viernes, 26 de noviembre de 2010

En julio de este año decíamos...

Lo que sigue es una entrada de julio de este año: Boudou y la secreta brasilerización de la economía argentina.

La noticia que dio origen al texto (que se evaluaba una suerte de liberalización de la entrada de capitales, quitando barreras actualmente vigentes) fue desmentida enseguida, y lo sugerido en el post quedó sin efecto.

Quedó sin efecto, Udi? Y lo más complicado: estaría mal o se podría justificar?

Hace unos días trascendió que Boudou estaba trabajando en una modificación de las “restricciones” vigentes al ingreso de capitales. Principalmente, se eliminaría el encaje del 30%, aunque la obligatoriedad de permanencia durante un año continuaría vigente. Esta decisión, se especula, sería un incentivo al ingreso de capital.

La flexibilización habría sido sugerida por Gabbi (Bolsa de Comercio), y tendría el visto bueno, tanto de Boudou, como de la presidenta.

La medida surge en medio de un contexto en el que se visualiza algunos hechos inéditos en la economía “kirchnerista”:

Por un lado, desde hace un tiempo se viene hablando de la pérdida de competitividad de la economía argentina, a partir de un tipo de cambio que se aprecia realmente. No hay en apariencia, como ocurrió otras veces, la intención de acompañar la apreciación real con una depreciación de igual cuantía en términos nominales (o sea, patear para adelante la apreciación). Así, la consecuencia sería una tendencia a converger en un tipo de cambio real más bajo en el corto plazo.

En esa situación es posible que se ponga menos énfasis en el superávit de cuenta corriente, inaugurando un período de cierta tolerancia a la aparición de algún esporádico déficit (es decir, no hacer depender todas las variables de la mantención del superávit).

Por otro lado, el plan Boudou explicitado, consiste en una vuelta a los mercados voluntarios de financiamiento (canje de deuda, etc.). Esto, que ha sido leído como una declaración de la “necesidad fiscal” de financiarse, tal vez no esté enfocado nada más que a “lo fiscal”, sino que esté pensado como una forma de generar opciones de financiamiento para toda la economía.

Entonces, la primera consideración sobre la decisión de flexibilizar el ingreso de capitales es que puede entenderse como parte de un intento por compensar la fuente de financiamiento para grandes empresas que significaba ese mini-mercado de capitales constituido por el flujo de caja de las AFJP (les dolió mucho a las empresas que cotizan en bolsa la estatización, justamente por ese motivo).

Otra cosa que se evalúa, tal vez, es que la economía argentina tiene un bajo nivel de exposición al crédito externo, y que sería hora de ir compensando por esta vía una parte de la actual utilización de recursos de acumulación genuina interna (ahorro en diversas formas).

De cualquier modo, todos estos elementos estarían dando la idea de una tendencia a equilibrar los comportamientos de la balanza comercial (fuertemente superavitaria hoy) y la cuenta financiera (bastante deficitaria hoy).

Punto más, punto menos, una actitud “contracíclica” que hace unos años se llamaba enfriamiento de la economía.

Como corolario, podríamos agregar que al ya citado ancla cambiario, se le suma el ancla fiscal: tres meses consecutivos en que los ingresos crecen más que el gasto, y cierre de semestre con superávit, no sólo primario, sino financiero. Lo cual opera como contención del proceso inflacionario (¿si la inflación anual baja en dos o tres puntos respecto de las expectativas diciembre-marzo en un contexto de crecimiento de la economía, estaríamos hablando de “metas de inflación” mantenidas en secreto?).

El único “elemento heterodoxo” que sobrevive en todo este desarrollo es el comportamiento del consumo, soportado por quienes se obstinan en hacer crecer salarios, asignaciones por hijo y jubilaciones por encima de las “posibilidades de crecimiento de largo plazo” de la economía argentina. Por suerte, agrego yo, que, como se sabe, de economía no entiendo un soto.

2 comentarios:

Wal dijo...

Es muy oneroso politica y economicamente nadar tanto contra la corriente del mar de la economia mundial post crisis mundial.
Con un dolar depreciandose y los capitales financieros sin tasa de retorno en las economias centrales y con condiciones locales de casi pleno empleo y de saturacion de la capacidad instalada, seguir utilizando las variables macroeconomicas que tanto exito dieron en un contexto que cambio radicalmente y esperar resultados analogos es inconsistente.
Lo inteligente seria aprovechar con mecanismos estatales robustos y eficientes la inevitable llegada de capitales externos y condicionarlos a hacer nuestro juego, que es superar los cuellos de botella en cuanto a inversiones que provean la demanda creciente en una economia en expansion y la vez que morigere la inflacion, agregue ID para hacer cada vez mas competitiva a la economia y se aumente la productividad sin generar desempleo o disminucion de la demanda agregada.


Hay que calibrar muy bien los escenarios que se abren en el mediano plazo a nivel mundial para adecuar politicas macro que nos permitan seguir creciendo e incorporando personas al trabajo y al consumo.

Wal

Javier dijo...

Pôr suerte vamos a endurecer los controles para evitar que lleguen al pais los capitales golondrinas de mierda que luego generan las burbujas que no queremos volver a vivir jamas
http://www.telam.com.ar/vernota.php?tipo=N&idPub=203133&id=385771&dis=1&sec=1