miércoles, 29 de junio de 2011

La "izquierda democrática", esa que cosecha elogios en todas las asociaciones empresarias y grupos económicos de capital concentrado.


Ayer se presentó la fórmula presidencial que encabeza Binner.
Estuvo presente Solanas, quien sin embargo armó otra fórmula, en la que puso a su amiga Alcira Argumedo, que se animó al papelón que Solanas evitó pasar bajando su candidatura para refugiarse en la Ciudad.

Seguramente la voz de los asesores de campaña de Pino habrá convencido al candidato a intendente de que su "estrategia" nacional no había caído bien en su cada vez más exiguo electorado.
La aparición en el acto de Binner intente ser, tal vez, un remedo de su decisión anterior.

Según Ámbito, el candidato a presidente dijo esto:
Al revés de lo que ocurrió en la historia política reciente de nuestro país no hubo ninguna llamada de Hermes para que acomoden a tal o al otro (durante el cierre de listas).
Pensará un desprevenido que el armado de las listas surgió de una elección interna.
Pero no. No hicieron internas. Se sentaron unos tipos con papel y una lapicera y empezaron a barajar nombres. En ese contexto, la "virtud" de Binner sería, entonces, que dejó que la lista la armaran a dedo...pero no él, sino otros.

Uno entiende, por supuesto que una fuerza política intente destacar sus virtudes y fortalezas, acentuando esas fortalezas a través de su discurso. En este caso, parecen haber elegido el "civilizado consenso", a diferencia de la "rosca" a la que condescienden las demás fuerzas políticas. Sin haber hecho internas, quieren capitalizar una supuesta transparencia en la elección de los candidatos. Elegidos a dedo, igual que en las demás fuerzas.

Contrariamente, con ello, Binner consigue hacerle creer a algunos de sus interlocutores que es alguien bastante peor de lo que es en realidad.
Porque, si un candidato a presidente no tiene la motivación de querer conducir el armado de las listas (de una coalición de varios partidos, encima) e influir en las mismas, ya que de allí saldrán los nombres que conformarán los bloques legislativos que deberán defender sus iniciativas en caso de que se imponga en la elección presidencial (tal como suponemos que debería ser su voluntad) entonces no merece que se lo tome muy en serio. Ni a él, ni a la coalición que "encabeza", ni a su candidatura.

La hipotética prescindencia en el armado de listas, en todo caso, responderá a la voluntad de renovar bancas en los nombres de quienes ya las tienen. Es decir, prolongar los kioskos legislativos de los partidos que conforman la coalición.
Con este gesto, queda visible que no hay ninguna voluntad de que el acuerdo de fuerzas trascienda la mera contienda electoral próxima (perdida de antemano, según se reconoce en la misma estrategia de armado de listas).
Binner es el dirigente del frente que más mide a nivel nacional. De él se cuelgan entonces, los socialistas en Santa Fé, los radicales del GEN en Buenos Aires, los juecistas y libres del sur en Córdoba, y Lozano en Capital. Se agencian las bancas, y así tiran por otros 4 años.

No hay "escándalo" (a diferencia de lo que pasa en otros partidos, principalmente el FPV). Es legítimo que lo hagan. Pero las cosas como son. Sin verso. Por una vez en la vida.

martes, 28 de junio de 2011

Retenciones: los posibles orígenes (o no) del fin del esquema de tipo de cambio alto.


A partir de la gran repercusión que tuvo la entrada anterior (es un chiste),  me animo a proponer un ejercicio a los economistas profesionales.
Desde acá "denunciamos" siempre el error de tomar a las retenciones como una herramienta puramente fiscal.

Creíamos que la funcionalidad de las mismas estaba más emparentada con la política cambiaria (que de algún modo podría enlazarse con lo fiscal, pero en un razonamiento secundario).

Recordamos:
En el año 2008 se propone modificar el esquema de retenciones a los 4 principales productos agrícolas. De un esquema fijo a uno móvil, más parecido al que ya se empleaba para el barril de petroleo.
Podemos pensar (de hecho estamos casi obligados a hacerlo) que la propuesta de cambio de esquema (fallida al terminar mostrándose como políticamente inviable) respondía al diagnóstico de que las retenciones, tal como estaban, irían perdiendo eficacia.

Un repaso breve.

El contexto ofrece una tendencia al alza de los precios internacionales de los commodities (los agrícolas entre ellos). Esta situación se mantuvo a lo largo de varios años, salvo por la excepcionalidad del 2009.

Mientras el esquema de tipo de cambio alto, diferenciado, con la herramienta de las retenciones como mecanismo de desacople de los precios internos de las materias primas agrícolas, y por ende, con cierta devaluación artificial del valor de la tierra, funcionó eficazmente hasta 2007, ya desde ese año (y en 2008 más todavía) se empezó a ver una más constante apreciación real, con pérdida más notable de ventajas competitivas surgidas del tipo de cambio alto.

Así llegamos al día de hoy en que perdemos competitividad al ritmo que nos apreciamos, a tono con lo que ocurre en todos los países emergentes.

Sería una exageración vincular tan directamente el nivel de retenciones con el nivel cambiario.

Sin embargo, son varias las puntas a analizar, que tienen algún tipo de relación con la ineficacia (o eficacia parcial) en la que incurre el esquema desde 2008.
La cuestión fiscal, por ejemplo. Y la cuasi-fiscal.

La mayor recaudación proporcional por vía de retenciones, por caso, hubiese permitido continuar tal vez con un mecanismo que se terminó por abandonar: el auxilio fiscal de absorción monetaria.

El tema es así: con fuerte oferta de dólares, el BCRA compraba, para mantener el tipo de cambio nominal. Esos pesos que liberaba significaban una expansión monetaria que, multiplicador mediante, podía terminar con apreciación real vía inflación. Para evitarlo, el Central absorbía liquidez colocando Letras y Notas en los bancos. Les sacaba pesos líquidos, y les daba un papel que quedaba inmovilizado por un período corto.

Para que este esquema no llegara tan rápido a un límite, el Estado podía colaborar con el Central. Ahorraba, mantenía un alto superávit fiscal primario, y con esos pesos ahorrados salía al mercado a comprar dólares para cancelar deuda externa. O sea, absorbía parte de la expansión monetaria resultante de mantener alto el tipo de cambio.
Al mismo tiempo que el Estado se desendeudaba, el Central formaba un stock anticíclico: el crecimiento de las reservas.

Sea por lo que pasó con la 125 o por lo que fuera, temporalmente hay coincidencia relativa en el abandono de este auxilio fiscal.
Que tiene un condimento extra: la coparticipación de una parte de lo retenido por soja.

Y que además derivó otro elemento, a posteriori, que volvió a modificar parcialmente el esquema original: el pago de deuda con reservas. Unos 14 mil millones de dólares bianuales que el Central no atesoró como reservas, y que son los que hacen que el nivel de las mismas no muestre diferencias sustanciales con el de hace dos años.

En definitiva, la hipótesis de trabajo propuesta a los economistas profesionales es buscar la correspondencia probable entre la imposibilidad de modificar retenciones, y la aceleración de la apreciación cambiaria.

Nótese que digo apreciación cambiaria y no inflación (que es la forma más significativa que en Argentina adoptó la apreciación), ya que de última la inflación pudo haberse evitado o controlado con políticas ortodoxas (como en Brasil y en Uruguay, que sin embargo se comen igual una flor de apreciación), que se eludieron ex-profeso por motivos que no vale la pena reiterar acá.

Por todo esto, además, prefiero la sinceridad políticamente inconveniente (quizá) de la frase que abre el post, antes que la ingenuidad igualmente estéril de hablar de la construcción de escuelas y hospitales.

domingo, 26 de junio de 2011

La desigual estructura socio-económica de la Argentina

Los remanentes de ciertas disputas políticas y económicas, con la formulación de clivajes como campo-industria, producción primaria-valor agregado, y demás cuestiones, algunas aprovechables y otras no, permite siempre que volvamos a revisar ideas con el fin de ordenarlas, en un primer paso, pero también con la necesidad de ir disolviendo preconceptos que pecan, muchas veces, de falsos, y se vuelven contra las más nobles intenciones.

La Argentina cuenta, como base productiva, con un agro muy competitivo con el resto del mundo, y en términos relativos con una competitividad muy superior a la media de la productividad de las distintas actividades nacionales.
Como cimiento fundamental de esta competitividad se encuentra la dotación natural de recursos que favorece el desarrollo del sector: amplias superficies cultivables que permiten desarrollar escalas óptimas de producción, suelos ricos en nutrientes muy productivos, clima óptimo.
Todas cuestiones naturales, que exceden la capacidad productiva de sus propietarios o de los propietarios de los bienes de producción (y por ello del fruto de la producción).

Ahora bien, también hay que decir que en la actualidad y desde hace unas décadas, los desarrollos tecnológicos juegan un rol fundamental en la obtención de ventajas comparativas para el sector.
Así, la biotecnología y la producción de bienes de capital se convierten en actividades de altísimo valor agregado que aportan elementos sustanciales en la obtención de competitividad agrícola.
Aún así, estos elementos no serían lo rendidores que son sin la dotación de recursos naturales que mencionábamos antes.

Tenemos entonces, en el sector agrícola, la única experiencia nacional tal vez, de proto-integración productiva, en la que distintas actividades con alto valor agregado conforman una cadena de valor. La metalurgia, la metalmecánica y la biotecnología son pilares de esta cadena de valor, cuyo desarrollo podemos observar claramente en la región norte de la PBA, sur de Santa Fe, y sudeste cordobés: la zona núcleo.
También destacamos como actividades importantes en torno de esta cadena la comercial, la financiera y la construcción (en cuanto a ampliación de terminales portuarias y plantas de almacenamiento de mercaderías, y también de oficinas y departamentos en las sedes portuarias).

