viernes, 24 de agosto de 2018

Espejo

Cuando era jovencito fui furiosamente anti-menemista.
Desde el aspecto ideológico lo sigo siendo. Una línea de coherencia hay entre esa oposición y la que se ejerce contra el gobierno actual, que es el conceptualmente más parecido de la etapa democrática vigente, junto al de De La Rúa, a los dos de Menem (aunque, en materia económica, es igual al plan Martínez de Hoz, tiene muchos contactos con Cavallo, discípulo de MdH).
Decía que fui furiosamente anti-menemista. Y ese anti-menemista furioso que fui se mira hoy en un espejo en el que no le gusta verse.
Fuimos irrespetuosos, persecutorios, anti-democráticos y gorilas, fuimos lanatistas, fuimos por momentos parecidos a las señoras que con desquicio gritan que la yegua se muera cuando les acercan un micrófono en alguna manifestación. Fuimos un poco todo eso, desde las formas.
No me arrepiento de haber sido anti-menemista, de haber considerado horribles sus decisiones en materia económica, pero me da un poco de vergüenza algunas de las formas que asumimos en conjunto.
Y entiendo que algunos menemistas de entonces estén hoy pensando que lo que le pasa hoy al kirchnerismo es un vuelto de aquello que les pasó a ellos.
Es lo que vamos a sentir quienes simpatizamos con el kirchnerismo cuando alguna justicia de algún momento histórico distinto se lleve por delante a varios de los que hoy señalan con el dedito de la moralina mientras hacen negocios inconfensables parapetados en el odio de una parte de la población, atenta a otras cuestiones irrelevantes.

4 comentarios:

oti dijo...

Con el U$S ya a más de 40 $ y el colapso en el que se encuentra el país y el pueblo, es una oportunidad para mostrar cómo desde mi teoría pude hacer los siguientes prónosticos y/o previsiones en el blog Tirando al Medio del compañero Gerardo.

3 de noviembre de 2015, 20:24 (luego de la primera vuelta y antes del balotaje).

“Macri no está en la posición que está ahora sólo por sus ambiciones y sus méritos. Está allí, además y principalmente, en esa posición expectante a la que pudo llegar porque es un mandatario de intereses de poder económico muy superiores a él mismo.

Y es muy difícil que, en tal calidad, pueda hacer un gobierno más o menos beneficioso para los sectores populares, ni siquiera neutral entre esos intereses y el de sus mandantes.

Él no va a tener libertad de maniobra entre las tensiones existentes entre los intereses encontrados. El juego de él va a ser siempre promover los intereses superiores de ese poder económico, en forma disfrazada y bajo una cobertura de los aparatos ideológicos privados que lo apoyarán y que lo presentarán como una suerte de "progresista moderno.

El problema que le veo es que tendrá que dar una zanahoria al burro y no puede ser otra que tomar deuda de acreedores occidentales, que son todos especuladores. Ninguno de ellos invierte en infraestructura o producción, salvo en sectores muy específicos. Solo los capitales privados o estatales de Oriente invierten en infraestructura y producción, pero llegar a un acuerdo con ellos va en contra de los intereses superiores que responden a la geopolítica Occidental centrada en USA y su TTP de "libre comercio", que tienen un marcado sesgo antichino.

Lo veo a Macri como candidato con reales posibilidades de gobernar en un contexto global en el que se haya despejado la incertidumbre y que dé muestras de una posibilidad cierta de recuperación en el sector Nor Occidental transatlántico.

Pero estamos lejos de ese punto.

Por eso me parece una suerte de absurdo histórico que Macri sea gobierno a partir del mes que viene.”

23 de noviembre de 2015, 00:00 (al día siguiente de conocerse el resultado provisorio del balotaje).

"Para que existan engaña pichangas como en los '90, los sistemas especulativos regidos por las oligarquías occidentales tienen que generar ciertos efectos "positivos" de aparente riqueza sobre la economía real. Y esto era posible en los '90 pero no es posible ahora. Por lo tanto, veo muy acotadas las chances de Macri de prolongar en el tiempo expectativas que la población crea favorables. Creo que va a disponer, políticamente, de muy poco tiempo y el gradualismo por el que ahora parece que se inclina no creo que sea del agrado de los intereses superiores de las oligarquías que lo respaldan.

Y, en el tema internacional, lo veo muy complicado porque va a tener que deshacer (en congruencia con los intereses de esas oligarquías) toda la orientación que estuvo llevando CFK respecto a las relaciones con Rusia y China. Tratar de acercar a la Argentina a la orientación del tratado transpacífico de Obama va a ser suicida.

Si encuentra un engaña pichanga como en los '90 (cosa que no creo), puede tirar hasta el 2017, pero si no lo encuentra, la realidad política y social va a ser muy difícil y habrá expresiones de resistencia por todas partes.

Sigo en próximo comentario.

oti dijo...

Continúo con comentario anterior.

27 de noviembre de 2015, 10:33

"Nada va a ser como imaginan los dirigentes locales. La situación local puede desnaturalizarse por lo que ocurre a nivel mundial, que es una catástrofe atrás de la otra.

