jueves, 16 de junio de 2011

Sobre el tipo de cambio y la fuga de capitales


El problema, en el mundo, es la inflación en dólares.
Que afecta al precio del oro, los commodities agrícolas, el petroleo, y las tasas de interés en esa moneda (fuertemente negativas).

Argentina:  alza de precios 25% anual, devaluamos (a lo "Binner) a un 7% anual = inflación en dólares de 18%, aproximadamente.

Brasil: inflación de 7%. Revaluación cambiaria de entre 10 y 15% anual. Resultado: inflación en dólares similar a la nuestra (o mayor).

Comparación meramente ilustrativa.

Ayer, la presidenta anunció datos de saldo comercial:
-mayo: superávit de 1680 millones de dólares, 12% menos que igual mes del año pasado.
-Suma de los 5 primeros meses del año: superávit de 4768 millones de dólares.

Estos números, a pesar de que muestran un descenso relativo respecto del año anterior, son la base de una cuenta corriente superavitaria proyectada en el año de unos 4 a 5 mil millones de dólares.

Para una economía chica, con poca diversificación productiva, pero sobre todo con débil diversificación en su sector exportador se termina por completar la base para que la tendencia cambiaria de largo plazo sea a la apreciación. Dólar más barato.
Es decir, la tendencia sería al aumento de costos en dólares. Que es lo que describíamos con esa rudimentaria cuentita que suma a la inflación el comportamiento del tipo de cambio nominal.

Esto implica que independientemente de cuál sea la composición de esos guarismos (más o menos alta la inflación, mayor o menor devaluación nominal) el resultado tendería a ir parejo con el que tenemos hoy. De confirmarse lo que acá suponemos.

Salvo, por supuesto, que se pudiera disponer de elementos ortopédicos eficientes. Como pudieron haber sido las retenciones, mientras significaron un mecanismo de absorción fiscal eficiente para la formación de stocks.

Una de las cosas que suele decirse, sin embargo, es que si hoy se soltara el tipo de cambio, la cotización del dólar no bajaría, porque hay una demanda muy grande de dólares. Lo que deriva en lo que se conoce como "fuga de capitales".

Si bien hay una fuga de dimensiones atendibles, esta demanda artificial de dólares funciona en realidad (si aceptamos como estables todas las demás variables) como un  factor que absorbe parte de la demanda agregada, lo cual es en última instancia un mecanismo que descomprime la presión sobre precios. Plata que no va a consumo ni a inversión. Un sucedáneo del ahorro más tradicional (estragado por las tasas reales negativas y la falta de confianza en los bancos post-2001).

Es decir, si nos atenemos a la teoría macroeconómica más esquemática, sin esa demanda de dólares, sin esa fuga, es probable que la apreciación fuera mayor (de vuelta, suponiendo que todas las demás variables se mantuvieran como están). Ya fuera consentida por el banco central, o devenida en aumentos de precios si el central insistiera con su política de devaluación administrada.

Lo que queda entonces por demostrar es hasta qué punto el efecto "fuga de capitales" sea algo independiente del resto de las variables económicas, cuyo comportamiento determina, por ejemplo, un esquema en que a la economía le queda un saldo de divisas muy alto por cuenta corriente.

O lo que sería una forma distinta de plantear la duda: si un cambio en el esquema cambiario no provocaría variaciones parejas en la cuenta corriente y en la cuenta financiera (con menos fuga y más ingresos).

De ser afirmativa la respuesta, el resultado sería mayor apreciación. Con todo lo que eso implica.

4 comentarios:

Daniel dijo...

Mariano;
éste es EL blog imprescindible para mi (no te mueras nunca! jaja).
Pero ésta vez, vuelvo en un rato porque o no entendí, o estoy medio distraido.

Mariano dijo...

Está medio confuso, Daniel, no? Hay muchas cosas mezcladas.
La intención era una especie de respuesta a la idea de que en algún momento nos falten dólares.

Insistiendo en que la apreciación monetaria es casi una fatalidad en el contexto mundial actual, para todos los países emergentes.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

que tal Mariano,entonces que posibilidad hay de que la inflacion baje para aumentar el TPC,y de que la fuga de capitales se transforme en inversion productiva?.-teniendo en cuenta que para mi una de las causas de la inflacion es la oferta en manos de pocos jugadores.-
La apreciacion via inflacion en algun punto tendera a equilibrarse,y algunos precios internos bajarian,siempre y cuando esten desacoplados con el mundo,siendo esto ultimo unos de los desafios mas importantes y que el gobierno .
Saludos
PD:si estoy equivocado corregime.

Mariano dijo...

La verdad Juancho que no te sé decir.
Es muy complicada la cuestión, porque intervienen muchas cosas.

Igual pensá que estoy hablando de una tendencia de largo plazo, que por ahí en el corto y coyunturalmente puede ser contradicha.

Ahora, si la inflación fuera solamente cambiaria, con la apreciación tendería a bajar.
El tema es definir si esto sería preferible o no. Porque, qué implicaría?

Estamos hablando de una inflación, cuyas causas macroeconómicas provienen de la tendencia a que se equilibre la cuenta corriente, y la resistencia del gobierno a que eso pase.
Mientras eso no pase, entonces, las fuerzas seguirán operando en el mismo sentido: apreciar.

Bueno, entonces hay dos caminos:

¿nos bancamos la apreciación directa con riesgo de que la cuenta corriente se equilibre o se vuelva deficitaria para que más adelante comiencen a darse las condiciones para que entren dólares por cuenta financiera, y en el camino el BCRA pierde algunas reservas?

O seguimos alentando la demanda interna, soportamos la inflación del 20 y pico %, y lo corregimos con una leve devaluación paulatina?

Ninguna de las dos opciones, por otro lado tienen que significar tomar decisiones bruscas.

Por ejemplo, a mí me parecería mejor: aceptar la apreciación real, devaluando levemente el TC nominal, no cortar el chorro del impulso a la demanda agregada pero ir acomodando algunas cosas para no recontrasobrecalentar (por ejemplo, algunas tarifas), movilizar fondos de ANSES para abaratar costos de acceso al capital en actividades elegidas como estratégicas (dirigido, no abrir la canilla y que caiga donde caiga), ir revisando algunas cosas de las actualizaciones de salarios para absorber algo de los sueldos más altos (por ejemplo, no subir el mínimo imponible de ganancias por unos años), ir actuando sobre impuestos para bajar el peso de los que pesan sobre consumo (pero esto es difícil mientras aumentan los precios).

Y después, tener la capacidad de ser flexible. Sin dogmas.
Pero son opiniones. Nada más. Y de alguien que no sabe mucho.

Un abrazo.