Escucho en algunos nichos mediáticos y de algunos militantes oficialistas el recurrente pedido de aporte de "pruebas", de documentación de las denuncias. A un programa de tele.
O la sobreactuación circunspecta de pedirle a la "justicia" "que investigue". Decirlo queda bien. Es lo que mejor conviene según el protocolo de la corrección política.
Pero la verdad es que Lanata no tiene ni interés ni obligación de mostrar ninguna prueba de nada. Él es un periodista militante, que realiza su tarea (militante) dentro de su convicción de que el actual gobierno encabezado por la fuerza política que lo encabeza debe cesar (según los tiempos constitucionales). Y actúa en pos de ese objetivo ampliamente declarado.
Si a alguien se le ocurriera decirme que cree que lo verdaderamente importante es probar que hubo ilícitos, encontrar "la ruta del dinero", y que se pene según el código a los responsables de esos ilícitos, además de que se recupere la plata de "todos los argentinos", me cagaría de risa durante tres días seguidos. Sin parar para dormir y comer.
Lo que hizo Lanata fue generar un hecho político. Que no está cerrado. Y que en la semana tuvo algunas derivaciones que lo convierten en un farandulesco conventillo equiparable al "caso Cóppola", con el programa de Iúdica queriendo asumir el papel de Mauro Viale. Daaaaaleee!!!!!!
La fecundidad política del hecho quedará cuantificada el día que se abran las urnas, que es el momento en el cual la participación ciudadana define a través de procedimientos preestablecidos y muy estudiados, y plasmados con claridad en la Constitución, de modo que no perjudiquen los privilegios que actúan como pilares fundamentales (aunque secretos) del sistema republicano en una sociedad que se organiza en torno al modo de producción capitalista como rector de las relaciones sociales con lo material, privilegios que son salvaguardados por resabios aristocráticos en la organización de los poderes del estado, que actúan como contención de los imprevisibles avances que las reformas asamblearias pudieron haber permitido que se sugirieran.
De manera tal, que siendo esa mi visión de las cosas, para juzgar y elaborar opinión sobre cualquier acontecimiento intento evaluarlo a la luz de estos procesos permanentes. Ver qué lugar ocupan en esa red, acciones de qué tipo y con qué derivaciones disparan, y cuál es el funcionamiento que adquieren en esa dinámica social e institucional.
Una cosa que podría decirse es que el hecho tiene un efecto auspicioso (para quién lo generó). Alcanzó plena difusión. La intervención de personajes vinculados a lo mediático desde campos ajenos a la política operó de alguna manera este prodigio. Pudo haber estado previsto. O no, pero sí saludado fervorosamente ante el descubrimiento de la posibilidad. Repito lo que es un dato central: Dale la tarde!
Y no es ajeno a esto que Luis Ventura haya sido uno de los primeros en decir algo así como que Fariña le "hizo comer un sapo a Lanata". Hay guerra de chimenteros para defender o crucificar al Rossi que, pobre, se quedó sin las tortas de la fallida candidata a diputada en representación de los "italiani all´estero".
Esa disputa es más importante en los términos de mi planteo, que las derivaciones judiciales. A eso están más atentos seguramente los políticos que sacan votos. No Carrió, por supuesto, que está más atenta a lo que le importa a su familia de estirpe leguleya.
Lo que sí puedo suponer es que Magnetto estará fuertemente arrepentido de no haber arreglado con Lanata antes. Porque ahora queda poco margen para que los incisos de la ley de medios que afectan (levemente) el patrimonio del Grupo Clarín sean declarados inconstitucionales por la corte suprema de justicia independiente (que ya no existía, pero todavía existe, aunque podría dejar de existir en breve, si no la defendemos marchando al obelisco de 20 a 21, en directo por canal 13). Se juega el todo por el todo en las próximas elecciones legislativas (se supone que varios jueces de la corte fallarán de acuerdo a "cómo venga la mano"). En el 2009 (por ejemplo) los márgenes de acción eran mayores. Y se perdieron por no hacer las ofertas correspondientes. Apostaron a Muy, en lugar de apostar a Crítica. Que se lo dejaron servidito a Mata para que lo liquidara, vía fuga de activos a través de paraísos fiscales.
Esa ruta del dinero no la va a investigar ni Lanata ni nadie. Pero esa es otra historia.
jueves, 18 de abril de 2013
lunes, 15 de abril de 2013
El programa de Lanata
Creo que a esta altura nadie que haga un mínimo seguimiento de mis opiniones dudaría en calificarme como "kirchnerista".
