martes, 31 de julio de 2012

La descapitalización del FGS


Mientras los talibanes anti-k pierden la compostura abocados a la tarea de denostar a Víctor Hugo Morales, haciendo un equilibrio inmenso para no abandonar nunca la pose de víctimas de la persecución del régimen, prestan parte de su espacio (limitado por la censura dictatorial) a la concurrencia de economistas ortodoxos, que critican el manejo de los recursos que componen el fondo de garantía del sistema jubilatorio.

Es lógico, saben que la administración más o menos libre de ese fondo es una palanca a anular para dejar al estado más a merced del "viento" (que, lamentablemente para ellos, volvería pronto a ser de cola, con lo cual tal vez ni siquiera el improbable éxito en su tarea les alcance).

Uno de estos economistas, subrepticiamente devenido ortodoxo es Claudio Lozano, quién anduvo cuestionando los parámetros de crecimiento del FGS. Dice Lozano, en línea con la posición editorial del informe en el que participó, que mientras el FGS aumentó anualmente en 2011 un 12/13% la inflación fue de 23/24%, lo cual hace que el FGS se descapitalice, ya que su incremento en términos nominales se transforma en negativo en términos reales. Es algo bastante parecido a lo que le pasa a cualquiera que tiene un ahorro y lo pone en un plazo fijo, digamos. Parte de un elemento estructural de un modelo económico que resigna algún beneficio en pos de otros (como ocurre con cualquier administración económica).

Sin embargo, es un punto central para señalar acusatoriamente, tratándose de la fundamentación de quien hasta hace poco sostenía que los excedentes de la renta del FGS no aplicados al pago de AUH debían sustraerse de la capitalización del mismo para pagar el 82% móvil (sumado a otros recursos de improbable obtención, pero bueno, ese es otro tema).
Digamos que esta nueva pose de banquero que sostiene que hay que sentarse sobre el stock, en lugar de ponerlo a reproducir flujos de ingreso tiene aristas interesantes para observar.

Ya dijimos varias veces que el sistema jubilatorio funciona a través de la complementación entre el stock de reservas y el flujo mensual de ingresos. En este sentido, la ANSeS ha dispuesto poner parte del stock de reserva a fomentar actividad económica, resignando una parte del retorno directo de la inversión, pero a sabiendas de que ese retorno se complementaría con incrementos de flujo.

Así funciona con los créditos para la construcción de viviendas. El retorno directo es negativo. oscila entre 2 y 14% de interés. Pero genera empleo registrado, que deviene en descuentos salariales, aportes y contribuciones patronales. Y en una segunda oleada indirecta incorpora al consumo a personas desempleadas, o les mejora los ingresos, de modo que esto también deviene en más flujo para ANSeS, que recibiría parte de lo recaudado por IVA, tanto por el consumo de las familias con ingreso como por las compras-ventas de materiales de construcción, etc.

Esta postura obviamente concluye en un incremento proporcionalmente mayor del flujo de ingresos de ANSeS (que es con lo que se pagan las jubilaciones), en detrimento de la capitalización del FGS, que es un ahorro de reserva.

Ahora bien, para que el fondo de reserva no se descapitalice (como parece pretender Lozano) sería necesario cambiar la concepción.
Poner el énfasis en el retorno directo de las inversiones del FGS. Y dejar de utilizarlo en el pago de AUH, por ejemplo (ni hablar de patinarse el fondo como alguna vez propusieron, en pagar los juicios y el 82% móvil durante un par de años y después vemos).

Trasladado al sentido común. Supongamos una actividad comercial que genera un ingreso. Su dueño tiene un ahorro. En lugar de usarlo para invertir y mejorar las condiciones de su negocio, generándole más ingresos, se preocupa por mantener actualizado el ahorro, guardado en una cuenta en un banco.
Lógicamente, en el sistema jubilatorio las cosas no son tan sencillas, pero sirve un poco para ver por qué Kicillof (líder de la rama judía marxista falopera y saca-presos del kirchnerismo) se sacó el dedo de la boca para decir que los que no querían que ANSeS invirtiera en viviendas eran reaccionarios. Y conservadores.

