, lo que queda es distribuido, lógicamente, con proporciones distintas a las que se aportan desde cada distrito. Digo lógicamente, porque ese es el espíritu de la coparticipación. Si no fuera así, su existencia sería injustificada. Cada distrito recaudaría lo propio, y listo.

Ahora, bien. Lo sustancial del asunto radica en que justamente, la capacidad de aportar más a lo que recauda el Estado federal es el síntoma claro de el nivel de privilegio o no que goza cada distrito.
Los distritos que más aportan, lo hacen a partir de diferencias de orden estructural que les permiten ser los que cuentan con mayores recursos.

En el caso específico de la CABA no es necesario ahondar en los motivos por los cuales es un distrito privilegiado que le permite ser uno de los mayores aportantes a la recaudación federal. Basta con decir, que su posición privilegiada surge de años de organización nacional en torno a su preponderancia geográfica, que derivó en económica, lo cual le valió desarrollos infraestructurales diferenciales, lo cual derivó en mayores concentraciones de población y de actividades económicas relacionadas a la cercanía con principales centros de consumo, que de ese modo fructificó en un sesgo muy importante en relación a la dirección de las inversiones, y así sucesivamente.

Ahora bien, también puede hacerse un racconto de la cantidad de recursos no coparticipables que el Estado Nacional vuelca en la CABA, de modo casi inadvertido pero para nada neutral.
Dejemos de lado los subsidios que son un tema complejísimo, y vamos a lo elemental, que por ser tan elemental casi que no adquiere relevancia (injustamente) en los análisis.

Digo: ¿qué justificación racional existe para la decisión de crear un polo tecnológico en el medio del barrio de Palermo? ¿Cuál es el motivo por el cual la Secretaría de Cultura de la Nación deba tener su sede en el barrio de la Recoleta? ¿Por qué el INTA se encuentra en San Telmo? ¿Y el Ministerio de Turismo? ¿Y el de Agricultura? ¿Y las oficinas de YPF?
Hoy, año 2011, en que el trabajo administrativo circula en redes virtuales, no hay ningún condicionamiento geográfico ni físico para que eso siga siendo así.

Esa simple modificación de nuestro pensamiento más burdamente arraigado y naturalizado podría ser la base de cambios revolucionarios.

domingo, 10 de julio de 2011

La visión de los analistas "nacionales"


Observar la cobertura periodística de las elecciones municipales de la CABA es interesante. Porque demuestra, entre otras cosas, que en los papeles el criterio sostenido desde la ley de medios es correcto.
Las señales de noticias emitidas por cable son locales.Y por ende deben tener alcance en el área de cobertura local.
Para llegar a los televidentes de otras áreas del país deberían hacerlo según lo dispuesto en las generales de la ley. Con los cupos asignados para repetidoras. Lo mismo corre para las señales abiertas porteñas.

El accionar de estos canales, más que la ley en sí, contradicen el lobby de Julio Bárbaro, que amparado en la dilatada (hoy suspendida) consigna de que "TN puede desaparecer" defendió en todos los foros a los que tuvo acceso la decisión de convertir a los canales de noticias en señales "nacionales".
Nacionales, pero que transmiten preponderantemente desde el centro a la periferia. Con actitud colonizadora.

Así, una elección municipal es intencionadamente nacionalizada, y tácitamente valorada por encima de otras elecciones, provinciales, al punto que un analista político dice que es "el primer test electoral serio (?) que enfrenta el oficialismo nacional (!!!!????)".

