viernes, 10 de junio de 2011

Club de París: el después


El arreglo final con el Club de Paris, tan esperado, significará empero, el fin de una etapa.

Cuando Néstor Kirchner asumió la presidencia en el año 2003 el fisco tenía una deuda demasiado grande para sus posibilidades de pago.
Un año y medio antes, las reservas del Central se habían casi agotado, la cuenta corriente era excesivamente deficitaria, y el prestamista de última instancia (comunidad internacional representada por el FMI) se había "cansado" de prestar plata que nunca alcanzaba.
Por ende, el estado argentino había decidido dejar de pagar su deuda a acreedores privados (los organismos siempre cobran) .

Como efecto colateral de los problemas de balanza de pagos mencionados arriba (los que implacablemente vaciaban de reservas al BCRA) en 2001 había aparecido el corralito. La pesificación asimétrica y la emisión para honrar los depósitos de los ahorristas habían generado, en 2002, más deuda absorbida por el fisco.

Se sumaría más tarde la emisión para el rescate de cuasi-moneda, que en los peores momentos de la crisis le dio un poquito de lubricación a la rigidez en que habían sumido a la economía las pésimas políticas monetaria y cambiaria de la convertibilidad.

La solución de ese desastre, la normalización de aquel caos, consistió en una serie de decisiones que conforman casi una apoteosis.
La cristalización definitiva del proceso podríamos consensuar que sería el arreglo con el Club de París.

Finalizar el proceso era casi una fatalidad: ineludible una vez que se iniciara y sus resultados se mostraran satisfactorios.
Pero, a partir de ese entonces, nos enfrentaremos con un momento totalmente distinto que exigirá nuevos desafíos, no tan acuciantes pero tal vez sí más complejos.

Argentina será finalmente un país normal en términos financieros. Y como no sufrimos el fetichismo de la normalidad que sufren algunos comentadores, sabemos que eso no implica ninguna situación de éxtasis comparable al fin de la historia.
La vida sigue, y la lucha también.

Por la caja (que por qué otra cosa puede haber lucha).

La compleja etapa que describíamos lacónica y tendenciosamente en los párrafos anteriores, con todos sus obstáculos, permitió a la Argentina cierta invulnerabilidad ante los vaivenes de los flujos financieros. Cierto blindaje.
Estábamos, de alguna manera, aislados del mundo (tenías razón, Bonelli, tenías razón).

La nueva etapa comprenderá un par de cosas:
- La convalidación de un tipo de cambio (ya lo estamos viendo) más alto  bajo. A priori esto implica un sesgo hacia la primarización y la financierización de la economía (como Chile, o Brasil).
- Un acceso más cómodo a los capitales internacionales (esto en realidad, actúa en tándem con lo anterior, es casi la misma cosa). No solamente del sector público, sino del sector privado, lo cual supone mayor exposición a crédito en divisas, más vulnerabilidad ante la volatilidad externa originada en decisiones foráneas (tasas de interés de la FED), y más sensibilidad a las decisiones de inversión especulativa proveniente del extranjero.

Como adelanto, el cierre del acuerdo entre Argentina y el Club sería el paso inicial para cerrar un montón de convenios comerciales y de inversión directa, que están trabados por este asunto.

La necesidad de adaptar la economía argentina y sus objetivos a este nuevo contexto, entonces, será el desafío del próximo período.

6 comentarios:

Daniel dijo...

Y esto no modificaría la relación con Brasil?

Riki Juarez dijo...

porque se produciria una primarizacion d la economia? eso afectaria al modelo industrial y destruiria empleo creo yo, como intentaria evitarlo el gobierno? ya que no creo que sea la idea que el pais pierda lo logrado en estos años, soy aficionado novato de la economia pero me cuesta vislumbrar con claridad que pasara en los proximos años.

Mariano dijo...

Daniel: no llegó a ver bien que la influencia en la relación con Brasil produzca modificaciones sustanciales.
Puede promover más rispideces en algún punto, pero la dinámica general de la relación se mantendría más o menos igual (nos apreciamos juntos).
Vos sabés que yo veo como buena la relación con Brasil. Me gusta que se discuta crecimiento conjunto parejo y sostenido, y no que se acepte sin crítica el crecimiento dispar.
Un abrazo.

Riki: el tipo de cambio más bajo (ahí lo corregí, lo había puesto mal) provoca un sesgo hacia la primarización y la financierización por factores objetivos y por cuestiones propias de la economía argentina.
Ahora ese sesgo no es incorregible. Habrá que buscarle la vuelta, por el lado de la microeconomía, por el financiamiento subsidiado, por la rubricación del círculo virtuoso del que hablamos en otras oportunidades entre consumo-producción-empleo.
Llegado el caso, y aunque el proceso fuera exitoso, implicará la caída de alguna actividad, de algún emprendimiento. El crecimiento grueso "de lo que sea, porque cualquier cosa sirve", por ahí también empieza a perecer.
No hablo de ese crecimiento grueso despectivamente, sino con respeto por un modelo que resolvió muchos problemas acuciantes. Pero los contextos cambian, las posibilidades también, y hay que sacarle el mayor jugo posible a lo que hay.

Un abrazo.

Mariano dijo...

Daniel: en mi respuesta dice "llegó" donde debería decir "llego". Porque soy yo el que "no llegó", y no usted el que "no llegó".

Un abrazo

Daniel dijo...

Ok Mariano, igual lo había entendido.

Riki Juarez dijo...

Gracias Mariano por la respuesta, comprendo lo que decis, esta coyuntura favorable esta por agotarse y tenemos que encontrar la manera de adaptarnos a las nuevas circunstancias tratando de obtener de ellas el maximo beneficio, me preocupa mucho el tema de la economia y el modelo que comienza a mostrar signos de agotamiento (al menos asi como esta) porque soy militante de base y es facil muy facil darse cuenta que el motivo principal por el que el grueso de la gente acompaña es justamente por el trabajo, el consumo con todos los beneficios que ello acarrea, lo que quiero decir es que sin modelo productivo desde mi punto de vista sera dificil que CFK pueda continuar dando la batalla en todos los demas frentes, el, social, cultural etc.. etc.. pero bueno, confio en que estamos en buenas manos y seguro todos trabajamos para que esto dure muchos años mas. Por otro lado te queria comentar que soy lector de tu blog hace tiempo y es de los que mas me gusta (te tengo en mi lista de favoritos), segui laburando asi que es necesario que alguien marque las luces amarillas para que no se conviertan en rojas. Abrazo.