Por ejemplo, una inversión con un retorno mucho mayor, que no descapitalizaría al FGS podría haber sido la compra de BODEN 2015. Un bono del estado, en dólares, que paga 7% de interés anual (en dos pagos semestrales), que amortiza el capital completo al final, y cuya cotización aumentó en pesos un 26% en lo que va del año. La contra que tiene es que son bonos del estado, y la persecución policíaca sobre las inversiones de ANSeS no se priva de señalar que el FGS "financia al estado" con los bonos de deuda que tiene, y con los plazos fijos que metió en el Nación. Igualmente, a pesar de que a Lozano tal vez no le guste mucho esta alternativa de inversión, sí se la recomendamos (igual que el BONAR 2017) a los que metieron los dólares en una caja de seguridad, que sale cada vez más cara, o los tienen abajo del colchón después de haberlos comprado en una cueva a 6,70. Lamentamos decirles, de todos modos, que el mejor momento para invertir en estos instrumentos ya pasó, pero todavía están a tiempo de hacerlos rendir un poco.

Otra alternativa, para no descapitalizar las reservas del sistema, sería tal vez comprar acciones de EDESUR, especulando con que el estado la rescate. O de Pampa Holding, o alguna otra empresa del sector energético, para aprovechar los beneficios de un aumento de tarifas por el cual se hace lobby constante. Inversiones mucho "mejores" para no descapitalizar al FGS, que prestarle plata al 2 o al 14% a gente sin techo propio para que se compre la casa y que a su vez le de empleo formal a otra gente.

Es que, viste? yo te acepto que hay que tratar de paliar las necesidades y fomentar la actividad y el desarrollo. Pero la prioridad es que no se me descapitalice el ahorro.

lunes, 30 de julio de 2012

Los jubilados, cada vez con más plata


En un sorpresivo giro en cuanto a su postura en materia previsional, Ismael Bermúdez abandona hoy su preocupación porque la ANSeS abone los juicios pendientes a jubilados que cobran haberes muy superiores a los mínimos.
El pedido de pago del 82% móvil, con intención oculta de moderar el incremento del salario mínimo más que de subir las jubilaciones, ya había sido abandonado con anterioridad.

Un nuevo giro, entonces, hacia posturas ortodoxas llevan a Ismael Bermúdez a preocuparse ahora por incrementar las reservas del sistema, y ya no por aumentar el gasto previsional.

Dice que el Fondo de Garantía y Sustentabilidad (FGS) de ANSeS no alcanzaría para cubrir las obligaciones de un año completo de ANSeS.
Lo hace tomando números ciertamente arbitrarios. Porque toma el valor del FGS a fin del año pasado (sin contar la evolución que hasta aquí tuvo la valuación técnica de los activos que lo componen, ni los excedentes de rentas no aplicadas al pago de AUH). Y, para dar cuenta de las obligaciones de ANSeS, toma datos del presupuesto, que no equivalen a la realidad, ya que se trata de una estimación que no contempla los números exactos de aumento de haberes por ley de movilidad, por ejemplo. En este caso, bien señala Bermúdez, los datos del presupuesto suelen subestimar los datos reales.
Por esto, si bien el número de diferencia entre uno y otro, 18.568 millones de pesos, es arbitrario, digamos que describe bien la tendencia real.
La reserva del sistema, el ahorro, (FGS) tiende a caer en términos reales, si tomamos como parámetro los flujos de caja de ANSeS.

Por eso digo, si la preocupación pasa por la caída en términos reales del FGS, en comparación con los pagos de haberes, si los haberes se aumentaran, o se usara parte del FGS para pagar los juicios, como pedía Bermúdez hace dos diarios, la caída real del FGS sería mucho mayor a la que hoy lamenta.
El que te quiere pegar por izquierda y derecha al mismo tiempo, se enreda con las dos y se cae al piso.

Pero no tenemos que olvidarnos que estamos haciendo (Bermúdez está haciendo) una estimación aproximada, que sirve más como dato ilustrativo que para sacar granes conclusiones respecto de la sustentabilidad del sistema. Porque lo que define la situación de capacidad de pago es el flujo de caja. Que se compone de egresos, y también de ingresos (descuentos salariales, aportes y contrubuciones patronales y recursos tributarios, etc.).
Y los ingresos de ANSeS (que aumentan en porcentajes similares a las obligaciones) no son tomados en cuenta por Bermúdez. Pero podemos adelantarle, Señor Bermúdez, que no debería preocuparse, ya que el Gobierno maneja esta cuenta con el mismo criterio ortodoxo que usted reclama, de modo que los superávit de caja mensuales tienden a crecer. Así que no se preocupe por la comparación con las cajas previsionales de otras épocas y deje a Machinea y Centrángolo para citarlos en otro momento.