El tema está, primero, en que este modelo de integración productiva coloca a las actividades con mayor valor agregado en rol de auxiliares de la actividad principal en materia de aporte y generación de divisas, que es la exportación de materias primas agrícolas o con baja elaboración como los aceites.
Lo cual redunda, a su vez, en una especialización en la producción de materias primas que hace depender el ingreso de divisas a la Nación de la volatilidad relativa de los precios. Los famosos términos de intercambio. Altos precios de la soja, todo bien. Baja la soja, a agarrarse fuerte que nos hundimos. Mucha exposición a la tristemente célebre restricción externa.

Y en segundo lugar, vemos que el modelo reproduce la estructura socio-económica desigual, con centro portuario, y con una organización infraestructural de la Argentina centrada en la actividad portuaria y un crecimiento altamente desequilibrado.
Bolsones de riqueza nucleares, con regiones periféricas (cercanas y lejanas al centro) de pobreza y sin la posibilidad de encontrar un patrón productivo que les permita eludir el atraso.

Es decir, las "excelentes oportunidades que nos brinda el mundo", de "abastecerlo con lo que nosotros producimos" a altos precios, frases reconocibles en varios discursos políticos, no son otra cosa que la profundización de un modelo de estructuración socio-económica desigual y principalmente de atraso, que con coyunturales contramarchas lleva 200 años de vigencia, como mínimo.
Y que es necesario corregir (y no profundizar) para lograr un crecimiento equilibrado entre las distintas regiones y de integración productiva pensado en la diversificación, para evitar la dependencia, tanto de lo producido como de los mercados a abastecer.

Pero, atentos, porque el modelo agrícola tiene muchos aspectos para enseñar cómo conviene conformar una cadena de valor.

La pelea por la renta del sector, por la apropiación de la misma y su utilización con qué fines continuará siendo uno de los elementos centrales del acontecer político nacional, por unos cuantos años, si se termina imponiendo la agenda de la necesidad de ampliar la base productiva argentina.

viernes, 24 de junio de 2011

Algunas especulaciones, casi lúdicas, sobre el vice


Mañana se anunciaría, recién, quién será candidato a vice con Cristina. Anoche, con Felipe, conversábamos algunas cosas sobre este tema.

Nombres arrojados a la marchanta hubo un montón.
Lo interesante, tal vez, es intentar dilucidar los distintos perfiles, a partir de las características personales de los candidatos.

Estaban los casos de juventud, no solamente por edad, sino por corta carrera política (y algún ascenso meteórico): incluímos acá a Abal Medina, en rol estelar; y también a Boudou.
No aportan votos propios. Recogen adherentes por su cercanía a Cristina. Una casi protectora.
Una fórmula así, se asemejaría estructuralmente a la del partido de Carrió: la jefa (madre) llevando de la mano a un "pollo". Un "padrinazgo", para que sirva, tiene que darse con mayor sutileza. No en la conformación de una fórmula.
Tanto AM como AB, seguramente obtendrán algún lugar destacado que les permitirá crecer (si hacen las cosas bien). Un cargo ejecutivo como el que tiene actualmente Abal Medina es muy interesante como herramienta para el crecimiento futuro.
Boudou, en cambio, con el primer lugar en la lista de diputados nacionales por la CABA andaría bien. Sobre todo si Filmus pierde. Porque tendría la oportunidad ideal para convertirse en principal referente local del espacio político que integra (a medio construir y al que habría que cuidar para que no se dilapide con el inevitable fin futuro del kirchnerismo).

Otro nombre: Alicia Kirchner.
Inviable por muchos motivos. Pan con pan.
Hasta el apellido repetirían.

Otros que se mencionaron muchas veces: Urribarri, Urtubey, Capitanich. Antes Alperovich, o Gioja.
Representan el poder territorial del peronismo, en contraposición con los antes nombrados, exponentes del "implantamiento" (imagen que en cierto modo arrastra un poco Cristina, ya).
Entonces, un "territorial" sería un buen complemento, que aglutinaría voluntades peronistas que de no ser contenidas de esta forma correrían riesgo de tornarse díscolas.
En virtud de su incontrastable lealtad y su proyección presidenciable por capacidad y juventud, Capitanich se imponía en esta mini-contienda amistosa.
Justamente esto último (su proyección presidenciable) tal vez fue su peor debilidad. Es futura competencia de alguno con condiciones como para que su voz sea escuchada.
Hoy anunció que se tira a la reelección en Chaco (territorio que, por otro lado, sin su figura como candidato se podría haber perdido, aunque al ser conjunta la elección, su nombre en la boleta como vicepresidente hubiese traccionado).

Está el caso de Zamora. Un territorial, pero radical. Como Cobos. A favor de él: una experiencia como la de Cobos podría preverse que se da una vez cada mil años ( o más). Y ya ocurrió. Poca probabilidad de repetición.
Igual sería casi imposible. La estrategia de constituir fórmula con un radical (podríamos ampliar tal vez a extra-partidario) está "quemada". Ya no aporta votos radicales (en el caso de Zamora).

Un nombre que dio vueltas fue el de Nicolás Fernández. Se trataría de un giro demasiado claro hacia el "provincianismo". Para alguien que no se beneficia en nada de seguir alimentando la deformada imagen atribuida de "cerrazón" no resultaría conveniente.

Hay otros dos, sin embargo, que no han sido mencionados por nadie seriamente, pero a mí no me parecerían ideas descabelladas: uno es Taiana. Una figura más valorada por el aporte desde el plano intelectual que pudiera hacer (similar a Zaffaroni, digamos).

El otro, Pichetto. Que si bien no maneja un territorio su trayectoria política es muy respetada. Tal vez le juega en contra su ligazón noventista al menemismo (no mayor a la que se pudiera esperar de cualquier dirigente orgánico, pero en su caso se le factura mucho).
Suma por varios aspectos. Una imagen agradable (hablo de estética, "da bien" en la tele); una carrera política muy respetada en el partido, conocimiento cabal del funcionamiento formal e informal del Congreso, no sería "vetado" por presidenciable, garantía innegable de lealtad absoluta, aporta una sensación de seriedad ante la amenaza de "desbordes" populistas.

Mañana, entonces, podremos conocer la decisión final.

jueves, 23 de junio de 2011

La banca


Se necesita un psicólogo para entender a Pino.

Así lo entiende la diputada Victoria Donda, reciente ex-aliada de Solanas, hoy sumada junto con su agrupación Libres del Sur al Frente Amplio Porgresista, de Binner, Stolbizer y Juez.

En su presencia de ayer en el programa JPV, sin embargo, dijo algunas cosas más, respecto del armado del que su fuerza forma parte hoy.

Específicamente, cuando se le consultó sobre las diferencias que se habían manifestado durante su desempeño legislativo con el comportamiento de otros referentes del Frente, como Stolbizer y Morandini (candidatas a gobernadora de PBA y vice-presidenta, respectivamente) dijo, palabras más, palabras menos, que se discutían internamente y se intentaba arribar a una síntesis, y si no se podía sintetizar, entonces cada cual votaría lo que le parecía.

En esta frase, entonces, se condensan algunos otros datos:

-El primero es casi una obviedad. El Frente Progresista no está interesado ni prevé la posibilidad de gobernar. Porque es sabido que para hacerlo se necesita contar con un bloque legislativo más o menos homogeneo que permita llevar a adelante en el Congreso la defensa de las propuestas del Ejecutivo. Para empezar.

-El segundo, es también una obviedad, pero que se la intenta ocultar con mucho rigor. El armado del FAP responde a la voluntad de renovar bancas por parte de gente que difícilmente pudiera hacerlo en otras condiciones.
O sea, Victoria Donda, después de haber obtenido su banca por compartir lista con Cristina, Scioli y Díaz Bancalari, y haberse alejado del kirchnerismo para la misma época que lo hacían otros compañeros de lista como Graciela Camaño y Felipe Solá, al ver que el PJ recuperaba espacios en el armado del FPV y que por ello a Libres del Sur,  fuerza insignificante en términos electorales, le iba a resultar muy difícil colar nombres en listas futuras, decidió que las diferencias con Morandini se pueden llegar a "sintetizar", pero con sus ex-compañeros del FPV son irreconciliables.

Un ejemplo de consecuencia ideológica: agarremos una banca, y después vemos.

El "milagro" o el peligro


Lo que en términos futbolísticos parecía imposible hace apenas 3 meses, hoy está casi consumado.
Un milagro evitaría que River descendiera.

Me pregunto si a alguien se le ocurrió tomar precauciones sobre las consecuencias que tal cosa podría traer.
Ayer, promediando el 2º tiempo, entraron a la cancha varios hinchas de River. No cagaron a trompadas a algunos jugadores porque no quisieron. Es la realidad. Recordemos: algunos jugadores de River son chicos de 19 o 20 años.

Creo que no exagero si digo que podríamos esperar en estos días una "visita" (de las habituales) a la concentración.
Imaginar la cancha de River el domingo, a los (digamos) 30 minutos del 2º tiempo con un resultado adverso para el local (un empate), es casi de inmediata asociación con el quilombo. Con el partido que no termina. Con un final de violencia. Destrozos. Corridas. Tal vez más.
Pasó en Chicago-Tigre. Un club que de 90 años de historia se pasó 80 en la primera B, cuando le tocó descender su "hinchada" provocó un desastre. Con muertes.

Esta situación es peor. En cuanto a lo amenazante.
No aprendimos a darnos cuenta que seguir exacerbando la pavada esa de la "pasión del hincha" puede ser peligroso. Muy peligroso. ¿O alguien se extrañaría de que a algún loquito ("hincha pasional") se le ocurra amenazar de muerte a alguno de los jugadores de River, si se consuma el descenso? A mí, particularmente, no me sorprendería eso ni alguna otra cosa más drástica.

