viernes, 26 de noviembre de 2010

España, euro y devaluación

Veníamos hoy escuchando el programa de radio de Juan Pablo Varsky. Se hacía un resumen de la entrada de Lucas Llach.

En líneas cortitas: se supone muy difícil que España abandone el Euro. Se llega a tal conclusión comparando las consecuencias de la devaluación argentina de 2002 y las que tendría una decisión similar en España, hoy. Mientras en Argentina los pasivos del sistema financiero eran un 30% del PBI, en España lo triplican. En resumen, si acá no se pudo cumplir con el famoso "el que depositó dólares recibirá dólares", mucho menos podría cumplirse en España un hipotético "el que depositó Euros recibirá Euros".

El tema es que si se aborta la posibilidad de una salida devaluatoria para la recesión con alto desempleo y se insiste con políticas que implican que el Estado y su gasto actúen de modo procíclico (con recortes y ajustes), y no contracíclico como exigiría el manual, la única vía que queda es la de aumentar esos pasivos que ya hoy son monstruosos en relación al PBI.
La exposición a deuda de la economía española creciendo, de la mano de un Estado que se endeuda, ya no sólo para cubrir sus gastos sino para tapar los agujeros de la balanza de pagos.
Ese intento sería el de "salir para adelante". O sea, lo que se quiso hacer acá en los últimos años de convertibilidad, hasta que se plantó el prestamista de última instancia, que era el FMI (nuestro banco central era impotente, como el de España hoy), y no largó un mango más.

A fines de 2008, con la crisis mundial ya desatada, no recuerdo si Roubini o Soros, dijo algo que me quedó grabado: "la única solución es tirar deuda por la ventana". O sea, aplicado al caso español, que el que debe Euros, deba menos Euros, el que depositó Euros reciba menos Euros, y que los acreedores externos comprendan que España no puede pagar los mismos Euros que recibió (cosa que se hizo también en Argentina, cuando Néstor negoció la quita del 75% con los acreedores privados, una quita compatible con el 300% de devaluación).

La tasa de interés real y la tasa de retorno del capital son precios de la economía. Si se ajustan los valores de los bienes transables (deflación), los salarios (con el alto desempleo disciplinando a la fuerza laboral para que baje sus pretensiones), las pensiones (con recortes de gasto), las transferencias en salud y educación (también con recortes de gasto)... el sector rentístico (bancos, ahorristas, prestamistas, inversores) no puede quedar exceptuado. No es justo que toda la economía sea sacrificada para mantener el retorno de un plazo de fijo de un millón de euros.

Los ortodoxos nos enseñaron que tarde o temprano, la economía ajusta igual, aún contra la voluntad del que decide la política económica. Si vale para unos, debería valer también para otros (españoles), no?

3 comentarios:

Wal dijo...

Si Mariano, "desinflar" deuda parece un paso obligado para que España empiece a salir de la crisis; pero no alcanza.
Es como bajar la fiebre pero no atacar la infeccion, ya que sin devaluacion no pueden volver competitiva a la economia y optando por el ajuste deflacionario (incluyendo la hipotetica y poco factible de deudas bancarias) se ve un largo calvario para el pueblo español.

Wal

guido dijo...

Che, una mariconada eso que pusiste abajo de "datos personales". Igual un seguidor bastante regular como uno se siente como esos que presumen de haber visto a Luca en el Einstein, asi que gracias (?).

Mariano dijo...

Sí, Wal, estamos de acuerdo. Un abrazo.

Guido: estaba entre esa y "máximo referente de la blogósfera nacional y popular". Pero no me gusta la palabra "blogósfera".
Un abrazo