viernes, 30 de mayo de 2014

Deuda pública (Club de Paris y Repsol)

Leemos la nota de Pablo Wende (un periodista de finanzas bastante crítico del gobierno y poco optimista a priori en general con las acciones que desarrolla éste) en Ámbito, que es el mejor diario económico de la Argentina.

Haciendo un breve resumen, podemos decir que Wende aborda los efectos sobre la deuda pública total del acuerdo con el Club de Paris y con Repsol por la compra de las acciones de YPF.
Toma como punto de inicio el dato que difunde la Subsecretaría de financiamiento que, como se indica en la nota es del 3º trimestre de 2013. Es decir, al 30 de septiembre de 2013 la deuda pública total era de 201.000 millones de dólares. Este dato excluye la deuda en default en litigio con los fondos buitre, pero incluía un concepto de capital y también intereses de deuda con el Club de Paris, sensiblemente menor al consolidado en el acuerdo de ayer.
Digamos, con los bonos emitidos por el acuerdo con Repsol y con el agregado de la consolidación de ayer, la deuda ascendería a 210 mil millones de dólares.

Pero hay un dato que relativiza todas estas cuestiones.
Porque uno de los conceptos que se incluyen en la deuda total del sector público es el del endeudamiento de corto plazo, que incluye los adelantos transitorios del BCRA, las Letras del Tesoro y los Pagarés del Tesoro. Esta deuda asciende a 18 mil millones de dólares.Y si bien es un stock que en estos años se movió más o menos proporcionalmente a los de los otros conceptos, por ser de corto plazo puede estar sometido a variaciones más bruscas o de signo contrario al resto de los pasivos, siendo incluso variable de ajuste más vinculada a las decisiones políticas sobre gastos corrientes.

En definitiva, si bien la deuda pública se vio abultada en este periodo por el arreglo de estos diferendos (podríamos sumar los juicios ante el CIADI que representaron montos mucho menos significativos) y algunos vencimientos comprometen el cierre del programa financiero de cara a 2015 si no es que se cae en nuevo endeudamiento o refinanciación, el kirchnerismo puede seguir blandiendo todavía el mérito de haber comandado un proceso de desendeudamiento real y se perfila ya directamente a terminar su mandato con niveles bajísimos de exposición al endeudamiento externo tanto del sector público como del sector privado, lo cual constituye un margen apreciable para utilizar esta herramienta contracíclicamente en el futuro.

Y es raro, lo que marcamos siempre. Este periodo se caracteriza como populista a partir de que se le endilga haber gastado a cuenta de procesos futuros.
Sin embargo, evitó lo que los supuestamente serios no hubiesen evitado sino más bien hubieron recomendado hacer durante estos años: endeudarse en el exterior hipotecando los ingresos de divisas futuros en virtud de gastarla toda ahora. Que es en definitiva lo que hicieron los gobiernos anteriores, motivo por el cual el kirchnerismo heredó tantos pasivos conflictivos.
Una vez se demuestra que no es tanto la prolijidad financiera lo que se evalúa cuando se ponen las etiquetas ideo-políticas sino qué bolsillo cobra y qué bolsillo paga.

domingo, 11 de mayo de 2014

La definición de la Liga Española

El domingo que viene termina la liga española.
En un hecho casi inédito, hasta la última fecha se llegó sin que esté definido quién será campeón ni quiénes se van al descenso (salvo Betis, cuya mala campaña lo condenó unas cuantas fechas antes; pero queda definir dos descensos más).
El condimento adicional es que los dos equipos que mantienen chances de salir campeón se enfrentan entre sí, en cancha del segundo. Lo cual hace que, por la forma en que se define el campeonato, haya un dramatismo adicional: con un empate es campeón el visitante, pero si gana el local es automáticamente campeón.
Algo similar pasa en el fondo de la tabla: dos equipos que pugnan por no descender se enfrentan entre sí, y habrá un tercero pendiente de ese resultado y del propio para conocer su suerte. De los tres, dos descenderán.

