lunes, 9 de diciembre de 2013

De la pobreza escandalosa a la rebelión policial: derrotero discursivo del conflicto social

La "tensión social" que explota bajo la forma de los saqueos, va tomando un derrotero discursivo (el campo en que los hechos se legitiman, y superan la dimensión individual o grupal para adquirir dimensión social, y convertirse entre otras cosas, en hechos políticos) que lo emparenta, lo pone en un mismo campo semántico, con las rebeliones policiales que los posibilitan.

Si no hay acuartelamiento no hay saqueos. De ahí, surgen las problemáticas en que se inscriben los saqueos y las "soluciones" como ideales a alcanzar para conjugarlos: la situación laboralmente precaria de las policías, la posibilidad de sindicalizarlas. Desde la visión de la teoría de estado, el punto pasa por la autonomización de facto de las fuerzas de seguridad en general, su falta de control por parte del poder político y las formas en que sería más beneficioso reestablecer los lazos de autoridad para reencauzar la dinámica de funcionamiento de las fuerzas de seguridad en los canales en que el estado puede transformarse a través de sus instituciones en el nexo entre la profesionalización de los cuerpos y la sociedad civil.

Este corrimiento del eje, esta aparición en el centro de la escena de estos problemas se hace (como siempre ocurre en cualquier caso) en detrimento de otros. Los estallidos sociales quedan desarticulados en tanto no encuentran forma de articularse en el discurso. La desigualdad en el acceso a lo material, la escandalosa riqueza como antagonismo de la escandalosa pobreza que pone a la navidad y los supermercados como el espacio-tiempo óptimo para que las tensiones acumuladas sobre estos dos tópicos se salden o comiencen a hacerlo, quedan relegados. El problema es cómo la sociedad en su conjunto dota de recursos a las fuerzas de seguridad. Y eso discutimos. Mientras tanto, nos resignamos a que siempre haya pobres entre nosotros, como nos recordó Carlos Menem una vez, citando (mal) a la Biblia.

No es cuestión de pedirle al poder político que sea la vanguardia revolucionaria (cosa que solo se le puede ocurrir a afiebrados como Luis Zamora, sobre quien me gustaría explayarme en otro momento). Es, en épocas convulsionadas, agitadas, más vale, un contrapeso conservador. Su mayor acercamiento en el eje ideológico a las posturas "de izquierda" se mide, en un sentido, por la forma en que responde a los problemas que se le plantean. A las "soluciones" que propone.
En este caso, la salida hacia la dignificación del trabajo de los agentes de seguridad, así como la posibilidad de avanzar contra el entramado de negocios de financiación ilegal de las fuerzas, que libera de algún modo al estado de asumir el costo fiscal de mantener fuerzas de seguridad dependientes y obedientes al poder político, sería una salida hacia la izquierda de este problema específico.

Digamos además, que una vez planteado discursivamente esto que se dijo, el efecto "contagio" no hace otra cosa que reproducir y hasta parodiar esta cuestión. Por eso solemos ver en estos días cómo policías difunden entre vecinos y comerciantes versiones falsas sobre saqueos, por ejemplo. Los policías que no formaron parte del núcleo de conflicto, se dejaron comer por el personaje del relato, y potencian las acciones por las cuales se los culpará a ellos de desatar los conflictos (que tenían seguramente condiciones de posibilidad preexistentes). Ser el detonante de una crisis social puede ser en parte azaroso, aunque requiere de cierta ingenua estupidez. O de intencionalidad política.

Así, en este marco, se desarrollan dos flujos de acciones. Por un lado, se potencian los saqueos "organizados"; por otro, se neutralizan los saqueos "espontáneos". La necesidad material, sus portadores, sus víctimas, quedan neutralizados. El saqueo es cosa de organización delictiva. En el relato. Y del relato al hecho.

Hoy estamos a un paso de que el único problema visualizable sea la rebelión policial. Y que los saqueos no sean otra cosa que un avatar de dicho conflicto. Hay que pagarle bien a la policía para que no haya saqueos.
La desigualdad en el acceso a lo material puede seguir existiendo impunemente.
Por el lado del gobierno, reitero, su forma de plantarse ante el problema policial podría llegar a ser "de izquierda" (existe la posibilidad): profesionalización de las fuerzas, dignificación laboral, avance sobre los negocios de financiación ilegal, desautonomización.
Pero la invisibilización oportuna del problema de la desigualdad social como factor irradiador de tensiones es una pose claramente identificable como "de derecha".