Sé que desde esa filiación no hay motivos tácticos ni estratégicos como para hablar de Lanata y su investigación sobre la guita de Lázaro Báez (que es la de Néstor). Pero la verdad es que a mí me parece que los temas tratados son asumidos mayoritariamente como lo suficientemente relevantes como para no dejarlos pasar de largo. Aunque "convendría", quizás.
Meterse a discutir ciertas cosas puede significar abrir una puerta que sería mejor mantener cerrada. Pero no es mi responsabilidad esa, aunque admito que la bajísima repercusión de mis opiniones me da cierta impunidad. Cuando te lee muy poca gente, es más fácil tocar temas urticantes, o incluso divulgar algún tópico que fuera preferible que permaneciera excluído de cualquier discusión política. Cuando el objetivo es que la política siga de algún modo rigiendo los comportamientos socio-económicos como forma de moderar la anomia y evitar el caos.
De todos modos, repito, no es mi responsabilidad esa. Y ya que no disfruto de las ventajas de la dignidad al menos puedo darme el gusto de tampoco condescender a cumplir con sus obligaciones.
Lo que Lanata mostró ayer, bien podría ser cierto en su totalidad o en su mayoría. Y este es un dato sumamente relevante.
Pero bien podría ser absolutamente falso. Y esto también lo es.
Lo que digo es que de alguna manera estamos ante una cuestión de fe, en la que cada uno suele comportarse más condescendiente con los puntos oscuros de su divinidad. Y esto corre para todos.
El punto esencial, que a mí me merece reflexiones, no es puntualmente si Lázaro Báez le llevaba bolsos Gola y Nike al esposo de Karina Jelinek para que éste los pesara y se los diera a un financista para que lo transfiriera de a poco a sociedades off shore, que una vez que se mandó una cagada y le cagaron la empresa se dio cuenta de toda la inmoralidad que existe en el mundo y fue a contárselo a Lanata.
O el propio marido de Jelinek, al que Lanata le hizo tres cámaras ocultas en las que mencionó a Lázaro Báez, a Néstor, etc. Frente a Lanata!
Un tipo que "conoce cosas tremendas" habla abiertamente con Lanata, le da información, tiene un trato hasta amistoso con sus entevistadores, que supuestamente le querrían arrancar secretos terribles que él ni muerto se deja arrancar porque es muy "prolijo" y por eso no existe una sola foto suya con "Lázaro", y no se aviva que lo están filmando, no una, sino tres veces. Y habla de un montón de maniobras indocumentadas.
Pero el tema es la verosimilitud del relato, no del montaje.
Y el relato es verosímil, al punto de que no dan ganas de ponerse a negarlo, porque toca una arista esencial en la constitución de las relaciones piramidales de poder en las sociedades capitalistas: tener poder político es indivisible de tener poder económico. No hay vueltas con esto. Y la capacidad de ejercer el poder de manera soberana por un gobernante es directamente proporcional al grado de autonomía económica que tenga y a la capacidad que tenga de mover tres o cuatro resortes a través de jugadores fieles.
Ni siquiera es digno comentar sobre la facilidad de Lanata al cerrar el programa, diciendo que el problema con la corrupción es que la guita que se pone en un lado falta de otro. No es sólo con la corrupción ese problema. La guita que se pone en un lado, falta de otro. Y si lo que se quiere decir con esto es que es "plata del estado" es decir de "todos nosotros" la que se moviliza, vale decir dos cosas: que en sentido amplio, toda la plata es potencialmente de todos nosotros. La acumulación de dinero es sólo posible si un ordenamiento jurídico arbitrario así lo tolera. Y ese ordenamiento es histórico, secular, convencional, modificable. La otra es que la cuestión no es tan lineal como sacar plata acumulada en una caja del estado, meterla en bolsos y mandarla en avión. Los entramados de negocios que se pueden montar en torno a una administración estatal son mucho más complejos que eso y hasta probablemente no le salgan al estado mucha más plata que lo que le sale de por sí solventar un ordenamiento jurídico que elige ganadores y perdedores arbitrariamente. Dentro de ese ordenamiento, con mayor o menor tendencia a volcarse a los márgenes, se pueden establecer estos entramados. En los que consiste también "hacer política", en tanto se pretenda con ella ejercer el poder.