Me asombra ver incluso, como gente de pensamiento progresista o de izquierda, en este tema se vuelve duramente "esencialista". Los sudamericanos vivimos el fútbol con mucha pasión, se dice. Como si eso formara parte de la esencia nuestra. Lo traemos en la sangre antes de nacer, parece, y no forma parte de una construcción histórica de sentido común.

Y entonces en nada incide que cuando termina el partido le pongamos micrófonos a los hinchas para que manifiesten su protagonismo. Nada tiene que ver que a alguien se le ocurra decir que para un hincha de River jugar la Promoción es tan anti-natural como la muerte de un hijo (no es para agarrársela solamente con el que lo dijo, porque la verdad es que la frase no desentona con el contexto).
A nadie, parece, se le ocurre pensar que en ciertas cabezas, si "le matan a un hijo", le justifican el "ojo por ojo, diente por diente". Y pueden pasar de la metáfora al hecho.

Desconozco si alguien lo habrá pensado así, pero acontecimientos como un descenso de un club como River, dentro de esta situación de locura naturalizada que implica que los resultados futbolísticos sean tan importantes en la conformación del entramado social, nos pone al borde de una situación crítica.

Uno de esos hechos que determinan que pueda pasar lo imprevisible. No habría que subestimarlo. Porque aunque parezca exagerado puede ser puesta en juego la paz social. Al menos por unas horas.

miércoles, 22 de junio de 2011

La sobrevaloración del Debate.

El Debate:

Acontecimiento político, que en el plano discursivo, conceptual, del relato, adquiere unas características que en la realidad material no se consiguen.
Queda bien decir que tiene que haber "debate". De ideas, para más datos, en lo que sería casi una redundancia, no?

En esta valoración de los debates, o más aún, en esta instalación de la "necesidad" de que haya debates, hay una rémora de cierto discurso "institucionalista" berreta. Quiero decir: de aquellos que aluden a instituciones cuyo funcionamiento y conformación histórica desconocen.
Ese cúmulo de frases hechas desde las que se administra la elaboración de un sentido común según el cual "nuestra democracia no está lo suficientemente madura", y por ello no tenemos una "cultura política" como la que tienen otros países, "serios".
La referencia a los "países serios", aunque a veces implícita, es omnipresente. Son una especie de "deber ser" (los "países serios"), con el cual inevitablemente compararnos para comprobar, una vez más, que tenemos que mejorar. Y mucho.

Este significante ("países serios"), además, requiere de cierta indefinición para ser verdaderamente fértil. Uno lo puede llenar, no digamos a su antojo, pero, respetando ciertos parámetros (tirando a triviales) con contenidos de distinta índole. Para algunos la referencia remite invariablemente a EEUU. Para otros Europa central (Francia y Alemania). En otros ámbitos, a los escandinavos no hay con qué darles.

Terminada la digresión, volvemos. Al Debate (con mayúsculas, y entonación afectada). De Ideas.

La necesidad de armar un Debate, en el que los distintos postulantes "confronten ideas", de "manera ordenada", con moderador, remite indefectiblemente a uno de los lugares comunes preferidos de nuestros analistas políticos: "el fortalecimiento de las instituciones de la democracia". En este caso puntual: las elecciones. Por ahí único elemento distintivo, claro, preciso (me parece a mí, polémico como soy), de lo que es un sistema democrático. Burgués.

Esos shows televisivos resultantes, de alta cotización del segundo publicitario (aunque de rating discreto, pero para público "calificado", cultural y económicamente hablando, que en el capitalismo es casi lo mismo) son defendidos porque permiten que los candidatos exhiban su oferta ante los votantes. De modo que aún después de concluido el Debate, los espectadores quedan obligados a tomarse (o al menos a declarar que lo hicieron) unos días para "analizar las propuestas" de los distintos candidatos y así definir a cuál votar. Es el "deber cívico", del "hombre politizado". Que mira Debates.

Entiendo (desde mi pobreza conceptual) que el reino del "Debate" es indefectiblemente desideologizado. Ver cuál es el tenor de los "debates" y qué países destacan por su organización, ayuda, tal vez, a coincidir con esta apreciación. Lanzada a la marchanta, en realidad. Sin análisis previo.

Es común, incluso, escuchar algunas típicas descalificaciones a los Debates. Con frases (creo recordar, precariamente) como: "no sirvió para sacar nada en limpio", "se hablaron uno encima del otro", "se pelearon mucho". No miente el que lo sanciona. De un debate no se saca nada en limpio nunca, y si están bien hechos los tipos se hablan uno encima del otro y se pelean mucho.

Está muy bien que la industria televisiva y publicitaria exploren estos caminos comerciales alternativos. No tenemos nada en contra de esto.
Pero a alguien más preocupado por el trasfondo material de las disputas políticas es casi imposible convencerlo de que estas tilinguerías son imprescindibles. Con perdón.

martes, 21 de junio de 2011

Los fondos del exterior


Según leemos en el Clarín de hoy, la investigación del llamado "Caso Schoklender" estaría derivando hacia el peligroso terreno de los aportes internacionales recibidos por la Fundación de la Madres de Plaza de Mayo.

Quienes leen habitualmente este blog saben bien que acá no nos veremos sorprendidos por la "novedad" de que las fundaciones se financien con plata proveniente del exterior.
Tampoco que su origen, en última instancia, sea indefinido en muchos casos.

En la nota misma de Clarín hay una línea que denota cierta actitud de apertura de paraguas:
La universidad también ha recibido fondos, como es habitual en el mundo de las organizaciones no gubernamentales, de fundaciones políticas de Alemania, países escandinavos y otras naciones de Europa.
Para diferenciar esas prácticas "habituales" de los aportes de Chávez. Incluso a alguno ya se le habrá encomendado la tarea "investigativa" de vincular estos aportes con el casi olvidado show mediático de Sadous y compañía. A cuya reedición le pronostico poco rating.

Volviendo: las mencionadas fundaciones políticas de Alemania y otros países de Europa, por ejemplo, son las que justifican que los candidatos a la presidencia de Argentina hagan sus "road shows" de campaña por aquellos países. Para convencer a esas "fundaciones políticas" de que hagan aportes a las fundaciones de acá. Para financiar las campañas.

Ninguna fundación, digámoslo, pregunta cuál es el origen de esos fondos. Ni las argentinas, ni las escandinavas (a las que no deberíamos ofender  implicándolas en ese tipo de maniobras tercermundistas, como el lavado de dinero -no se rían-).

Claro que podría llamarle la atención a algún malintencionado que sean justamente los países que ofrecen mayor seguridad jurídica a los ahorristas e inversores los que cuenten con fundaciones capaces de financiar actividades políticas en cualquier parte del mundo. Vía aportes.

Como no me gusta meterme con cuestiones ideológicas no sabría decir si este es un mérito que deberíamos atribuirle al estado de bienestar de Europa continental o a las ejemplares social-democracias escandinavas. Tan distinto todo de los dictadores africanos. Corruptos, que vaya a saber en dónde guardan los retornos por concederle áreas de explotación petrolera a empresas... holandesas. Eh, en fin...no nos vayamos de tema.

Entonces, la investigación del "caso Schoklender", calculo, comenzaría a bifurcarse.

Está el camino del supuesto desvío de fondos públicos, los controles de De Vido (cotejando certificación de obra con obra terminada), el otorgamiento de las certificaciones de obra, la construcción barata de viviendas totalmente equipadas, las contrataciones de subcontratistas y los pagos con mora o no pagos (del Estado al contratista y del contratista al subcontratista), el monitoreo de los procesos a cargo de los municipios, y todas esas cosas. Algunas de las cuales no pasarían si se le encargara la misión a prestigiosas empresas. Como Roggio, o Techint. Baluartes de la obra pública sin escándalo.

Derivado de esto surge el ¿por qué no se controló (más)? Una extraña fiscalía aficionada, de "ciudadanos comunes", que sin saberlo promueve el pago de cuantiosas sumas a contadores y auditores, para que nadie se afane cuantiosas sumas (menores tal vez, que las que cobrarían los auditores). Claro que las auditorías tampoco garantizarían que nadie se afanara nada, pero bueno, en este caso queda bien decirlo. Sobre todo si uno es, por ejemplo, Leandro Despouys, que en definitiva vive (y bien) de eso.

Son casualmente algunos dichos de este hombre (a cargo de la Auditoría General de la Nación) los que nos introducen en  el segundo camino factible de investigación: el supuesto lavado.
Habló Despouys, hace poco, de  "la constitución de un fondo integrado por dinero de muy distintos orígenes y no precisamente sano origen". 


Saben los lectores de este blog que la frase de Despouys bien podría ser una descripción sucinta de lo que opinamos acá de las fuentes de financiación de las fundaciones en general. Que son instituciones que se valen de una figura jurídica creada a los fines de facilitar el blanqueo de guita. Esto no equivale a decir que todas las fundaciones son creadas con el fin único de blanquear plata, pero la dinámica de funcionamiento de las mismas hace que ese sea, probablemente, uno de los usos principales que les dan a las mismas muchos donantes y aportantes. Y los apoderados.

Desde ya, y para evitar trastornos, por ahora, solamente se investigará los aportes de Chávez, con un par de diputados venezolanos haciendo escándalo por la forma en que su presidente maneja fondos.

La joda real, mientras tanto, seguirá. En plena campaña electoral.

lunes, 20 de junio de 2011

AFA o el fin de las teorías conspirativas

El Torneo Clausura que hoy termina, fue denominado, antes de su inicio, como Néstor Kirchner. En homenaje de los clubes (o de Grondona) al ex-presidente.

La ocasión, y los buenos rendimientos exhibidos en el verano por el cuadro de Russo, y especialmente por el polémico colombiano Moreno sirvieron para levantar la suspicacia: estaría "todo arreglado" para que salga campeón Racing. Según altas fuentes. De AFA o de Casa Rosada. Da igual.

