En plena discusión sobre la ley de medios, y a partir de que el proyecto original no impedía que las prestadoras de servicios públicos fueran beneficiarias de concesión de licencias de servicios audiovisuales, se estableció una discusión respecto de las telefónicas.
El Gobierno terminó capitulando ante la embestida del bloque pino-lozanista, que condicionó su apoyo a que se modificara esta "concesión inaceptable" en favor de grupos monopólicos como eran Telefónica y Telecom (que finalmente terminaron casi siendo uno mismo).
La cosa tiene como telón de fondo la inevitable convergencia tecnológica. Sin abundar en precisiones técnicas, la verdad es que en la actualidad están dadas las condiciones para que una misma empresa pueda utilizar un soporte para brindar TV por cable, Internet y telefonía fija, con un ahorro de costos considerable, que en situación de competencia aceptable significaría también una disminución de precios al consumidor.
En un primer momento, lo que se pensaba en algunos espacios afines al gobierno (con correlato en oficinas gubernamentales) era el siguiente escenario: la ley de medios habilitaría a las telefónicas a dar servicios audiovisuales, es decir, ingresar al negocio del cable. Con eso, sumarían el tercer servicio (TV por cable) al menú que ya ofrecían: internet y telefonía. Este combo, llamado triple play en los glamorosos ámbitos donde se piensan los negocios, permitiría instalar la base para el crecimiento fructífero de diversos servicios amparados en la misma plataforma que incluso vinculen estos tres elementos que solamente por esta incapacidad de visualizar los cambios a futuro nos obstinamos en considerar cosas distintas.
El ingreso de las telefónicas (que por entonces eran las dos principales, pero también las diversas firmas y cooperativas que operan a lo largo del país en zonas minúsculas y no muy apetecibles comercialmente) al negocio de la TV por cable significaría casi inmediatamente una paulatina desregulación de la red de telefonía fija. De hecho, empresas de cable como Telecentro y Cablevisión estaban prontas a ser autorizadas como beneficiarias de un rango de números telefónicos para empezar a ofrecer triple-play. Los de Cablevisión nunca se aprobaron.
El tema es que en medio del debate de la ley de medios, Clarín encontró un elemento que al progresismo le pudiera resultar interesante para pegarle por izquierda a la ley. Puso en discusión el monopolio de las telefónicas. Y encontró el canal adecuado para transmitirlo: la izquierda estúpida.
Por su parte el gobierno, urgido por la necesidad de alcanzar "consensos" concedió estúpidamente y sin debatir demasiado este pedido.
Y estúpidamente perdimos la posibilidad de estimular la convergencia tecnológica al tiempo que desregulábamos el negocio de la telefonía fija, fundiéndolo con el de internet y el de TV por cable.
El ingreso del enigmático fondo de inversión Fintech, socio minoritario de Cablevisión, en Telecom (cosa que por otro lado desconstruye el monopolio de hecho que se había instalado a partir de que Telefónica de España comprara la mayoría accionaria de Telecom Italia, con lo cual se quedaba con una buena parte de las acciones de Telecom Argentina) puede ser el incio de una serie de discusiones sobre este tema, nuevamente, pero ya sin el soporte que hubiera significado un colchón de leyes y resoluciones de los distintos estamentos estatales.
Una lástima que la realidad, que siempre se impone, nos agarre sin las mejores armas a mano.
3 comentarios:
Creo que por casualidad, vos en el post y yo en un sintético comentario al post anterior dijimos cosas parecidas por eso te lo copio aquí,
"Anónimo Norberto dijo...
Yo no estaría tan seguro que todos acepten una guerra declarada, y el Mariscal Magnetto cree que no hay otro final que su victoria, por eso el desconcierto y la rabia a pesar de conocer el fallo desde antes y presionar para que no salga antes de las elecciones.
Otra cosa son las ofertas que no se pueden rechazar, no es lo mismo un monstruo que una parte supuestamente independiente, aunque ilegalmente conectada, quien sea cabeza puede desconocer sus ataduras y vender, restando fortaleza, cosa hoy imposible, además de que en cualquier momento podés ir por la convergencia tecnológica, que extrañamente sacó a la luz hoy Milman, el ex diputado GEN, que es un golpe mortal para la facturación de Cablevisión dado que la señal puede ir por la red telefónica, pero también por la eléctrica.
Nunca menos y abrazos
8 de noviembre de 2013 12:12"
Nunca menos y abrazos
Pobres idiotas ¿Fintech?
Miren en lo que terminó la "epopeya" de la "Ley de Medios" averigüen bien quién es el mejicano propietarios de Fintech... las cosas no son lo que parecen... como siempre los nombres de los "verdaderos" protagonistas apenas se conocen...
Norberto, no sabía que Millman había hablado de triple play.
Pero el hecho de que el oficialismo haya tenido incidencia decisiva para que asuma él por el FAP y no un massista en el AFSCA es también parte de la formación de agenda.
Alcides: usted se preocupa mucho por lo "verdaderos nombres" detrás de Martínez. Pero no le calientan los verdaderos nombres detrás de telefónica.
El capitalismo es siempre "capitalismo de amigos".
Ocurre que todos tenemos amigos diferentes.
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