No son justificaciones estas. Sino elementos de análisis desde donde entender la mecánica de funcionamiento de la conformación de un bloque de poder con capacidad operativa sustancial.
Mi visión del caso es que difícilmente se pueda modificar una opinión política a partir de verificar la ocurrencia de cosas como éstas, que mal que mal existen en el imaginario social desde siempre, listas para ser creídas por quién así lo desee.
Es como creer que alguien dejaría de mirar un programa de Lanata porque se diga que es un oscuro empresario, que vive como un millonario a pesar de estar inscripto como monotributista y considerarse insolvente, que fundó y fundió por lo menos tres empresas en los últimos 15 años, que en la última fue socio de Mata el vaciador serial de empresas dueño de Marsans, hoy investigado (o preso?) en España por maniobras de lavado de dinero mediante el empleo de sociedades off shore en un entramado del que formaba parte Sacyr Vallehermoso, dueña de una parte de YPF en épocas de Repsol, en un escenario que tiene la fisonomía de encubrir circulación de plata de "la política", que a su vez nunca quedó muy claro cómo se financiaban esas empresas fundadas (y fundidas) por Lanata aunque se denunció en ocasiones que la plata la aportaba Kohan, o posteriormente Desantibañes desde la SIDE, etc., etc., etc. En fin, depende cuánto me den, te puedo armar un relato bastante verosímil de la "ruta del dinero" de las empresas fundadas y quebradas por Lanata a través del empleo de guita de incomprobable origen. Es cuestión de hacerme una cámara oculta. O tres.
Es decir, lamentablemente así funcionan las cosas. Y no hay mucho más para decir.
Sé que desde esa filiación no hay motivos tácticos ni estratégicos como para hablar de Lanata y su investigación sobre la guita de Lázaro Báez (que es la de Néstor). Pero la verdad es que a mí me parece que los temas tratados son asumidos mayoritariamente como lo suficientemente relevantes como para no dejarlos pasar de largo. Aunque "convendría", quizás.
Meterse a discutir ciertas cosas puede significar abrir una puerta que sería mejor mantener cerrada. Pero no es mi responsabilidad esa, aunque admito que la bajísima repercusión de mis opiniones me da cierta impunidad. Cuando te lee muy poca gente, es más fácil tocar temas urticantes, o incluso divulgar algún tópico que fuera preferible que permaneciera excluído de cualquier discusión política. Cuando el objetivo es que la política siga de algún modo rigiendo los comportamientos socio-económicos como forma de moderar la anomia y evitar el caos.
De todos modos, repito, no es mi responsabilidad esa. Y ya que no disfruto de las ventajas de la dignidad al menos puedo darme el gusto de tampoco condescender a cumplir con sus obligaciones.
Lo que Lanata mostró ayer, bien podría ser cierto en su totalidad o en su mayoría. Y este es un dato sumamente relevante.
Pero bien podría ser absolutamente falso. Y esto también lo es.
Lo que digo es que de alguna manera estamos ante una cuestión de fe, en la que cada uno suele comportarse más condescendiente con los puntos oscuros de su divinidad. Y esto corre para todos.
El punto esencial, que a mí me merece reflexiones, no es puntualmente si Lázaro Báez le llevaba bolsos Gola y Nike al esposo de Karina Jelinek para que éste los pesara y se los diera a un financista para que lo transfiriera de a poco a sociedades off shore, que una vez que se mandó una cagada y le cagaron la empresa se dio cuenta de toda la inmoralidad que existe en el mundo y fue a contárselo a Lanata.
O el propio marido de Jelinek, al que Lanata le hizo tres cámaras ocultas en las que mencionó a Lázaro Báez, a Néstor, etc. Frente a Lanata!
Un tipo que "conoce cosas tremendas" habla abiertamente con Lanata, le da información, tiene un trato hasta amistoso con sus entevistadores, que supuestamente le querrían arrancar secretos terribles que él ni muerto se deja arrancar porque es muy "prolijo" y por eso no existe una sola foto suya con "Lázaro", y no se aviva que lo están filmando, no una, sino tres veces. Y habla de un montón de maniobras indocumentadas.
Pero el tema es la verosimilitud del relato, no del montaje.