Es que el Fútbol para Todos había sumado nuevas sospechas. Ya no los intereses económicos de AFA y Grondona influirían en los resultados, sino que los mismos coincidían ahora con los intereses del máximo poder político. Un tándem invencible. Para el "arreglo". La conspiración del "pan y circo".

Había ascendido Quilmes. Su presidente, Meiszner, es la mano derecha de Grondona. Por si fuera poco, Aníbal Fernández es su vice. Actualmente, presidente en funciones (Meiszner pidió licencia). Quilmes no podía descender. Era el caballo del comisario.
Pero descendió.

La madre de la presidenta, se sabe, es vitalicia de Gimnasia y esgrima de la Plata. El vice ministro de desarrollo social, Castagneto, fue además arquero de Gimnasia durante muchos años. Otro caballo de comisario que no podía descender.

Sin embargo, el miércoles tiene que jugar un partido definitorio contra Huracán, para decidir quién juega la Promoción y quien desciende...

La situación de River era pésima en cuanto a promedio. Ojo, a la AFA no le conviene que River descienda, ni que juegue la promoción. Pero...tendrá que jugar la promoción nomás. Con final abierto. O cuéntenles a los hinchas de River que, como son un Grande, los van a salvar. Los hubieran salvado antes.

En este caso queda, todavía, el argumento de que Grondona quería que River jugara la promoción, porque Passarella se le opone.
Pero rsulta que Passarella se le opone (demagógicamente, como casi todo lo que hace) desde hace un mes. Y esto de la promoción se cocina con resultados de los últimos tres años. Durante los cuales a River los arbitrajes lo perjudicaron tanto como lo favorecieron en otras ocasiones. Directa o indirectamente.
Invito a recorrer, por ejemplo, los partidos de Olimpo en esta última temporada, para ver cuántas veces los de Bahía perdieron puntos por malas decisiones arbitrales. Puntos que, de haberlos obtenido, hubieran definido su situación bastante antes de la última fecha.

No pongo en duda la posibilidad de que en AFA se "arreglen" cosas. Pero, la eficacia de los "videntes" a la hora de anticiparnos los resultados es nula.

viernes, 17 de junio de 2011

Los límites del capitalismo argentino.



[...]  Al ser actividades con un altísimo componente de mano de obra en su integración de costos pagan salarios que no se traducen en la producción de bienes transables. Es decir, no aumenta el volumen de la oferta de bienes y servicios. En palabras de ciertos referentes políticos: se van por la canaleta de las 4 comidas diarias, las zapatillas y la cuota del ciclomotor. Si bien en el mediano plazo las inversiones en infraestructura deberían fructificar en una mejora de la competitividad sistémica, no es menos cierto que en la coyuntura conspiran contra la actual.


Udi.


Ver post completo.

Los dólares


La abundancia de dólares es causa (no única, por supuesto, pero necesaria) de la mayoría de los problemas mundiales: las revueltas árabes, los ajustes europeos, la inflación china, la apreciación brasilera, etc.

Argentina está en ese mismo marco. En el mediano plazo, le "sobran" dólares. Se aprecia.
La decisión soberana de los gobiernos de países emergentes se reduce a elegir qué forma de apreciación es menos nociva (y esto tendrá que ver con qué intereses y de qué sectores, se intente salvaguardar o favorecer).

Es el viento de cola, famoso, que en realidad al mismo tiempo que brinda oportunidades, constituye un gran desafío.
Venimos insistiendo desde hace bastante que se tiene esa mirada idílica sobre el "contexto maravilloso" que tenemos, "ideal" para nosotros, solamente si se mantiene una visión parcial (y traumada por los problemas que decretaron el final de De La Rúa y la convertibilidad, una fijación en términos de psicoanálisis).

El cambio de situación posible sólo estará dado por la decisión de los emergentes de empezar a prescindir del dólar.
Que China se canse de tener tantos dólares amarrocados y los cambie por algo más valioso. O que convenza a otros países de que les conviene más cobrar en yuanes que en dólares. Por ejemplo.
No es fácil. A nosotros, que tenemos muchos actores con capacidad de acumulación que ante cualquier volatilidad viran al dólar, no nos convencen ni a palos.

En cualquier caso, todo será gradual. Así que lo central del proceso se mantendrá vigente durante algún tiempo más.
Al menos eso parece, ya que mientras le economía estadounidense no mejore de manera más sustancial, las tasas de la FED mucho no subirán.

jueves, 16 de junio de 2011

Sobre el tipo de cambio y la fuga de capitales


El problema, en el mundo, es la inflación en dólares.
Que afecta al precio del oro, los commodities agrícolas, el petroleo, y las tasas de interés en esa moneda (fuertemente negativas).

Argentina:  alza de precios 25% anual, devaluamos (a lo "Binner) a un 7% anual = inflación en dólares de 18%, aproximadamente.

Brasil: inflación de 7%. Revaluación cambiaria de entre 10 y 15% anual. Resultado: inflación en dólares similar a la nuestra (o mayor).

Comparación meramente ilustrativa.

Ayer, la presidenta anunció datos de saldo comercial:
-mayo: superávit de 1680 millones de dólares, 12% menos que igual mes del año pasado.
-Suma de los 5 primeros meses del año: superávit de 4768 millones de dólares.

Estos números, a pesar de que muestran un descenso relativo respecto del año anterior, son la base de una cuenta corriente superavitaria proyectada en el año de unos 4 a 5 mil millones de dólares.

Para una economía chica, con poca diversificación productiva, pero sobre todo con débil diversificación en su sector exportador se termina por completar la base para que la tendencia cambiaria de largo plazo sea a la apreciación. Dólar más barato.
Es decir, la tendencia sería al aumento de costos en dólares. Que es lo que describíamos con esa rudimentaria cuentita que suma a la inflación el comportamiento del tipo de cambio nominal.

Esto implica que independientemente de cuál sea la composición de esos guarismos (más o menos alta la inflación, mayor o menor devaluación nominal) el resultado tendería a ir parejo con el que tenemos hoy. De confirmarse lo que acá suponemos.

Salvo, por supuesto, que se pudiera disponer de elementos ortopédicos eficientes. Como pudieron haber sido las retenciones, mientras significaron un mecanismo de absorción fiscal eficiente para la formación de stocks.

Una de las cosas que suele decirse, sin embargo, es que si hoy se soltara el tipo de cambio, la cotización del dólar no bajaría, porque hay una demanda muy grande de dólares. Lo que deriva en lo que se conoce como "fuga de capitales".

Si bien hay una fuga de dimensiones atendibles, esta demanda artificial de dólares funciona en realidad (si aceptamos como estables todas las demás variables) como un  factor que absorbe parte de la demanda agregada, lo cual es en última instancia un mecanismo que descomprime la presión sobre precios. Plata que no va a consumo ni a inversión. Un sucedáneo del ahorro más tradicional (estragado por las tasas reales negativas y la falta de confianza en los bancos post-2001).

Es decir, si nos atenemos a la teoría macroeconómica más esquemática, sin esa demanda de dólares, sin esa fuga, es probable que la apreciación fuera mayor (de vuelta, suponiendo que todas las demás variables se mantuvieran como están). Ya fuera consentida por el banco central, o devenida en aumentos de precios si el central insistiera con su política de devaluación administrada.

Lo que queda entonces por demostrar es hasta qué punto el efecto "fuga de capitales" sea algo independiente del resto de las variables económicas, cuyo comportamiento determina, por ejemplo, un esquema en que a la economía le queda un saldo de divisas muy alto por cuenta corriente.

O lo que sería una forma distinta de plantear la duda: si un cambio en el esquema cambiario no provocaría variaciones parejas en la cuenta corriente y en la cuenta financiera (con menos fuga y más ingresos).

De ser afirmativa la respuesta, el resultado sería mayor apreciación. Con todo lo que eso implica.

miércoles, 15 de junio de 2011

Conservadores



A veces uno cae en esa tentación del pensamiento político nacional. El famoso "roba pero hace". La justificación parcial, en forma de proposición adversativa, del "drama nacional": el choreo.

El "roba pero hace" es, incluso, una doctrina ampliamente difundida, para escándalo de algunos grupos de personas, de corazón patriótico la mayoría, que no soportan ver cómo masivamente tantos argentinos adscriben a una causa tan... poco noble. O cínica.

Indagar los motivos de tal masiva adscripción constituye, sin embargo, un ejercicio no del todo inútil.

La aceptación tácita de la presencia transversal de dicha doctrina no es un hecho que pueda atribuirse a determinada desviación congénita. Es, como todo, un emergente histórico, forjado en luchas. Algunas violentas. Y sanguinarias.

Hay casi una actitud defensiva en quien consiente tal escándalo de la ética (el permiso especial para robar poquito). Y es que probablemente evalúe como un peligro cercano la instauración de un mal considerado peor: el escenario de denuncia permanente perpetrado por quienes ni roban ni hacen y si hacen algo lo hacen como el culo, aunque (digan que) no roban. En el "mejor" de los casos.

Existe un principio irreductible de la existencia humana: la auto-conservación. Que se replica sin mediaciones, y con carácter colectivo, en cualquier formación social.
La inmolación o la gesta épica son fenómenos de realización individual. La voluntad revolucionaria, tal vez también.

Las sociedades, como formaciones de naturaleza colectiva, tienden a ser más conservadoras (en general).
Despojado de valoraciones, ensayo estas ideas.
Después de todo, más importante que transformar la realidad es entenderla ;-)

Guido aporta nuevos argumentos a la discusión y crece el escándalo

guido dijo...



Mariano, creo que el punto de partida debe ser que los planes de vivienda es un sub-óptimo, por decirlo en economeño.


Lo ideal es que cada uno pueda acceder a una vivienda como se le cante. Sin déficit de vivienda lo arreglás con alquileres subsidiados focalizados, pero si (censo 2001) tenés dos palos de hogares entre las categorías vivienda tipo-B-paabajo+hacinamiento los planes masivos de viviendas son una imposición para cumplir con los derechos incorporados a la constitución.

