Así, una elección convencional, en un distrito marginal de un país insignificante, con análisis más o menos previsibles, puede disparar debates profundos.
Dice Carrasco:
Los sistemas electorales provinciales son, con sus más y sus menos, sistemas de relativo cogobierno. Hay más políticas de estado de lo que se cree, no surgen grandes cambios sino alternancias más o menos tranquilas y al ritmo, más o menos turbulento, del país.Imposible encontrar un comentario más subversivo respecto de nuestros prejuicios adquiridos con horas de lecturas de matutinos porteños y canales de noticias "nacionales", en los cuales un hombre como Edgardo Alfano es calificado como especialista.
Y yo, que soy bastante discrecional a la hora de trazar relaciones, lo vinculo directamente con la siempre mencionada "dependencia financiera" de las provincias respecto del poder ejecutivo nacional (PEN).
No quiero negar que en algún caso, algún gobernador tenga un cierto nivel de dependencia de los recursos discrecionales que le pueda transferir Nación. En algún caso, también, los recursos supuestamente discrecionales no son tal cosa. Me refiero específicamente a los ATN (Aportes del Tesoro Nacional). Que no se reparten "a dedo" (sino con el acuerdo de unos cuantos dedos). Llevarse bien con el PEN le da al gobernador capacidad de negociación. Pero no acceso directo a la lapicera que define a dónde se destinan los recursos.
Pero sin irnos mucho por las ramas. Una provincia como Catamarca (podemos incluir a Chubut, a San Luis) cuenta con un presupuesto que se compone en un 90 y pico % de ingresos genuinos más coparticipación.
La coparticipación es un ingreso de regularidad institucionalizada y "republicana" (en oposición a "discrecional", si se quiere). Entra guita en la cuenta del Tesoro (transferida por la AFIP) e inmediatamente se hacen las distribuciones pertinentes que permiten el goteo a provincias, primero, y de ellas a municipios. No tienen que esperar ni siquiera que alguien apruebe la transferencia de fondos.
Entonces, colegir que una provincia como Catamarca depende presupuestariamente del aporte de Nación porque los fondos que le ingresan por coparticipación son el 60% (supongamos) de su presupuesto, es una falacia. Porque si algo tiene la coparticipación es que no es discrecional.
Sumado ésto a la provincialización de las regalías hidrocarburíferas y mineras, y al programa de condonación y/o licuación de deudas provinciales, estemos probablemente en el contexto más adecuado como para que un mandatario provincial se "luzca". En términos relativos, claro, a nuestra historia reciente (no me comparen con el país de los sueños).
El salto que hay que dar es justamente hacia el anti-federalismo (porque el sentido común ha creado un concepto erróneo de "federalismo").
El Gobernador puede tener un presupuesto hermoso (para pagar sueldos, hacer algún que otro puente, viviendas, cloacas), pero la inversión necesaria para desarrollar económicamente una región marginal, y la capacidad necesaria para incluir el crecimiento económico en un proyecto integrador con regiones vecinas, y con decisión "discrecional" de qué actividades apuntalar (con guita, que no hay otra forma) debe venir de un estamento estatal superior: la nación. Y eso no es "unitarismo". Es federalismo real.
Pero si el Estado federal, con sede porteña, no gasta en Catamarca la guita que "unitariamente" le cobra a la exportación de soja santafecina a través de una institución "unitaria" (a saber: la Aduana), no hay manera.
Y después, si quieren, una vez que la cosa esté encaminada, fortalecemos las autonomías.
6 comentarios:
Muy buen post.
Ilustrador y muy buen post. Te agrego a mi blogroll.
"El federalismo, en su majestuosa imparcialidad, permite que tanto Catamarca como Santa Fe vivan de sus propios recursos", diría el autor de "la isla de los pingüinos"
Ud. está en pedo, malogró el genial post de Carrasco. Venía bien y al final derrapa.
Charlie: no le permito.
El post de Carrasco está totalmente a salvo de las boludeces que pueda decir yo.
Un abrazo.
A los otros (amigos), gracias.
Abrazos
A eso, agreguemos dos cosas:
1) La coparticipación directa a municipios por las retenciones a la soja (para un municipio como Andagalá, es genial)
2) El progresivo aumento de la inversión nacional en la masa salarial provincial de la docencia. Más la creación -por caso en el conurbano- de nuevas universidades.
Un abrazo.
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