miércoles, 1 de diciembre de 2010

Mourinho

Cuando a mediados del 2010 el Inter de Italia, con Mourinho como técnico, eliminó al Barcelona de Guardiola de la Copa de Campeones, varios periodistas con preferencias definidas aprovecharon el momento.
Le pasaron factura al estilo futbolístico del Barcelona, que tocaba mucho para los costados pero que no había encontrado la manera de entrar en profundidad. Resumiendo: lo que se dice siempre (Cappa también lo sufrió, por ejemplo) con el "tiki-tiki" no se gana.

Mourinho fue, en ese momento, tomado como el ícono de la reivindicación de un estilo futbolístico distinto: estrategia defensiva muy cerrada, utilización incluso de algunos artilugios cercanos a la irreglamentariedad. Cesión de la pelota al rival, mucha presión en el campo propio, y salidas de contra rápidas, verticales, con pelotazos frontales, incluso.

Ese espisodio fue un ejemplo concreto de cómo estas dos variantes de juego (el que trata de tener siempre la pelota y lateraliza, y el que hace culto de la "efectividad" -aunque no siempre la consigue-) son medidos con varas distintas.

Mourinho fue, por aquel tiempo el héroe que había permitido terminar, al menos por un tiempo, con este elemento molesto para los analistas que dominan la escena, que es el Barcelona (porque juga "lindo" y encima gana y sale campeón). Porque este Barcelona no les dejaba ejercer el sarcasmo, la canchereada, la pose de "te das cuenta, pibe, quién la tiene más larga".

Gracias a esa eliminación, por un rato, pudieron decir que el Barcelona con su "jogo bonito" catalanizado no había podido superar el trabajo del estratega, que desde su laboratorio ideó la forma casi científica de maniatar el talento individual de los rivales, y en base a un trabajo de conjunto le había podido sacar jugo a su efectividad, sin necesitar de la belleza (elemento prescindible y hasta antagónico para el resultadismo futbolístico).

El último domingo el Barcelona se enfrentó al Real Madrid, cuyo técnico es, casualmente,  Mourinho. Ganó el Barcelona sobre la hora. Sí, en serio.... el quinto gol lo hizo a los 40 y pico del segundo tiempo.
Fue 5 a 0, con baile.

Es asombroso que, ante un fracaso tan notorio del "estratega", a nadie se le ocurra decir que esa manera de plantear los partidos está perimida, que ya no se juega más así al fútbol, que para ganar no alcanza con la disciplina y el sacrificio, sino que hay que sumarle talento.

Ojo, si alguien lo dijera, estaría enunciando una falsedad casi tan grande como la que sostienen los que piensan de modo inverso, y que no dejan pasar oportunidad de decirla.

3 comentarios:

Daniel dijo...

Mourinho es una mentira, Fue solo el Porto; luego si no hay super estrellas no se juega. Y si no le alcanza igual lo que tiene se refugia en un cerrojo que hasta los italianos se avergonzarían.

Técnico es un Alfaro que saca campeón a Arsenal de la Sudamericana y hace un campeonato más que digno con un equipo humilde.

Ricardo dijo...

Creo que la propuesta de Morinho es tan válida como la del Barcelona o la España campeona. Cuestión de gustos.

Yo, sinceramente, no aplaudo ninguna de las dos. Juro que a veces ver al Barcelona toquetear tanto me aburre, y ver la desesperación de los rivales yendo de un lado para el otro en la calesita que proponen los culé me enternece.
Pero el Inter de Mourinho me daba bronca: ver que no le podían entrar y en dos contrataques liquidaban el partido.

Ahora, lo de Batista diciendo que la Selección tiene que jugar como el Barcelona sólo reafirma mi visión del actual DT de la Selección como chupamedia profesional.

Saludos.

Mariano dijo...

Unfor: tanto como mentira, no me animo.
Como dice Ricardo, es cuestión de gustos.
Se puede ganar jugando de cualquier manera (quiero decir, con cualquier estilo, después hay que mínimamente ejecutarlo bien).
Un abrazo.

Ricardo: no te voy a discutir lo de "chupamedias" porque no pongo las manos en el fuego, la verdad, pero por ahí le gusta el estilo de Barcelona desde siempre...
No puede ser?
Un abrazo