 El hecho de que emerjan determinados interlocutores (en este caso las policías), que consiguen imponerse a otros alternativos, y fuerzan la dialéctica con el poder político hacia temas de interés ajenos a las posturas de izquierda, está dando a entender que los contrapesos sociales tienden a volcarse hacia la derecha. Los dirigentes y voceros de la izquierda, entonces, deberán hacer la autocrítica (que nunca hicieron) de por qué siguen sin poder alcanzar niveles de representatividad que los quiten del cómodo pero intrascendente lugar de la testimonialidad.
Porque el gobierno usará a las policías (esta vez) como chivo expiatorio. Pero eso no quita que la izquierda no deje nunca de usar a los gobiernos con el mismo fin.

6 comentarios:

uno dijo...

Mariano, no creo que el problema de la desiguladad social sea en este caso tan importante como la historia de nuestro país, más específicamente a partir de los saqueos del 89. En todo caso, la historia de desigualdad social y la empatía de grandes sectores de la sociedad con los saqueadores en momentos de gran miseria. De ahí que desde 2001 sea tan habitual tener este tipo de sorpresitas navideñas.

Porque sino, se torna inexplicable por qué en el primer o segundo país más humanamente desarrollado de Latinoamerica pueden darse estos fenómenos, mientras que en países más desiguales, no se dan.

Yendo aún más lejos, pienso que hasta en países Europeos, con Ginis envidiables, con una buena organización (básicamente los pibes en motito abriendo locales) y acuartelamientos policiales, podríamos generar saqueos en negocios de Londres, Paris, Madrid, etc. Claro, tal vez en esos países se tomarían medidas realmente de derecha, legalizando de hecho la pena de muerte durante los sucesos, y olvidando por un tiempo las garantías individuales de los acusados considerando este tipo de actos como terroristas.

chacall dijo...

La verdad mariano en este momento no estoy en condiciones de teorizar tanto, la ciudad es un caos, estamos todos con angustia, realmente, y encima, uno escucha que el gobierno nacional dice que es un problema de las provincias y el gobernador, a quien mediante el voto popular la mayoría hizo responsable de conducir los destinos de la provincia, y entre eso lo hizo responsable de la seguridad, sin mas ni más terceriza esa responsabilidad diciendo que " explicó esta tarde la nueva propuesta salarial a la policía de su provincia e hizo responsables a sus miembros por ‘la vida y los bienes de las personas‘. " http://www.ellitoral.com/index.php/id_um/95592-el-gobierno-hizo-una-nueva-propuesta-y-se-espera-la-respuesta-de-la-policia


Esta por caer la noche, y es un poco angustiante, el centro vacío, las vidrieras vacías, tapadas, soldadas, vidrieras rotas, uno de los meses mas fuertes para el comercio se va al tacho, a esta altura con la bomba a punto de estallar la verdad no me interesa analizarlo desde el punto de vista ideológico sino efectivo, quienes tienen la gestión del estado, en cualquiera de sus 3 niveles, han renunciado a garantizar la seguridad de las personas y porque no también de los bienes?

saludos.

Julia dijo...

Uno, muy de acuerdo con su comentario quisiera copiarlo y pegarlo en lo de El fusilado.
Para el chacal también entiendo, creo que muchos, me incluyo, cambiamos actividades programadas por precaución.

chacall dijo...

algún relato más para entender la situación... http://www.tercermundonline.com.ar/index.php?option=com_content&task=view&id=5842&Itemid=1

mientras tanto la municipalidad dice que nadie salga de la casa.

ram dijo...

Mirando un poco, hay imágenes llamativas, como por ejemplo ésa de los saqueos con público, con espectadores, gente que, incluso tiene aspecto humilde (o sea, aspecto de potencial/seguro saqueador, dicen los teóricos), asiste al saqueo, mirando.
Una imagen que a mí me impresiona, no se ve tanto "hambriento" a pata, no, el saqueo es en moto y en pareja (hetero u homo, ségüal...), uno se baja, el otro espera y ambos rajan con el botin y con la misma compañía en que llegaron (otras 20, 30 parejitas motorizadas). Todo "espontáneo", claro
La verdad, desde hace mucho hay una figurita asociada al permanente bombardeo con la "inseguridad": el motochorro, al que de paso suele asociársele otra figurita; la zona liberada,
Me pregunto, ¿qué es lo distinto ahora con los cana en "huelga?. LA ESCALA.
Hablar de "problema social", medio que es mear fuera del recipiente, lo que hay acá es otra cosa, muy otra cosa. Y poco y nada ideológico, al menos en términos K o no K.

Charlie Boyle dijo...

Brillante Mariano, abrazo, medalla y beso.