viernes, 15 de abril de 2011

Un afectuoso saludo a todos mis amigos franceses


Lamentable nota de I eco, en la que se arma una lista de intervenciones del Gobierno argentino sobre precios, y subsidios reparadores, del mercado interno, para compararla con la postura nacional (compartida con otros países emergentes) ante la propuesta francesa de regular el precio internacional de los alimentos.

Lamentable porque escamotea lo que es una de las cuestiones fundamentales de la discusión.

Francia pretende, con su propuesta altruista de defensa de los intereses de los países pobres africanos (no se rían), revertir el flujo de divisas que beneficia a los países exportadores de materias primas alimenticias, debido a los favorables términos de intercambio.

Argentina, después, con esas divisas que obtiene, decide intentar influir sobre su base productiva promoviendo desarrollo de actividades en detrimento de la rentabilidad de otras, y es por eso que regula precios internos y subsidia. Básicamente, además, porque es una decisión soberana: cada país puede fomentar internamente la producción que se le cante el orto (técnicamente hablando, desde ya).

Pero es un abuso de confianza (si no un intento de imposición imperial) que los países centrales les pidan a los emergentes exportadores de materias primas que les subsidien la importación de alimentos a los países centrales (y a los pobres africanos, por supuesto).
Si tan preocupado estás por lo onerosa que es la importación de trigo para Libia, subsidiásela vos que para algo sos rico. Y dejá que yo pueda usar las divisas que consigo en el mercado internacional para ver si me puedo diversificar productivamente, industrializarme, cosa que vos ya hiciste hace años (contaminando el medio ambiente, dicho sea de paso, que ahora yo que soy pobre te tengo que cuidar para que vos lo disfrutes).

Y todo esto, porque los tipos no quieren ponerse a intervenir sobre la parte del asunto que les genera flujos positivos a ellos, que son los movimientos de capital financiero. Pero, ¿por qué no se van un poco a la puta madre que los parió?, diría Timerman si no estuviera, justo, tuiteando.

En fin, lo dicho, si algún país decide declararle la guerra a la Argentina contará con el apoyo incondicional de Clarín.

Y para compensar un poco, un homenaje a esta admirable parisina

1 comentario:

Ricardo dijo...

Si no me equivoco tiene que ver con la discusión que se dió entre los ministros de economía del G20 hace poco, ¿no? Cuando los países centrales querían fijar precios para las materias primas.

Saludos.