Y el relato es verosímil, al punto de que no dan ganas de ponerse a negarlo, porque toca una arista esencial en la constitución de las relaciones piramidales de poder en las sociedades capitalistas: tener poder político es indivisible de tener poder económico. No hay vueltas con esto. Y la capacidad de ejercer el poder de manera soberana por un gobernante es directamente proporcional al grado de autonomía económica que tenga y a la capacidad que tenga de mover tres o cuatro resortes a través de jugadores fieles.
Ni siquiera es digno comentar sobre la facilidad de Lanata al cerrar el programa, diciendo que el problema con la corrupción es que la guita que se pone en un lado falta de otro. No es sólo con la corrupción ese problema. La guita que se pone en un lado, falta de otro. Y si lo que se quiere decir con esto es que es "plata del estado" es decir de "todos nosotros" la que se moviliza, vale decir dos cosas: que en sentido amplio, toda la plata es potencialmente de todos nosotros. La acumulación de dinero es sólo posible si un ordenamiento jurídico arbitrario así lo tolera. Y ese ordenamiento es histórico, secular, convencional, modificable. La otra es que la cuestión no es tan lineal como sacar plata acumulada en una caja del estado, meterla en bolsos y mandarla en avión. Los entramados de negocios que se pueden montar en torno a una administración estatal son mucho más complejos que eso y hasta probablemente no le salgan al estado mucha más plata que lo que le sale de por sí solventar un ordenamiento jurídico que elige ganadores y perdedores arbitrariamente. Dentro de ese ordenamiento, con mayor o menor tendencia a volcarse a los márgenes, se pueden establecer estos entramados. En los que consiste también "hacer política", en tanto se pretenda con ella ejercer el poder.
No son justificaciones estas. Sino elementos de análisis desde donde entender la mecánica de funcionamiento de la conformación de un bloque de poder con capacidad operativa sustancial.
Mi visión del caso es que difícilmente se pueda modificar una opinión política a partir de verificar la ocurrencia de cosas como éstas, que mal que mal existen en el imaginario social desde siempre, listas para ser creídas por quién así lo desee.
Es como creer que alguien dejaría de mirar un programa de Lanata porque se diga que es un oscuro empresario, que vive como un millonario a pesar de estar inscripto como monotributista y considerarse insolvente, que fundó y fundió por lo menos tres empresas en los últimos 15 años, que en la última fue socio de Mata el vaciador serial de empresas dueño de Marsans, hoy investigado (o preso?) en España por maniobras de lavado de dinero mediante el empleo de sociedades off shore en un entramado del que formaba parte Sacyr Vallehermoso, dueña de una parte de YPF en épocas de Repsol, en un escenario que tiene la fisonomía de encubrir circulación de plata de "la política", que a su vez nunca quedó muy claro cómo se financiaban esas empresas fundadas (y fundidas) por Lanata aunque se denunció en ocasiones que la plata la aportaba Kohan, o posteriormente Desantibañes desde la SIDE, etc., etc., etc. En fin, depende cuánto me den, te puedo armar un relato bastante verosímil de la "ruta del dinero" de las empresas fundadas y quebradas por Lanata a través del empleo de guita de incomprobable origen. Es cuestión de hacerme una cámara oculta. O tres.
Es decir, lamentablemente así funcionan las cosas. Y no hay mucho más para decir.
sábado, 13 de abril de 2013
Guarda con tocar a "los laburantes"
Los "laburantes".
Cuando hablamos en serio, es decir con tono de panfleto setentista, preferimos decirles trabajadores. Ahora, cuando estamos de entrecasa, o en condiciones de condescender al lenguaje coloquial incluso con algún adversario ocasional, preferimos usar la palabra "laburantes". Una palabra que cada vez oculta menos la vanidad de la jactancia que suele acompañarla.
El que habla de "laburantes" es en realidad un tipo que expresa cariñosamente "su solidaridad para con el conjunto de los reclamos de la clase trabajadora". Es uno más de esos "laburantes".
Que como conjunto no existen.
¿Qué es esa entelequia "los trabajadores" que referencian desde Moyano hasta Tumini, pasando por un tipo más bruto pero un poco menos hipócrita, como el pata Medina (que te acusa de setentista y te corre con que "Perón los echó de la plaza")? Nada. No es nada.
