domingo, 21 de octubre de 2012

La Salada

Fui invitado una vez al programa de radio de Lucas Carrasco.
TT Mundial, por Radio América. De manera irreverente, Lucas me presentó como "el economista Mariano...". No lo soy.
Lo acreditan los registros de las universidades nacionales públicas o privadas de la Argentina, ninguna de las cuales ha tenido la delicadeza de extenderme título habilitante, en virtud de que no cumplí con los requisitos preestablecidos para tales fines, tales son anotarse, cursar y aprobar los exámenes de unas 50 materias.

Aquella noche (el programa se emite de lunes a jueves desde las 0 horas) Lucas abrió con un monólogo extraordinario y en cierto sentido involuntario. Fue el día de la cadena nacional por el acto de la industria, que dejó a los argentinos sin Tinelli ni Graduados.
Lucas quiso abrirme la jugada en un momento, y la verdad es que no supe bien qué decir, sentenciando de ese modo mi última participación como invitado en un programa de radio.

Lento de reacción, recién ahora me da por publicar alguna idea sobre aquel tema.
Criticaba Lucas tangencialmente la presencia en el acto de los "delincuentes" de La Salada, y quiso incentivar mi participación diciendo que esos empresarios-marginales seguramente manejaban márgenes de rentabilidad incluso superiores al de los lobbystas también presentes en el acto, en base a la explotación brutal de sus empleados (muchos de ellos no registrados).
No supe qué contestar.
No sabría qué contestar hoy. La verdad es que no tengo idea si los empresarios de la Salada manejan rentabilidades extraordinarias. Ni sé tampoco muy bien cuáles son las condiciones de contratación de sus empleados. Se me hace que se trata de un conjunto con fracturas internas de empresarios, y que las relaciones son bastante complejas y heterogéneas. Hay de todo, bah.

Lo que sí se me ocurre es que estos muchachos son para el imaginario de algunos funcionarios públicos, la proto-burguesía nacional. Esa burguesía cuya constitución mítica ha sido esperada fervorosa y vanamente por los ideólogos de una Argentina industrial. Que sin embargo no se resignan, aunqeu tal vez vaya siendo hora de que idealicen menos y asuman que tal vez esa burguesía nacional ya existe y es lo que hay.

Tienen (los empresarios de La Salada) muchos condimentos coloridos para que los coloquen en ese rol. Son de origen proletario, morochos, poco cultos, se comen las eses, tienen mucha calle y no andan con vueltas. Tienen un nivel de hipocresía bastante menor al tolerado por la media cultural de las clases medias y altas.

Esto los vuelve despreciables también para los hijos de inmigrantes, referentes de la UIA. Que no creo que se escandalicen por ciertos manejos autoritarios en la relación de explotación capital-trabajo. Aunque tal vez sí por la brutalidad de la expresión con la que intentan legitimar esos manejos y por las herramientas poco procedimentales que a veces utilizan.
Estos ex-asalariados en negro han vivido la explotación en carne propia. La procesaron, la asumieron como legítima, y aspiraron a cambiar el lado del mostrador desde el cual atender. Y lo hicieron. Conocen la brutalidad de la explotación burguesa desde el lado del explotado. Les parece bien. Y hoy, desde el lado inverso, favorable en el diferencial de poder, la ejercen con formas y expresiones que desde su conformación cultural están legitimadas. No tienen pudor.
Asumen que el empresario es un señor cuyo poder se asienta en el uso indisputable de la violencia, razón por cual el uso de la misma tiene que ser visible y lo suficientemente contundente como para no ser desafiado.

No los asusta ese rol. Saben secretamente que el poder en las relaciones socio-económicas se legitima en el temor. Y no tienen la tradición pudorosa de esconder la violencia bajo el manto de la presentabilidad del lobby y las presiones a los funcionarios de estado para que ejecuten legal y discretamente lo que "quedaría feo" hacer de forma abierta. Les falta la cintura política de la simulación, del ocultamiento, desconocen la existencia de los procesos de formación histórica de los marcos jurídicos e institucionales que (sin que lo sepan del todo) resguardan su rol y favorecen el desarrollo de sus fuentes de acumulación de capital.