Mientras, se vuelve cada vez más difícil sostener la mentira burda (convertida otrora en hoy devaluado lugar común) de que la CABA es una caja de resonancia de los acontecimientos políticos, de modo que la interpretación que los vecinos porteños le damos a los mismos influye de manera decisiva en lo que haga el resto del país.
Tesis desmentida por el mismo historial electoral de quienes nunca (o casi) pudieron ganar una elección nacional aunque se hayan cansado de ganar en la CABA. A nivel municipal.
El devenir de los actos electorales y sus resultados muestran con crudeza la casi nula correlatividad que hay entre los resultados porteños y los nacionales en los últimos 28 años. Que son toda la era democrática post-dictadura.
Más correlatividad hay, por ejemplo, entre el que gana en Tucumán con el 60% y el que gana a nivel nacional. Sin embargo, nadie se preocupa mucho por predecir resultados futuros en base a esos datos. De manera injusta, creo.

Así las cosas solamente por prepotencia de la propiedad de los medios de difusión se entiende que un candidato a intendente, con su victoria parcial y sin haber podido establecer todavía una referencia nacional, pueda ser convertido (en intención, al menos, aunque muy probablemente frustrada) en figura central de una elección de la que no participa más que como simple votante, dentro de un mes.

Tomo prestada la ilustración del genial Bob Row

viernes, 8 de julio de 2011

Meldorek, las patentes y cómo algunos pruritos progresistas, mal dirigidos, pueden ser funcionales al atraso

Meldorek es la compañía depositaria de patentes y conocimiento técnico de un sistema constructivo tecnológicamente innovador.
Sirve para la construcción eficiente de viviendas, puestos sanitarios y otras unidades, ampliamente funcionales. Bajos costos, producción en serie que permite acortar de manera crítica los plazos de construcción. Ideal para viviendas sociales de alta calidad.

Una empresa como esta, en realidad, sirve para ejemplificar cuál es el lugar correcto por el cual abordar la búsqueda de desarrollos productivos, que le brinden a una nación un crecimiento autónomo.

Digamos: existe la posibilidad de vincularse con los emprendimientos productivos en los distintos eslabones de la cadena: la extracción de materias primas, el procesamiento para la producción de insumos, la fabricación de bienes de capital, etc.
Meldorek ingresó por el lado del mayor valor agregado: el de la innovación tecnológica y productiva, bajo resguardo al conocimiento adquirido vía patentes. Lo más difícil de conseguir, lo más caro de importar, lo más jugoso para exportar y comercializar, de toda la cadena productiva (en este caso, la construcción de viviendas).

Desde allí hacia abajo, la construcción de encadenamientos productivos que incorporan a los demás eslabones mencionados, y que generan agregado de valor intensivo en utilización de mano de obra.

Pero, cometió pecados imperdonables.

Su dueño era a su vez apoderado de una fundación. Y, como sabemos, las fundaciones son sin fines de lucro.
No se rían. Es verdad. Son sin fines de lucro. Es decir, no distribuyen utilidades entre sus propietarios, porque no tienen propietarios. Lo cual no implica que sus apoderados, sus directivos, tengan que ser ad honorem. Es fácil observar que no hay ningún ejemplo que escape a esta realidad.

Como se empleaba en el límpido terreno de la construcción, por otra parte, parece que la empresa tendría que haber obrado con patrones distintos a los que en ese contexto se siguen, desdeñando cualquier posibilidad de acumulación de capital, y cediéndole los márgenes a sus proveedores y contratistas (que, digamos,  tampoco operaban con criterio altruista). Y no lo hizo. Fue, en el sentido más vituperado del término, capitalista.

El fin de toda esta secuencia de denuncias deriva en que probablemente la empresa (o alguna otra que la reemplace post-liquidación) continúe usufructuando los beneficios de comercializar el sistema constructivo cuyos derechos adquirió, pero ya no al Estado Nacional ni a ninguna ONG que construya a pedido (y pago -con mora, ejem-, porque gratis no sale) del mismo.

Roggio, Techint tendrán que demostrar si tienen capacidad suficiente para absorber la obra pública vacante, si es que mantenemos el criterio de que es imperioso acelerar la construcción de viviendas económicas y de fácil adquisición para saldar el inconstitucional déficit habitacional.

