domingo, 4 de mayo de 2014

Rock: hegemonía cultural, la "historia de la música", Violetta y los Rolling Stones

Pasamos a entrada los comentarios inspirados en las refutaciones que Minaverry hizo sobre mi entrada anterior. Espero no se interprete como un acto de pedantería o soberbia. La idea es que me puteen (como hipótesis de máxima, con que alguien le preste atención ya me conformo), me ayuden a encontrar la equivocación de mi planteo, que por lo demás, es cosa de hoy. Mañana por ahí ya cambié de opinión.

...mi mención a los Rolling Stones puede ser una exageración en el intento por provocar.
A mí particularmente me resultan prescindibles, irrelevantes. Pero no puedo prescindir de Gardel o Edith Piaf, por ejemplo.
Será un defecto mío posiblemente. Porque para la "historia de la música" pareciera ser al revés.
Pasa también que yo me permito desconfiar de esa invención que llamamos "historia de la música" en la que el rock, esa especie de folklore norteamericano, está sobredimensionado, a fuerza de repeticiones, y creo que en parte porque su aparición obedece a la instauración de un orden geopolítico según el cual la hegemonía cultural era preponderante. Digamos, el rock es sin dudas más importante para la historia que para la música. Y en ese tramo de la historia en que el rock es hegemonía cultural, los rolling stones se vuelven importantes para la música, porque el rock casi que es la música. Ese fenómeno, no por ser más duradero, será también efímero visto desde la inmensidad de la historia.
Pero bueno, para ese entonces ya habremos muerto, así que no podremos saberlo. Del mismo modo que no podremos saber que será de Justin Bieber dentro de 50 años.

Pero lo de la Disney es una obviedad.(que se trata de un aparato de hegemonía cultural)
Acá estamos hablando de si es real que los Rolling Stones son tan importantes por sus cualidades musicales o si incidieron otras cosas.
Creo que nadie evalúa a Violetta como una artista fundamental, un hito estético.
El punto no es demostrar esa obviedad, sino justamente argumentar que los Rolling Stones sí lo son.
Yo no lo creo. Desconfío.

Y ya que estamos bartoleando me animo a ensayar una idea: la Disney y el rock son maquinarias de hegemonía cultural distintas en su concepción. La Disney necesita fenómenos efímeros. El rock en cambio necesita crearse una mística, una historia que no es otra cosa que una mitología. 
Es el carácter constitutivo de cada maquinaria el que determina que existan estos productos de características tan aparentemente distintas.
Ahora bien, algo habrá en los Rolling Stones que en esa maraña que es el rock los hace sobresalir. Es decir, el rock, como maquinaria de hegemonía cultural necesita de unos Rolling Stones. Pero no tenían necesariamente que ser los Rolling Stones. Podría tranquilamente haber sido algún otro. Ahí radica el mérito de los Rolling Stones. Tienen ese algo que los convierte en el mito vivo del rock por excelencia.
Pero no son las cualidades estrictamente musicales de sus integrantes. Al menos eso es lo que yo sospecho. Pero casi seguro que estoy equivocado.

5 comentarios:

Daniel dijo...

-"Tienen ese algo que los convierte en el mito vivo del rock por excelencia.
Pero no son las cualidades estrictamente musicales de sus integrantes"

Exacto.

guido dijo...

En términos estrictamente musicales (el ritmo, las armonías, los motivos melódicos, la instrumentación) Violetta hace rock. Muy prolijo y bien tocado, por músicos de sesión experimentados y técnicamente sólidos. Si uno los ve como diferentes...es porque no venden música.

Mi hija (5) tiene todos los elementos de la violettamanía. Remeras, mochila, vestido y todo aquello a que sus padres y abuelos cedan en esa paleoadolescencia que el pasaje del preescolar a la escuela primaria. Las canciones...no se si las escucha. Empezó a reclamar por una remera de Violetta antes de haber escuchado alguna y fue bastante después que se tomó el laburo (el-la-bu-ro) de aprenderse algunas vía DVD pirata (en tu cara ratón mickey!). En cambio, nunca toleró la novela más de 10 minutos. Sea lo que sea que consume con Violetta, no es ni música ni una serie de televisión.

Con el otro rock supongo que pasa lo mismo ¿Era la música lo que uno empezó a escuchar? ¿Cuál es la diferencia técnica entre los redondos de los 80 y otras bandas de la época como Soda o (por dios!) Virus?

Banco mucho la decisión de Pignata de arreglar ese show.

(Al margen. Violetta es disney pero, si no me equivoco, en asociación con la productora del papá. Si eso no es exportación de valor agregado no se qué es. Cris Morena, Tinelli, 4 cabezas: "burguesía nacional" que exporta productos de alta competitividad con saldo positivo en divisas.)

Gerardo Fernández dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Gerardo Fernández dijo...

Para mí los Stones son también irrelevantes y aburridos. Coincido con tu planteo, Mariano.

El tema es que tanto esta banda como el rock son en la actualidad algo complejo de analizar. Hoy día es imposible hallar diferencias entre una banda de rock y un artista pop: suenan igual y tocan lo mismo, con la única diferencia que la banda de rock y su público se creen distintos y antisistema mientras que el artista pop, no.

Es que el rock es en sí mismo una gran confusión que ha contribuido a crear uno de las falacias más perjudiciales para la música popular: la creencia de que, ponele, un grupo de folklore será más "copado", más vanguardista o más sofisticado si introduce cosas del rock. En realidad, más allá de esa ropa y esa postura tipo Paolo el rockero, el rock como música es algo verdaderamente pobre pero hay gente que se creyó que si una agrupación de folklore argentino, tango, Candombe o ritmos negros del Perú suma cosas del rock asciende un peldaño en calidad musical cuando, la verdad, no hay ejemplos que mostrar (Rodolfo Mederos con su Generación Cero de mediados de los setenta es el ejemplo inverso)

En ciertos cenáculos se supone que si una determinada agrupación tiene cosas del rock es más vanguardista, Acá está el equívoco central: ligar rock con vanguardia cuando en realidad es al revés. Cuando Liliana Herrero se acercó al rock hizo cosas horripilantes (escuchar cómo asesinó al "gatito de las penas de Carnota) mientras que cuando entra en sintonía con Juán Falú, brilla.

Para finalizar: el gran inconveniente es que estas cosas se entienden cuando se han vivido muchos años y se han escuchado centenares de discos. Tienen que pasar muchos discos y recitales por la cabeza de uno para entender, entre otras cosas, que la pose no es música, pero todo esto se lo deduce con los años, es indefectible. Lo mismo que separar a músicos infernales como Spinetta del resto. Son cosas distintas...

El rock no es sofisticación instrumental y tampoco una guarimba antisistema, pero mi hijo no lo acepta: necesita creer lo contrario...

Mariano Grimoldi dijo...

Agradezco los valiosos comentarios.
Saludos