Si el presidente electo, como todo parece suponer, cede a las presiones de la geopolítica oligárquica global, eso va a condicionar toda la situación interna y puede abrirse una fase de incertidumbre muy grande con peligro de inestabilidad política y social.



Esto no es campaña del miedo. Estas son probabilidades muy reales que representan un peligro estratégico enorme para nuestro país."

2 de diciembre de 2015, 14:22

"Lamentablemente creo que se viene una época de inestabilidad política y social, no tanto por las intenciones de los oficialismos y las oposiciones sino por la geopolítica oligárquica global.

Lo particular de la situación, no solo en Argentina sino en general en Sudamérica, es que el desgaste de los oficialismos más o menos "progresistas" y relativamente refractarios a las tendencias imperiales, coincide con un desgaste y crisis sistémica del sistema financiero y económico global con centro en la City de Londres y Wall Street.

Esta coincidencia es lo que hace que las alternativas posibles y probables a dichos oficialismos sean muy endebles (a diferencia de otras épocas), dado que no puede provenir respaldo más o menos orgánico de ese sistema global en crisis.

La crisis global de los años '30 del siglo pasado ilustró que, cuando suceden tales crisis (en ese caso detonada por el crack de Wall Street en 1929), el personal de las clases oligárquicas se hace cargo del Estado directamente.

El Kirchnerismo argentino, quizás, hizo demorar 12 años tal cosa, producto de las particulares circunstancias de la crisis del 2001/2 en Argentina como manifestación local de una de las tantas oleadas de la crisis global.

El problema que veo es que, a diferencia de los ’30 cuando el régimen conservador quería controlar el chubasco y regular (acotándolas) todas las “artificialidades” de la economía producidas por la crisis mundial de aquel tiempo (proteccionismo, tipos de cambio, juntas reguladores, etc.), hasta volver a tiempos más normales, un régimen análogo actualmente no tiene la perspectiva de volver a los ’90 porque el mundo que le dio respaldo a esa década ya dejó de existir desde hace mucho tiempo.

Y acá es donde me parece está la fuente de la inestabilidad política y social en el futuro próximo.

15 de diciembre de 2015, 19:34
Estamos entrando al derrumbe financiero global más grande de la historia de la humanidad y su contracara geopolítica desesperada de guerra contra Rusia y China.

Lamentablemente, frente a semejante cosa, la Argentina se encuentra con un gobierno neoliberal impracticable. Tenemos al gobierno equivocado en el momento equivocado.

Me temo mucho que, si no es reemplazado rápidamente este gobierno, va a haber demasiado caos más, probablemente, represión.

En estas épocas y las que vienen no se puede vivir con normalidad y republicanismo, sólo con una fuerte pasión patriótica y un sentido de cooperación con otros patriotas de otras latitudes. Si estas alternativas nacionales no prosperan, un shock de miedo va a cambiar las conciencia ciudadana y puede pasar cualquier cosa que ahora nos resulta inimaginable."

17 de diciembre de 2015, 12:56

"El precio social de mediano y largo plazo del pseudoexcedente que van a generar Prat Gay y Macri es muchísimo mayor al precio de vivir con poco crecimiento o estancamiento, sin endeudarse y manteniendo el nivel de consumo por la inversión del Estado, a la espera de que el avance científico y tecnológico articulados con la industria provean verdadero excedente.

Generalmente, los justificativos para el saqueo es que esto último no se sostiene en el tiempo. Pero CFK demostró que sí se sostuvo con firme decisión y voluntad política.

Y lo que no se va a sostener es el saqueo con ilusión de prosperidad de este nuevo gobierno con viejas ideas.

Sigo en próximo comentario.

oti dijo...

Continuo con comentario anterior

22 de diciembre de 2015, 19:19

"A los analistas nativos se les dificulta ver que la derecha y la plutocracia si gobierna en determinado sentido es por móviles concernientes a cuestiones globales no locales.

Si se consiguen U$S de JP Morgan, HSBC, etc., no es por cuestiones locales sino globales, más estrictamente, en este caso, por las oligarquías globales que controlan esos bancos.

Si el presidente argentino va a una cumbre del Mercosur a confrontar a Venezuela, no es por la derecha local sino la global, la geopolítica global.

Si hay represión, lo mismo.

Siempre fue así en la historia. Cuando gobierna la derecha en una localidad siempre expresa el intento de fuerzas globales de subsumir esa localidad en la globalidad.

El problema que tiene Macri es que las fuerzas globales en virtud de las cuales gobierna están pasando por una crisis financiera y económica terrible; crisis frecuentemente subestimada en los análisis tanto locales como internacionales.

Por eso va a haber un período sumamente inestable y posiblemente caótico.

En tal contexto y perspectiva será fundamental que los intelectuales y analistas progresistas, peronistas y del espacio nacional y popular entiendan la diferencia de dos niveles distintos pero articulados: el de los factores y acontecimientos de la vida diaria y el de los procesos.