Ahora bien, los complejos de viviendas tienen problemas que están bastante estudiados: la conformación de guetos, el problema de la mora en las cuotas que impide la continuidad que permitiría un banco hipotecario, la mora en expensas que deriva en degradación rápida de los espacios comunes y en más mora en las cuotas cuando cae el valor de la propiedad, etc. También otros problemas menos medibles derivados de meter cientos de familias provenientes de distintos lugares en uno nuevo con la ruptura de los lazos de sociabilidad previos que morigeran hasta ahí cuestiones ligadas a la pobreza como la violencia, etc.

Es en este punto, creo, donde las ONG o fundaciones (que, creo estamos de acuerdo, no son más que el marco jurídico liberal de orgas políticas no electorales, digamos) como Sueños Compartidos, Caritas o los comunistas del MTL que se clavaron flor de barrio en La Boca (en serio, recomiendo conocer esa experiencia) tienen mucho para aportar en cuanto a lograr que ese 2º best sea realmente una solución en el mediano y largo plazo.

Fijate que no menciono a Caritas (segunda en el rubro después de las madres) con onda "ah, vieron, le damos casa a la derecha" (?). Creo que los curas ponen acá este plus de contribuir a la construcción de capital social que es lo que hace valorable el proyecto de las madres. Porque, al menos para mi, es eso y no el prestigio de Hebe, a la que puedo respetar y admirar desde lo subjetivo pero entiendo que mucha gente no la trague con las barbaridades que ha dicho alguna que otra vez (disgresión: en la última marcha de la resistencia que fui, 2004 o 05, cuando luego de un encendido discurso de fe kirchnerista comenzaron a sonar las estrofas de la internacional Hebe me regaló uno de los momentos más bizarros de mi vida).

Ahora bien, a esa línea "utópica" le caben las generales de la ley de las fundaciones (sobre la que escribiste, creo, alguna vez). En la medida que no tengan algo de "empresarial", suelen ser muy ineficientes. Cuando lo empresarial domina (estilo Porto o Popovsky, ambos "presidentes" de fundaciones), lo de sin fines de lucro se puede tornar dudoso, pero me parece incostrastable que la eficiencia es mayor. 

Y si, en el caso de las viviendas, asumimos que la opción por los planes masivos se justifica porque el déficit es descomunal y urgente...

En el fondo, me parece, esta oposición entre utópico/empresarial recuerda sospechosamente a la que contrasta el sindicalismo de pequeños talleres anarquistas (o la imagen idealizada de ellos) con el gran sindicalismo burocratizado con cientos de miles de afiliados. Donde la escala misma obliga a adoptar ciertas características que no difieren en lo sustancial de una gran empresa. Shocklender (ceteris paribus si metió la mano en la lata, que habrá que ver) sería a una pequeña mutual de barrio para comprar chapas y ladrillos entre todos, lo que Hugo Moyano es a Antonio Soto.


Las negritas son mías, no de Guido.

Dan nuevas impresiones sobre el caso Schoklender y ya hay polémica


Pregunto yo, ¿qué hizo mal Shock Lender para que lo maten así? 
Si el tipo en un país donde nadie hace obra pública sino negocios, construyó 3500 viviendas. ¿Como no le va quedar una moneda para comprarse un avión, un yate y un gato de lujo? Por mucho menos se afanaron un correo, varios bancos, YPF y la lista de los 90 es interminable.

Polémico Charlie Boyle en Artepolítica .

Para completarla Guido comenta:
Banco. No veo todavía claras las denuncias. Y el emprendimiento lo inventó él, que es el dueño de todas las patentes. Miedito en CAC? La cosa es seguir construyendo como en el siglo XIX?

Ironías aparte, y dejando de lado por un segundo que estamos ante un escándalo o tal vez ante una porquería, que hace coincidir en la calificación a distintas personalidades con coincidencias en los objetivos políticos de corto plazo, la verdad es que los dichos de Charlie y Guido son muy provocativos.

Antes que nada, y a la expectativa de que se diriman las cuestiones judiciales, el evento permite ver claramente la existencia de dos opiniones distintas, bien marcadas, acerca del modo en que el Estado puede hacer participar de la construcción de viviendas sociales a organizaciones no-gubernamentales, que a su vez incluyen en la faena a los futuros beneficiarios del plan.

Por un lado, la visión que podríamos llamar utópica (no despectivamente, al contrario) que adquiere mayor valor todavía, cuando es enunciada por una señora de edad y prestigio que enmarca la tarea en la concreción postrera de un proyecto de país que quedó trunco junto con la vida de sus hijos.

Del otro lado, una visión empresarial, que pretende constituir en un buen negocio, rentable, una tarea que para el mercado nunca lo fue: la construcción de viviendas sociales.

No está mal aprovechar para pensar el tema.

martes, 14 de junio de 2011

Analizando a Binner


Vamos a desechar por un rato la promesa de campaña de Binner de ir eliminando las retenciones de a poco.

Y vamos a centrarnos en su comentario sobre el nivel cambiario (el precio del dólar).
Según lo que trasciende a través de sus escuetos comentarios, propone instaurar un modelo de tipo de cambio administrado, con devaluación nominal paulatina, para salir de la "convertibilidad" (?).

Pasando por alto el exabrupto innecesario de "convertibilidad", tenemos que convenir que ese modelo es el que implementó el kirchnerismo en materia de política cambiaria, y que, supuestamente, por sus efectos pro-inflacionarios estaría hoy agotado, porque termina propiciando una apreciación real vía inflación a la que no hay devaluación que le alcance para mantener bajo en dólares el nivel salarial (que es lo que se pretende de una devaluación como la gente).

Es decir, devaluás de a poco,  y el efecto "positivo"  de la devaluación (producir barato en dólares) se lo come la inflación muy rápido (y cada vez más rápido, que es el problema por el cual el modelo "se agota", supuestamente y según los técnicos).

Entonces, si se consensúa que estamos ante un agotamiento del modelo cambiario, se puede plantear alternativas. La que se desprende de los escuetos comentarios de Binner, de alternativa no tiene nada. Justamente, sería igual a mantener el modelo vigente.

Ahora, ¿qué pasa cuando se vincula esa idea de tipo de cambio administrado y devaluaciones leves controladas, con la otra propuesta de reducción paulatina de las retenciones hasta su eliminación?
Directamente, ambas ideas al mismo tiempo son incompatibles. No se puede tomar en serio una propuesta económica que tome tales elementos como parte de un mismo conjunto.

Justamente, sostuvimos desde acá muchas veces que las retenciones no eran meramente una herramienta fiscal para construir escuelas y hospitales, sino principalmente una herramienta cambiaria, que permite darle a la industria un nivel cambiario real alto, por encima del sugerido por la estructura productiva de la Argentina.

Sin ese instrumento, la economía tendería a acomodarse más aún al nivel cambiario de competitividad determinado por la actividad más competitiva (el agro) y sus condiciones excepcionales para la exportación de materias primas y productos con baja elaboración. Es decir, un nivel cambiario más bajo (lo contrario de la devaluación).

Sonará anacrónico, pero en este tema, no se puede quedar bien con la Sociedad Rural y la UIA al mismo tiempo.

lunes, 13 de junio de 2011

Comentarios y estereotipos


Entre las cosas que se andan comentando últimamente, toman vigor, en la política, los dichos de los candidatos.

González Fraga, por ejemplo, y Binner anduvieron comentando sobre tipo de cambio. Tema que vinimos tratando por acá.

En el caso del primero (candidato a vicepresidente radical), se declaró partidario de un tipo de cambio flotante. Hasta donde supe, no mencionó una devaluación. Moneda flotante, en las condiciones actuales, tendría una tendencia de largo plazo contraria a la devaluación (a pesar de la volatilidad que podría haber en el corto plazo)

El segundo (Binner) hizo énfasis en que el dólar no puede mantenerse "frenado", pero matizó hablando de devaluación gradual.
Para completar (o incompletar), soltó la idea de bajar retenciones (también gradual y escalonadamente, y como parte de una reforma tributaria; es decir, las retenciones son sólo un impuesto según este enfoque, no una herramienta cambiaria)..

Me parece que el fervor de la campaña electoral por venir hace que se muestre cierta desesperación en encontrarle a los discursos opositores un enfoque devaluacionista del que a veces carecen y otras veces se muestran cautos.

En el caso de Binner, su idea de "devaluar" escalonadamente no difiere demasiado de la política de tipo de cambio administrado que llevó adelante durante mucho tiempo la actual gestión, con variantes (entre subir un poquito más el tipo de cambio nominal respecto del valor sugerido por el mercado, o por el contrario dejar que se aprecie el tipo de cambio real devaluando por debajo de la inflación si consideraba necesario morigerar las expectativas de dolarización de ahorros).

La diferencia (entre el planteo de Binner y lo actual)  está en la idea adicional (o complementaria) de ir reduciendo (hasta eliminar) las retenciones.

En esas condiciones, los efectos de una devaluación no durarían ni dos días. El flujo de divisas, tanto comerciales como especulativas, operarían un rápido abaratamiento del dólar por exceso de oferta sobre la demanda.

Sería una oportunidad extraordinaria para la especulación si se concretara el proceso: devaluación previa - eliminación paulatina de las retenciones. 

Otra vez el banco central asumiría el rol de caja de conversión, vendiendo dólares baratos a quienes se hubieran posicionado en dólares antes de la devaluación, para pasarse a pesos después esperando la revaluación, y finalmente con el dólar otra vez barato, volver a comprar dólares para huir. O sea, parecido al plan de Martínez de Hoz.

