De los análisis políticos y las previsiones que se hacen de cómo viene la mano para 2011 rescato el concepto, científicamente avalado, de "efecto luto".
Esta variable ineludible para todo analista de la realidad es mencionada como la causa fundamental del posicionamiento privilegiado respecto de sus eventuales competidores que actualmente tiene la presidenta, para largarse a la carrera por la reelección el año que viene.
La cosa funcionaría más o menos así, según mi entender: Cristina venía mal y Kirchner era un lastre que no la dejaba arrancar. Se muere Néstor, y entonces amplios sectores de la sociedad deciden modificar su opinión sobre Cristina. "Ya no está el "crispador", pobre mujer se quedó solita, me da un poco de pena, el año que viene la voto".
Una estupidez más grande que una casa. Y una canallada (leve, a la altura de la capacidad de un Fernando Laborda, digamos).
En serio, sería bueno poder evitar el "lugar común". El que lo adopte puede que se vea convidado por la ilusión a proyectar cosas que finalmente no ocurran.
La imagen de Cristina, y su intención de voto mejorada, probablemente no provengan de tal "efecto luto". Lo cual no querría decir que la muerte de Kirchner no haya influido en nada.
Pero no habría que subestimar algo más importante que el "efecto luto", que son las circunstancias del velorio y el entierro de Kirchner. La masividad de las manifestaciones y el compromiso de manifestantes indudablemente conmovidos puede que haya dejado marcas más indelebles en los ánimos. Y entonces, ese efecto, distinto del "luto", puede llegar a tener una durabilidad mayor, porque se vincula con el balance de lo ocurrido en los últimos años.
Digamos, es posible que por la muerte de Néstor, el kirchnerismo esté volviendo a facturar políticamente lo que ya había facturado para 2005 y 2007. Ese vínculo es más fuerte que la solidaridad que despierta una viudita.
Y guarda con la generalización de los conflictos, porque si la hipótesis "conspiración" se vuelve verosímil, la "viudita" de "duelo" puede volver a facturar algo, esta vez sí en la faceta de la victimización.
2 comentarios:
Cuando ya no pudieron negar el crecimiento, lo explicaron con el “viento de cola”. Néstor subió en sus números, “efecto carótida”. Y ahora, “efecto luto”. El ningunear para no tener que admitir absolutamente nada, es una de sus metodología.
Sin embargo, yo fui testigo de algunos casos increíbles de personas que, de hablar todo el tiempo con los titulares de clarín en la boca, pasaron a admitir que podrían ponerle un voto a Cristina en 2011. Yo no creo que fuera por lástima a la viudita. Tiendo a creer que, en algún momento del último año, algo les hizo mella: sea asignación universal, ley de medios, de matrimonio, 678, tvr, lo que fuera, pero estaban tan metidos en su personaje que, salirse, los dejaría mal parados con sus más cercanos. Néstor fue la excusa para salirse sin ver su orgullo mancillado. “…pasa que él no me gustaba nada, pero ella no me parece tan mal…” me han llegado a decir.
Lo único que produjo el paso a la inmortalidad de Néstor fue la aceleración de definición de los indefinidos, y la generación de nuevos indecisos. Y eso es lo qeu les jode, pues los datos ya mostraban esta tendencia
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