El único factor aglutinante es el combo recibo de sueldo + caja de ahorro en pesos, a través del cual se formaliza el comercio de la fuerza laboral (que de fuerza cada vez tiene menos; en algunas actividades como los bancos, da risa llamarla así). Ni siquiera los montos (el nivel salarial) aglutinan. Porque hay una dispersión que da calambre entre el pequeño burgués que te ofrece la tarjeta de crédito en el Banco Itaú mientras planifica sus vacaciones en Brasil con "su chica", y el pibe que limpia el baño donde mea el que te ofrece la tarjeta de crédito del Banco Itaú, que planifica cómo comprar la leche para sus hijos.
En realidad, hay otro factor aglutinante: el kiosco devenido en empresa de salud que administra la estructura jerárquica representativa que cuenta con secretario general y que recibe el nombre de sindicato. Una corporación que actúa en tanto tal, como contracara de las corporaciones que representan al capital. Pero ese es otro tema. Y no hay nada que reprochar.
Pero por una suerte de sacralización de la entelequia "el laburante", podemos tolerar y hasta aceptar con cierto agrado que un grupo de ñoquis que cobran del estado sin hacer otra cosa que lanzar "duros documentos" haga lobby por echar de un medio público a un periodista que tuvo el tupé de criticarlos por no laburar bien, y culparlos de paso de que los medios públicos no sean competitivos en relación a los medios privados. Es que es muy frecuente que estas organizaciones de grandes cebadores de mate, que cumplen la función de representar a los "laburantes" lanzando a diestra y siniestra "duros documentos", en general contra aquellos que intentan averiguar por qué razón ontológica o en función de qué beneficio social habría que tolerar que el trabajo de uno lo cobren 6, tengan una postura mucho más combativa contra el estado que contra las empresas privadas. Por eso, cuando hay mundial de futbol, el personal que da cobertura al evento enviado por un medio público supera en dos o tres veces al personal que manda un medio privado para el mismo fin. Pasa en otros gremios, pero si los nombrás, perdés muchos amigos, como los docentes por ejemplo.
La división binaria que con nostalgia del siglo XIX muchas veces intentamos establecer desde los análisis, en torno a la relación capital - trabajo, por anacrónica termina a veces convirtiéndose en la parodia de sí misma, que incluso y sin querer brinda parapeto a la holgazanería de algún cúmulo de lúmpenes con costumbres parasitarias.
Es una divisoria de aguas mucho más fructífera en términos políticos la que se establece en el vínculo que hay entre el mundo "registrado" (del que forman parte los "laburantes") y el mundo sin documentos. El intento por paliar o al menos visibilizar los sufrimientos de quienes no tienen acceso a los circuitos formales del tráfico de derechos y obligaciones, los invisibles (ponele) que es como les gusta decir a los que poetizan los discursos políticos, es una causa mucho más noble y si se quiere más contestataria, que agitar las banderas de los "derechos de los trabajadores", conjunto difuso que engloba desde un pequeño burgués que denosta a las "mafias sindicales" en el valiente ámbito de la discusión familiar pero usufructúa cada una de sus "conquistas" (incluso las que atentan parcialmente contra los intereses de su "clase" que no tienen por qué ser los suyos particulares, porque lo que define a la clase en sí, casi que en la realidad pasó a plano tan subalterno que no aporta demasiados elementos decisivos en la formación de la conciencia), el trabajador calificado al que le chupa un huevo tercerizar a sus "compañeros" ni bien consigue comprarse un pequeño bien de capital para poner al servicio de la flota del patrón, el obrero hábil para las relaciones públicas, que sin tramitar cuit se convierte en empresario de la construcción y subcontrata en negro a algunos colegas a cuyo trabajo le extrae una plusvalía que haría morir de vergüenza a los miembros del Tea Party.
Pedro Guerra lo dice mucho mejor y más sencillo en esta canción, que aglutina un poco la cantidad de cosas inconexas y mal explicadas de los párrafos anteriores, que intentan ser una manifestación de apoyo a Lucas Carrasco, alguien con quien nunca tuve mucha relación, y a quien cada vez veo y hablo menos, pero paradójicamente cada vez considero más mi amigo. Y es Pedro Guerra el que canta, no Ronaldinho!!!
Cuando hablamos en serio, es decir con tono de panfleto setentista, preferimos decirles trabajadores. Ahora, cuando estamos de entrecasa, o en condiciones de condescender al lenguaje coloquial incluso con algún adversario ocasional, preferimos usar la palabra "laburantes". Una palabra que cada vez oculta menos la vanidad de la jactancia que suele acompañarla.