Para terminar, no hay que dejar de hacer hincapié en un olvido de Bermúdez. Si el FGS pierde valor en relación a las obligaciones de ANSeS, no es solo porque recupera inversiones con tasas inferiores a la inflación real, sino también porque las obligaciones del organismo, principalmente las jubilaciones, suben anualmente por encima de la inflación real. No la del INDEC, sino la que mide esa gran combatiente previsionalista, la diputada vaya a saber de qué partido, la señora Patricia Bullrich,

domingo, 29 de julio de 2012

Brasil y su mercado de cambios recontra libre, para "ayudar a turistas"


Brasil liberaliza su mercado cambiario. Qué contraste con la Argentina!

Ni bien empezamos a ver un poquito la cosa nos daremos cuenta que tal liberalización no es tan extrema. Y que está dentro de la lógica de las perspectivas que se manejan para el futuro relativamente próximo en la economía mundial.

Los cajeros automáticos van a vender y comprar dólares, y por una modificación en los requisitos, podrán operar como agentes de cambio (es decir, poseer estos cajeros automáticos) entidades comerciales, y arbitrar a través de ellos los beneficios de la actividad cambiaria.
En lo discursivo, la justificación de la medida pasa por facilitarle la tarea a los turistas.

Pero, la verdad es que los turistas, más que demandar divisas lo que hacen continuamente es ofrecerlas, a cambio de moneda de curso local. En el caso brasilero, reales.
El periodista que firma la nota citada de Clarín, señala con perspicacia que hoy los argentinos que viajan a Brasil pueden hacerlo con pesos, y cambiarlos por reales allá. Ante la novedosa facilidad para acceder a dólares en Brasil, se sugiere que el Gobierno argentino podría llegar a tomar alguna medida restrictiva en este aspecto. ¿Qué aspecto? ¿Viajar con pesos a Brasil, y cambiarlos por reales o dólares allá? La única medida restrictiva que podría tomarse contra eso es prohibir los viajes. Cristina no tiene injerencia sobre la política cambiaria brasilera.
No sé, no veo a Cristina muy preocupada por la oferta de dólares en el mercado brasilero. En todo caso, hasta podría funcionar como una absorción de pesos barata, y sin comprometer la disponibilidad de divisas en el mercado interno. Todo esto sin contar el extremo fantaseo que significa pensar en un aumento del turismo desde Argentina a Brasil para comprar dólares y volver.

Pero volvamos a la liberalización cambiaria de los vecinos. A pesar de la justificación turística señalada, la verdad pasa por otro lado. Porque decíamos, los turistas venden divisas y compran moneda local, y no viceversa. En Argentina, sin ir más lejos, no hay ninguna restricción a la venta de dólares a cambio de pesos en el mercado oficial (es decir, a un banco o a una casa de cambio). Lo que está limitada es la compra por parte de particulares.
Operación que en breve en Brasil estará permitido hacerla en cajeros automáticos. Pero con una tarjeta especial personal, que le permita a la autoridad monetaria hacer un seguimiento de las operaciones (ven que tampoco es el summum de la liberalización).

Igualmente, el tema pasa justamente, porque la autoridad monetaria brasilera estaría necesitando en el corto plazo una "argentinización" del comportamiento demandante de divisas de sus ahorristas, de modo de absorber lo que se vislumbra como una sobre oferta de dólares en los países emergentes, para los próximos meses (desde finales de este año). Porque le temen a una nueva escalada de apreciación cambiaria, de la que zafaron este año por los mismos motivos por los cuales los argentinos vivimos presiones cambiarias al alza que, sumadas a algunas características propias estructurales y coyunturales, obligaron a tomar medidas para cuidar los dólares.

Les auguramos, a nuestros queridos vecinos, poco éxito en la tarea, porque así como "no se puede pesificar la economía de prepo", calculamos que tampoco se puede dolarizarla.
Y, la verdad, no es que uno le desee el mal a nadie, pero a nosotros nos conviene que la moneda se  les vuelva a apreciar un poco.

viernes, 27 de julio de 2012

Pronóstico

Baja el dólar blú, dice Ámbito financiero.
Y a continuación nos da otra noticia: se aprecia el Real .

Creo no equivocarme si digo que nos soprenderíamos bastante de ver la correspondencia (a escala) entre la evolución de la cotización paralela del dólar informal en Buenos Aires, y la cotización del Real contra el Dólar. Con tendencias muy similares.

