Los compañeros nacionales y populares de MC pueden solicitar el CBU de mi cuenta, en caso de que quieran abonarme lo correspondiente en concepto de publicidad. |
Importar, en la Argentina, ya no es tan fácil. Comprar divisas (en sus variadas formas entre las que se incluyen desde las fugas del tipo "contado con liqui" hasta las compras con tarjeta de crédito en el exterior) tampoco.
¿Es algo coyuntural que en breve se resolverá? ¿o los controles seguirán por mucho tiempo?
Responder esa pregunta trascendente exige un análisis detallado de las causas de las decisiones que llevaron a la situación actual.
Ya lo mencionamos en otra oportunidad: el meollo está en una escasez relativa de divisas. Relativa, en cuanto a los niveles de ingreso que el Gobierno pretendería para no depender de financiamiento externo.
Y un objetivo declarado, que puede ser solidario del primero pero que no necesariamente son congruentes entre sí, de sustituir importaciones con producción local.
En este segundo aspecto radica una parte de los controles. La finalidad, más que entorpecer por sí mismo, es encarecer la importación.
Hay dificultades para esclarecer la lógica de funcionamiento de estas cuestiones, y conciliarlas con las urgencias temporales. No hablo de los funcionarios a cargo solamente, sino también de los afectados y de los comentaristas neutrales.
Las trabas, en paralelo al entorpecimiento y encarecimiento consiguiente de la importación, pretenden generar un nicho de demanda para la producción local sustituta de la importada trabada. Las menciones a que "primero hay que incentivar la producción nacional y después trabar la importación" son ingenuas. La inversión responde a la demanda. Y la demanda aparece cuando hay condiciones dadas para ello.
Sin embargo, las complicaciones surgen de la imposibilidad de conciliar tiempos. El reemplazo de ofertas no es inmediato, en el medio alguna demanda puede quedar insatisfecha, con todo lo negativo del caso.
Por ejemplo, para artículos de consumo como el té de Ceylan o el salmón rosado ideal para sushi. Demandados por sectores medio-altos y altos. Esta demanda específica insatisfecha pone en juego algunas nociones. El "populismo" no radica solamente en organizar fiestas para pagar en el futuro. Algunos costos pueden ser asumidos en el presente también. Como en este caso. En el cual los degustadores de estos productos gourmet pierden el usufructo de un excedente del producto social, que se aplicará (dicho excedente) al cuidado de las divisas, evitando egresos considerados superfluos.
Sin embargo, la cuestión de las demandas insatisfechas se complica en un punto (que no es el anterior; este que sigue sí es un escollo a la "fiesta" del populismo).
Argentina: eligió 10 actividades industriales como estratégicas. Esto implica que necesitará desarrollar escalas de producción superiores a las de abastecimiento del mercado interno actual.
Aumentando la capacidad adquisitiva de nuestro mercado interno y con incentivos para la exportación de excedentes. primera paradoja de incompatibilidad: el fortalecimiento del primer objetivo atenta contra la competitividad para lograr el segundo objetivo.
Además las cadenas de valor de estos productos de ramas industriales "estratégicas" muchas veces (o todas) se integran con importados. El crecimiento de nuestro sector secundario hace crecer las importaciones más que las exportaciones. Esta segunda paradoja deriva en mayor riesgo a incrementar la escasez relativa de divisas.
Y lleva a que se evalúe primordialmente sustituir importaciones en esas cadenas de valor. Aumentando la integración con piezas locales.
Este punto hace que la mencionada dificultad para conciliar tiempos pueda provocar parates productivos por falta de insumos.
Sumando la merma en la producción industrial por este factor, a la que ya se registra por menor demanda externa e interna (dato significativo que queda sepultado ante las trabas a las importaciones que terminan siendo el chivo expiatorio de las posibles suspensiones y hasta reducciones de personal decididas por las empresas, cuando en realidad la menor demanda puede ser mucho más significativa en este punto que la falta de insumos).
Hasta aquí las dificultades que presenta la puesta en práctica de un modelo teórico-ideológico proteccionista. Nada que la práctica no muestre en datos concretos. No descubrimos nada. Supimos siempre (y así lo expresamos) que aquí habría una dificultad.
Otras dificultades adicionales son las que surgen de decisiones arbitrarias de funcionarios. Que deciden con discrecionalidad (con los márgenes necesarios de discrecionalidad para que este tipo de complejo de ideas pueda ponerse en práctica, ya que no hay reemplazo a la doctrina de observar "caso por caso"). Pero esta discrecionalidad muchas veces abre paso a irracionalidades motivadas en el encono personal para con determinada empresa o actividad. Hay ejemplos de esto, también, en los últimos días.
Otra: el "caso por caso" atenta contra la celeridad, al menos hasta que los mecanismos estén más aceitados y los funcionarios a cargo descubran las vías de la mayor eficiencia, qu en cada actividad específica tiene sus vericuetos.
Pero haciendo hincapié en "el caso por caso" queda ver un tema qu se relaciona con la declamada "sintonía fina". En todas las operaciones para las cuales la adquisición de divisas es necesaria, se generan nichos de marginalidad, con fines evasivos, elusivos o contrabandísticos. Los controles pueden tener como objetivo también tapar la mayor cantidad posible de agujeritos que en su sumatoria provocan una sangría de proporciones a la cuenta corriente.
Y además hay un factor que sobrevuela todo lo dicho hasta aquí: si el problema es escasez de divisas, la reversión parcial de algunos problemas estructurales que hacen crecer la salida podría derivar en la relajación de algunos controles en un plazo mediano, quedando en pie solamente aquellos cuyos efectos excedan el objetivo bruto de cuidar los dólares a como dé lugar.
Siempre se puede trabajar para minimizar costos, pero no se puede pretender que la implementación de políticas activas sea sin ellos. El núcleo de la factura política a pagar por estas políticas no se eliminará por volver los procedimientos de control más eficientes. La opción es clara: proteger o liberar.
Ninguna de las dos es gratuita.