El que habla de "laburantes" es en realidad un tipo que expresa cariñosamente "su solidaridad para con el conjunto de los reclamos de la clase trabajadora". Es uno más de esos "laburantes".
Que como conjunto no existen.
¿Qué es esa entelequia "los trabajadores" que referencian desde Moyano hasta Tumini, pasando por un tipo más bruto pero un poco menos hipócrita, como el pata Medina (que te acusa de setentista y te corre con que "Perón los echó de la plaza")? Nada. No es nada.
El único factor aglutinante es el combo recibo de sueldo + caja de ahorro en pesos, a través del cual se formaliza el comercio de la fuerza laboral (que de fuerza cada vez tiene menos; en algunas actividades como los bancos, da risa llamarla así). Ni siquiera los montos (el nivel salarial) aglutinan. Porque hay una dispersión que da calambre entre el pequeño burgués que te ofrece la tarjeta de crédito en el Banco Itaú mientras planifica sus vacaciones en Brasil con "su chica", y el pibe que limpia el baño donde mea el que te ofrece la tarjeta de crédito del Banco Itaú, que planifica cómo comprar la leche para sus hijos.
En realidad, hay otro factor aglutinante: el kiosco devenido en empresa de salud que administra la estructura jerárquica representativa que cuenta con secretario general y que recibe el nombre de sindicato. Una corporación que actúa en tanto tal, como contracara de las corporaciones que representan al capital. Pero ese es otro tema. Y no hay nada que reprochar.
Pero por una suerte de sacralización de la entelequia "el laburante", podemos tolerar y hasta aceptar con cierto agrado que un grupo de ñoquis que cobran del estado sin hacer otra cosa que lanzar "duros documentos" haga lobby por echar de un medio público a un periodista que tuvo el tupé de criticarlos por no laburar bien, y culparlos de paso de que los medios públicos no sean competitivos en relación a los medios privados. Es que es muy frecuente que estas organizaciones de grandes cebadores de mate, que cumplen la función de representar a los "laburantes" lanzando a diestra y siniestra "duros documentos", en general contra aquellos que intentan averiguar por qué razón ontológica o en función de qué beneficio social habría que tolerar que el trabajo de uno lo cobren 6, tengan una postura mucho más combativa contra el estado que contra las empresas privadas. Por eso, cuando hay mundial de futbol, el personal que da cobertura al evento enviado por un medio público supera en dos o tres veces al personal que manda un medio privado para el mismo fin. Pasa en otros gremios, pero si los nombrás, perdés muchos amigos, como los docentes por ejemplo.
La división binaria que con nostalgia del siglo XIX muchas veces intentamos establecer desde los análisis, en torno a la relación capital - trabajo, por anacrónica termina a veces convirtiéndose en la parodia de sí misma, que incluso y sin querer brinda parapeto a la holgazanería de algún cúmulo de lúmpenes con costumbres parasitarias.
Es una divisoria de aguas mucho más fructífera en términos políticos la que se establece en el vínculo que hay entre el mundo "registrado" (del que forman parte los "laburantes") y el mundo sin documentos. El intento por paliar o al menos visibilizar los sufrimientos de quienes no tienen acceso a los circuitos formales del tráfico de derechos y obligaciones, los invisibles (ponele) que es como les gusta decir a los que poetizan los discursos políticos, es una causa mucho más noble y si se quiere más contestataria, que agitar las banderas de los "derechos de los trabajadores", conjunto difuso que engloba desde un pequeño burgués que denosta a las "mafias sindicales" en el valiente ámbito de la discusión familiar pero usufructúa cada una de sus "conquistas" (incluso las que atentan parcialmente contra los intereses de su "clase" que no tienen por qué ser los suyos particulares, porque lo que define a la clase en sí, casi que en la realidad pasó a plano tan subalterno que no aporta demasiados elementos decisivos en la formación de la conciencia), el trabajador calificado al que le chupa un huevo tercerizar a sus "compañeros" ni bien consigue comprarse un pequeño bien de capital para poner al servicio de la flota del patrón, el obrero hábil para las relaciones públicas, que sin tramitar cuit se convierte en empresario de la construcción y subcontrata en negro a algunos colegas a cuyo trabajo le extrae una plusvalía que haría morir de vergüenza a los miembros del Tea Party.