Si las previsiones no fallan, hacia el año que viene se daría un proceso de revaluación de las monedas emergentes. Nuestro dólar paralelo, como no es administrado, a pesar de ser un mercado muy chiquito seguiría también esta tendencia.
Con una pequeña aceleración de la devaluación del dólar oficial, se daría una convergencia a un nivel muy beneficioso para la competitividad de nuestros exportadores, en relación con los brasileros, por ejemplo.

Otro viento de cola, gracias a que hicimos el esfuercito de un año para no comernos el over-shooting y la volatilidad.
Veremos

jueves, 26 de julio de 2012

Moneda


La nueva preocupación de Martín Redrado y algunos otros economistas pasó a ser el porcentaje de los activos del BCRA que son títulos públicos. 55%. Creció bastante. Tremendo, eh.
Unos fenómenos los tipos, cómo hicieron para avivarse de tal secreto es una gran incógnita.

Digamos que ni los bonos del estado que cotizan en los mercados secundarios, ni los adelantos transitorios, ni las letras intransferibles se computan como parte de las reservas (que son otros activos del BCRA).
Lo que vienen a señalar es una cuestión de agregados monetarios, que estaba bien clara por ejemplo cuando se reformó la Carta orgánica del banco, pero aún desde antes, y que afecta en el recontra gastado tema del traspaso a precios de la laxitud monetaria. Ninguna novedad. Solamente la necesidad de darle un toque vedeteril a las declaraciones aburridas de un economista que habla sobre política monetaria.

Respecto de esto, la presidenta ayer presentó el billete con la imagen de Evita. De 100 pesos, para reemplazar a Roca.
No entiendo la tosudez de no aumentar la nominación de los billetes, dejando pasar oportunidades de que los impactos psicológicos sean menores. No es que sea una cuestión para tomar a la ligera (la de aumentar la nominación). Acá planteamos los efectos contractivos de tal acción. Que quizás serviría para paliar un poco el esfuerzo en emisión de Letras que tanto preocupa a Redrado. Pero la verdad que a esta altura es injustificable seguir con esta política de encarecimiento de la emisión, y de deterioro de la salud de la moneda.
Se dice: "no quieren convalidar que hay inflación". El tema es que no están convalidando el crecimiento del PBI, tampoco. Tenemos la misma nominación de billetes que teníamos con un PBI que era menos de la mitad del actual. Se me dirá que sin aumentos de precios, por más que crezca el PBI, no hace falta billetes más altos. Pero, ¿10 años de crecimiento con inflación 0? La inflación del INDEC en estos 10 años es de un 100% o más. Dejémosnos de joder. Tratemos de frenar un poco la velocidad de circulación de billetes en manos de los que mayor poder adquisitivo tienen, bajando el costo de la emisión. No está tan mal el ofrecimiento.



miércoles, 25 de julio de 2012

Control a las importaciones y tipo de cambio


Me voy a detener en una discusión sobre algunas políticas. Surge (la discusión) de un caso real, publicado en Artepolítica.


Empiezo con uno de los controles a las importaciones. El que consiste en pedirle al importador, a cambio de liberarle las importaciones, que registre exportaciones por igual valía.  

Así se da este caso, de una empresa nacional que compra tableros electrónicos para su emprendimiento productivo (desarrollo de soluciones de control industrial), y compensa con las exportaciones que hace una empresa algodonera, o un exportador de caracoles.

La decisión de obligar un acuerdo semejante no tiene efectos reales en la economía, ya que no incentiva mayores exportaciones, por ejemplo, ni promueve sustitución de importaciones. Es, simplemente un asiento contable.
Una de las cosas que  señalan los importadores en estas condiciones es que se les encarece en un 10% la importación, ya que esa es la comisión que cobra el exportador para "prestar" los registros de sus exportaciones.
Esta política tiene un límite innegable. No hay distribución de incentivos acorde a la necesidad de agregar valor, ni complejizar los procesos productivos. Abrochamos exportaciones de bienes primarios (o casi) con importaciones de bienes complejos.

Ahora veamos la contradicción. A este empresario lo perjudica el encarecimiento de la importación por el capricho del asiento contable. Pero, también vería con agrado una devaluación (dice que con el tipo de cambio actual su competitividad es muy limitada).
Con una devaluación acorde a la solución del dilema, el encarecimiento de esa misma importación sería mayor.

