lunes, 5 de septiembre de 2011

El muerto y el favorito


Escucho:
"no hay una sola "oposición". No es lo mismo Duhalde que Binner...".
Y es inevitable descubrir el tono que favorece la evocación del segundo por sobre la del primero.

Podría adjudicarse a la suerte dispar de los personajes la distinta valoración. Que crea mitos. Más fuertes e invulnerables que los peores prejuicios.

La enfática desigualdad adivinada, que distingue a los dos ejemplares opositores, se completa con análisis profundos, y deducción de conspiraciones, mediante el hilván metódico de los indicios.

En la "marcha por Candela" hay una bandera que expresa una consigna. Muy parecida, casi igual, al título de un libro. De reciente aparición y autor ilustre: Eduardo Duhalde. Y nunca falta un "detective" al que se le ocurre hacer el vínculo.
Que, para nuestro sentido común, aceptémoslo, sale fácil. Sin esfuerzo
El impotente Duhalde es, según nuestra mitología, el malvado secretamente ominipresente. Su nombre siempre aparece para dar una explicación política de corto vuelo a algo que tal vez no la tenga.

Con auxilio de la metodología del autocumplimiento de las profecías, y de las peticiones de principio, Duhalde es pasible de haber estado en todo. En todo lo malo.
Agitar su fantasma (como buen muerto político, apenas su fantasma sobrevive) nos da la tranquilidad de no tener que hacernos la mala sangre de descubrir que el "modelo" no será capaz de conjurar todo lo desagradable.

En el reparto de roles, en cambio, Binner salió beneficiado.
Y por eso nadie le va a facturar nunca algunas declaraciones oportunistas y especulativas (por uno o dos votos más para el 23 de octubre) sobre lo que habría que hacer para evitar que pase lo de Candela. Con el cuerpo recientemente reconocido.

Si alguien pide, en cambio, que se haga la lista de los dirigentes políticos que se comportaron como aves de rapiña en este asunto, el gobernador socialista de Santa Fe saldría indemne.
Es la ventaja que el dirigente "de izquierda" se dispone a explotar para ser segundo en octubre: el desconocimiento.
Ese desconocimiento que lo exime de pagar el costo por la falta de decoro.

Cargado completito en la generosa cuenta de Duhalde. Que, como buen muerto, va a hacer cualquier cosa menos quejarse.

3 comentarios:

iris dijo...

En parte ayuda que el tipo tiene su propia cobertura mediática que le permite pasar por "progre" ,y en parte está la necesidad de buscar al "menos peor" de entre el rejunte del ex-grupo A, con la esperanza de que ejerza una oposición menos kamikaze.

Ricardo dijo...

Lo comenté en lo del Ingeniero: Binner, a la par de tratar de desmarcarse de los muertos vivos que quieren comerle el cerebro como buenos zombies que son, también se está encargando de darle a Clarín los titulares que el diario, con su política de tercerizar su línea editorial, necesita.

Tampoco es lo mismo Altamira, ¿no?

ram dijo...

Mi impresión es que darle con un caño al cabezón, es bastante fácil por el prontuario del susodicho, sus actitudes y su muy escaso prestigio a nivel electoral, social, cualquiera...
Ahora, Binner tiene un margen de impresentabilidad que, o no se le factura o se le factura poco y me parece que hay una coherencia en éso; Binner NO es el peor, es el único opositor con el que se puede hablar, negociar y/o convenir algo.
Binner es la prueba de que no toda la oposición es la misma cosa ni, menos, una sola. Pegarle a lo bestia no se justifica, sería un pésimo negocio, ahora y a futuro.