El drama ya se anticipó en la fecha de hoy: goles en un estadio que determinaban cambios en la tabla de posiciones que obligaban a un equipo cuya situación hasta entonces lo beneficiaba con la tranquilidad a buscar otro resultado para salvarse; o a lo mejor otro gol en otro estadio volvía estéril cualquier esfuerzo; o situaciones de gol no concretadas que eran lamentadas porque hubiesen permitido definir la fecha una semana antes, y acto seguido un gol que modificaba las perspectivas de definición.

Así, Quique Wolf, el respetado ex-futbolista que hoy oficia de comentarista para la señal ESPN, observó con aparente solvencia algo así como que en España había una liga seria que no necesitaba los insólitos promedios o los campeonatos cortos para promover definiciones altamente emotivas hasta las últimas fechas.
La alusión al esquema de los torneos argentinos es obvia.

Más allá de que si revisamos los últimos 10 años o más nos vamos a encontrar con que esta es una definición excepcionalmente emotiva, y que el común de los casos marca que los campeonatos en España se definen algunas fechas antes del final (a veces unas cuantas), vamos a caer en la cuenta de que hay otra diferencia que es la sustancial, las más importante, entre la situación de emotividad que se presenta hoy en España y la que es habitual en Argentina.

En España, si antes de iniciar el campeonato hacemos un juego al estilo prode, en el cual apostamos qué equipos van a pelear el campeonato y qué equipos van a pelear el descenso seguramente vamos a acertar la casi totalidad de lo que nos encontraremos 38 fechas después.
En esta temporada se dio otro hecho insólito: el Atlético de Madrid se metió en la pelea y tiene chances de ser campeón. Esto no pasaba desde hace muchos años, durante los cuales Barcelona y Real Madrid (segundo y tercero en esta oportunidad, el Barcelona todavía con chances serias de ser campeón) se repartieron los títulos con exclusividad y estableciendo diferencias increíbles con los demás equipos. Hubo una liga en que el Barcelona sacó más de 100 puntos, sobre 114 en juego.
Los que pelean el descenso hasta la última fecha, son absolutamente previsibles: Granada, Valladolid, Almería.
Hay que aceptar que el Elche y el Levante zafaron antes. Qué sorpresa tremenda.

Lo que distingue al "mamarracho" del futbol argentino es que cualquiera puede salir campeón. Cualquiera. Y que cualquiera se va al descenso.
Y que los pronosticadores nos equivocamos ferozmente, casi siempre.

Ese tesoro no lo podrá lograr nunca ninguna liga seria, ningún sistema de campeonatos previsible y sencillo.
En la vida hay que elegir. Y la seriedad es enemiga de la emoción. Y también de la igualdad.
Buenas tardes.

martes, 6 de mayo de 2014

Precio de la nafta y dólar

De a poco, la tranquilidad cambiaria empieza a verse cuestionada. Ya aparecen lentamente comentarios que aluden a renovadas expectativas devaluatorias nacidas en el seno de los centros de acumulación de capital y eficientemente difundidas en variadas direcciones. El manejo de las expectativas y el lubricante de la tenencia de pesos disponibles son los que terminan ejecutando la operación.

En estos días y en este sentido, escuché en un par de oportunidades referencias coloquiales al precio de la nafta, y su vinculación histórica con el tipo de cambio.
Parece ser que cierta memoria colectiva vuelve razonable la idea de que el litro de nafta super en Argentina debe valer un dólar. "Siempre costó un dólar", es el razonamiento. Ese sería su precio de equilibrio.