Pero bueno: las cosas están verdes, por supuesto, y no es justo tampoco que tomemos una decalaración de campaña, al pasar, para hacer elucubraciones sobre un plan económico integral.

sábado, 11 de junio de 2011

Devaluación: perspectivas


El texto que sigue prescinde de fuentes. Es, más que nada, una aproximación casi teórica a los clichés de campaña que se difunden y difundirán durante estos meses, referidos a temas económicos, principalmente cambiarios.

Empezamos negando categóricamente la posibilidad de una devaluación brusca "voluntaria" para recomponer márgenes de rentabilidad en el sector secundario. Creo que ni la UIA se toma en serio a sí misma cuando desliza el reclamo.
Por ahí, sufrimos lo que es un reflejo adquirido por la experiencia recogida durante años de historia argentina. Pero las condiciones de hoy tienen carácter inédito en algún punto, y por ende las respuestas no son linealmente las mismas de otros períodos.

A ver: cuando se habla de devaluación en el contesto industrial, se habla de recuperación de competitividad para los sectores menos competitivos de la economía argentina.

Aunque no se diga abiertamente, cuando la industria habla de pérdida de competitividad está hablando de nivel salarial elevado. Digamos, la Argentina tendría hoy un nivel de salarios industriales, medido en adquisición de canastas básicas,que tendería a volverse superior a lo que la capacidad instalada productiva estaría en condiciones de soportar para seguir compitiendo en precios con artículos importados.
Sea o no sea real, eso es lo que se intenta decir.

Entonces, la referencia a una devaluación, en ese contexto (a pedido de la industria) tiene la intención de licuar parcialmente el poder adquisitivo del salario.

Ahora bien, ¿qué pasa cuando la dinámica social (como en la actualidad argentina) tiende a que justamente, en un marco de alza general de precios y crecimiento fuerte de la economía, ciertos salarios industriales ganen la puja de precios relativos, es decir, aumenten más que el promedio de precios?

La devaluación como estrategia para la licuación de salarios comporta el riesgo de acelerar la indexación de ingresos, que en la dinámica señalada, terminaría por provocar una pérdida mayor de competitividad.

Por eso, desde algunos sectores ya se sugiere que antes de encarar un proceso devaluatorio fuerte es necesario arbitrar un plan anti-inflacionario. Lo que se puede conocer también como una "clara política de ingresos" que no es otra cosa que coartar el accionar de los mecanismos de indexación del salario.
Para decirlo claro: bajar la expectativa de aumento salarial, ponerla por debajo del nivel general de aumento de precios, hasta que confluyan, por acción de una menor dinámica del mercado interno, en niveles más bajos.

Se le busque la vuelta que se le busque eso es lo que se llama enfriar la economía. Y sobre esa base sí un alza nominal del dólar puede hacer el efecto "deseado", porque en un marco de contracción del crecimiento y principalmente del poder adquisitivo de la población no se transferiría a precios tan rápidamente.

O sea, la salida devaluatoria es "fecunda" (y políticamente viable diría) en contextos de contracción de la economía, pero no en períodos de auge.

Ante estas opciones poco deseables ¿qué se puede oponer?

Cambiar el eje en cuánto a recuperación de competitividad. Abaratar costos empresarios por el lado del acceso al capital, y no por el lado del salario.
Para que un proceso así sea efectivo, debería aspirarse a brindar crédito para la incorporación de tecnología, que debería redundar a su vez en cambios en la composición orgánica del capital. Esto es: adquisición de tecnología, mayor productividad, menos trabajo por igual cantidad de producto obtenido.


En definitiva, para que el salario individual no pierda, se transfiere el ajuste sobre la masa salarial total. Pérdida de empleo.

Se plantea, entonces, un desafío extra: la absorción de empleo en otras actividades. La necesidad de facilitar nuevamente el acceso al capital para emprendimientos sustitutivos de importaciones en el marco de integración productiva. O sea: producir acá insumos para la producción, actualmente importados.

Todo esto es muy fácil decirlo, y muy difícil hacerlo. Las posibilidades de fracasar son inmensas. Y no queda otra que volcar muchos recursos en algo que "puede fallar".
Nada es gratis.

viernes, 10 de junio de 2011

Club de París: el después


El arreglo final con el Club de Paris, tan esperado, significará empero, el fin de una etapa.

Cuando Néstor Kirchner asumió la presidencia en el año 2003 el fisco tenía una deuda demasiado grande para sus posibilidades de pago.
Un año y medio antes, las reservas del Central se habían casi agotado, la cuenta corriente era excesivamente deficitaria, y el prestamista de última instancia (comunidad internacional representada por el FMI) se había "cansado" de prestar plata que nunca alcanzaba.
Por ende, el estado argentino había decidido dejar de pagar su deuda a acreedores privados (los organismos siempre cobran) .

Como efecto colateral de los problemas de balanza de pagos mencionados arriba (los que implacablemente vaciaban de reservas al BCRA) en 2001 había aparecido el corralito. La pesificación asimétrica y la emisión para honrar los depósitos de los ahorristas habían generado, en 2002, más deuda absorbida por el fisco.

Se sumaría más tarde la emisión para el rescate de cuasi-moneda, que en los peores momentos de la crisis le dio un poquito de lubricación a la rigidez en que habían sumido a la economía las pésimas políticas monetaria y cambiaria de la convertibilidad.

La solución de ese desastre, la normalización de aquel caos, consistió en una serie de decisiones que conforman casi una apoteosis.
La cristalización definitiva del proceso podríamos consensuar que sería el arreglo con el Club de París.

Finalizar el proceso era casi una fatalidad: ineludible una vez que se iniciara y sus resultados se mostraran satisfactorios.
Pero, a partir de ese entonces, nos enfrentaremos con un momento totalmente distinto que exigirá nuevos desafíos, no tan acuciantes pero tal vez sí más complejos.

Argentina será finalmente un país normal en términos financieros. Y como no sufrimos el fetichismo de la normalidad que sufren algunos comentadores, sabemos que eso no implica ninguna situación de éxtasis comparable al fin de la historia.
La vida sigue, y la lucha también.

Por la caja (que por qué otra cosa puede haber lucha).

La compleja etapa que describíamos lacónica y tendenciosamente en los párrafos anteriores, con todos sus obstáculos, permitió a la Argentina cierta invulnerabilidad ante los vaivenes de los flujos financieros. Cierto blindaje.
Estábamos, de alguna manera, aislados del mundo (tenías razón, Bonelli, tenías razón).

La nueva etapa comprenderá un par de cosas:
- La convalidación de un tipo de cambio (ya lo estamos viendo) más alto  bajo. A priori esto implica un sesgo hacia la primarización y la financierización de la economía (como Chile, o Brasil).
- Un acceso más cómodo a los capitales internacionales (esto en realidad, actúa en tándem con lo anterior, es casi la misma cosa). No solamente del sector público, sino del sector privado, lo cual supone mayor exposición a crédito en divisas, más vulnerabilidad ante la volatilidad externa originada en decisiones foráneas (tasas de interés de la FED), y más sensibilidad a las decisiones de inversión especulativa proveniente del extranjero.

Como adelanto, el cierre del acuerdo entre Argentina y el Club sería el paso inicial para cerrar un montón de convenios comerciales y de inversión directa, que están trabados por este asunto.

La necesidad de adaptar la economía argentina y sus objetivos a este nuevo contexto, entonces, será el desafío del próximo período.

Vindicación de la señora de Bonafini ("Hebe" para los "amigos")


Lejos estoy de querer mostrar una imaginaria chapa de militante por los derechos humanos. Encima, desconozco el funcionamiento y las internas entre las organizaciones.

Aparte, para eso ya hay varios dando vueltas en la televisión. Lanata, por ejemplo, que si lo dejás hablar te inventa que sin "Hebe" (así llama a la señora Bonafini, supongo que por el cariño que los une) y sin él que apoyó siempre su lucha, hoy no viviríamos en democracia (limitada desde que están los K, pero democracia al fin)

Me llaman la atención algunos comportamientos públicos. Sé que hay gente que puede tener serias diferencias con la presidenta de Madres de Plaza de Mayo. Diferencias que se habrán ido ahondando con los años. Se habrán cristalizado rencores.
Pero no me parece adecuada la decisión de aprovechar el "mal paso" para decir lo que antes, por pudor o por inoportunidad no se decía. Con todo respeto, no está bien...

Además de eso, hay otras cosas.
De repente, todos descubrimos la existencia de una carta pública (y de 2003!!!), de Vicente Zito Lema. "Anticipatoria" de lo que sería el momento actual. Parece que Zito Lema había descubierto y avisado, ya para entonces, que Schoklender era un tipo jodido. Incluso, había sugerido que malversaba fondos que la Fundación recibía (no sé de quién: gobernaba Duhalde entonces, los planes de vivienda no existían; nunca se sabe del todo de dónde reciben plata las fundaciones; tampoco nunca fue una gran preocupación para los argentinos y las argentinas).

Y ese aviso rescatado del olvido, que nunca había sido leído tantas veces como ahora, 8 y pico de años después, sirve para que concluyamos que "Hebe" (así la llamamos a la señora Bonafini, como si todos fuéramos amigos de "Hebe") desoyó la evidencia.
O sea, los que escuchamos los mismos testimonios que ella, y que nos callamos la boca porque no le dábamos bola a esas cosas o porque no quedaba bien decir nada malo de "Hebe", ahora, que conviene plantear diferencias con ella, nos sentimos con derecho a decir que fue "Hebe" (nuestra común amiga Hebe) la que desoyó y sostuvo a Schoklender.
Nadie se animaría a contestar, eso sí, ¿y por casa cómo andamos?

Todos unos vigilantes. Desde el primero al último.

Nunca sobreactuaría un fanatismo, un apasionamiento, por la señora Hebe de Bonafini que no tengo. Sí un respeto íntimo a su historia, pero que de todos modos es poco significativo (el respeto que pueda sentir alguien como yo por ella vale menos que cero en comparación con su historia, que puede prescindir alegremente de la opinión de personas como yo... o incluso Lanata).

