miércoles, 14 de diciembre de 2011

Ganancias y asignaciones


Ismael Bermúdez publica una nota hoy en la que se difunde el dato de que la cantidad de asalariados en relación de dependencia que pagan impuesto a las ganancias se duplicó desde 2007 hasta ahora.

Se atribuye el aumento al atraso en la actualización de los montos mínimos no imponibles, respecto de la inflación. Y esto es parcialmente cierto.

Porque hay atraso, pero ese atraso es más concretamente sobre la variación salarial que sobre la inflación. Índices con alta correlación, pero que no son iguales. Principalmente, porque los salarios registrados en estos 4 años le ganaron a la inflación.

Ahora, revisando un poco más de cerca el tema, se concluye que según datos de AFIP un 20% de los asalariados en relación de dependencia estaría pagando hoy impuesto a las Ganancias (era 10% en 2007).
No es un número alarmante. Por el contrario.
Y más todavía si lo cruzamos con el que indica que un 30% aproximadamente de la población económicamente activa empleada está en negro. Y que hay algo más de un 7% de esa misma población desempleado.

Hay sí un punto más conflictivo, y es el de los topes para cobrar asignaciones familiares, hoy en 5.200 pesos mensuales.
Para casados con hijos el mínimo no imponible de Ganancias es de $ 7998 mensuales, incluido el prorrateo de aguinaldo. Estos trabajadores que no cobran asignación tienen la posibilidad de desgravar del monto imponible del impuesto a las ganancias la suma indicada para la manutención de sus hijos. Es decir que reciben indirectamente el beneficio.

Ahora, si bien la realidad ofrece complejidades que hace difíciles los cálculos, hay una no despreciable franja de empleados con hijos que estén cobrando por encima del tope de asignación familiar, por lo cual no la perciben, y tampoco paguen ganancias, de modo que no pueden desgravar de ningún impuesto la manutención de sus hijos.

Esos asalariados que van entre los $5200 (sin prorrateo de aguinaldo; con prorrateo $5.633) y los $7998 (con aguinaldo prorrateado) no perciben asignación (ni directa ni indirectamente a través de desgravación de ganancias).

Esto es posible que sea así por la siguiente lógica: aminorar el impacto de un aumento de salario que le modifique la situación al trabajador. El impacto de doble vía del que habla Bermúdez: te aumentan el sueldo, dejás de cobrar asignación y empezás a pagar ganancias al mismo tiempo.

De cualquier modo, es un elemento más de los que le restan solidez al argumento en favor de la universalidad de las asignaciones (incluídas la asignación por hijo y las familiares).

1 comentario:

Daniel dijo...

Lo que pasa es que a Bermúdez le da manija su hermano que le manda las Prensa Obrera y eso enciende su veta alarmante.