Si bien hay una extravagante dispersión geográfica y marketinera de los precios, tomamos como referencia el valor que suponemos que se suele tomar como referencia para estos casos por comodidad de quienes enuncian: la nafta super de YPF (que es la que domina la cuota más amplia de mercado) en la ciudad de Buenos Aires (que es el centro del mundo).
El precio hoy ronda los $10,60 por litro.
El precio del dólar oficial en cambio es de $8,02.
La super, entonces, vale 1 dólar con 30.
Según esta aproximación (a la que no descalifico totalmente, después de todo es una especie de índice "Big Mac" vernáculo, con componente comparativo de criterio temporal y no geográfico) el valor del tipo de cambio nominal hoy debería ser de $10,60 para alinearlo con el valor de equilibrio.
Estaríamos aparentemente apreciados en un 30%.
Lo cual derrumbaría, de ser cierto, todo el andamiaje de cuestionamientos sobre los efectos nocivos de la devaluación de principios de año sobre los salarios. Porque lejos de estar devaluados éstos, estarían según esta teoría compartida por varios agentes con poder económico insoslayable, sobrevaluados. Seguirían sobrevaluados.
Y la prueba está en que viene One Direction a tocar a la Argentina, psss.

Por eso, salvando las contradicciones y centrándonos en el hecho de que el precio de la nafta super indicaría sobrevaluación, avanzamos en el comentario.

El precio de la nafta en una economía como la Argentina actual es una política económica. La empresa que abastece en promedio el 70% del mercado en los distintos combustibles y en las distintas fases del proceso está bajo control estatal. Y tiene capacidad para fijar precios y regular márgenes de rentabilidad.

Tanto los precios de los combustibles como las tarifas de los servicios públicos, o mejor dicho el nivel de estos precios es una base sólida para el asentamiento de los niveles de consumo de los sectores medios y medios altos. Cuanto más baratos están la nafta, la luz, el gas, más tiende a elevarse la propensión marginal a consumir en esos sectores de la población, cuya propensión al gasto se ve estimulada en medio de procesos inflacionarios (los excedentes se revientan, no se atesoran) y de ella sobreviene un efecto multiplicador que derrama lubricante sobre toda la economía, engrosando al menos en uno de sus componentes (el consumo) a la demanda agregada (al mismo tiempo que estimula un comportamiento fiscal expansivo).

En ese sentido, que la nafta deje de ser barata y pase a ser cara es una decisión de política económica que tiene por objeto mejorar los márgenes de rentabilidad de la cadena de producción y comercialización de combustibles, tendiente a generar excedentes e incentivos para mejorar los niveles de productividad  y equilibrar los movimientos de oferta y demanda para acortar la brecha que se generó por sobre-exigencia de la demanda; al mismo tiempo que se convierte en un elemento de absorción de excedentes fácilmente trasladables a demanda de bienes.
La nafta y las tarifas son un correlato complementario en el campo de la economía real de las tasas de interés.

No es de extrañar entonces, que suponiendo que el precio de equilibrio de la nafta super fuera de un dòlar (cabe aclarar que el precio actual casi coincide con la cotización de "dólar turista" -oficial + 35%, es decir, el mercado cambiario argentino tiene en la actualidad demasiadas particularidades que intervienen sobre este tipo de comparaciones-) no sería extraño que como mecanismo de absorción contracíclico se mantuviera este precio por encima del mismo, de modo de utilizarlo a los fines de absorber excedentes que pudieran presionar sobre los precios.

La paradoja de la economía actual es que si bien inflación y sobrevaluación cambiaria son elementos directamente proporcionales, hay cierta distorsión de precios relativos que hace que la estabilización del nivel general de precios afecte determinados precios puntuales, de tal forma de hacerlos pasar de baratísimos en términos internacionales a caros en los mismos términos, y al mismo tiempo eso termine disminuyendo el índice inflacionario lo cual dejaría más margen para alcanzar un nuevo equilibrio cambiario.
Un quilombo, que dispara todo tipo de especulaciones de corte parcial y conclusiones contundentes que no se sostienen por más de 15 días.

domingo, 4 de mayo de 2014

Rock: hegemonía cultural, la "historia de la música", Violetta y los Rolling Stones

Pasamos a entrada los comentarios inspirados en las refutaciones que Minaverry hizo sobre mi entrada anterior. Espero no se interprete como un acto de pedantería o soberbia. La idea es que me puteen (como hipótesis de máxima, con que alguien le preste atención ya me conformo), me ayuden a encontrar la equivocación de mi planteo, que por lo demás, es cosa de hoy. Mañana por ahí ya cambié de opinión.