De ser capaces, obrarán como es habitual en ellos: pagarán fuertes sumas por patentes de sistemas constructivos novedosos como el de Meldorek (o tal vez el mismo sistema) pero importados; y bicicletearán con los pagos a algunos contratistas, obligándolos a cambiar cheques en las cuevas financieras, con el "permiso público" del cual no gozó Schoklender.

Uno no puede ponerse en contra de que se reclame transparencia, ni de que se castiguen las malas acciones.
Pero esos reclamos no tienen que ser el escondite para gambetear la discusión de temas urgentes.
Por caso: ¿queremos que se construyan viviendas baratas, de calidad, de manera eficiente y rápida, para saldar el déficit habitacional? ¿Preferimos que no se construya nada, y que en cambio fortalezcamos el superávit fiscal? ¿o que las construyan las mismas empresas que acaparan toda la obra pública y que importen la innovación?

Lo que no encuentro de ninguna manera son argumentos para sostener que la construcción de viviendas sociales no pueda ser aprovechada como una actividad desde la cual desarrollar innovación tecnológica y productiva (bien escaso en la Argentina).

jueves, 7 de julio de 2011

Un particular fondo anticíclico


En algunos lugares, vuelve a hablarse del uso de reservas para pagar deuda. En la entrada anterior ya hicimos algunas consideraciones sobre eso.

Dar una discusión por ese tema específico, sin embargo, es algo engañoso.

¿Por qué?
Bueno, porque en realidad la deuda externa siempre se paga con reservas.
Directa o indirectamente.
Salvo que para pagarla se tome un crédito nuevo. Externo.

De cualquier otro modo, pagás con reservas. Porque agarrás dólares que están dentro del país, y los mandás afuera del país. Y ese egreso de divisas afecta al nivel de reservas.

Supongamos que el Estado decide cancelar sus vencimientos de deuda (de acreedores externos) sin recurrir a nuevo endeudamiento externo, sino con recursos genuinamente obtenidos en el mercado interno.

Tiene dos opciones:
- ahorrar pesos de recaudación para después adquirir los dólares que destinará a pagar,
-o tomar prestados los pesos, lo cual constituye una especie de canje de deuda. Cancelás deuda en divisas, pero tomás deuda en moneda local. De algún modo, es una forma (más liviana, pero importante) de desendeudamiento.

El Fondo de desendeudamiento empleado por el Tesoro, con variantes, en los últimos dos años, es un modo particular de adoptar la segunda de las opciones.
El Tesoro le da una Letra intransferible al Banco Central (o sea, toma una deuda) y se hace directamente de los dólares que el Central tiene atesorados, para cancelar vencimientos.
Cambia deuda externa por deuda interna. Intra-estatal.[1].

De manera tal que la decisión tiene que ver con el "lado del cual te esté apretando más el zapato".

Si contás con "reservas excedentes" importantes, podés arriesgar a "pagar con reservas". Sobre todo, si considerás prioritario bajar el peso de la deuda externa.

Pero si la deuda externa no te resulta tan pesada, y en cambio corrés riesgo de exponerte a corridas hacia el dólar, sólo atenuables con intervención fuerte del BCRA, vas a preferir mantener engrosadas las reservas del BCRA tomando nueva deuda externa.

En este marco, el proceso de acumulación de reservas llevado a cabo por el BCRA, a partir de 2003, adquiere un color distinto.
Sumadas al cálculo de "reservas excedentes" en función de la relación entre éstas y los agregados monetarios (que es un resabio -útil- de la convertibilidad,  hay que decirlo), y el alineamiento entre las políticas económicas del poder ejecutivo y las acciones del Banco Central, esas reservas acumuladas adquirieron muchas funcionalidades de lo que se conoce como "fondo anticíclico".


