martes, 10 de abril de 2012

Soja

El precio internacional de la soja viene en una performace persistentemente ascendente desde hace unos meses.
La tonelada disponible en el mercado de Chicago supera hoy los U$D 520.

Se insiste largamente con la importancia que este dato tiene para el desenvolvimiento de la economía argentina. Sobre todo, con las consecuencias positivas (el "viento de cola"). Las negativas (que también las hay) suelen presentarse más esquivas a la curiosidad de los aficionados.

La cuestión es que la tonelada de soja no escapa a una característica coyuntural de los mercados internacionales (que sin embargo ya lleva tanto tiempo que puede sugerir que adquirió carácter permanente): los altos precios de los commodities.
El oro batió varias veces todos los récords a final del año pasado, el barril de petroleo de cualquier tipo supera o anda cerca de los 100 dólares. Etcétera.

Hay entonces un proceso de alza continua y general (con picos y descensos pequeños pero que no afectan la tendencia de la línea polinómica) de los precios de los commodities. Este proceso actuó en tándem con las políticas monetarias laxas de la FED, propiciando una devaluación encubierta del dólar con la idea de hacerle recuperar competitividad relativa a la economía norteamericana en detrimento de los países emergentes.

En ese marco operan específicamente las fuerzas que conforman cada mercado en particular. Los operadores capaces de conformar los flujos informativos que van modificando las conductas en torno de la convalidación de precios.
Para decirlo más claramente, a través de un ejemplo: el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) hace previsiones de las cantidades a cosechar en los principales países productores de determinados cultivos. En el caso de la soja, y tomando en cuenta las características climáticas de este año, ya en un par de oportunidades corrigió a la baja sus previsiones sobre las toneladas a cosechar en Argentina y Brasil. Para Argentina el último dato publicado (previsto, repito, previsto por el USDA) es de 45 millones de toneladas, unos millones por debajo de la campaña anterior.
Estos números tienen efecto directo, decíamos, sobre las conductas de los agentes en el mercado. Los chinos, por ejemplo, se desesperan y salen a asegurarse posiciones. Los precios suben y afectan a los disponibles remanentes de la campaña anterior en el hemisferio norte.

Yo, que no tengo nada ni que ganar ni que perder en todo esto, no me arriesgaría a tomar al pie de la letra, como si fuera palabra santa, las recomendaciones encubiertas del USDA.

3 comentarios:

Alcides Acevedo dijo...

La política monetaria de la FED (y del resto de los países desarrollados) no sólo hizo subir el precio de los commodities por depreciación del dólar, la liquidez resultante se canalizó a través de los fondos de inversión hacia los mercados de materias primas.

No olvidarlo, es la lectura correcta del viento de cola: aumento del precio de las exportaciones argentina y apreciación del Real brasilero.

Ya le queada poco tiempo a la mentira, es el salto del "gato muerto"...

Udi dijo...

Hay que estar muy ideologizado para tomar al gas por la materia en descomposición, eh !

La política monetaria de la FED lo que viene a hacer es reflejar la baja productividad de la economía de EEUU. Inyecta liquidez para rebajar el salario y mediante esta devaluación recuperar parte de la competitividad perdida.
Después, en un nuevo escenario de dólar debilitado los agentes económicos tratarán de hacer lo que mejor puedan. Operar con los "futuros" de la commodities, por ejemplo.
El déficit de la balanza comercial y de pagos de los EEUU refleja eso, desde hace casi 2 décadas.
En el medio sostuvo el precio del dólar aspirando inversiones financieras de todo el mundo.
Bush se dió cuenta de eso y aplicó una variante de las recomendaciones de Keynes. El poder de compra del estado dirigido a la industria armamentística y destrucción de los productos de esa industria en guerras por el control de los flujos mundiales de petróleo.
La orden de invasión a Irak no se dió en el pentágono, la firmaron los alemanes cuando empezaron a pagarle a Saddam en euros.
En fin, la metonimia parece ser muy típica entre los librales siglo XXI.

Saludos Mariano !!!

el pincha dijo...

clarisimo, colabora para desovillar un poco todo eso...