...mi mención a los Rolling Stones puede ser una exageración en el intento por provocar.
A mí particularmente me resultan prescindibles, irrelevantes. Pero no puedo prescindir de Gardel o Edith Piaf, por ejemplo.
Será un defecto mío posiblemente. Porque para la "historia de la música" pareciera ser al revés.
Pasa también que yo me permito desconfiar de esa invención que llamamos "historia de la música" en la que el rock, esa especie de folklore norteamericano, está sobredimensionado, a fuerza de repeticiones, y creo que en parte porque su aparición obedece a la instauración de un orden geopolítico según el cual la hegemonía cultural era preponderante. Digamos, el rock es sin dudas más importante para la historia que para la música. Y en ese tramo de la historia en que el rock es hegemonía cultural, los rolling stones se vuelven importantes para la música, porque el rock casi que es la música. Ese fenómeno, no por ser más duradero, será también efímero visto desde la inmensidad de la historia.
Pero bueno, para ese entonces ya habremos muerto, así que no podremos saberlo. Del mismo modo que no podremos saber que será de Justin Bieber dentro de 50 años.

Pero lo de la Disney es una obviedad.(que se trata de un aparato de hegemonía cultural)
Acá estamos hablando de si es real que los Rolling Stones son tan importantes por sus cualidades musicales o si incidieron otras cosas.
Creo que nadie evalúa a Violetta como una artista fundamental, un hito estético.
El punto no es demostrar esa obviedad, sino justamente argumentar que los Rolling Stones sí lo son.
Yo no lo creo. Desconfío.

Y ya que estamos bartoleando me animo a ensayar una idea: la Disney y el rock son maquinarias de hegemonía cultural distintas en su concepción. La Disney necesita fenómenos efímeros. El rock en cambio necesita crearse una mística, una historia que no es otra cosa que una mitología. 
Es el carácter constitutivo de cada maquinaria el que determina que existan estos productos de características tan aparentemente distintas.
Ahora bien, algo habrá en los Rolling Stones que en esa maraña que es el rock los hace sobresalir. Es decir, el rock, como maquinaria de hegemonía cultural necesita de unos Rolling Stones. Pero no tenían necesariamente que ser los Rolling Stones. Podría tranquilamente haber sido algún otro. Ahí radica el mérito de los Rolling Stones. Tienen ese algo que los convierte en el mito vivo del rock por excelencia.
Pero no son las cualidades estrictamente musicales de sus integrantes. Al menos eso es lo que yo sospecho. Pero casi seguro que estoy equivocado.

sábado, 3 de mayo de 2014

Violetta

No es difícil adivinar una escena recurrente a fines de los 60 en los hogares del tradicionalista Reino Unido.
Viejos chotos de mi edad, indignados porque sus hijos de 12, 13 o 14 años disfrutaban de los zánganos de los Rolling Stones.
Cuarenta y pico de años después, mi generación y algunas mayores siguen disfrutando de esos zánganos de los Rolling Stones, ya viejos y decadentes, con todas sus inhabilidades potenciadas pero marketineramente mejor disimuladas, que siguen tocando y cantando las mismas pedorras canciones que cantaban entonces (en el mejor de los casos, ya que las más nuevas son peores todavía).

Indignarse de que los chicos gusten de artistas como Violetta, One Direction o Justin Bieber es cosa de viejos chotos.
Tienen 9 o 10 años, qué se supone que deberían escuchar? Las sinfonías de Beethoveen?
Desde la cima de qué Parnasso musical juzgamos ese supuestamente dudoso buen gusto? Desde la veneración snob de artistas de obras casi en su totalidad desconocidas (y tal vez por eso venerados) como Bob Dylan? Que se pronuncia así, con arrogancia, con mayúsculas en los labios.

