viernes, 23 de septiembre de 2011
La devaluación de Brasil
Otra vez con la "devaluación" en Brasil.
Provocada por una avalancha de compra de dólares por parte de particulares (ahorristas, inversores, bancos). Pomposamente suele usarse el anglicismo "flight to quality" para describir estos comportamientos masivos, y a veces poco racionales.
La gente sale desesperada a proteger sus ahorros, adquiriendo activos seguros. Y el dólar está catalogado como el más seguro. Al menos por ahora.
Resulta que en el afán por ver situaciones complejas para el futuro de la Argentina, cualquier movimiento ascendente del tipo de cambio brasilero es visto desde acá como una amenaza. Que constituye paralelamente una nueva oportunidad para el sector industrial de ejercer el lobby público, las presiones aceptables, en favor de la devaluación del peso.
La cuestión es que, como ya pasara en 2009, pocos elementos hay para pensar que la baja del precio del Real vaya a ser convalidada por la autoridad monetaria como una tendencia de largo plazo.
Es (la devaluación), más claramente un producto de la volatilidad de los mercados financieros mundiales, que pronto se resolverá convergiendo (el valor del Real) a los mismos guarismos anteriores al inicio de la actual caída abrupta.
Solamente una cosa puede decirse, y es que el mínimo recorte de la tasa de interés de referencia (en valores reales muy altos igualmente) haya dado un toque adicional de liquidez, que hubiere hecho que la demanda de dólares fuera un poquito mayor. Todo en subjuntivo.
Nada, como para justificar el título que da por hecho algo que hasta ahora no está confirmado.
Porque Brasil no devaluó. Quiero decir, la autoridad monetaria brasilera no dispuso una devaluación de su moneda (está, incluso, tratando de intervenir para evitarlo), sino que el comportamiento del mercado lo devaluó. Y casi con seguridad, sólo efímeramente.
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1 comentario:
Pero mientras tanto, la cosa es hacer olas.
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