El Debate:
Acontecimiento político, que en el plano discursivo, conceptual, del relato, adquiere unas características que en la realidad material no se consiguen.
Queda bien decir que tiene que haber "debate". De ideas, para más datos, en lo que sería casi una redundancia, no?
En esta valoración de los debates, o más aún, en esta instalación de la "necesidad" de que haya debates, hay una rémora de cierto discurso "institucionalista" berreta. Quiero decir: de aquellos que aluden a instituciones cuyo funcionamiento y conformación histórica desconocen.
Ese cúmulo de frases hechas desde las que se administra la elaboración de un sentido común según el cual "nuestra democracia no está lo suficientemente madura", y por ello no tenemos una "cultura política" como la que tienen otros países, "serios".
La referencia a los "países serios", aunque a veces implícita, es omnipresente. Son una especie de "deber ser" (los "países serios"), con el cual inevitablemente compararnos para comprobar, una vez más, que tenemos que mejorar. Y mucho.
Este significante ("países serios"), además, requiere de cierta indefinición para ser verdaderamente fértil. Uno lo puede llenar, no digamos a su antojo, pero, respetando ciertos parámetros (tirando a triviales) con contenidos de distinta índole. Para algunos la referencia remite invariablemente a EEUU. Para otros Europa central (Francia y Alemania). En otros ámbitos, a los escandinavos no hay con qué darles.
Terminada la digresión, volvemos. Al Debate (con mayúsculas, y entonación afectada). De Ideas.
La necesidad de armar un Debate, en el que los distintos postulantes "confronten ideas", de "manera ordenada", con moderador, remite indefectiblemente a uno de los lugares comunes preferidos de nuestros analistas políticos: "el fortalecimiento de las instituciones de la democracia". En este caso puntual: las elecciones. Por ahí único elemento distintivo, claro, preciso (me parece a mí, polémico como soy), de lo que es un sistema democrático. Burgués.
Esos shows televisivos resultantes, de alta cotización del segundo publicitario (aunque de rating discreto, pero para público "calificado", cultural y económicamente hablando, que en el capitalismo es casi lo mismo) son defendidos porque permiten que los candidatos exhiban su oferta ante los votantes. De modo que aún después de concluido el Debate, los espectadores quedan obligados a tomarse (o al menos a declarar que lo hicieron) unos días para "analizar las propuestas" de los distintos candidatos y así definir a cuál votar. Es el "deber cívico", del "hombre politizado". Que mira Debates.
Entiendo (desde mi pobreza conceptual) que el reino del "Debate" es indefectiblemente desideologizado. Ver cuál es el tenor de los "debates" y qué países destacan por su organización, ayuda, tal vez, a coincidir con esta apreciación. Lanzada a la marchanta, en realidad. Sin análisis previo.
Es común, incluso, escuchar algunas típicas descalificaciones a los Debates. Con frases (creo recordar, precariamente) como: "no sirvió para sacar nada en limpio", "se hablaron uno encima del otro", "se pelearon mucho". No miente el que lo sanciona. De un debate no se saca nada en limpio nunca, y si están bien hechos los tipos se hablan uno encima del otro y se pelean mucho.
Está muy bien que la industria televisiva y publicitaria exploren estos caminos comerciales alternativos. No tenemos nada en contra de esto.
Pero a alguien más preocupado por el trasfondo material de las disputas políticas es casi imposible convencerlo de que estas tilinguerías son imprescindibles. Con perdón.
6 comentarios:
Bueno, se podría dividir en dos o mejor dicho hablar de dos tipos de debate. Uno sería el de los candidatos en los medios, por ejemplo y otro el de la población. Sobre el primero, es cierto, hay una sobrevaloración de lo que pueda generar y respecto de si convence con su postura a algún votante. Posiblemente no sean los argumentos los que determinen un convencimiento para votar, sino otras cosas más superficiales que, dependiendo de la época, son más o menos valoradas: seriedad/gracia, astucia/sencillez, inteligencia/sentido común, etc. Pero creo que pueden ser interesantes. A mí me gustaría ver un debate entre candidatos a presidente, no porque espero que me convenzan, sino para ver qué eligen hacer en un acto como ese.
Con respecto al otro, al debate de nosotros, de la sociedad, me parece sustancial e imagino que a vos también te resulta interesante porque sos alguien al que evidentemente le gusta argumentar y lo hacés muy bien. Las redes sociales son entre otras cosas un espacio más para que ese debate se dé. Discutir sobre un tema, dejarse convencer o intentar convencer, buscar argumentos, enterarse de temas de los que uno no tenía ni idea, etc, me parece que sí sirve y mucho.
Fue interesante cuando el kirchnerismo empezó a instalar esta cuestión del debate público había mucha gente (me incluyo) que no tenía ni la menor idea de cuál era el espacio donde eso se iba a dar. Y con el tiempo los espacios se fueron abriendo y creando. Ese proceso me gusta bastante.
Bueno, perdón, me extendí. Abrazo
Sí, Desparejo. Hablaba del debate como producto televisivo, y como disciplinador de una conducta cívica políticamente correcta:
Miro el debate-sopeso las propuestas-decido a cuál voto.
Todo verso.
En el resto estoy de acuerdo.
Más vale que me gustan las discusiones.
Un abrazo.
En realidad en el debate televisivo terminan pesando cuestiones tales como el lenguaje corporal y el manejo emocional antes que lo ideológico.Hay quien dice que Nixon perdió el debate con Lyndon Jhonson (Y las elecciones) porque en el medio del debate empezó a transpirar.Entre nosotros el debate Caputo-Saadi podria ser un buen ejemplo al respecto.
Una payasada lo de Filmus toreando a Macri con hacer 78 mil debates. Y lo peor, queriendo hacer pasar que eso es revolucionar alguna lógica, cuando de lo que se trata con lo que propone es de usar la misma sólo que en beneficio propio (en vez de que sólo Bonelli lo deje off sida a él, que también Sandra Russo lo deje off side a Macri). No existe esta discusión y me da bronca que la emparenten con la Ley de Medios, que radicalizó en serio.
Muy triste, la realidad es que el kirchnerismo carece de ideas ¿qué van a debatir?
En poco tiempo más, cuando estalle la crisis, le llegará la hora de la Cárcel a Crsitina, espero que sufra mucho por todo el daño que le hizo a la Argentina.
POR LO MENOS QUEDO EN EVIDENCIA QE COMO MACRI NO SABE NI HABLAR, EN TN LE PONEN EL SOPLANACU Y YA ESTA ! PERO EN LA UNIVERSIDAD QUIEN LO SALVA ??
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