Pedro Guerra lo dice mucho mejor y más sencillo en esta canción, que aglutina un poco la cantidad de cosas inconexas y mal explicadas de los párrafos anteriores, que intentan ser una manifestación de apoyo a Lucas Carrasco, alguien con quien nunca tuve mucha relación, y a quien cada vez veo y hablo menos, pero paradójicamente cada vez considero más mi amigo. Y es Pedro Guerra el que canta, no Ronaldinho!!!
sábado, 6 de abril de 2013
El "aporte solidario" de Chile: diferencias con el sistema previsional argentino
Nota sobre el FGS de Anses, en el diario opositor La Nación.
La cuestión gira en torno de los mismos tópicos que ya son clásicos desde el reemplazo del fallido sistema de capitalización por un sistema de reparto, y la consiguiente expropiación de los dividendos de la inversión de los aportes previsionales, sustraídos a los bancos y puestos nuevamente bajo la órbita del ente estatal, eliminando las cuantiosas comisiones, no sólo de las entidades financieras especiales llamadas AFJP montadas por los bancos, sino también de diversos intermediarios (brokers, consultoras, bancos de inversión) y empresas que "inflaban" artificialmente sus emisiones accionarias gracias al flujo mensual de aportes al que se le sacaba el máximo jugo posible en el presente al amparo de que las obligaciones devengadas eran de tipo diferido.
En fin, La Nación vuelve a consultar a expertos (como Sturzenegger o Nadin Argañaraz) que señalan que:
-El incremento nominal del FGS es engañoso, porque la rentabilidad del fondo es de un 17% anual, cuando la inflación supera el 20%.
-Que esto determina una pérdida en términos reales del valor del fondo.
-Que este fondo de reserva equivale cada vez a menos cantidad de jubilaciones a pagar en un año, o sea que las obligaciones de ANSES anuales tienden a exceder cada vez más el valor del fondo (lo que no se dice es que en este sentido juega un rol fundamental que las obligaciones de ANSES, es decir jubilaciones y asignaciones, crezcan anualmente por encima de la inflación)
-Y que esto se debe al perfil inversor que tiene la ANSES como administrador del fondo, ya que prioriza la financiación de proyectos productivos, obras de infraestructura, créditos hipotecarios (a través del PROCREAR) y compra de títulos y bonos del estado, antes que supuestas inversiones más rentables como la compra de acciones de grandes empresas, los plazos fijos en el exterior, o los fondos de inversión que arbitran con el desempeño de sociedades radicadas en paraísos fiscales, cosas que de no mediar desfalcos, o estafas como la que se comenta en esta nota de Clarín, provocan la ilusión contable de que el sistema es altamente confiable, y la certeza material de que arroja grandes ganancias privadas embolsables en el corto plazo.
Una cosa que es necesario remarcar (la nota no elude hacerlo, como sí elude arteramente la influencia de los aumentos en las jubilaciones en que baje el porcentaje de las obligaciones respaldadas por el fondo) que el FGS es un fondo de reserva sin afectación específica, es decir, puede algún día usarse, puede no usarse nunca, cosa que es la que en cierto sentido ocurre, porque el objetivo es preservar siempre la existencia de una reserva del sistema, de modo que se acepta en este caso que esta reserva financiera tiene otros objetivos y otras funcionalidades aparte de ser reserva previsional. Esto que ocurre hoy en el sistema de reparto con fondo de reserva es lo mismo que ocurre en un sistema de capitalización. Siempre hay un fondo financiero que se utiliza en el corto plazo que surge de que los aportes actuales devengan obligaciones diferidas.
La discusión está en quién capitaliza la renta y qué niveles adquiere de manera óptima esta renta y para beneficio de quién.
En este sentido, La Nación cierra el círculo aportando un ejemplo de fondo de garantía. Es el caso del sistema chileno, de capitalización, a través de la administración privada de los aportes individuales en cajas individuales para cada aportante. O sea, un sistema similar al de las AFJP que caducó en Argentina.
Allí el fondo de reserva del sistema son los aportes previsionales que se van capitalizando a partir de las decisiones de inversión de los bancos que los administran. Y hay un mecanismo a partir del cual, cuando ese fondo de reservas no crece en términos reales en la proporción que se considera adecuada, surgen aportes de capital externos al sistema, que le dan al fondo la solvencia necesaria para que continúe garantizando el pago futuro de jubilaciones.
