miércoles, 15 de junio de 2011

Guido aporta nuevos argumentos a la discusión y crece el escándalo

guido dijo...



Mariano, creo que el punto de partida debe ser que los planes de vivienda es un sub-óptimo, por decirlo en economeño.


Lo ideal es que cada uno pueda acceder a una vivienda como se le cante. Sin déficit de vivienda lo arreglás con alquileres subsidiados focalizados, pero si (censo 2001) tenés dos palos de hogares entre las categorías vivienda tipo-B-paabajo+hacinamiento los planes masivos de viviendas son una imposición para cumplir con los derechos incorporados a la constitución.

Ahora bien, los complejos de viviendas tienen problemas que están bastante estudiados: la conformación de guetos, el problema de la mora en las cuotas que impide la continuidad que permitiría un banco hipotecario, la mora en expensas que deriva en degradación rápida de los espacios comunes y en más mora en las cuotas cuando cae el valor de la propiedad, etc. También otros problemas menos medibles derivados de meter cientos de familias provenientes de distintos lugares en uno nuevo con la ruptura de los lazos de sociabilidad previos que morigeran hasta ahí cuestiones ligadas a la pobreza como la violencia, etc.

Es en este punto, creo, donde las ONG o fundaciones (que, creo estamos de acuerdo, no son más que el marco jurídico liberal de orgas políticas no electorales, digamos) como Sueños Compartidos, Caritas o los comunistas del MTL que se clavaron flor de barrio en La Boca (en serio, recomiendo conocer esa experiencia) tienen mucho para aportar en cuanto a lograr que ese 2º best sea realmente una solución en el mediano y largo plazo.

Fijate que no menciono a Caritas (segunda en el rubro después de las madres) con onda "ah, vieron, le damos casa a la derecha" (?). Creo que los curas ponen acá este plus de contribuir a la construcción de capital social que es lo que hace valorable el proyecto de las madres. Porque, al menos para mi, es eso y no el prestigio de Hebe, a la que puedo respetar y admirar desde lo subjetivo pero entiendo que mucha gente no la trague con las barbaridades que ha dicho alguna que otra vez (disgresión: en la última marcha de la resistencia que fui, 2004 o 05, cuando luego de un encendido discurso de fe kirchnerista comenzaron a sonar las estrofas de la internacional Hebe me regaló uno de los momentos más bizarros de mi vida).

Ahora bien, a esa línea "utópica" le caben las generales de la ley de las fundaciones (sobre la que escribiste, creo, alguna vez). En la medida que no tengan algo de "empresarial", suelen ser muy ineficientes. Cuando lo empresarial domina (estilo Porto o Popovsky, ambos "presidentes" de fundaciones), lo de sin fines de lucro se puede tornar dudoso, pero me parece incostrastable que la eficiencia es mayor. 

Y si, en el caso de las viviendas, asumimos que la opción por los planes masivos se justifica porque el déficit es descomunal y urgente...

En el fondo, me parece, esta oposición entre utópico/empresarial recuerda sospechosamente a la que contrasta el sindicalismo de pequeños talleres anarquistas (o la imagen idealizada de ellos) con el gran sindicalismo burocratizado con cientos de miles de afiliados. Donde la escala misma obliga a adoptar ciertas características que no difieren en lo sustancial de una gran empresa. Shocklender (ceteris paribus si metió la mano en la lata, que habrá que ver) sería a una pequeña mutual de barrio para comprar chapas y ladrillos entre todos, lo que Hugo Moyano es a Antonio Soto.


Las negritas son mías, no de Guido.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy claro. Tomo nota.
Diego

guido dijo...

Bueno, gracias, supongo que las negritas significan acuerdo ¿no?

Me voy a cambiar de avatar, me hiciste sentir un calvo.

abrazo

Mariano dijo...

No necesariamente acuerdo, Guido.
Las negritas resaltan los puntos donde más demostrado queda el razonamiento inteligente.
Que, aún en el desacuerdo, exige esfuerzo para refutarlo.
Un abrazo