miércoles, 19 de octubre de 2011

Cuatro años más

Ayer Daniel Vila montó una nueva escena de su show.
En la puerta de AFA, con las cámaras de su canal de televisión convenientemente dispuestas, en los intervalos de sus charlas telefónicas, explicaba con lenguaje acondicionado para la ocasión que por orden express de una jueza, un ignoto club rosarino había adquirido el derecho a participar de la asamblea de AFA que se disponía a reelegir a Grondona al mando de la entidad.

Con esos hechos mínimos pero mucho énfasis intentó mentir acerca de la ilegalidad de la mencionada asamblea. Dos fallos de cámara anteriores, revocando fallos de primera instancia, validan la legalidad del procedimiento. Que se ajusta al Estatuto de AFA. Los jueces dicen, en otros términos, si no les gusta el Estatuto, cámbienlo, pero lo actuado se ajusta a lo dispuesto por el mismo.

Esta operación se complementa con la circulación mediática de una cámara oculta sin valor judicial, editada, en la cual se le hace decir a Grondona algunas cosas que lo incriminarían en algún delito o manejo espurio de plata. En esta faena, los guardianes de la moral de todos los argentinos son nada menos que Carlos Ávila y el respetado doctor Mariano Cúneo Libarona. Paladines de la lucha contra las estructuras corruptas que horadan los cimientos de nuestra patria.

También hay una mención a Paco Casal. Honesto y cándido empresario oriental, por la defensa de cuya dignidad (e intereses) deberíamos rasgarnos todos las vestiduras, ante la prepotencia de Grondona.

El futbol es un negocio, por la sencilla razón de que mueve mucha plata. Este hecho puro es independiente de la existencia de Grondona. Hubiera sucedido igual.
A Grondona, pese a eso, le tocó estar ahí en el momento en que se podía operar para darle forma. Consiguió ganar márgenes de discrecionalidad en las decisiones, y armar un sistema de circulación de recursos funcional a la sustentabilidad de su proyecto político. Hizo y deshizo sociedades sin resignar nunca las palancas fundamentales.
Los 46 "atemorizados" dirigentes que le dieron su voto ayer, participan del circuito de reparto utilidades, y consideran de manera muy racional que formar parte de él les conviene más que sacar los pies del plato y armar algo nuevo. En cierto sentido, lo que opera allí es la lógica de las relaciones de poder.

Grondona se queda 4 años más en la AFA porque sabe hacer política. Y la hace donde la debe hacer.
Le importa poco que el 99% de la gente lo desprecie (según las encuestas que manejan Fantino y Anello).
La reelección la obtiene por unanimidad.

3 comentarios:

Udi dijo...

¡Cómo! ¿La Capital miente? ¿Vila no es el nuevo presidente de la AFA?
¡No me diga que el titular del decano de la prensa argentina es una vulgar opereta!
Ché, ya no se puede confiar en los medios independientes !
Un abrazo, Mariano

Mariano dijo...

Cómo va Udi, tanto tiempo?
Un abrazo

Carpe Diem dijo...

Yo lo leí que dicen los medios propios y/o amigos de Vila, pero no veo como puedan darle a su "elección" otro valor que el simbólico. ¿Que Vila sacó mas votos que Grondona?. Bueno, yo en una asamblea del club de bochas saqué mas votos que Vila, pero no me creo presidente de AFA. Y ni en el club de bochas ni en la asamblea callejera votaron los habilitados para elegir al presidente de AFA, así que estamos iguales.
Adentro estaban los clubes directamente afiliados, con derecho a voto, al igual que lso representantes regionales del interior del país. Afuera un puñado de los miles de clubes indirectamente afiliados, que no tienen voto directo, sino que sufragan a través de sus representantes regionales. El sistema puede fastidiar, aunque igualemente fastidioso sería que una legión de sellos de goma sin respaldo patrimonial decidieran en igualdad de condiciones con las entidades que dan vida al fútbol argentino. Pero, fastidioso o no, es el sistema que hoy existe, y es legal. Que los que lo quieren voltear se tomen el trabajo de hacerlo por los caminos legales, y que entretanto no manden fruta.