Gonzalo Sánchez (Clarín de hoy) se quiere hacer el vivo. Pero queda como un tonto.
Así termina su nota de hoy:
por la gracia de otra nueva ley –que merece otro texto– cualquiera, desde un indígena hasta un periodista, puede ser considerado terrorista. (las negritas las puse yo)Porque debería haberse dado cuenta que esa construcción gramatical establece una relación comparativa de similitud entre dos términos que en realidad responden a campos semánticos disímiles y que no se compatibilizan con la comparación de igual a igual.
Por lo menos podría haber invertido la jerarquía implícita en la construcción, diciendo por ejemplo "desde un periodista hasta un indígena", pero tampoco de eso se avivó.
Otras construcciones asimilables a la de Gonzalo Sánchez:
-desde un negro hasta un abogado
-desde un pobre hasta un laburante
-desde una travesti hasta una contadora
-desde un puto hasta un funcionario
Es que las cosas que se aprenden en la universidad burguesa son para toda la vida. Y aunque la tónica de los mensajes emitidos se empeñe forzadamente por disimularlo, el complejo de prejuicios rancios conformado en lo profundo del intelecto se subleva a las poses políticamente correctas, y aflora.
Más allá de eso, la nota está bastante bien, pero hay algo de lo que señala Gonzalo Sánchez que merece que se le dé un poco más de discusión. Porque parte de un prejuicio (otro, aunque más inofensivo en este caso). El que vincula la concentración económica con la propiedad de la tierra, para el caso específico de las explotaciones agrícolas (sojeras) de la zona núcleo.
El problema que señala Sánchez, que es básicamente la concentración económica en base al uso de los suelos para cultivar soja por parte de pooles de siembra, no es un problema que tenga relación directa con la apropiación del factor de producción esencial, que es la tierra. Justamente, los pooles de siembra basan más su expansión en ampliar su capacidad productiva vía el alquiler que adquiriendo tierras. Y esto se alinea con un detalle que frecuentemente se señala respecto de las organizaciones llamadas pooles: el poco compromiso que se les adjudica para con la actividad productiva; la tendencia (supuesta) a la toma de ganancias rápida en provecho de la coyuntura excepcional de precios, antes que su contracción a darle sustentabilidad a la actividad productiva.
Todos esos problemas que pueden ser atendidos seriamente, sin embargo, no se encuentran ligados de manera dramática a la propiedad de la tierra, sino al uso de la misma, y a la propiedad de usufructo de lo producido por la tierra, y esencialmente de los medios tecnológicos aplicables a la mejora de la productividad y de los canales de financiación, o sea de los medios de producción y del capital en general, además de la construcción de la cadena de agregación de valor, distribución y comercialización.
Son temas algo distintos. En este caso también la compatibilización que intenta Sánchez de ambos temas es forzada, y diría que basada sobre principios falsos.
2 comentarios:
Muy bueno.
Que la pases muy bien, Mariano.
Felicidades.
Gracias, Daniel.
Felicidades para vos también.
Un abrazo
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