martes, 6 de septiembre de 2011

Producir alimentos


La agroindustria es una actividad económica de mucho volumen en la Argentina. Pero no es una rama industrial.
Alimentos y bebidas sí es una rama industrial.

Si bien Alimentos y bebidas y agroindustria no son lo mismo tienen un alto porcentaje de superposición entre ambas. Una parte sustancial del producto de la agroindustria es base necesaria para el desarrollo de la rama industrial Alimentos y bebidas. También produce (la agroindustria) para otras ramas, como la producción de combustibles.

En los alrededores de la agroindustria se desarrollan otras actividades complementarias. La de maquinaria agrícola, por ejemplo, que hace aportes de capital importantes al mejoramiento de la productividad agroindustrial.
También la biotecnología que pone el desarrollo científico específico al servicio del fortalecimiento de la producción (dándole cobertura contra la variabilidad climática, por ejemplo).
O los productos químicos, cuya utilización bajo la forma de fertilizantes es necesario alentar para darle sustento a la actividad.

Para la conformación de los encadenamientos productivos que transformen a los productos de la agroindustria en alimentos y bebidas con mayor nivel de sofisticación es fundamental el aporte de los bienes de capital.

Como insumo de varias de esas ramas tenemos a los desarrollos de software, o piezas producidas por las autopartistas.

Generar cadenas productivas es darle complementariedad a estas expresiones.
Todas estas ramas industriales, marcadas en negrita, integran el plan de desarrollo estratégico para el año 2020, sobre el cual se está trabajando.

Ahora bien, estos intentos no son viables hoy sin atender a la contradicción más fuerte que plantea la coyuntura.

Argentina cuenta con ventajas comparativas inmejorables no, como se dice, para la producción de alimentos y bebidas, sino para la producción de materias primas utilizables en la producción de alimentos y bebidas. Que, procesadas, pueden ser productos de alta sofisticación y muy buenos precios, aparte de generar empleos calificados bien remunerados.

La estructura de la economía argentina, sin embargo, no tolera de buen modo el desarrollo de ramas industriales. No podemos competir en costo salarial con países que cuentan con ejércitos de reserva provenientes del sector rural (por suerte), no tenemos la facilidad de acceso a capital con que cuentan otros países que se apalancan con el ahorro ajeno, tampoco tenemos la posibilidad de desarrollar escalas productivas sin establecer una fuerte y peligrosa dependencia de mercados de exportación.

En esas condiciones, las buenas posibilidades que el mercado mundial ofrece para la comercialización de materias primas o semi elaborados con destino de insumo para la producción de otros bienes más sofisticados, ponen un escollo a la posibilidad de agregar valor en origen.
Es algo lógico, cuánto más alto es el valor de la materia prima, más se acota el margen dentro del cual colocar toda la estructura de costos de un sector que no cuenta con grandes ventajas para rebajar el resto de los costos, comparado con los de sus competidores.
En algunos productos, sin embargo, Argentina lo logró. A costa de una fuerte concentración sectorial, casi siempre.

En la estructura económica actual de la Argentina la contradicción principal la ofrecen los altos costos de industrialización y los bajos costos relativos de producción y comercialización de algunas materias primas (con grandes márgenes de rentabilidad).

Argentina suma, además, una dificultad muy grande en esta batalla. El rol asignado en la división internacional del trabajo.
Argentina tiene, repetimos, ventajas comparativas inmejorables para la producción de materias primas agrícolas. Por dotación de recursos naturales. Por clima, extensiones de tierras cultivables y posibilidad de aplicar tecnología para mejorar la productividad de las mismas.
"El mundo necesita alimentos", dicen por ahí.
Es parcialmente cierto, y parcialmente falso. El mundo necesita que Argentina produzca materias primas.
Dónde se agrega valor (si en origen o a 10.000 km.), dónde se convierte la materia prima en alimento y bebida para consumo humano, al "mundo" le importa un corno. En todo caso, donde sea más barato.

Los desafíos son grandes, y los conflictos son insuperables. Si vale la pena afrontarlos es para cumplir objetivos: producir más riqueza, pero repartirla conveniente y equitativamente.

5 comentarios:

Luis Quijote dijo...

Estimados: Aclaro que soy ignorante en los temas que trata y que dominan usted y sus visitantes. Justamente paso por acá para informarme.
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Siendo muy chiquito, recuerdo que mi viejo decía que Perón había frenado los aumentos que manejaban los oligarcas mediante la creación de cooperativas (El Hogar Obrero y otras que no recuerdo) para competir y bajar los precios.
El mercado ha cambiado y los tiempos también pero, pregunto (a los hombres sabios):
¿Será posible construir una "cadena" de pequeños productores y fabricantes de alimentos, para competir con los monopolios, operando a valores de ganancia razonables?
Quizá lo mío sea "p'al cachetazo", pero: "Quien pregunta es un ignorante por cinco minutos, pero el que no pregunta será ignorante por siempre."

Mariano dijo...

Luis: el otro día, en el lanzamiento del plan agroalimentario se habló de la necesidad de fomentar la formación de cooperativas, y del impulso a las pequeñas y medianas empresas.
Está contemplado eso. Puede salir bien, puede salir mal, como todo. Pero contemplado está.
Un abrazo.

Mariano T. dijo...

Los alimentos son un tema delicado, sobre todo para los países deficitarios. Cada país quiere organizar las cosas a su forma. Que nosotros hablemos de sobaranía o de seguridad alimentaria es medio payasesco. Pero para un país cuya producción no alcanza para darle de comer a su gente, es un concepto muy real.
Por otro lado esta el salto de vender un commodity a un producto diferenciado. No es un tema de dos pibes entusiastas en un galpón. Hace falta crear valor intangible, y eso se logra con marketing

Reinaldo Larroudé dijo...

Gracias, Mariano por el dato.

Mariano T: ¿Vos naciste así o hiciste el curso de Perfeccionamiento para nabos?
¿El trofeo de Pelotudo obtuso mundial lo tenés en la repisa?
¿Marketing? ¡¡¡Chupala!!!

Mariano T. dijo...

Reynaldo si te peleás con tu novio es un tema personal, no vuelques tu furia contra terceros.
Se que es un concepto complicado para gente sin instrucción, y eso no se estudia en el secundario. Pero no es algo que yo pueda modificar. Tal vez cuando leas y estudies un poco más, si entendés lo que leés, vas a darme la razón. Mientras tanto tratá de disimular para no pasar vergüenza.