Ahora, la hipocresía reinante indigna tanto, que dan ganas de cambiar la postura y volverse "recontra-alcahuete" de "Hebe", para al menos contrarrestar un poco a los que son "recontra-alcahuetes", pero a secas.

jueves, 9 de junio de 2011

Ay, las palabras y las cosas

A mí la palabra "izquierda" no me dice gran cosa. No le doy la valoración positiva que a priori le dan algunas personas.
Me represento más en otros conceptos, en otros clivajes (perdón).

Así y todo reconozco la facultad explicativa y simplificadora (a veces es bueno poder simplificar, otras no) que tiene el término, cuando se habla de política, cuando se intenta referenciar un dirigente o una fuerza en un conjunto de ideas.

Sé que a algunos jóvenes militantes la palabra "izquierda"les representa un valor que ya no percibo, pero que conozco porque alguna vez lo viví.

Si es así, tomémonos unos segundos y miremos esta foto:



Todo bien, pero izquierda, lo que le decíamos izquierda en mis tiempos de militancia juvenil, no. Ni cerca.

Llámenlo "serio", "responsable", "honesto", pero no quieran engrupir a los jóvenes militantes de Proyecto Sur con estas cosas.

miércoles, 8 de junio de 2011

Que el Estado controle

¿Cómo es posible que el Estado no controle?

Prolifera la pregunta en boca de quienes se hacen eco de lo que sugieren los "formadores de opinión". Indignados personajes que se cuidan, sin embargo, de salvar a Hebe. A quien simplemente le achacan haber "banalizado la causa", al haberla puesto "al servicio" del kirchnerismo.

Se ofrece un modelo distinto de Organizaciones de derechos humanos. Las que no joden. Las que se mantienen "neutrales" en la pelea de Clarín con el gobierno. Y no piden ADNs inoportunos.

Ese modelo, el de Pérez Esquivel, hubiera liberado a las Madres de padecer esta penosa situación, parece. Eso sí: al momento de pronunciar "penosa situación" es conveniente fingir un gesto de tristeza. Para que el oyente crea, finalmente, que uno siente pena por la "situación" de la señora Hebe de Bonafini. A quien le importa un corno que alguien sienta pena por ella. O más bien le molesta.

Hasta Victoria Donda apela a estos argumentos. La diputada, que fue kirchnerista hasta que se cansó de las "malas compañías". Unos seis meses después de haber sido electa diputada, en la misma lista que postulaba a CFK como presidenta, a Scioli como gobernador, a Felipe Solá, Díaz Bancalari y Graciela Caamaño como compañeros de bancada. Hay quien tiene cualidades de tiempista hasta para cansarse.

¿Cómo puede ser que el estado no controle?

Una respuesta parcial es que para eso están las fundaciones. Para no ser controladas.
Son agujeros negros en la circulación de guita. Esa discusión, supongo, conviene dejarla para más adelante.

Otro problema surgiría si esto deriva en una revisión total de los procedimientos.
Hay partidos políticos que tienen a su cargo cooperativas (no sólo dedicadas a la construcción de viviendas, aunque la mayoría sí) . Si se corta el chorro, supongo que volverán a cortar la 9 de julio, como cuando pedían no ser discriminados. Un motivo real para causar "caos de tránsito".

No sé qué pensaría de la revisión, por su parte, nuestro compañero Carlos Wagner (CAC), si se dejara preventivamente suspendida la ejecución de pagos por planes de vivienda, hasta tanto se audite exhaustivamente las compras realizadas, qué empresas se contrató, y qué precios se pagaron.

Queda feo decirlo, pero el "control estatal" puede salir más caro que el desvío.

Tiren contra Batista


Batista fue duramente reprendido por su fallida (?) gira con la selección sub-25.
Fallida porque perdió (con Nigeria 4 a 1, con Polonia 2 a 1). El resultado de Nigeria es contundente, y poco acorde a la historia del fútbol argentino.
Pero los comentarios adquieren distintos niveles.

Por ejemplo:
Uno de los primeros en abrir la boca fue Maradona.
Que no puede hablar de nada. Porque fue el técnico de la derrota más deshonrosa en la historia de la selección argentina. 6 a 1 con Bolivia por eliminatorias. Todo bien con el show de Maradona, pero no merece que se lo tome en serio.

Otro que habló fue Almeyda. Dijo que la camiseta de la selección "se la pone cualquiera". Y que quiere que le armen un sub-38 así puede jugar él (irónico). Un alcahuete, antes que nada. Porque en lugar de cubrir a los muchachos a los que les tocó perder estos partidos en los que, en algunos casos, hicieron su primera experiencia seleccionada, los incendió, haciendo uso de su voz autorizada.
Autorizada por quién, me preguntaría yo. Un jugador del montón, que pasó por la selección con poca pena y casi ninguna gloria. Exagero con el casi.
Pero es común que se vaya de boca este señor. Alguna vez dijo que si le va bien a River le va bien al país (?).

El otro fue Grondona. Que sin haber objetado antes la formación de un sub-25, con los resultados puestos (negativos) protestó. Habló del "prestigio" de la selección argentina.
Tenemos que entenderlo como el prestigio de los contratos de AFA con World Eleven (la empresa que organiza los amistosos de la selección) y con TYC (la empresa que tiene los derechos de televisación de los amistosos). Lógico que el presidente de AFA cuide las inversiones de quienes financian al futbol argentino. Pero pongamos la cuestión en su lugar. No son comentarios "futbolísitcos" de los que puedan agarrarse algunos que despotrican contra los "negocios de Grondona", hasta que coinciden con los negocios de ellos (o de quienes aprovechan sus opiniones para llevar agua para su molino).

Yendo al punto meramente futbolístico, la idea de Batista no es mala. Pero por ahí no es todo lo buena que se necesita. Para el show.
No está del todo mal que jugadores de segunda línea consigan espacios para mostrarse. No coincido en que estas formaciones irregulares impidan que los jugadores convocados desarrollen sus cualidades plenamente. Si tiene continuidad, hay que entenderlo como un equipo de reserva. De los varios que se pueden armar con la selección (como la del fútbol local, por ejemplo). Que pueden servir para abastecer a la mayor ante una necesidad, con jugadores que llegado el caso ya sabrán de qué los quiere hacer jugar el técnico, y habiéndose ya sacado los nervios de la primera vez. En estos partidos, por caso, debutan jóvenes como "Tino" Costa, que nunca jugó en la Argentina, y que ya había sido tentado para integrar la selección española.

En alguna época Menotti había ideado la conformación de un seleccionado del interior, con la misma finalidad. Eran tiempos en que se elogiaba (a Menotti) por la reorganización de las selecciones nacionales.

Sería bueno no caer tan torpemente en el resultadismo (al pedo). Está bien ser un poco resultadista en medio de una competencia como el Mundial, las Eliminatorias, o la Copa América.
Pero descalificar y poner en cuestión la gestión de un entrenador por el resultado de dos amistosos poco significativos es una torpeza.

lunes, 6 de junio de 2011

La decisión estratégica

Viendo que la campaña electoral empieza a tomar color, y que pareciera abrirse la posibilidad de dar debates, sería bueno que aprovecháramos esta oportunidad.

Respecto de ello, hay una decisión que tomó el actual gobierno que es clave desde cualquier punto de vista.
La recuperación de los fondos que administraban las AFJP.

En los 90 se había decidido cambiar el sistema jubilatorio. Se creó la figura (individualista, anti-solidaria) del "ahorro previsional". En lugar de repartirse entre el sector pasivo los aportes previsionales del sector activo, se armó un sistema mediante el cual cada trabajador tenía una caja previsional propia en la que se iban acumulando sus aportes. los pagos de jubilaciones comenzaron a salir de rentas generales, en su totalidad.

La idea era colocar el flujo de aportes previsionales al servicio de la formación de un mercado de capitales. Este flujo, entonces, comenzaría a beneficiar a unas 20 empresas (las más importantes del país) para ampliaciones de capital, vía emisiones de acciones u otros instrumentos que le significaban financiación. Las operaciones se llevaban a cabo gracias al accionar de grandes bancos de inversión (los que llevaron al mundo a un grave problema financiero en 2009), que estructuraban las operaciones. En cada eslabón había un cobro de comisión jugoso (la AFJP le cobraba al "ahorrista", el banco de inversión le cobraba a la AFJP). Todo esto sin perjuicio de maniobras fraudulentas que se pudieran hacer para incrementar la rentabilidad privada (de las empresas que vendían acciones, de los brokers que operaban las compras), que no viene al caso detallar.
Porque son simples incidencias.

El punto importante es el cambio de concepción que se ejerció desde 2008. El estado decidió retomar el control sobre esos fondos devenidos en inversiones. Un stock de más de 200 mil millones de pesos, colocados en acciones, bonos, plazos fijos (algunos en el exterior).

Con ello:
-Tomó capital.
-Consiguió participar en la toma de decisiones de empresas que venden insumos clave de producción y que disponen de recursos que pueden convertirse en inversión en infraestructura muy importante para el país, o también en especulación desestabilizante.
-Imputó el flujo de aportes previsionales nuevamente al pago de jubilaciones presentes, borrando la figura del ahorro previsional, y reemplazándola por la solidaridad intergeneracional.
-Incrementó la capacidad de intervención del estado en la economía, ya sea desde los derechos políticos adquiridos sobre directorios de empresas, ya sea desde la consolidación de un stock de fondos que le permite operar en la economía, y que permite pensar en la creación futura de una entidad de préstamo.

Este stock tiene todavía un perfil de inversiones heredado de las AFJP que no está puesto al servicio del desarrollo de todos los sectores de la economía, con lo cual subsiste la necesidad de ir operando para, por ejemplo, repatriar fondos invertidos en plazos fijos en el exterior; ir convirtiendo las inversiones en préstamos con fines productivos, en el interior de nuestro país, utilizarlos para la construcción de infraestructura necesaria.

