viernes, 28 de octubre de 2011

La fuerza de los bancos

Que se obligue a las petroleras y las mineras a liquidar en el país las divisas (como ya se hacía con las exportadoras de productos agrícolas) es algo, a mi entender, muy defendible.
Que se pueda condicionar a las aseguradoras a que repatrien fondos invertidos en el exterior, también.
Todas esas medidas son para aumentar la oferta de dólares. Pero no para paliar la demanda.

Creer que eso, o los operativos de AFIP en casas de cambio, o las circulares del BCRA agregando requisitos a la compra de dólares (que sí intentan tímida e ineficazmente controlar la demanda), van a resolver los desequilibrios que están generando una demanda de divisas que las autoridades consideran exagerada, es una ingenuidad.

La amenaza de corrida al dólar, en realidad, está marcando la existencia de desequilibrios macroeconómicos. Los mismos desequilibrios que provocan aumentos de precios.
La propia dinámica del capitalismo se encarga de resolverlo, a través del accionar de la entelequia mercado, que no es otra cosa que la fuerza resultante de la operación de muchas fuerzas particulares.
No ser ortodoxo (tal parece ser el objetivo último de ciertos sectores del kirchnerismo) exige un análisis fino de la situación.
Para no hacer pavadas. Por el solo de hecho de que no son lo que el mainstream dice que hay que hacer.

No hay forma hoy, de mantener las tasas de interés bajas, seguir inyectando liquidez y que el tipo de cambio actual colme las expectativas de los actores con capacidad de acumulación. No hay forma.
Lo dijimos ni bien supimos que el Central, aliviado por un freno esporádico de las presiones sobre el dólar, empezó a inyectar liquidez para bajar las tasas de interés.
Ni bien les diste plata a los que saben cómo acumularla, salieron a comprar dólares. El Central tiene dos ventanillas: por una coloca pesos; por otra, recompra esos mismos pesos. Con dólares.

La teoría conspirativa fácil puede  sugerir que hay algún movimiento especulativo de parte de alguien con poder de daño, que quiere, además, hacer daño.
Ni lo intenten.
Cuando los intereses sectoriales y particulares son cruzados, y complejos, como ocurre en cualquier sociedad moderna, la lógica de funcionamiento de las relaciones sociales implica que cada actor, en la consecución de sus intereses y con márgenes exagerados de acción, haga daño a los demás.
Gobernar bien es justamente saber neutralizar ese poder de daño de agentes con intereses sectoriales. Achicándole los márgenes de acción.

En condiciones de buena liquidez, entonces, tenemos una economía cuyo patrón de acumulación provoca que algunos actores cuenten con la capacidad de apropiarse de recursos a partir de los cuales puedan, por ejemplo, recurrir al dólar porque no creen que el tipo de cambio vigente pueda mantenerse.
Sectores financieros y empresarios que saben usufructuar el "calentamiento" de la economía cuentan con la capacidad para hacer los ajustes que el Central y Economía no quieren hacer.
Inyectar liquidez hoy, no implica necesariamente que siga incentivándose la dinámica de la actividad económica, con efecto derrame para los sectores populares (aunque secar la plaza sí se traduciría en un perjuicio contra esa dinámica).

Hay que atacar la brecha entre la economía formal, globalizada, y la que está menos capacitada para insertarse en los circuitos globales.
Hay que ir a ver por qué Techint, Aluar o los bancos tienen tanta capacidad de acumulación, mientras actividades de más complejidad no alcanzan a desarrollar la competitividad que les permita despegar (y generar más empleos y divisas).
Si les gusta, hay que "profundizar el modelo". Neutralizar "la fuerza de los bancos".

5 comentarios:

Udi dijo...

¡Mariano! ¿No estará sugiriendo apropiarse de las rentas extraordinarias vía impuestos directos?
La maldición de Hayek y Fridman caerá sobre usted.
Un abrazo K-M-K.
Mire acá: http://www.diariocruzdelsur.com.ar/noticia/noticia/id/5292

Daniel dijo...

Muy lúcido, Mariano.

oti dijo...

Mariano, vos vendiste algo al exterior, por lo cual hayas ingresado U$S al país?

Si hacemos una encuesta a los 40 millones de habitantes le preguntamos lo mismo, unos 39.999.500 nos van a contestar negativamente a esa pregunta.

Es claro que el sistema es enormemente oligárquico, no es así?

Si el precio de tener un saldo favorable de la balanza comercial es tener privatizado el comercio exterior y el sistema financiero y monetario, prefiero no tener ese saldo

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