sábado, 5 de marzo de 2011

Aceitunas riojanas, y con qué criterio decidir en favor de la riqueza, y no de la pobreza.


Clarín se conduele hoy de la situación de los aceituneros, principalmente riojanos.

De la nota pueden extraerse algunos indicios, que podrían colaborar con la idea de desarrollar productivamente algunas regiones, para diversificarlas e integrarlas al crecimiento del país.

Se quejan, los dueños del capital, de que la mayor productividad alcanzada en la obtención del producto, no se complementa con la posibilidad de conseguir mano de obra barata para la cosecha. Hay muchas aceitunas, pero pocas manos dispuestas a cosechar (por poca plata). Culpan a los "planes". La mención directa  de la AUH, entre ellos, es una canallada. Primero porque no es un "plan", tal como ellos lo suelen describir. Segundo, porque el beneficiario no pierde el derecho si consigue trabajo, como se dice en la nota.

La "solución" para este "problema" es, parece, un cambio en la composición orgánica del capital. Incluir tecnología, dar un salto de productividad. Usar menos manos para cosechar más aceitunas. Esas manos que persistan en la actividad, digamos de paso, deberán tecnificarse. Aprender a manejar maquinaria sofisticada. Menos trabajo, de más calidad.

El campo (aceitunero riojano) expulsará mano de obra (golondrina, que cobra planes).

Dicen también, que el alza de costos (por inflación, dicen, pero debe leerse salarios) con el dólar casi quieto les resta competitividad. Los encarece. Dependen de los precios internacionales del producto que venden. Que no aumenta, sino que cae. No cuentan con la suerte de otros sectores de la producción agrícola que ven cómo esos precios se incrementan, apreciando el tipo de cambio y restándole competitividad a otras actividades.

Aparte, pierden competitividad en el mercado brasilero, por el alto costo del flete (mayor al que afrontan los productores peruanos). Necesita el sector, infraestructura para abaratar el transporte.

Todas estas condiciones son necesarias para empezar un proceso de desprimarización de una economía. Hay necesidad de infraestructura, hay mano de obra expulsada del campo, hay necesidad de incorporar tecnología para ganar productividad, hay precios de materias primas a la baja. Hace falta un shock inversor. E identificar actividades conexas para integrar.

Lo peor que se puede hacer frente a eso es atender las necesidades del sector aceitunero, con la intención de reestablecer las condiciones "ideales" de funcionamiento del mismo. Hay que promover, en cambio, mecanismos de adaptación a la nueva realidad. Respetar, por ejemplo, el encarecimiento relativo de la mano de obra, y no volver a abaratarla. Aprovechar el producto barato, para agregarle valor a menor costo, y pagar, de paso, más salarios. Nunca menos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Porque los aceituneros no usan la pista de anillaco?, no era que la habían hecho para que los productores de aceitunas llevaran su producción?
ClaudioJ

Mariano dijo...

Será que están muy caros los combustibles a base de petroleo, Claudio?

Buena observación.
Un abrazo