Es muy difícil la toma de posición sobre estas cuestiones. Desde este blog (para no hablar de nadie antes que de mí mismo) con la misma fuerza con que se atacó algún postulado conservador del status quo se defendió algunas de las premisas institucionales que actúan como base de la reproducción del capital y el sostenimiento de los actuales patrones de distribución del producto social tendiente a no ahogar los procesos de acumulación.

Lo vemos continuamente, cuando la defensa de las leyes y la Constitución es esgrimida tanto a derecha como a izquierda, sea para resguardar privilegios de castas o para propiciar el desafío a ciertos poderes instituidos.

No nos simpatiza la Salada, del mismo modo que no nos simpatiza el capitalismo ni ninguno de los regímenes de explotación, proveedores de injusticias y desigualdades, como el comunismo realmente existente, cuyas formas de explotación han sido incluso más sanguinarias que las del capitalismo. Y somos invariablemente cómplices, defensores y legitimadores de muchas de tales cosas. La contradicción es la partera de la historia.

9 comentarios:

Charlie Boyle dijo...

Bien Mariano, arrancó calentando motores pero termina top top.
Sí, una de las riquezas del peronismo en su faceta kirchnesita es que cuestiona todo desde su escala misma de valores. Eso es muy bueno.
Alguien dijo alguna vez que la sociedad se dividía entre la burguesía dominante, mafia y pueblo llano. De acuerdo al espesor de la capa media iba a poder ocurrir el movimiento de clases. Si es muy delgada , no ataja nada, es insignificante, si es muy gorda, hay posibilidades ciertas que la mafia ase haga cargo del gobierno.
Buen post 50 materias habilita a cualquiera como economista, lo que no le da es un título

Anónimo dijo...

Mira, conociendo un poco el paño de este "capitalismo popular" me parece que en la salada como en muchos otros negocios (transporte comunitario, planes de vivienda para alojar paisanos, costruccion, etc) existe una mafia que se dedica a negrear trabajo, eludir impuestos, apretar y labar guita en por ejemplo: Cantrys propiedades en la costa, etc.
Esto tambien cuenta con el efusivo apoyo de funcionario de diversos estamentos y sindicatos que no representan a los NN.
De aca a Napoles por el Belgrano Sur.

Unknown dijo...

Maricón, ja, me gustó tu post. Ahí te llaman de la producción para invitarte de nuevo.
Abrazo.

Unknown dijo...

muy buenos los dos comentarios, además.

Alcides Acevedo dijo...

Mamita... le reconozco algo a los peronistas: su inmensa capacidad para el ridículo.
¿El autor del blog no estudió economía? no hacía falta aclaración alguna, salta a la vista... así como su gran vocación para hablar de lo que no conoce.

"La Salada" es una metáfora de la Argentina peronista, un canto a la informalidad, una expresión netamente latinoamericana.

La condición de su existencia tiene como límites la periferia del proceso económico... cualquier de atisvo de formalización llevaría a la desaparición de "La Salada".

Como sea, el sólo hecho de discutir sobre semejante porquería es una muestra cabal de cuáles han sido las consecuencias de 10 años de kirchnerismo: villas, incremento de ayudas sociales, informalidad económica total.

Bien selores K, sigan así: sigan destruyendo a la Argentina.

Mariano Grimoldi dijo...

Ojo, Alcides sabe mucho de economía.
El día que aprenda castellano nos lo va a poder demostrar.

Juan carlos Dante dijo...

estos perucas siempre metiendo al "sanguinario comunismo"
A ver, de donde sacaste que el comunismo es justo? para nada, alguna vez entendiste lo que significa "dictadura del proletariado".
Justifica el peronismo desde otro lado, o estudia "algo"

Mariano Grimoldi dijo...

Juan Carlos Dante: no entiendo bien tu comentario. Qué hice mal, aparte de no estudiar?

ari_peruca dijo...

"expresión netamente latinoamericana" juaaaaaaaaaaa q grande alcides.