[1] Corre por cuenta del Banco Central realizar los ajustes monetarios de la operación. 
Por otro lado, algunos desbalances provocados por la operatoria pueden repercutir también en un concepto que tomó cierta notoriedad, ya que se lo señala como una forma de financiación del gasto público a través del BCRA:  la transferencia de utilidades.
Los costos, a cargo del Central, de la operación "pago con reservas" implican que el Central cuente con menos utilidades para transferir al Tesoro, después de cerrado el balance.

martes, 5 de julio de 2011

Deuda pública y reservas del BCRA

Como sabemos, la variación de las reservas del BCRA es una especie de resultado final del registro de todos los ingresos y egresos de divisas al país.

En lo que va de 2011 las reservas del Banco Central disminuyeron unos 450 millones de dólares. Esta situación podría mantenerse en la segunda parte del año, y aún hasta profundizarse.
Hay un dato insoslayable: como parte de su política cambiaria, el Central compró en lo que va de 2011 5.600 millones de dólares. Entonces, la caída de reservas indica que se produjo, como contrapartida de ese y otros ingresos de divisas, un egreso importante.

Las vías de ingreso de divisas son, básicamente:
-Exportaciones.
-Remesas desde el exterior (de empresas o particulares)
-Inversiones (productivas o financieras)
-Créditos tomados en el exterior: del sector privado, por particulares o empresas; del sector público: por el estado nacional o los provinciales y municipales, etc.

Los egresos se producen principalmente por:
-Importaciones
-Remesas al exterior
-Formaciones de capital en el exterior (inversiones)
-Pagos de deuda (pública o privada)

Para cada una de las vías de salida de divisas, el Gobierno tomó en este año decisiones interventoras, de manera tal que podemos deducir que si el tema no es preocupante, tampoco pasa desapercibido.

Vamos a centrarnos en una de las vías de egreso (y eventualmente ingreso) de divisas: la deuda pública.

En el resultado de 2011 será absolutamente influyente la decisión del Gobierno de pagar los vencimientos de deuda con reservas. Cerca de 10.000 millones de dólares, en total, de los que ya se abonaron unos 5.000.
Cabe aclarar que no todo ese monto se termina computando como egreso de divisas, ya que parte de lo cobrado por los acreedores es reinvertido en el país. Igualmente, la caída proyectada de las reservas para este año (si es que termina confirmándose), no se hubiese concretado de haberse decidido refinanciar parte de los vencimientos, por ejemplo.

Para el año 2012 se proyecta otra situación. Vencen unos 5.000 millones de dólares de intereses, y unos 8.000 millones de dólares de capital. 13.000 millones de dólares aproximadamente, en total.
Sin embargo, de ese monto, unos 2.000 millones en intereses, y unos 3.000 millones en capital está en poder de agencias nacionales, lo cual ofrece la posibilidad de refinanciar automáticamente (en principio, los vencimientos de capital, pero aún cuando se liquiden los intereses, siempre con la certeza de que no será plata que salga del país).

De los 8.000 millones restantes, 3.000 son intereses (que hay que pagarlos sí o sí para que no se capitalicen) y 5.000 son vencimientos de capital. Más de la mitad, en manos de acreedores privados, y el resto en organismos multi o bilaterales.

De manera que salvo que se consiga estabilizar el saldo comercial positivo (exportaciones - importaciones) que viene bajando, o se consiga cerrar algunas de las canillas de salida de divisas (remesas, "inversiones", lo que se conoce como fuga), pagar con recursos genuinos el total de los vencimientos terminaría con una casi segura pérdida de reservas.

No hay una situación desesperante por la cual resulte imperioso evitar que así sea, pero la situación obliga a pensar variantes, alternativas.
Hoy por hoy, parte (chica) de los ingresos de divisas al país se produce por la toma de deuda de provincias y municipios. Una variante sería que el Estado Nacional, tal vez, se sume a este esfuerzo cuasi fiscal.

