La insistencia discursiva sobre el ingreso en una etapa denominada "fin de ciclo" es omnipresente.
Aunque nadie puede garantizar que todos los que esbozan la profecía sean capaces de ponerse de acuerdo en los lineamientos generales que describirían el ciclo que indudablemente estaría terminando.
Las variantes son muchas.
Por mi parte, creo que en realidad el fin de ciclo está dado en la tendencia a la normalización del proceso de acumulación de capital, al final del proceso de irrupción de nuevos actores con ánimo de disputa en el seno de las facciones dominantes del capital, al reordenamiento de los flujos que el kirchnerismo revolvió para histeria de quienes acusan al proceso político abierto en 2003 de haber sido puro relato. Demasiado revulsivo para tratarse de un relato. Es que no solamente el poder político sino también los dueños del capital suelen ser gente sensible a los avatares literarios.
Se termina la guerra (metafórica), ganaron los buenos (en ejercicio vitalicio de su bondad), y la capitulación viene con exigencias.
En el terreno de lo macroeconómico hay que encarar "las correcciones".
Puesta en caja del gasto público, reordenamiento de los subsidios cruzados para volverlos al plano de invisibilidad que les otorga el orden jurídico (los subsidios son omnipresentes, entendidos como asignación de recursos dependientes de decisión política, pero si no pasan por una caja estatal y no se los vincula a ningún expediente cargado de documentos firmados por un funcionario, son aceptablemente tolerados), lo cual supone además corrección de desfasajes en ciertos precios como las tarifas de servicios públicos, moderación de las expectativas en materia de ingresos, y mayor previsibilidad en materia monetaria con tasas de interés que equilibren los agregados, de manera tal que se pueda operar una devaluación del tipo de cambio (sin ingresar en una espiralización inflacionaria) que signifique la transferencia de ingresos a lo Hood Robin que reponga una situación anterior a la dada por la "inexistente" modificación de la estructura de apropiación de la renta social que supuso esta década. Es decir, una simple corrección narrativa.
No sabemos si se salva el régimen estatal de jubilaciones, pero en una primera etapa esa página del relato no sería tan necesario corregirla, y como sabemos, tampoco sea cosa de confrontar tanto con todos los personajes de la historia al mismo tiempo. Queda la promesa, como hipótesis de máxima, de parte de los más fanáticos relatores de la normalización.
Pero hasta una crisis de deuda derivada del fallo a favor de los tenedores de deuda en default en EEUU podría incluso colaborar en la generación de un proto-caos que justifique la dureza literaria de las medidas.
A partir de allí, una vuelta a la apertura económica pre-crisis de 2009, con usufructo consagrado en las sagradas escrituras: el manual de Samuelson.
El tema pasa por definir quién lo hace (viene postergado desde 2007 el aggiornamiento de la narración).
Además hay tres elementos de otros campos que entran en el reparto de costos: la ley de medios y su inconstitucionalidad literaria, la reforma judicial y su insustancialidad, la reforma del mercado de capitales y su amenaza de omnisciencia narrativa.
Y un episodio secreto en que se define la suerte de algún paquete de negocios privados y la garantía de que tal secreto perdure como tal por algunos años.
La vida es así, y la aceptamos. Ahora, en este reacomodamiento de fichas del capitalismo argentino, cuyo sistema político no es más que un escenario en que se desarrolla la comedia, todos participan, todos juegan, todos cuentan su parte del relato. Los que ven el futuro también.
4 comentarios:
es la hora 0 del postperonismo
http://rib-moregeometrico.blogspot.com.ar/2013/08/postperonismo.html
el bonapartismo ha muerto ... viva el papismo !!!
Muy pobre lo suyo Rib y muy acertado el post Mariano Serrat.
Nosotros somos Ella, abrazos
Que triste y que verdadero lo que decís.
Mamita, larguen el "faso".
Este gobierno va a terminar de la peor manera.... pero bueno, después de años de desequilibrios el "reordenamiento" será brutal para el pueblo, yo diría que el kirchnerimo ha preparado ése triste final adrede... un poco como si todo se tratara de una representación para embaucar al populacho y renovar el ciclo perpetuo del curro en Argentina.
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