Soy un ignorante en materia musical. Que disfruto de artistas disímiles. Tengo armado mi propio Parnasso: Serrat, Pedro Guerra, Miles Davis, Gardel, Bing Crosby, Dave Brubeck, Edith Piaff, Ignacio Corsini, Gerry Mulligan, los Beatles, Mercedes Sosa...
Varios de ellos duramente señalados en sus inicios por experimentados comentaristas como la clara muestra de la decadencia cultural del mundo. Casi todos absueltos... pero por la historia, por las generaciones posteriores, no por los padres de familia escandalizados con los gustos de sus hijos.

La otra aberración del día fue el "caos de tránsito". Tremendo.
Tengo entendido que el imbécil de Pablo Sirven expresó por tuiter su indignación aludiendo a que los porteños aprovechábamos los fines de semana largos para disfrutar de la ciudad con menos gente y que por culpa del recital de Violetta no habíamos podido...

A mí, que tanta gente manifieste su felicidad en la calle me cae invariablemente bien. Y si son chicos, mucho más todavía. Y si lo hacen sin tener sus padres que desembolsar la onerosa suma que cuesta la entrada a un teatro, muchísimo mejor.
Así que saludamos fervientemente desde este modesto espacio la iniciativa de la Dra. Pignatta, con quien nos solidarizamos de paso por el lamentable episodio que le tocó vivir hace unos días cuando un grupo de hackers intentó vincular su cuenta de tuiter con la de Hernán Lombardi.

Y como dijo alguna vez el General San ;Martín: seamos felices, que lo demás no importa nada.

viernes, 2 de mayo de 2014

Boca


Es sabido que Angelici no le tiene simpatía a Riquelme, al mismo tiempo que Riquelme nunca simpatizó con el macrismo.
No es difícil adivinar que son varios en la Comisión (por ahí, mayoría) los que no quieren renovarle el contrato a Riquelme.
Angelici quedó como presidente después de ganar una reñida elección contra su antecesor Amor Ameal. Que mantenía un club económicamente saneado, con grandes ingresos de plata, pero que no atinaba a darle una estabilidad en el terreno futbolístico que le permitiera al hincha de Boca disfrutar de la convicción, de la seguridad, de que sobrevendrían títulos con regularidad.

La promesa de Angelici, el candidato de Macri, de devolver al club a la cadena de triunfos futbolísticos que hilvanó durante la segunda etapa del mandato de Macri, una vez elegido Bianchi como entrenador, fue lo que terminó volcando la elección.
En ese aspecto, y transcurrida ya la mayor parte, la gestión de Angelici fue un fracaso rotundo.

En Boca hay elecciones en 2015.
Angelici cuenta con el activo fundamental de haber sabido mantener la construcción política que el macrismo llevó a cabo. Las agrupaciones le responden, tiene cerrada a una parte importante de la barra, maneja los padrones y decide arbitrariamente quién se hace socio y quién no. Cosas que no son garantía de éxito eleccionario, pero que ayudan y mucho.

Ahora, si no le renueva el contrato a Riquelme, se le podría complicar volver a ganar las elecciones, o al menos brindaría una oportunidad de que en los márgenes se le arme algo (como lo que intentan Santamaría y Carreras, rejuntando viejos dirigentes, por ahora sin mucho éxito aparente, pero que ante una debilidad de la hegemonía macrista podrían encontrar un hueco) porque los hinchas de Boca en su gran mayoría pretenden que Riquelme siga.
Una decisión tan fuerte como la de no renovar sólo podría ser compensada con títulos, que Boca salga campeón. El tema es que Boca en el próximo segundo semestre post-mundial prácticamente no tendrá la posibilidad de jugar la Sudamericana, porque sus resultados actuales no lo clasifican (aparte, para uno de los clubes más ganadores de la historia en el terreno internacional, es una copa menor).
Además, con el nuevo calendario del fútbol local, que por un lado blinda a Boca de la posibilidad de descender, prácticamente no hay tiempo para ser campeón, porque el torneo largo de 30 equipos terminaría recién en diciembre de 2015, después de las elecciones.
Debería jugarse todas las fichas al campeonato de transición que termina en diciembre, y que además está en duda que adquiera la trascendencia necesaria como para convencer a los hinchas de que ganarlo es signo indiscutible de la vuelta a la situación de inexpugnabilidad futbolística.

