Independientemente de las consideraciones que podamos hacer, la situación argentina a partir del fallo de Griesa y del no acatamiento del mismo es de default parcial.
Uno puede entender la declaración política de Cristina diciendo que hay que inventar otra palabra.
Es cierto, hay una situación inédita y bastante difícil de entender. Un grupo importante de acreedores se ven impedidos de cobrar lo que el deudor pagó, no por un embargo sino por un bloqueo que deja la plata en el limbo, sin posibilidad siquiera de que sea devuelta al deudor al que se le impide honrar su compromiso.
Ya dijimos que el fallo de Griesa tiene unas implicancias exageradas que superan en mucho el análisis del caso tratado, y que se mete en consideraciones de carácter económico y político generales. Tira para atrás la reestructuración de deuda del 2005. Inventa una reestructuración al revés. Considera que el proceso exitoso de desendeudamiento de la Argentina debe ser abolido.
Y hay que decir que esto contó con la anuencia de la Corte Suprema norteamericana que decidió no intervenir y dejar que Griesa armara este quilombo.
Pero decíamos que más allá de que queramos o no llamarlo default como modo de influir en los flujos discursivos que en los ámbitos del lobby y la política internacional se desarrollan, la realidad indica que por decisión de los actores involucrados en los hechos, las consecuencias para Argentina, en términos reales, serán las de un default parcial.
Esto incluye: pérdida de valor de algunos activos, como los papeles que representan el capital de las empresas argentinas, como los ADR, las acciones, bonos, títulos de deuda, etc. Originada por un factor: limitación a la posibilidad de conseguir financiamiento, que se traduce básicamente en la retracción de los inversores que abandonarían posiciones (venden). Esto deriva en consecuencias para la incorporación de capital y el desarrollo de procesos de inversión de dichas empresas o del mismo estado.
Puede generarse alguna modificación en la composición orgánica del capital argentino, con mayor relevancia de la intensividad de la mano de obra, debido a la dificultad para la incorporación de tecnología y el desarrollo de complejidad. Pérdida de productividad en el mediano plazo y consiguiente deterioro del poder de compra de los ingresos en pesos, medido en valores internacionales.
Básicamente, hablaríamos de presiones devaluatorias para acondicionar la nominalidad de la economía argentina a la nueva situación real en la que se cierra un flujo significativo de ingreso de divisas.
La situación no será crítica como la del 2001 ni por asomo, pero sí habrá una consolidación de la tendencia restrictiva de estos últimos años que venía revirtiéndose en este último tiempo.
Esas consecuencias me parece que son inevitables, aún cuando Argentina ponga toda la buena voluntad de ahora en más para resolver el tema. Lo que quedó en evidencia en todo este proceso es que Griesa (reitero, con anuencia de la Corte Suprema) sanciona el proceso exitoso de desendeudamiento. Y la decisión de sancionar ya está tomada y es irreversible. Cuanto más se ceda, más rigor nos harán sentir.
Creo que el camino entonces es el de asumir las complicaciones. Doloroso camino, consistente en hacernos a la idea de que la plaza neoyorquina es una plaza cerrada para nosotros definitivamente.
Hay que mudarse, hay que irse. Negociar con los acreedores una reestructuración en otra jurisdicción y retirarnos definitivamente del centro financiero del mundo. Con la lamentable destrucción de riqueza que eso implica.
Pero es que eso es lo que dispone el fallo de Griesa, en parte. Que Argentina sea sancionada. Bueno, asumamos la sanción, paguemos los costos. Y que a los buitres les pague Dios.
Ir indagando caminos alternativos para el desarrollo de nuestras fuerzas productivas, de la mano de Rusia y China. No es soplar y hacer botellas, no es color de rosa, no estamos exentos de tener disputas severas por el usufructo de nuestras riquezas, y no sería lógico bajar la guardia a la hora de negociar.
Pero no es algo que hayamos elegido. Lo eligieron por nosotros.
Lógicamente, siempre habrá personas que ante tal postura se preocuparán por la complejidad del trámite para sacar la visa para ir a EEUU. Y bueno, la vida es así.
6 comentarios:
O sea, el giro a la derecha de Cristina, murió.
Muy de acuerdo con el análisis, Mariano. Sostuve el mismo desarrollo, muy resumido, por supuesto.
Ahora, no estoy tan de acuerdo con la proyección que hacés. Me parece que si no se puede arreglar ahora, será a partir de enero de 2015. No se murió ningún giro ortodoxo porque, si ocurriera algo así (en mi blog ironizaba con un giro hacia la patria socialista que terminaría en +a presidente), el rebote reaccionario, derechoso y entregador de marrones nacionales (perdón por el exabrupto), sería aún peor.
Abrazo.
No es muy pesimista? Si arreglan entre privados y logran estirarlo hasta 2015 no podemos zafar del default sin tirar abajo las reestructuraciones?
Hay otro camino, intermedio, aunque no excento de riesgos tampoco, y es el que se intentará (si falla el "arreglo entre privados"): Esperar al 1ro de enero en default o como se llame la situación en la que estamos ahora, y el 2 de enero, (porque el 1ro es feriado), sentarse a negociar con los vuitres. Si los holdins suponen que este será el camino, estarán 5 meses sin cobrar, pero no tendrán muchos incentivos para gatillar la aceleración, porque podría volverse un enorme pagadios.
qué van? 9 días? y vivimos? me parece que a medida que siga pasando el tiempo y no llegue algún tipo de cataclismo de aca a diciembre el kirchnerismo no "arreglará" ni siquiera a partir del 2 de enero de 2015. Y recen para que el gobierno que asuma el 10 de diciembre de 2015 no sea nestorista. Porque van a esperar 4 años más.
No cambia nada la llegada del 2015. Es una cuestión de principios, no legal. La presidente no les va a pagar lo que quieren, y bien que hace. Aunque se caiga la RUFO, igual estarías cagando a los que entraron.
Ese es un invento de los K para extenderlo o de los opositores, pero me juego las pelotas que Cristina no les paga como ellos pretenden, ni ahora ni nunca.
Y los privados tampoco tendrán éxito, pues no les queda otra que negociar con la quita. Los que podrían tener un plus para negociar son las instituciones yankis, porque son aseguradoras de los CDSs.
Pero los buitres van por todo, ahora hay que dejar que reviente y entren nuevos actores. Lo que debería hacer el gobierno es dejar de decir que los problemas económicos/internos provienen de ese proceso, cuando la realidad es que viene mal manejado desde adentro.
MAGAM
Publicar un comentario