viernes, 18 de noviembre de 2011

Los "retoques" al "modelo"


Decisiones de alto impacto mediático.
Tímida reducción de subsidios (por ahora), que puede ser un poco más grande en los próximos días, pero que difícilmente sea muy drástica.
El objetivo: mejorar las cuentas fiscales. Poner los ingresos en un nivel de equilibrio con los egresos, moderando estos últimos antes que ampliando los primeros.

Y algunas especulaciones:
El pedido de moderación sindical en la negociación salarial para las próximas paritarias, bajando las pretensiones nominales a un tope de 18% (con flexibilidad para negociar algún puntito más, calculo).
O la posibilidad de tomar deuda (por un porcentaje no mayor al 20% de los vencimientos del año próximo) para cerrar el programa financiero sin poner en riesgo las reservas, que de no mediar una brusca devaluación o un esquema que le vuelva a permitir al BCRA atesorar divisas en cantidades, casi seguro que no alcanzarían para cumplir con los pagos.

Son algunas medidas de tipo ortodoxo, de corrección de las "distorsiones", de recomposición de márgenes de rentabilidad, pero evitando al mismo tiempo que ésta recomposición se produzca por las peores formas. Por los caminos conocidos de las corridas al dólar, devaluación brusca, destrucción de stocks y riquezas, caída abrupta del poder adquisitivo y del consumo como freno parcial a la fuerza inflacionaria derivada de la devaluación, etc.

Medidas (las ortodoxas, correctoras parciales de "distorsiones") que pueden servir además para recuperar márgenes de acción. Para que la intervención estatal, generadora de "distorsiones", pueda ser más eficiente en materia de justicia social y redistribución del ingreso en períodos próximos. Y que incluso su implementación otorga márgenes de acción selectiva para redistribuir incluso los recortes y las pérdidas inevitables, como lo muestra el caso puntual de los subsidios.

La responsabilidad de gobernar un país es demasiado grande como para que un gobierno se detenga a preocuparse por batallas mediáticas por la instalación de sentido en torno de la palabra "ajuste". Chicanas sin sustancia y esquematismos paralizantes afloran en esa contienda de poca monta, divertida para nosotros, dilettantes opinólogos. Apenas eso.

Mientras en los ámbitos de tomas de decisión gana espacio cierto pragmatismo responsable.

Y por todo eso tal vez lo mejor sea tranquilizarse.
Mantener la frente alta, aún ante algún que otro renuncio, que así y todo, el periodo kirchnerista sigue (y si Dios quiere seguirá) albergando a los mejores gobiernos de los últimos 50 años. Por lejos.
Pero por eso mismo y para cuidarlo sería imperdonable fallar.

4 comentarios:

Luis Quijote dijo...

Usen la LOGICA, muchachos.
"Subsidios para todos" convergen en "subsidios para quienes" los necesitan.
¿Es tan difícil de entender?
La agenda de Clarín, La Nación o TN , me chuopaungueb...

Ricardo dijo...

Muy bien 10. La semiótica de la palabra ajuste no determina nada de nada. Las elecciones ya pasaron y más importante es comunicar bien qué se está haciendo, cómo y para qué.

Un abrazo.

guido dijo...

Muy bueno Mariano, se me hace, igual, que va a haber alguno medio mareado al descubrir que el "modelo" nunca fue más que lo que la coyuntura permitía. Problemas de convertir un puñado de opciones en una doctrina.

un abrazo

uno dijo...

No hay forma de atacar estos temas heterodóxamente? Dónde estaría lo terrible de tener déficit fiscal en un momento de posible desaceleración mundial de la economía?
Si es un tema de redistribución lo veo distinto, todo joya, pero me cuesta entenderlo como problema fiscal.
Y si es redistributivo espero que cuando se calmen las aguas y el mundo de un respirto sería hora de meter una reforma tributaria.