De manera que es difícil que Angelici se anime a no renovar ese contrato. Incluso Riquelme podría apostar unas fichitas y pedir más plata.
El otro que se queda seguro es Bianchi.
Porque en definitiva son estos contratos lo que cohesionan políticamente el apoyo a la gestión de Angelici: "no salimos campeones, es cierto, pero querías a Riquelme, te trajimos a Riquelme, querías a Bianchi, te trajimos a Bianchi", repiten con tono de discurso aprendido los militantes macristas a los cuestionamientos internos y externos.

Por eso Angelici, con su constante gesto de preocupación se sentó junto a Grondona en el anuncio del nuevo calendario. A él personalmente no le termina de servir del todo, lo obliga a poner en juego muchas cosas. Pero al menos, como ya dijimos, lo blinda de la chance cierta de tener problemas con el descenso.
Al final de cuentas, cuando nos asustamos, todos nos volvemos conservadores.

jueves, 1 de mayo de 2014

Marihuana legal

Leemos esta nota en Clarín.
En la que desde el título se alude a la obviedad de que una vez sabida la inminencia de que entre en vigencia la ley que vuelve legal la producción y comercialización de marihuana, la producción de cannabis alcanza un record de volumen.
Genios. ¿Cómo se avivaron de que los registros legales de producción iban a dar un crecimiento exorbitante respecto de los registros informales, limitados, casi inexistentes, operados desde la clandestinidad?
La noticia no es esa.

Cada vez queda más en evidencia que el publicitado y limitado permiso estatal para consumir marihuana que se pone en marcha en Uruguay, y que constituye, a partir de la legalización de la demanda el motivo más eficaz para dar permiso a la producción y sobre todo a la investigación sobre cómo mejorar la productividad y también el producto, es una pantalla tras la cual se esconde un proyecto de mucho más largo alcance: Uruguay es el ensayo a través del cual se permite recabar los datos de un trabajo de campo, con los cuales observar en el terreno (un país chico, completamente integrado a los circuitos financieros globales y absolutamente dependiente de ellos lo cual lo vuelve carente de soberanía política en determinadas cuestiones) los efectos de los cambios legislativos, para con ellos llegar a las conclusiones sobre cuales son los lineamientos jurídicos necesarios para controlar la producción de cannabis, no desde un estado (éste no opera más que como agente) sino desde las multinacionales que serán beneficiarias principales del flujo global del producto y de su inserción en un circuito productivo y de comercialización que excede en mucho el uso recreativo. 
Y que abre las puertas a la manipulación genética y al establecimiento de patentes sobre semillas manipuladas genéticamente, para uso medicinal, gastronómico o industrial.
Sobre este punto, véase el celo que manifiesta el estado uruguayo sobre el control de la trazabilidad, con los llamados "marcadores moleculares". 
 
No está mal. Después de todo, este ordenamiento de la producción es algo que afecta a todos los productos, y que sabemos que indefectiblemente ocurre.
Sería esperable, eso sí, que el resto de los estados Sudamericanos empezaran a plantear una estrategia para que el modelo de negocios ensayado en Uruguay no sea rápidamente copiado, porque es un modelo de negocios ideado en Estados Unidos, que intentará reproducir en el campo del cannabis la división internacional del trabajo que aporta al modelo de acumulación de capital que vía patentes, por ejemplo, surte financieramente la plaza neoyorquina.
Digamos, todo fenómeno con el control de la producción de cannabis, pero, como para todas las demás actividades económicas, reclamamos la posibilidad de hacerlo sin que signifique un egreso neto e irreversible de riquezas propias para acumularse en otros países, sino que aporte a algún tipo de desarrollo endógeno, por más que éste no sea todo lo igualitario que nos gustaría.