Este año se hará un aporte entonces de 1300 millones de dólares. ¿Quién hace el aporte "solidario"? El estado. Hay que ser caradura para llamar "aporte solidario" a 1300 millones de dólares aportados por el estado para que las administradoras, los bancos de inversión, los brokers, las grandes empresas y las consultoras sigan manteniendo niveles de rentabilidad óptimos en sus operaciones en el mercado de capitales.
La cuestión gira en torno de los mismos tópicos que ya son clásicos desde el reemplazo del fallido sistema de capitalización por un sistema de reparto, y la consiguiente expropiación de los dividendos de la inversión de los aportes previsionales, sustraídos a los bancos y puestos nuevamente bajo la órbita del ente estatal, eliminando las cuantiosas comisiones, no sólo de las entidades financieras especiales llamadas AFJP montadas por los bancos, sino también de diversos intermediarios (brokers, consultoras, bancos de inversión) y empresas que "inflaban" artificialmente sus emisiones accionarias gracias al flujo mensual de aportes al que se le sacaba el máximo jugo posible en el presente al amparo de que las obligaciones devengadas eran de tipo diferido.
En fin, La Nación vuelve a consultar a expertos (como Sturzenegger o Nadin Argañaraz) que señalan que:
-El incremento nominal del FGS es engañoso, porque la rentabilidad del fondo es de un 17% anual, cuando la inflación supera el 20%.
-Que esto determina una pérdida en términos reales del valor del fondo.
-Que este fondo de reserva equivale cada vez a menos cantidad de jubilaciones a pagar en un año, o sea que las obligaciones de ANSES anuales tienden a exceder cada vez más el valor del fondo (lo que no se dice es que en este sentido juega un rol fundamental que las obligaciones de ANSES, es decir jubilaciones y asignaciones, crezcan anualmente por encima de la inflación)
-Y que esto se debe al perfil inversor que tiene la ANSES como administrador del fondo, ya que prioriza la financiación de proyectos productivos, obras de infraestructura, créditos hipotecarios (a través del PROCREAR) y compra de títulos y bonos del estado, antes que supuestas inversiones más rentables como la compra de acciones de grandes empresas, los plazos fijos en el exterior, o los fondos de inversión que arbitran con el desempeño de sociedades radicadas en paraísos fiscales, cosas que de no mediar desfalcos, o estafas como la que se comenta en esta nota de Clarín, provocan la ilusión contable de que el sistema es altamente confiable, y la certeza material de que arroja grandes ganancias privadas embolsables en el corto plazo.
Una cosa que es necesario remarcar (la nota no elude hacerlo, como sí elude arteramente la influencia de los aumentos en las jubilaciones en que baje el porcentaje de las obligaciones respaldadas por el fondo) que el FGS es un fondo de reserva sin afectación específica, es decir, puede algún día usarse, puede no usarse nunca, cosa que es la que en cierto sentido ocurre, porque el objetivo es preservar siempre la existencia de una reserva del sistema, de modo que se acepta en este caso que esta reserva financiera tiene otros objetivos y otras funcionalidades aparte de ser reserva previsional. Esto que ocurre hoy en el sistema de reparto con fondo de reserva es lo mismo que ocurre en un sistema de capitalización. Siempre hay un fondo financiero que se utiliza en el corto plazo que surge de que los aportes actuales devengan obligaciones diferidas.
La discusión está en quién capitaliza la renta y qué niveles adquiere de manera óptima esta renta y para beneficio de quién.
En este sentido, La Nación cierra el círculo aportando un ejemplo de fondo de garantía. Es el caso del sistema chileno, de capitalización, a través de la administración privada de los aportes individuales en cajas individuales para cada aportante. O sea, un sistema similar al de las AFJP que caducó en Argentina.
Allí el fondo de reserva del sistema son los aportes previsionales que se van capitalizando a partir de las decisiones de inversión de los bancos que los administran. Y hay un mecanismo a partir del cual, cuando ese fondo de reservas no crece en términos reales en la proporción que se considera adecuada, surgen aportes de capital externos al sistema, que le dan al fondo la solvencia necesaria para que continúe garantizando el pago futuro de jubilaciones.
Este año se hará un aporte entonces de 1300 millones de dólares. ¿Quién hace el aporte "solidario"? El estado. Hay que ser caradura para llamar "aporte solidario" a 1300 millones de dólares aportados por el estado para que las administradoras, los bancos de inversión, los brokers, las grandes empresas y las consultoras sigan manteniendo niveles de rentabilidad óptimos en sus operaciones en el mercado de capitales.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)