En fin, lograr un círculo virtuoso entre las inversiones que se financien y el crecimiento de la actividad económica, que cuanto más redunde en generación de empleo registrado más posibilidades dará de garantizar pagos de jubilaciones cada vez más dignas.

Entonces, cuando se habla livianamente de la relación crecimiento-desarrollo sería bueno poder pasar a profundizar un poco más. Porque el desarrollo no es un concepto que se puede declamar, y con eso alcanza para alcanzarlo en la realidad.
Lleva muchos años, es un proceso sinuoso y complicado, y sobre todo no está garantizado el éxito. Puede fallar. Y por eso es campo fértil para la discusión.

Ahora, lo que sí hay que aceptar es que a los hechos hay que oponerles hechos y no conceptos abstractos.

Por eso, acá tenemos un tema.
Los candidatos de la oposición pueden dar su visión: si siguen pensando que la decisión era errónea, si Argentina debe "pedir perdón" por lo hecho, como dijo alguno por ahí, y, sobre todo, si es necesario restaurar los fondos a los "dueños" (que no son los "ahorristas", sino los intermediarios de las inversiones).

Es un tema excelente para entrar en ritmo acerca de qué perfil productivo necesita el país y en qué condiciones debe insertarse en el mundo.

sábado, 4 de junio de 2011

Hacer los deberes.


El relativo orden macroeconómico que ha sabido sostener el kirchnerismo a lo largo de 8 años, es un mérito innegable, a juzgar por la comparación con experiencias pasadas y muy cercanas, muy vívidas, de la historia nacional.

Pero, este orden macroeconómico es efectivamente relativo. Hay una inflación demasiado alta, lo cual genera tensiones en los canales institucionales de distribución del ingreso (principalmente: paritarias y negociación de SMVM; el "pacto social" quedó en la nada una vez más). Indexaciones de contratos informales, con diferencia entre sectores que el estado puede regular y otros en los que no.
Por su parte, los "pilares" del "modelo", léase superávit gemelos, viven de amenaza en amenaza, y el tipo de cambio alto, prioritariamente la ventaja competitiva que la política cambiaria ofrece, también está en permanente discusión, con horizonte de "límites" y esas cosas.

Así y todo, ninguno de estos problemas alcanza para subvertir lo que es un tránsito ordenado por el crecimiento constante del PBI, apuntalado en la demanda interna, y el círculo virtuoso hasta ahora indestructible entre ésta y la generación de empleo.

Como resultante además se destaca una notable baja en los factores de riesgo en cuanto a exposición al endeudamiento externo, tanto en el sector público como en el privado. Mérito innegable de la actual administración, que trasladó los focos conflictivos a otros sectores, pero que le dio mayor sustentabilidad y genuinidad a la financiación del crecimiento y a la acumulación de capital.

Pero, el tema central ya deja de ser entonces cómo estabilizar la macroeconomía.
La discusión hoy pasa más por definir cuál será la estrategia de acumulación, qué sectores la encabezarán, qué relación tendrán con el Estado a partir del grado de intervención que éste tenga y qué estrategia se promoverá respecto de la relación integración al mundo-mercado interno.

Todas estas cuestiones exigen de decisiones importantes. Es cierto que en algún punto el Gobierno parece dar algunos indicios. Principalmente, la facilitación del ingreso de empresas argentinas (capital privado) en el sector energético y de los servicios públicos básicos (privatizadas), la tímida construcción de herramientas de financiación del capital productivo entre las que destaca la nacionalización de los fondos que administraban las AFJP, la firme decisión de colocar directores estatales en empresas emblema de lo que se llamó en algún momento, gracias a Basualdo y Ferrer, "oligarquía diversificada" como SIDERAR, Acindar, Aluar, Siderca, etc.

En este último caso, sin embargo, es necesario todavía establecer una estrategia, para dejar más en claro qué es lo que se pretende de esas empresas y de sus producciones. Hablamos de empresas que producen insumos para determinadas actividades industriales y de infraestructura muy importantes, que han sabido subirse a un proyecto de integración del país con el mundo a través de la exportación primaria y de este tipo de bienes. Y que han sabido desarrollar competitividad a nivel mundial. Pero el divorcio entre esta estrategia de negocios sectorial y el desarrollo de un mercado interno consumidor y productivo han hecho que el crecimiento de unos derivara casi al mismo tiempo el estrangulamiento de otros sectores altamente generadores de empleo.

Por todo lo cual una de las necesidades clave que se presenta es la de integrar esas producciones competitivas con los sectores elegidos para liderar el proceso de acumulación.

Si finalmente se confirma que las actividades serán las mencionadas en el plan estratégico 2020, habrá que determinar cuáles organizaciones se colocarán en el centro. Particularmente abogaría por las Pymes.

Pero para que ello sea posible hay muchas tareas a llevar a cabo: la facilitación de acceso al capital es fundamental (un banco de desarrollo); la gestión para integrar producciones locales pero con el fin de abaratar costos, también;  la necesidad de darle previsibilidad al abasto de energía (invertir fondos públicos en energías no renovables, por ejemplo); y seguir mostrando una férrea decisión de considerar que el Mercosur es prioritario, pero siempre y cuando no signifique crecimiento dispar en favor de Brasil.

Un "detalle" a definir también es el del vínculo del estado y el capital (este nuevo capital emergente) con el sindicalismo.

Que la actual conducción de la CGT no haya tal vez comprendido cuál sería la mejor forma de expresar esos intereses no implica de ninguna manera que la solución sea abrirle las puertas a sectores del sindicalismo acostumbrados a actuar sinérgicamente, en tándem, con esas empresas que caracterizamos como parte de la "oligarquía diversificada", y que han aportado sus esfuerzos a la integración del país al mundo con los criterios de los grandes sectores ligados a la exportación de bienes básicos.

viernes, 3 de junio de 2011

La fórmula hiperinflacionaria, para polarizar la elección.

Ya se instala la fórmula Alfonsín - González Fraga.

La fórmula hiperinflacionaria: González Fraga era el presidente del banco central en el año 90, cuando se produjo la segunda estampida de precios. Antes de implantar la convertibilidad, Cavallo (ministro de Menem, que también fue ministro bajo el radicalismo) le hizo pegar un shoot en el orto. Republicanamente hablando. Por eso de la autonomía del banco central y la mar en coche.

González Fraga es un hombre que estuvo ligado a Lavagna, y que dejó de acompañar (crítica y externamente) al gobierno de Kirchner cuando el ex-ministro de economía se alejó (contra su voluntad, diga lo que diga ahora).

La lectura de que la UCR abandonó la pretensión de mantener un armado "progresista", de centroizquierda social-democráta para volcarse a la derecha es demasiado superflua.

En realidad, la UCR es un partido con muchos referentes de derecha (más incluso que los nuevos aliados puestos en cuestión), que en distintas provincias del país conformó frentes muy amplios para derrotar al PJ, de los que formaron y forman parte tradicionales partidos de derecha.

El padre del actual candidato a presidente, por ejemplo, mantenía un vínculo fluido con Duhalde, a quien nunca consideró un enemigo ideológico. Aguad es radical. Cobos fue perdonado un año después (cuando medía bien) de lo que había sido su expulsión de por vida. Corrientes la gobierna Colombi y Catamarca, (hasta diciembre) Brizuela del Moral. Su último candidato a presidente fue Lavagna. Antes De La Rúa, y antes Angeloz, que gobernó la provincia que después gobernó Mestre. Que era el padre del actual candidato a intendente de Córdoba. Todos unos comunistas bárbaros, eh. Como Christian Colombo o el Coty Nosciglia, los "agentes de inversión".

El radicalismo es, antes que nada,...pragmático (pero conservador; es decir, no para pasar a la ofensiva política, sino para no desaparecer; está en uso permanente de su instinto de conservación). Y esto lo ha hecho sobrevivir a las mil catástrofes (autogeneradas). Refugiándose en el reducto de las intendencias y las bancas legislativas. Aún a costa de esconder el pedigree radical (como cuando pusieron a Lavagna de presidente).

Lo que hay hoy, simplemente, es el intento por cumplir con un mandato. El de unir a la oposición. Y polarizar. A los golpes, si es necesario. Bajo amenaza, o chantaje. Pero unir (disciplinar). Decisión que tal vez no tenga origen en el seno de la UCR, que apenas acata. Porque le conviene.

No le creo a los fuegos de artificio de Duhalde. Se baja (de nuevo). Y Binner, antes que mandarse a una elección presidencial sin plata ni chances, va a privilegiar su provincia. Ya fue apretado: si se lanza se rompen los acuerdos provinciales, incluida Santa Fe. Fin de la novela.

Esto explica también que el PRO (de manera demasiado sumisa, aún a riesgo de auto-infringirse un daño irreparable) esté evaluando seriamente no presentar referencia nacional. Entonces, por fuera de los pretendidos "polos" quedan en pie solamente los díscolos: Rodríguez Saá y Carrió.  Ah, y Altamira. (No ninguneen a Altamira, kirchneristas; ¿qué pasa? ¿los asusta el crecimiento de la izquierda, unida por ley?)

Quedará por ver si los acuerdos superestructurales se traducen tan linealmente en votos. Si los votantes de De Narváez en el GBA, por ejemplo, unos cuantos de clase media y clase media baja, que sienten una necesidad inmensa de poner orden con mano dura, dejan de pensar que Alfonsín es un nabo, hijo de un ex-presidente "también medio nabo" (según su concepción), o aunque lo sigan pensando al menos lo voten. O si los radicales identificados con la social-democracia, o sea los que se creyeron el verso (con todo respeto), abandonan sus convicciones para darle el voto a un derechista como De Narváez, que por algún oscuro motivo parece que es "más de derecha" que el mismo Cobos, que el propio Sanz.