Opciones, a despuntar con el paso de los meses. Con la "fortuna" de que ninguna implica un shock. De que podemos pensar tranquilos, sin temores a ninguna crisis. Un verdadero logro, teniendo en cuenta la historia argentina de los últimos 30 años.

lunes, 4 de julio de 2011

La inverosímil ventaja de devaluar

En el mundo, se les cagan de risa

Cuando se habla de pérdida de competitividad del sector industrial, la palabra "devaluación" comienza paradójicamente a revaluarse.

Como si "devaluar" fuera cuestión de mover una palanca, apenas. De hecho, a diferencia de los demás países de la región Argentina mantiene una inercia devaluacionista administrada por el BCRA de un 10 o 12% anual, en términos nominales.

Esto quiere decir que como no estamos en el 2002, en que para devaluar había que simplemente dejar de intervenir en el mercado cambiario, hoy la autoridad monetaria debería en principio tener una actitud activa, en el mismo sentido pero más profunda que la que tiene en la actualidad.

Provocar un shock de demanda adicional de dólares para promover una escasez "artificial" que tire el precio para arriba. Puede hacerlo a lo bruto: comprando (más) con emisión. O más sofisticadamente: operando en los mercados de futuros para modificar las expectativas y provocar un salto en la demanda privada de dólares.

Ahora bien, para que una devaluación tenga los efectos deseados (por el capital industrial) en cuanto a competitividad y sea sustentable, sería necesario tomar las precauciones de absorción que impidan que la devaluación se traslade a aumentos de precios de manera directa. Porque, sabemos, los aumentos de precios licúan la ventaja competitiva emanada de la devaluación.

Como no somos muy afectos a los eufemismos diremos que este traspaso "peligroso" o "nocivo" de la devaluación a los precios en realidad alude a un solo precio: el de la fuerza de trabajo. El Salario.
O sea que la efectividad competitiva de una devaluación en las condiciones actuales estará ligada fuertemente a la viabilidad del control que el capital pueda ejercer sobre la indexación de salarios.

La verdad, si por ahí pasa la mano (reducir el salario en términos reales para bajar el costo laboral de producción, y aumentar artificialmente la productividad) es innecesario hacer el esfuerzo monetario de devaluar más de lo que se viene devaluando actualmente en términos nominales. Alcanzaría con conseguir que el salario indexe a un nivel menor que el promedio de los precios (restada la devaluación nominal).

Menos poder adquisitivo del salario, es casi equivalente a mayor productividad y competitividad industrial en este marco de pensamiento, y sobre todo en estas condiciones materiales.

Algunos efectos concomitantes de una devaluación (mayor)


Los principales beneficiarios serían (más aún que las empresas medianas y pequeñas que pugnan por la sustitución de importaciones) los grandes conglomerados ligados a la exportación: las exportadoras de producción agrícola (con efecto derrame sobre ciertos agentes del sector agropecuario: los propietarios de tierras), y empresas que exportan materias primas o insumos industriales con bajo nivel de procesamiento, como pueden ser Acindar, Aluar, Siderca, Siderar.

Principalmente, los conglomerados a los que pertenecen estas empresas buscarían verse beneficiados con disponibilidad de utilidades que les permitiera operar y especular con mayor margen en el mercado cambiario. Convertirse en los dueños de la restricción externa.

No lo podrían conseguir de todos modos.
Sus ansias adolecen de anacronismo. Tienen el pensamiento atornillado a las épocas en que los dólares, en el mundo, eran un bien mucho más escaso que en la actualidad.

viernes, 1 de julio de 2011

Debatiendo con Adrián Ramos


El Cronista publicó esta entrevista al referente radical en materia económica, Adrián Ramos.
Hay dos respuestas (o tres) sobre las que me gustaría comentar.