Las devaluaciones les "sirven" a las empresas cuando tienen un problema con la estructura de costos.
La mano de obra pesa en tus costos más que el resto. Hay un problema de productividad. Devaluar es bajar artificialmente el costo de mano de obra, y subir por ejemplo el costo de adquisición de insumos importados. Como lo primero pesa más que lo segundo en tu estructura de costos, tus costos relativos bajan.
Ahora, no lo veo tan claro en el caso de una empresa que confiesa que sus costos de hardware (insumos importados) son superiores a sus costos de sorftware (mano de obra).

Claro, con la devaluación también baja la capacidad de compra de bienes complejos en el mercado interno. Se desincentiva la importación por la vía de la demanda. Pero esto ya sería irnos para otro terreno.

Por estas contradicciones siempre presentes es que se puede llegar fácilmente a la conclusión de que estos temas son difíciles, vistos desde cualquier lado del mostrador.

A lo que voy en definitiva es que las políticas de control de las importaciones son una alternativa a la devaluación. Encarecer las importaciones, sin pagar el costo de devaluar. En el caso específico de esta política, hay una especie de subsidio cruzado sin la intervención directa del estado.
El importador le paga al exportador la compensación, lo cual a su vez le encarece la importación.
En qué falla? En que no soluciona  el problema de costos relativos que sí solucionaría la devaluación.

Y la empresa del ejemplo también es un exportador potencial, que necesita competitividad. Igual, hay que decir que sus competidores multinacionales (Siemmens, ABB, Schneider electric) tampoco se la llevan de arriba. Tienen DJAIs observadas, porque les cuentan las costillas para que no truchen transferencias sobrefacturando importaciones que se hacen comprándose a sí mismas, y tienen prácticamente prohibida la remesa de utilidades.
Lo que sí me extraña es que nadie le pida a una pyme nacional la presentación de un plan de negocios con alguna seriedad mayor que abrocharlo con un exportador de caracoles. Eso sí que es una falencia muy grande.

Ahora bien, por qué el Gobierno le dice no a la devaluación (o acepta una devalución nominal administrada, por debajo de la tasa de inflación). Particularmente creo, por los altos vencimientos de deuda actuales, y para evitar contracíclicamente el impacto de la revaluación del dólar a nivel mundial que se dio en el último tiempo (todas las monedas con tipo de cambio libre se devaluaron frente al dólar). En Argentina se refleja en el comportamiento del mercado del dólar paralelo.
El año que viene con vencimientos por 4,5 mil millones solamente, una mejor cosecha (sin sequía), buenos precios de maíz y soja, y un mejor desenvolvimiento de la demanda mundial, vamos a tener tendencia a la apreciación cambiaria a nivel mundial, y vamos a tener margen para acelerar la devaluación del tipo de cambio hasta converger con el paralelo (a un número menor del paralelo de hoy).
Eso significaría una devaluación frente a otras monedas competidoras con la nuestra, que flotan libremente y se comen directos los efectos de las tendencias mundiales.

martes, 24 de julio de 2012

El ajuste

"La erré por un poquito así"

Promediando el año, ya podemos hacer una evaluación más concisa respecto de los terribles ajustes que viene perpetrando la dictadura.

Ayer la señora a cargo de la Comunidad de Madrid dijo que los españoles tenían que aceptar los recortes presupuestarios porque era la única opción para no terminar como Argentina, con corralito e inflación.
Respetuosamente, el grado de desconcierto y desorientación es patológico. El corralito y la inflación son elementos de dos etapas distintas de la Argentina, que no convivieron, que fueron prácticamente uno sucedáneo del otro. La pérdida de autonomía monetaria y las políticas fiscales contractivas fueron, señora, los padres del corralito. Similar a lo de España hoy.
Las políticas cambiaria, monetaria y fiscal expansivas, en cambio, fueron los padres de la inflación argentina. Y, a su vez, de la solución al corralito (y al estancamiento depresivo del que éste era un simple emergente). Los españoles deberán elegir una de esas dos opciones. La señora, sin saberlo, apuesta por el corralito. Subrayo con énfasis el "sin saberlo".