No son los factores y acontecimientos los que determinan los procesos sino éstos determinan a aquéllos. Si creemos que es al revés le vamos a facilitar el camino de la cooptación de dirigentes a Macri. Cuanto más las clases populares sean concientes del sentido del proceso más preparadas van a estar para discernir los acontecimientos con lo cual se les va a hacer más difícil la cooptación política y gremial.

En base a mi apreciación del proceso global estimo que el gobierno argentino actual no tiene salida, es impracticable y va a generar cuotas muy grandes de inestabilidad política y social."

26 de diciembre de 2015, 12:10

"Lo que pasa, Gerardo, es que las cosas graves en política no son de la dimensión de los hechos, acontecimientos y factores, sino de la de los procesos.

Por eso las barbaridades no son percibidas como tales por los contemporáneos ni siquiera, a veces, por las víctimas de las mismas. Así ocurrió, por ej., con el nazismo, el fascismo, etc. Y, ahora, por ej., la quiebra de los bancos italianos, el robo de los depósitos bancarios de sus clientes, etc., etc. o el ataque artero de la OTAN al avión ruso, etc., etc.

Los hechos y acontecimientos se "cotidianizan" y se "localizan" y, encima, se distorsionan a través de los lentes habituales de los aparatos ideológicos dominantes. Esto hace que el sentido de los procesos se pierda de vista y que los intelectuales, analistas y periodistas sean refractarios a entenderlo y lo niegan bajo el rótulo de "catastrofismo" o "conspiracionismo". La mayoría de la gente no puede creer en la eficacia de lo que no ven, porque lo que no ven no existe. Necesitan ver e interpretar.

Por eso siempre hay que insistir en el carácter del proceso histórico. Y, siempre, éste es un proceso global que se manifiesta localmente.

La campaña del miedo no es contra Macri. Éste es una anécdota. Es contra el proceso por el que él da la cara: adaptar al país como víctima de la crisis de la globalización; alinear al país con el contendiente más perverso durante la guerra mundial. Macri no tiene ninguna relevancia en sí mismo, su peligrosidad reside, justamente en eso.

Sigo en próximo comentario.

oti dijo...

Continuo y termino comentario anterior.

En la dimensión de los acontecimientos y factores todo es como en el programa de Tinelli, parece que nada tiene importancia, da lo mismo una cosa que otra, todo es frivolidad, superficialidad, emociones baratas, etc., etc.

En cambio, en la dimensión de los procesos históricos, ahí sí está concentrado el dramatismo de la vida y la gravedad de la existencia tanto individual como social, se sea o no conciente de esto.

Por eso, al peronismo le conviene ser muy conciente del sentido del proceso histórico, para no repetir el error de los ’90, cuando se creía que la caída del muro, el fin del comunismo, de las ideologías y de la historia eran una realidad.

10 de marzo de 2016, 19:20
El proceso político argentino tiene una potencialidad tremenda, para bien o para mal.

Estamos viviendo la crisis de desintegración global más profunda de la historia humana. Solo que la mayoría no la nota porque ocurre en el presente. Si hubiera ocurrido hace 40 años la notarían. No pocos analistas deben recurrir a fuentes de "autoridad" (como los periódicos financieros del primer mundo) para sospechar que algo malo está ocurriendo.

Si el gobierno argentino tiene lo que considera éxito en su gestión monetaria y financiera tanto en lo interno como externo, estaríamos expuestos a una crisis económica y social sin precedentes en lo cualitativo y cuantitativo.

Actualmente, en ninguna parte del mundo funciona lo que presumiblemente querría el gobierno argentino. Absolutamente en ninguna. Ni en USA, GB, Alemania, Francia, etc., etc., etc. No se pueden "normalizar" relaciones con el mundo en un mundo tan anormal.

Por eso dije no hace mucho que el gobierno actual en Argentina es inoportuno e impracticable. Si tiene éxito sería un desastre para el país, y si fracasa (según sus propios parámetros) sería un desastre para sí mismo.

Por eso pienso que el que finalmente ganará la "guerra" política actual en nuestro país será aquel que conserve obstinadamente un sentido estratégico ocurra lo que ocurra.

Espero que sea alguien mejor que CFK. Y si no es satisfecha esta esperanza, espero que CFK siga siendo la persona que confíe en su sentido estratégico.

Eso es lo que nos va a salvar como pueblo y como país. Todo lo demás es anecdótico."

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Tengo muchísimos más, esto es solo una muestra de la potencialidad que tiene mi teoría para analizar lo coyuntural y lo estructural.

En aquél momento casi todos creían que estábamos en presencia de un "gobierno de derecha moderno" que duraba hasta 2023.

Termino con esto de William Shakespeare:

“La culpa, no está en nuestras estrellas, sino en nosotros mismos, que consentimos en ser inferiores.”

"Vivimos tiempos desquiciados. ¡Oh, nefasta suerte, que me hiciste nacer para enmendarlos!"

Esto último, tranquilamente lo podría parafrasear CFK.

Saludos.