La primera es la más sencilla. Dice Ramos:

Proponemos una asignación universal a la vejez. Así, cuando uno llega a determinada edad tiene derecho a recibir una jubilación mínima, financiada con la parte impositiva de los ingresos de ANSeS. A partir de ahí debería haber un plus adicional por contribución, que será mayor mientras mayor sea la cantidad de aportes realizados a lo largo de los años.
Si bien la exposición es bastante rudimentaria, y requeriría de varias aclaraciones para conocer exactamente en qué consistiría, es muy notorio que al hablar de una reforma previsional se omita cualquier mención al 82% móvil.
Digamos, los lineamientos que plantea no son exactamente incompatibles con el 82% móvil. Pero no nombrarlo me parece que indica algo. En este caso, un probable cambio de opinión. En el universo que constata, sin excepciones a la vista, el famoso teorema de Baglini.

Igualmente, es de suponerse que si la asignación universal a la vejez se financiara solamente con la parte impositiva de la recaudación de ANSeS, la misma sería más baja que una jubilación mínima. Por un lado.

Y fundamental (por otro): seguiría postergada la atención al reclamo judicial de Binner (uno de cuyos abogados es el radical alfonsinista Gil Lavedra), para que Nación devuelva los puntos de coparticipación que las provincias le cedieron cuando se creó el régimen de AFJPs.

O, tal vez, como alternativa: en caso de que se atienda el reclamo santafesino antes de instaurar el nuevo régimen jubilatorio, la merma en la asignación universal a la vejez sería muy sensible, ya que la ANSeS perdería una porción sustancial de la parte impositiva de su recaudación.

Otra respuesta. Tema: inflación.

Un caso a estudiar para la Argentina es lo que ocurrió en Chile. (...) Entonces armaron objetivos anuales para la tasa de inflación y para los déficits de cuenta corriente, que se anunciaron previamente cada año por parte del Banco Central en el Congreso. 
En primer término, la mención a los déficits de cuenta corriente ya está mostrando que las caracterísitcas de la economía chilena de entonces, eran distintas de la argentina actual, para la cual algún que otro déficit fue una soberana excepción en medio de una cuenta corriente casi siempre superavitaria en los últimos 9 años.
Pero, bueno, despejando el tema de la cuenta corriente, vamos a la inflación.

En donde se menciona claramente la cuestión de las metas. Poner metas de inflación, sin embargo, no es un postulado que se agota en sí mismo. Tiene un contenido. Que en contextos de expansión monetaria y tasas reales negativas se compone de políticas ortodoxas de restricción monetaria y subas de tasas de interés (con métodos complementarios, como suba de encajes bancarios, etc.).
De alguna manera, Ramos deja entrever esto cuando dice:
Desde 2009, la Argentina tiene déficit fiscal medido correctamente, aún esté encubierto en cuestiones contables. Y en buena parte fue financiado con recursos originados en el Banco Central.
Visualiza esta situación como un problema, y propone ser consecuente con la idea de bajar el costo del financiamiento externo. Abriendo de ese modo, el chorro de la cuenta de capital (o financiera).

Todo esto, entra en grave contradicción con una de los puntos por los cuales Ramos sostiene que es nociva la inflación:
Producto de esa inflación, el peso argentino sufre una apreciación del orden del 15% anual en los últimos años. Y esto no es sostenible en el mediano y largo plazo.

Porque, en definitiva, Ramos nos estaría diciendo que para evitar la apreciación cambiaria que produce la inflación, habría que condescender a la apreciación cambiaria provocada (esta vez) por políticas restrictivas en materia fiscal y monetaria, la suba de las tasas de interés y el financiamiento externo.

De manera que el objetivo propuesto:
–Fomentar un proceso de inversiones sostenido.
...que incluye definiciones como ésta:
 Para invertir se requiere rentabilidad, pero también perspectivas de apropiabilidad de la renta.
...nos pone en discusión sobre qué tipo de inversiones estaríamos buscando.

No vaya a ser cosa que por evitar la inflación de bienes y servicios, provoquemos una inflación de activos financieros (al estilo griego o irlandés).