El prestigioso intelectual Ivan Petrella publica hoy un artículo en La Nación (órgano de propaganda electoral del elenco de teatro de revistas devenido en partido político, conocido como PRO) en el que señala su perplejidad respecto de hitos de países latinoamericanos durante 2012, respecto de los cuales nuestro país estaría muy alejado de alcanzar con hechos análogos.
Los 5 hitos son impactantes:
-Ecuador (el país del dictador Correa) armó una universidad en sinergia con una prestigiosa universidad belga. Una forma de integración con el mundo, con la finalidad de insertarse en el proceso de "generación de capital humano", de acuerdo a parámetros productivos y de desarrollo globales. Bue, qué sé yo, tanto como hito... en fin.
-Brasil, en medio de una disputa política entre la presidenta y el máximo dirigente de su partido, enfrenta una guerra de carpetazos mediante la cual se intenta dirimir quién será el beneficiario de la sucesión. Se conoce a la faena como "lucha contra la corrupción".
-Perú convierte a un partido supuestamente de izquierda en continuador de las políticas regionales de un gobierno anterior de derecha, con clara afinidad con los intereses estadounidenses en la región. Latinoamericanismo al revés (ya veremos por qué la referencia).
-Bolivia logra la hazaña de endeudarse en los mercados financieros internacionales, situación que tantos trastornos le causó a las poblaciones de los países del tercer mundo en el pasado, incluido por supuesto Bolivia. Una proeza.
-Colombia muestra el discutible mérito de entablar negociaciones truncas con una organización guerrillera que mantiene el control sobre algunas regiones rurales del país.
Por otro lado, otro joven PRO, el gran Martín Yeza, nos muestra un interesantísimo artículo en INFOBAE (espacio publicitario disponible), en el que aborda una "problemática" filosófica tan fecunda como la que enfrenta latinoamericanismo (una forma ampliada de nacionalismo) y cosmopolitismo.
Un cosmopolitismo que nos pone como ejemplo a los países del primer mundo, con monedas sólidas (como el euro o el dólar), cuyo valor se sostiene en el poder de las armas. Que brinda un amor cosmopolita intensísimo a las poblaciones del tercer mundo a las que bombardean, o intervienen militarmente, o entre las cuales instigan guerras internas, siempre con incomparable amor por la especie humana (como Malí, Libia, Irak, Somalía, Djibouti o Afganistán).
Un amor que trasciende las fronteras, sobre todo a la hora de bombardear o de saquear recursos naturales, pero no tanto cuando ciudadanos de esas alejadas periferias intentan establecerse en mancomunión con estas sociedades modernas. Ahí las fronteras vuelven a cobrar fuerzas.
Por eso es insólito que se diga, por ejemplo, que son países (los desarrollados) de los cuales es fácil entrar y salir. Es fácil entrar y salir si sos europeo. O yanqui. Curiosa selectividad a la hora de ejercer el cosmopolitismo.
Y curioso también que haga alarde de cosmopolitismo (y que defina al cosmopolitismo como este amor por la especie humana en general, más allá de las nacionalidades) alguien que pertenece a una fuerza política cuyo máximo representante habló en varias oportunidades de "inmigración descontrolada".
En fin, dos muestras de lo que son capaces de idear las jóvenes promesas de este semillero, las divisiones inferiores del equipo que Macri tiene preparado para el 2015, tan bien inspirado en la banda de dirigentes derechistas con la que Frondizi conformó su gobierno. O, mejor dicho, el que los dictadores militares en las sombras le dejaron formar, en tanto él era simplemente un gerente menor (igual que Illia) de la dictadura antiperonista.
3 comentarios:
Ajá, y la alternativa a estas críticas, (certeras por cierto) es esto que nos gobierna ahora. Realmente, es para suicidarse.
y volvemos a jauretche casi
Yo que vos anon. me suicido.
En democracia es asi, cada uno hace lo que quiere.
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