Volvamos. Las contingencias económicas, como ser la caída en la demanda a nivel mundial, especialmente de Brasil en lo que nos afecta a nosotros, y la sequía (porque ahora todos se olvidan, tuvimos sequía la última campaña, y los precios espectaculares de los commodities agrícolas nos servirán para el año que viene de mantenerse, pero el factor climático fue adverso para la Argentina en lo que hace al presente), más la contracción de las inversiones cortoplacistas y la sobre-demanda de activos "de calidad" (el famoso "flight to quality", en el que quality equivale extrañamente a dólar) modificaron el panorama económico de los países emergentes. En este caso específico, de los sudamericanos. Argentina tiene el aditamento especial de que paga sus obligaciones externas con recursos propios, sin endeudamiento externo público. Y este año los vencimientos son altos.

La suerte de restricción externa provocada por esta tormenta perfecta fue atacada con control a las importaciones, control a la compra de dólares, y pesificación forzosa de nichos de mercado, como el inmobiliario. La caída en el nivel de actividad, más allá de la influencia que puede haber tenido alguna medida específica en algún mercado específico era una fatalidad a nivel general en estas condiciones. La opción era definir cómo se pagaba la cuenta, y de qué sectores surgirían los mayores esfuerzos.

Las reducciones en materia de gasto público no avanzaron demasiado. Y el punto a trabajar casi exclusivamente es el de la reducción de subsidios. Onerosísimos, e injustos en materia distributiva, la verdad es que se hizo una pequeñísima modificación simbólica en el esquema, con más costo político que beneficio económico. Quedan pendientes todavía las actualizaciones de asignaciones (prioridad absoluta, antes que el mínimo no imponible de ganancias). Pero el gran mérito hasta hoy es la eficacia para que no se manifieste una caída sustancial del empleo en una economía que pasa de +8 a -1 de crecimiento en menos de 6 meses.

Los ajustes en materia de actividad económica fueron selectivos y podemos decir que los más perjudicados fueron los ahorristas demandantes de dólares, que tuvieron que modificar sus objetivos de ahorro, los especuladores inmobiliarios y las grandes empresas imposibilitadas de disponer libremente de sus utilidades para remitirlas al exterior. Y la ligaron los bancos con las nuevas disposiciones que los obligan a colocar una parte muy chica de sus activos en préstamos no tan rentables. A alguien se le ocurrió la mala idea de criticar al Gobierno por esto, con esta desafortunada frase (para sus intereses políticos): "Ahora quieren que el ajuste lo hagan los bancos".

El punto al que voy es que suele decirse que en las mismas condiciones externas Brasil no tiene "cepo cambiario". Brasil, lo que no tiene, es demanda de dólares de parte de los particulares. Muy pocos ahorran en dólares en Brasil. Porque el real es una moneda fuerte y confiable. Y está bien que recalquemos esta diferencia del Real en relación al peso. El Real es una moneda fuerte. El Peso no.
Me voy a remontar a hace unos meses, cuando una devaluación del Real de más del 30% nos colocaba (según los expertos en pronósticos fallidos) fuera del mercado. Justamente, los que decían esto sugerían indirectamente que el real estaba más débil que el peso, entonces. La apreciación relativa del peso contra el real era lo que nos ponía fuera de mercado.
Está bien que reconozcamos que esto no es tan así.
Que el real sigue siendo fuerte a pesar de la devaluación brusca, que una vez superada la tormenta se tradujo en revaluación (un poco menos) brusca, y que la volatilidad del cambio nominal brasilero no nos deja afuera de nada, ni perdemos competitividad de nada. Porque al final, los que se llenan la boca hablando de la confianza de los inversores externos en Brasil, y de los brasileros en el real, son los mismos que sugieren lo contrario cuando hacen lobby a favor de una devaluación en Argentina.

Y una cosita más en relación a la pesificación forzosa del mercado inmobiliario (que es posible, que no es la muerte de nadie, y que se va a reactivar -pero sin burbujas esta vez- una vez que todos se puedan adaptar a la nueva situación, como lo hacen los constructores que venden de pozo, y para lo cual ayudaría mucho que el plan PROCREAR fuera exitoso, ya que mantendría un nivel de actividad alto ligando las transacciones a la construcción, pero reemplazando la especulación con bienes inmuebles por la inclusión al mercado de personas con necesidades habitacionales): la verdad que nuestros economistas expertos en pronósticos fallidos han operado un verdadero prodigio. Nos ganaron la batalla cultural. Convencieron a los tomadores de crédito hipotecario que la pesificación del mercado los perjudica!!! Unos genios. Debe ser el primer éxito público (privados tiene muchos) en la carrera de Prat Gay.